A una bala de distancia-Uhuru-chan

Hola, hoy es 18 de Mayo de 2013 y siento la imperiosa necesidad de editar esta mierda o suicidarme, no cambiaré muchas cosas, sacaré OoC que había más que nada en el SNS y veré si hay algún error de redacción por ahí o comas raras.

Pareja: ItaDei/SasuNaruSasu ~Mención de KakuHidan (Sólo porque a la que me dio la idea le gusta lo puse xD)

Advertencia: Esta historia tiene/tendrá lemon, muerte de un/unos personajes, violencia justificada (?) y es yaoi por si aún no se han dado cuenta, por favor no leas si no te gusta.

Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi-kun, la trama de la historia es mía y de la Ericka que me dio la idea gracias a los libros descarriados que lee.

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Capítulo 1: Recordando el comienzo, ya en el final.

Deidara…lo siento mucho, el no haber confiado en ti, el no darte mi apoyo, el no estar junto a ti cuando más necesitabas de mí…

-¿Es necesario Hidan? – Preguntó el rubio siendo arrastrado por su amigo albino- ¡No estoy enfermo!

El joven de ojos violeta no respondió, esta era su única y más grande oportunidad, así que no iba a desperdiciarla. Tiraba con fuerza del brazo del ojiazul, arrastrándolo por la acera hasta que llegaron al blanco edificio donde tenía programada su cita que con muchísimo esfuerzo logro conseguir. El porqué de aquella dificultad era que tuvo que ser muy quisquilloso al investigar a cada doctor y doctora, y justo el que le pareció ser más adecuado, resulto ser el más cotizado. Ambos cruzaron el umbral del consultorio y se acercaron a la recepcionista, una mujer joven, rubia, de ojos verdes y mirada firme, que les sonrió invitándolos a sentarse.

-Gracias primor- Respondió Deidara sonriendo seductoramente, a pesar de la enojada mirada de la joven.

-Ah, usted es Deidara Iwa, ¿O me equivoco?

-Es él, discúlpelo- Dijo Hidan sonriendo a pesar de lo incómodo que le hacía sentir el actuar de su amigo.

-Deberán esperar un momento, Uchiha sensei está atendiendo al penúltimo paciente, han tenido suerte de llamar antes de que cortara su horario.

La rubia se levantó con algunos papeles y se acercó a un pequeño mueble tras de sí, guardó los documentos y sacó otros, volvió al escritorio de madera dejando los papeles frente a Deidara.

-Debe firmar aquí- Señaló la rubia.

-Por ti lo que me pidan primor- Contestó el ojiazul observando las piernas de la mujer al mismo tiempo que firmaba los papeles.

-Regreso en un momento.

La mujer se levantó nuevamente, ignorando los piropos del rubio que sonreía mirando a su acompañante, se acercó a la puerta nº7 y dio unos suaves golpecitos.

-Pasa Temari.

Una voz grave y serena que destilaba calma se oyó en el lugar, llamando la atención de Deidara y Hidan. La rubia entró en la oficina, y a los pocos minutos volvió a salir seguida por un chico de unos 17 años, pelirrojo, que tenía la mirada gacha y caminaba más rápido de lo que sus cortas piernas le permitían. Este no les dirigió la mirada, solo salió rápidamente del lugar, cerrando la blanca puerta delicadamente.

-Uchiha sensei dice que pase Iwa-san-Indicó la rubia mientras se sentaba tras su escritorio.

Deidara se quedó en silencio, miró a su amigo que estaba sentado a su derecha y este le sonrió con seguridad, entonces el ojiazul se levantó y caminó a paso firme hasta la puerta nº7, que se encontraba a medio abrir.

Itachi levantó su negruzca mirada al sentir que su paciente se encontraba tras la puerta no queriendo entrar, entonces con un simple "Adelante" pudo al fin vislumbrar al joven rubio que hizo acto de presencia. Este vestía un jean negro, zapatillas de lona del mismo color, una camiseta naranja y un abrigo corto y negro, que se apretaba perfectamente a su esbelta figura.

Llevaba dos días sin tener sexo y le fue inevitable pensarlo cuando vio a su siquiatra. Traía puesta una camisa azul, desabotonada hasta el tercer botón, dejando ver su blanco y ejercitado pecho, junto con unos negros pantalones de vestir que se apegaban a su perfecta anatomía y para terminar su rostro era perfecto, o eso pensaba el rubio. Un rostro sensual y varonil, cubierto por aquel hermoso cabello negro.

-Por favor, recuéstate aquí-Señaló la camilla.

El rubio solo obedeció, recostándose en la mullida camilla que estaba junto al sillón de su doctor.

-Bueno primero hay que presentarnos, mi nombre es Uchiha Itachi y tú te llamas….

-Deidara Iwa-Completó el menor, saliendo de su ensoñación-Encantado de conocerte bombón-Agregó finalmente con una radiante sonrisa.

-Eso es lo primero que debemos cambiar Deidara- El Uchiha se detuvo a leer el informe que yacía en sus manos y prosiguió- La cura de la andromanía esta solo en tu cabeza, o sea dejar de pensar en sexo, así que debes poner todo de tu parte para que yo pueda ayudarte.

-Pues yo no quiero curarme-Expuso el rubio con una traviesa sonrisa en su rostro, al tiempo que miraba al Uchiha a los ojos- Tener sexo es genial uhn.

-No creo que sea placentero si lo haces sin darte cuenta, y podría apostar a que nunca o muy pocas veces has estado satisfecho luego de tener relaciones ¿O me equivoco?

Aquel tono arrogante en su voz, y su cara de saberlo todo le hicieron enojar. Se enojó tanto casi como cuando alguien insultaba su arte.

-Ese es mi problema uhn- Respondió desviando la mirada al no tener nada en mente para debatirle lo anteriormente dicho.

-Ahora es nuestro problema, así que de verdad necesito que cooperes-Pidió el Uchiha acomodándose en su asiento.

-Está bien uhn, pero aun así yo no estoy enfermo.

-No es normal tu adicción al sexo, ¿Has tenido alguna pareja estable?

-No.

-¿Te has enamorado?

-No.

¿Y te gusta esa soledad?

Deidara frunció el ceño, era más que obvio que eso no le importaba, le gustaba estar soltero, así era libre de tener relaciones con cualquiera y sin compromisos, además tenía amigos, no muchos…en realidad….solo uno, pero…" ¿Solo uno?", pensó el rubio impresionado, en realidad si estaba solo, antes tenía amigos, pero estos lo dejaron al aburrirse de él y su enfermedad, quedando solo Hidan a su lado, el único que quería ayudarlo.

-…No-Respondió mirando sus manos con tristeza- No me gusta, por eso…

-Por eso buscas a alguien que llene ese vacío en tu vida, pero no lo lograrás si no te sanas, déjame ayudarte, sé que lograremos algo si estás dispuesto- Le alentó Itachi con una amistosa sonrisa en su rostro.

-Me gustaría lograr muchas cosas contigo uhn- Cuchicheó el ojiazul con lujuria, mientras se le acercaba.

-Entonces échate ahí y responde a mis preguntas-Le cortó el Uchiha, empujándolo, haciendo que volviera nuevamente a su lugar.

-Que fastidioso eres- El ojiazul hizo un puchero, cruzándose de brazos-Ya empieza que me aburro uhn.

-Está bien-suspiro el Uchiha-¿Cómo te sientes Deidara?

-Como decirlo…yo-Balbuceó hasta que parecía decidido-Caliente uhn.

Aquella vez me estaba colmando la paciencia, aunque me parece ya tan lejano ese momento.

Se veía realmente hermoso, mi Deidara y su imborrable sonrisa traviesa…hasta…hasta que yo…

-… ¿Tienes algún sueño a realizar?-Preguntó el moreno, ignorando la burda provocación de su paciente.

-Ahorita es que me folle un tío pelinegro uhn-Contestó divertido el menor, acariciando el largo cabello azabache que caía de la coleta de Itachi sobre su ancha espalda.

-Ya ponte serio-Alegó suavemente el mayor, apartando a Deidara de un manotazo- Deja de ofrecerte, no me gustas, solo eres un paciente más, y si sigues así voy a echarte de aquí a patadas.

-Me calienta aún más que te encabrones uhn-Continuó Deidara, sacándose su ajustado abrigo negro-¿No te atraigo ni un poquito?

-No, mejor sigamos con…

-Mira, sostenme esto Ita-koi- Le interrumpió Deidara entregándole su abrigo-Bien espera…

El Uchiha le envió una mirada confusa por cómo le había llamado, de todos modos tomó el corto abrigo en sus grandes manos y se volteó para ir a colgarlo en el perchero metálico junto al mueble archivero, suspiró pesadamente y volvió a su lugar, sentándose con cansancio en su mullido sofá.

El rubio lo observó durante unos segundos, imaginándose a sí mismo cabalgando sobre su doctor desnudo. Sonrió ante la sola idea y se sentó en la camilla, volteó su mirada sobre su cuerpo y, apoyándose en sus brazos, se echó en la camilla sobre su barriga, mientras le devolvía la mirada a Itachi, ahora de una manera suplicante, dejo caer ambas piernas a cada lado de la camilla, quedando ellas colgando en el aire, bajo la mirada negra del azabache, entonces susurró bajito y con la voz más melosa que pudo, haciendo un puchero:

-Onegai i-ta-koi uhn, ¡Te necesito!

-Se acabó la consulta Deidara.

El siquiatra se levantó de su sofá y se quedó de pie junto a la camilla. El ojiazul se volteó quedando con sus piernas abiertas sobre la blanda superficie que lo sostenía y esbozó una mueca de tristeza, desviando su azulina mirada lejos de los oscuros ojos que le miraban con reproche, mirada dura y enojada que, ante tal acto sumiso de su paciente, fue volviéndose cada vez más blanda, hasta que su mano derecha por si sola se impulsó y rozó levemente la mejilla que el sedoso cabello del rubio dejaba libre. Ante tal suave contacto, la piel del ojiazul comenzó a arder, dejando en su rostro un adorable sonrojo. El menor sostuvo aquella gran mano entre las suyas de uñas coloreadas de negro y las bajó lentamente hasta su entrepierna ya media despierta y miró a los ojos al "responsable" de su estado, con la respiración agitada y aún sonrojado, bajo la atenta mirada atónita del Uchiha.

-Usted, con sólo un suave roce, logra que yo quede así uhn-Susurró con su melosa voz, mientras masajeaba su entrepierna con sus manos y la mano intrusa a él.

El azabache apartó su mano con una mueca de desconcierto y sólo pudo pronunciar el monosilabo "no", observando a su paciente que volvía a voltearse en su lugar, dejando su grande y bien formado trasero más arriba que el resto de su anatomía, en dirección a su interlocutor, que sólo se quedó observando su rostro súplicante.

-Castigame ita-koi, he sido muy, muy malo uhn-Dijo meneando su perfecto trasero de izquierda a derecha lentamente.

Entonces sucedió, la puerta del lugar se abrió de golpe, dejando ver bajo su umbral a un chico joven de cabello negro azulado, que con mirada molesta encaró al siquiatra que se encontraba aún de pie junto a la camilla, donde reposaba su paciente.

-Así que por esto te demorabas tanto Itachi, cambias a tú hermano por un par de bonitas nalgas-Protestó Sasuke, antes de recibir en su cabeza un fuerte golpe del chico que apareció junto a él-¿Pero...¡Naruto!

-¡Oye teme!, ¿Como que él-Señaló al rubio mayor- tiene bonitas nalgas?

-¡Sólo era un decir!, no seas tan celoso Naruto-Se excusó el Uchiha menor, acariciando el cabello de su pareja con cariño.

-Será mejor que te vayas Deidara-Dijo Itachi al rubio con la voz fría y apagada-Debo atender esto.

-Creí que yo era el último paciente de hoy uhn-Comentó el ojiazul al tiempo que se volteaba y se sentaba en la camilla.

-Pues ya ves que no es así, vuelve otro día con una bolsa de hielo, porque mi paciencia no es tan grande-Le miró amenazadoramente, señalando su abrigo en el perchero y luego la salida-Adiós señor Iwa.

El rubio pelilargo saltó al suelo y caminó hacia donde yacía su abrigo, lo sostuvo en su mano izquierda y fue a la salida, mientras Sasuke y Naruto entraban y se sentaban en la camilla uno junto al otro, Deidara volteó sólo su cabeza hacia atrás, y meneando su trasero, sonrió.

-¡Oye pendejo!, Gracias por el cumplido de antes uhn, ojalá tu frígido hermano pensara lo mismo-Le espetó Deidara a Sasuke, guiñando un ojo seductoramente y mirandole de pies a cabeza-Por cierto, estas bien bueno uhn.

-¡Oye!, ¿Quien te crees que eres para hablarle así a MI novio?-Gritó Naruto encolerizado, siendo agarrado por Sasuke, mientras forcejeaba-¡Dejame!, Le pateare su lindo traserito ttebayo, ¡Tal vez tiene las neuronas en el culo y puedo lograr que vuelvan a su cabeza hueca dattebayo!

-Nos vemos luego I-ta-koi-Se despidió el rubio mayor, poniendo especial énfasis en las últimas palabras e ignorando el berrinche del menor, salió del lugar cerrando lentamente.

-¿Ita-koi?, ¿Ese es tu novio nii-san?-Preguntó el Uchiha menor luego de abrazar a su chico para calmarlo.

-Es mi paciente, pero me ha salido algo...

-¡Algo puto!-Gritó Naruto con una colérica expresión en sus azules orbes-¡Me las pagará por haberme hecho enojar así datteb...

Sasuke no le dejó continuar, haciéndole callar con un apasionado beso, apretandolo de su cintura para que se acercase más a su cuerpo, y separando luego sus bocas para tomar aire, Sasuke observó a su sonrojado rubio.

-Estúpido...-susurró notablemente más calmado Naruto, acurrucandose en el pecho de su novio.

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-Ya nos vamos Hidan uhn-Informó el rubio caminando directo a la puerta de salida con su abrigo ya puesto.

-¡Oye!, ¡Espera!-Hidan corrió a su lado-Adiós Temari-san.

La joven le sonrió y no pudo ver nada más dado que fue arrastrado hacia afuera por su amigo, hasta que luego de unos segundos el rubio explotó.

-¡Necesito que alguien me coja ahora!-Gritó tapando su entrepierna y mirando a su amigo-Se que tú tienes que salir ahora, así que iré a buscar a algún tipo por ahí, hasta luego uhn.

El albino no alcanzó a decir nada, puesto que Deidara ya corría en dirección a algún antro que frecuentaba. De todos modos tenía cosas importantes que atender con su novio Kakuzu, así que no se preocupó más y fue a la parada del bus a paso lento, luego tendría tiempo de interrogar a su amigo sobre cómo le fue con el siquiatra.

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-Ahora que se calmó el ambiente, dime Sasuke, ¿Has tenido algún cuadro esquizofrénico desde la última vez que nos vimos?-Preguntó el azabache sentándose en el sofá, mirando a su hermano.

-U...uno, por eso...vine a verte-Susurró en voz baja mirando el cuello de su novio, tapado estratégicamente por una bufanda color crema.

-¿Y que pasó?-Cuestionó con mirada comprensiva y cariñosa el Uchiha mayor-¿Naruto?

El rubio vestía excesivamente abrígado pensando que el invierno ya estaba llegando a su fin, con bufanda, un largo abrigo color café, guantes y sus pantalones negros. Apretó la mano de Sasuke y le sonrió con ternura.

-Me...me puse violento y...golpee a Naruto, pero...mal, ¿Entiendes?-Explicó el azabache en un susurro mirando el suelo.

-¿Mal?, ¿Mal cómo?-Interrogó el mayor aún sin entender, observando cada actitud de su querido hermano menor.

-Le fracture una costilla, lo ahorque hasta que quedó inconsciente, desfigure...su rostro a golpes, digo...ahora está mejor, ya casi no se ven las heridas en su cara, pero...mal-Dijo finalmente Sasuke, sacando el guante de la mano derecha de su novio, para acariciarla y darle calor.

-Fue hace casi tres semanas-Confesó el rubio con tristeza.

-¿Y habías tomado todas tus medicinas como te dije?

-Si, cada una a la hora indicada nii-san.

-¿Y cuál fue el motivo?

-¿Motivo?-Repitió confundido el Uchiha menor.

-Bueno, ¿Entraste en pánico?, ¿Oíste voces?, ¿Que pasó exactamente?-Preguntó inmutable el mayor, observando directo a su hermano.

-Yo no...No sé-Respondió aún más confundido, mirando a su novio con una mueca de culpabilidad.

-Estaba todo bien, aunque talvez era raro que Sasuke estuviese tan callado...-Rememoró el rubio, acariciando el rostro de su amante-De la nada empezó a hablar sólo, se enojó, trate de calmarlo y me empujó, dijo...me dijo...

-¿Tú que haces aquí?-Gritó el Uchiha abalanzandose sobre Naruto en el suelo-¡Sal de mi casa!

-¡Espera Sasuke!, ¡Soy Naruto dattebayo!-Dijo el rubio aterrado tratando de levantarse-¡Soy yo!

-¡Cállate!-Gritó Sasuke una vez más, depositando fieramente un puñetazo en el rostro de su acompañante-¿Acaso crees que soy un tarado?, ¡Tú me haces tomar pastillas porque quieres matarme!

-No, cálmate, yo sólo quiero ayud…uhg…Sas…¡no!

Las manos de Sasuke se cerraron al rededor del tostado cuello de Naruto, oprimiendolo con fuerza, siguió con la izquierda apresandolo y con la derecha comenzó a golpear su rostro brutalmente, sin piedad alguna ante los gritos de su novio que se asfixiaba.

-N...¡No!-El rubio se zafó momentáneamente, para observar con terror el descolocado rostro del Uchiha-¡No porfavor!-Sollozó el ojiazul luego de recibir otro certero puñetazo que le rompió el labio inferior.

-¡Cállate escoria!

Sasuke se levantó con rapidez y pateo a Naruto en las costillas y estómago sin detenerse, una y otra vez, robandole el aire y haciendo gimotear al rubio con dolor, luego le agarró fieramente de ambos brazos y lo levantó de un jalón, dislocandole el brazo derecho.

-¡Ah!, ¡No!, ¡Me duele!, ¡Detente porfavor!-Rogó el rubio entre lágrimas de dolor.

-¡No quiero oír tú voz!-Sasuke estampó al menor en la pared de un empujón-¡Ya no quiero oír tu voz nunca más!

Naruto abrió sus ojos con terror, no sabía que hacer, no es que fuera un debilucho, pero la fuerza de un esquizofrénico fuera de sí comparada con la suya era descomunal y sobrehumana. Cerró los ojos, si iba a morir era su culpa, y no se arrepentía, sentía náuseas por el metálico sabor de su propia sangre, que era tanta ya en ese momento que le ahogaba.

-Te...amo Sasuke tteba...-Susurró entrecortadamente antes de que una lluvia de puñetazos le diera en todo el cuerpo, aturdiendolo cada vez más, intentó vanamente que el Uchiha le soltasé, pero ante esto volvió a sentir los largos y finos dedos de su novio cerrarse en su cuello, estando así durante un rato, tratando de zafarse, hasta que fue perdiendo la fuerza, sus ojos se abrieron con dificultad y enfocando los del Uchiha se cerraron, y su cuerpo cayó al suelo de golpe.

Itachi se quedó en silencio por la conmosión causada por aquel relato del ojiazul, y le agradeció a dios que un chico tan bueno como él amara tanto a su hermano, posó su mirada en la pareja y preguntó con seriedad:

-¿Luego que pasó?

-Luego yo...yo no sé cómo, pero recuerdo que estaba sentado junto a Naruto y lo vi así, me aterre, era obvio que yo había sido el culpable, así que llame a una ambulancia, se lo llevaron al hospital y llegaron Kushina-san y Minato-san, ellos...ellos me enviaron a un manicomio, pero no dure más de dos días ahí porque Naruto insistió en ir a sacarme él mismo si no me soltaban, incluso...luego de que lo deje...así como está-Relató el Uchiha menor, sacándole a Naruto su bufanda color crema, dejando ver en su cuello las amoratadas marcas de sus propios dedos.

-Disculpa Itachi-san, debí avisarte que tenían ahí a Sasuke, pero tuve que escaparme de mis padres dattebayo-Susurró el rubio mirando al pelilargo hombre frente a él-¿Y ahora qué?

-Si los medicamentos de antes no hicieron efecto tendré que administrarte más antisicoticos Sasuke-Informó el Uchiha mayor levantándose de su sillón y caminando a su escritorio junto al archivero-Escribiré la receta para que la guarden.

Itachi escribió en su recetario y luego de firmarlo abrió uno de los cajones del escritorio de madera negro, sacó unas cuantas cajas y se las entregó a Naruto junto con el papel.

-Me veo obligado a aumentar la dosis, de verdad lo lamento, se que no te gusta Sasuke, pero es por tu bien y el de Naruto-Comentó el mayor acariciando la espalda de su hermano.

-Gracias nii-san-Susurró el menor de los hermanos, abrazando a Itachi.

El Uchiha mayor sonrió con tristeza, nada iba bien, pero sabía de sobra que separar a la pareja por él mismo no era una opción, aún así decidió intentar algo. Luego de pedirle a Sasuke que lo dejara a solas con Naruto, a lo que él obedeció rápidamente, se acercó al rubio, abrazándolo con delicadeza.

-No está bien Naruto-Susurró en su oído-Muchas gracias por cuidar a mi hermano, pero esto no te hace bien, yo debería encargarme de él, de...

-No, definitivamente no-Le interrumpió el ojiazul, soltandose del abrazo-Él me necesita a mi y yo a él, no voy a renunciar al amor de mi vida Itachi-san, además sólo yo sé lo que me conviene y lo que no dattebayo.

-Olvidaba lo terco que eres-El Uchiha se acercó a la puerta, renunciando rápidamente a su anterior cometido-Me voy a mi casa, si quieren los llevo.

-¿No vas a insistir?-Preguntó atónito el rubio, ya acostumbrado a esa misma discusión con sus padres, se acercó a la salida lentamente.

-¿Para qué?, sólo te dije lo que pienso, en el fondo no es mi decisión...

Silencio, por unos interminables segundos sólo hubo silencio, hasta que el mayor decidió volver a hablar.

-A Sasuke le hace muy bien estar contigo, pero... ¿Te hace bien a ti estar con él?

Terminada la pregunta el Uchiha salió del lugar, encontrándo a Sasuke junto a Temari, quien se marchaba también, se despidieron y salió de la consulta.

-Los llevare a su casa-Dijo sereno el moreno a su hermano.

-Gracias nii-san, ¿Y Naruto?

-Aquí estoy dattebayo-Pronunció el ojiazul entrecortadamente, acercándose a paso lento pero firme hacia Sasuke-¿Nos vamos?-Preguntó dedicándole una sonrisa con dulzura.

El Uchiha menor asintió y juntos salieron del lugar con sus manos entrelazadas. Itachi cerró la puerta del lugar y guardó las llaves en el bolsillo, para seguido de esto acompañar a la joven pareja hasta el auto. Los tres subieron al vehículo y en veinte minutos ya estaban en la morada de los jóvenes. Era un departamento en el primer piso del pequeño lugar, anteriormente sólo Naruto vivía allí, pero luego de enamorarse de Sasuke no aguantaron más las ganas y el acomodado Uchiha, dejando de lado su "estirpe" y su orgullo, decidió mudarse al lugar.

Luego de dar las gracias y despedirse, los dos tortolitos bajaron y entraron al edificio abrazados de la cintura.

Itachi se quedó sólo, entonces condució hasta su gran departamento en uno de los edificios más costosos de Tokio, estacionó su auto Mercedes Benz sls 63 amg negro y se encaminó al ascensor, presionó el número veinticinco y esperó.

Esa era la rutinaria vida del Uchiha, levantarse, bañarse, vestirse, comer, conducir a su trabajo, volver a casa, desvestirse y dormir, una vida muy aburrida, eso le decían sus conocidos al menos.

Bajó del ascensor y entró rápidamente a su casa, una vez dentro ni se molestó en encender las luces del espacioso y ordenado lugar, sólo fue directo a su habitación y se desvistió con cansancio. Era viernes, el día que debía salir de su rutina y su dieta sana, camino en boxers hacia la cocina, sacó un gran paquete de frituras y se echó en el sillón de la sala, encendió el televisor y dejó una película de acción a la cual no le prestó mucha atención. Término de comer su tentempié y se asomó por el balcón, el frío de esa noche le caló los huesos, pero no le importó, pocas cosas le importaban en su vida, observó las luces de la ciudad, millones de coloridas luces que anunciaban el día más esperado de la semana para los bohemios y la gente joven.

El Uchiha suspiró y se adentró en su departamento, fue a la sala para apagar el televisor y se fue a dormir, a pesar de que eran recién las diez de la noche, pero eso no tenía importancia, de hecho si no fuera porque le agradaba perder horas con el televisor, se acostaría más temprano aún.

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Llevaba tres horas sin sexo, pero sólo porque cuando termino de hacerlo con el tipo que dormía a su lado, él también se quedó dormido. Ahora que lo veía mejor, era bastante feo, pero no se quejaba, el tipo sabía lo que hacía. Decidió irse del lugar, era incómodo hablar con idiotas luego de tener sexo casual.

Se vistió y salió del Motel, eran recién las diez y media, la noche era joven, lo mejor que podía hacer sería ir a bailotear por ahí y beber un poco, caminó en dirección a la parada de buses y con energías renovadas subió al primer transporte que pasó.

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Hacía frío, pero la joven pareja no se daba ni por enterada, sólo sabían que llevaban aproximadamente una hora demostrándose su amor. Las luces estaban apagadas a petición del rubio, para que así su novio no viera las feas marcas que él mismo ocasionó en su cuerpo.

En realidad ambos estaban algo desesperados, desde hacía más de tres semanas que no tenían relaciones, no era tanto tiempo, pero se necesitaban mucho, demasiado.

-¡Ah!, Sas...Sasuke-Gimió bajito el rubio, entrecerrando sus ojos por el dolor proveniente de su costilla rota.

-¿Te duele mucho?-Preguntó el Uchiha entre jadeos, observando cómo su zorrito negaba con la cabeza-Mentiroso, te dije que no lo hiciéramos Naruto.

El rubio se aferró a su novio cerrando sus piernas al rededor de la cadera ajena. Era verdad, Naruto le había pedido a Sasuke que le hiciera el amor, y ante la insistente petición el azabache se había negado de inmediato, no quería dañar más aún el frágil cuerpo magullado de su compañero, pero el rubio insistió, y como siempre, el Uchiha término cediendo ante las peticiones de su rubio novio.

-No...No salgas, te necesito dattebayo-Susurró el ojiazul repartiendo tiernos besos en todo el rostro de Sasuke-Te amo, no importa que duela.

-Naruto…

El azabache lo miró a los ojos azules, esos llenos de vida, y luego observó, a pesar de la oscuridad, las marcas y moretones de su cuerpo, volvió su vista a los brillantes zafiros de Naruto y le susurró en su cuello, al tiempo que le penetraba con suavidad.

-Lo siento mucho, soy un monstruo, mira lo qu…

-¡Cállate!-Interrumpió el rubio, acariciándole su sonrojada mejilla con ternura-Solo…ah…tu solo estas enfermo y…yo te voy a cuidar, siempre ¡Lo juro dattebayo!

-Te amo-Susurró sonriente el azabache, sintiéndose feliz, para luego besarlo apasionadamente, robándole gemidos roncos.

Luego de un rato, cuando el reloj marcaba medianoche, la habitación que hasta ese momento se había llenado de gemidos y jadeos, fue interrumpida por el sonido de la alarma, siendo esta ignorada por Sasuke y finalmente apagada de un manotazo certero.

-De…deten…te ¡ah!, tu…tu medicina-Jadeó Naruto, tratando de detener a su novio, pasando sus manos en los hombros del Uchiha.

-Shh…no importa…ngh…ah-El azabache besó repetidas veces el cuello del rubio.

-No…basta, vamos Sasuke…-Gimoteo en su oído, desesperándose por la insistencia del Uchiha.

El azabache se detuvo lentamente, jadeando con cansancio y mirando al rubio a los ojos. Pensó unos segundos y fue retirando su miembro con delicadeza de la entrada de su pareja, se levantó en silencio y se dirigió al baño, ahora debía tomar más dosis de la que tomaba anteriormente. Fue juntando las pastillas en un pequeño pote plástico, bajo la mirada de Naruto, que le había seguido cuando se levantó, llenó su vaso con agua y fue ingiriéndolas una a una.

-Gracias-Dijo el rubio besando al azabache en la mejilla.

-Mejor terminemos con lo que hacíamos, estas porquerías me hacen dormir-Comentó molesto el Uchiha mientras caminaba a la cama y se acostaba en ella.

-Pero así estas mejor y no te dan tantos ataques—Contrarresto el ojiazul en voz baja, quedando de pie junto a la cama.

-No pensemos en eso, ven aquí.

Sasuke se levantó y jalo a su rubio del brazo, tumbándolo en la cama haciéndole cosquillas con la succión de sus finos labios al hacer roce con la piel del moreno cuello. El ojiazul reía con ganas mientras sentía su piel reaccionar a cada contacto con su novio.

-No más jajaja ya…jaja Basta jaja-Dijo apenas el rubio entre risas, con pequeñas lágrimas emanando de sus orbes azules y sintiendo dolor en su abdomen.

-Me encanta oír tu risa, es…encantadora-Susurró el Uchiha, acompañando la última palabra con un lengüetazo sobre todo el cuello y mentón del rubio, sacándole algunos gemidos ahogados.

Naruto le regaló una sonrisa radiante a Sasuke, como tantas veces lo había hecho ya antes, entonces rodeó el cuello del azabache con sus brazos y frotó lentamente su trasero con la erección del Uchiha, y este último al sentir aquel desesperante roce, lanzó un gemido ronco y se adentró entre las nalgas del rubio con rapidez, haciéndoles gemir a ambos ruidosamente. El Uchiha no se hizo esperar y comenzó de inmediato a dar profundas estocadas con un ritmo lento, dándole en aquel punto que enloquecía a Naruto en cada embestida, haciendo que este dijera su nombre una y otra vez, hasta que ambos llegaron al clímax, entonces Sasuke cayó rendido a la cama, durmiéndose al instante por efecto de las pastillas y el cansancio de la reciente actividad.

Naruto se volteó en la cama a verlo, el azabache se veía tan tranquilo durmiendo, le infundía tanta paz el verlo así. El rubio se acunó en el pecho de su pareja, cuidando que no se despertara, aunque sabía de antemano que el interrumpir el sueño del Uchiha era casi imposible por la medicina previamente ingerida, apartó los azabaches y delgados cabellos de su rostro y le besó en la mejilla.

…"A Sasuke le hace bien estar contigo, pero… ¿Te hace bien a ti estar con él?"

Antes de quedarse dormido aquella interrogante impuesta por su cuñado vino a su mente, lo había pensado durante todo el día, sonrió ya a punto de ser vencido por el cansancio y susurró para sí mismo:

-Sí, me hace bien…Sasuke.

Continuará…

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Una aclaración, aquí en Chile la palabra pendejo se usa para referirse a la gente que actúa inmaduramente o que es menor de edad pero es como decirle niño despectivamente.

No vayan a creer que Sasuke es malo ¿Eh?, solo esta enfermito u_u

Lo que está en cursiva es lo narrado por itachi en el presente.

Mein Gott!, como odio esta historia, me quedó tan fluff!, primer capítulo editado, si lo habían leído antes y aprecian la buena acentuación se habrán dado cuenta de los cambios, y saqué el exceso de OoC romántico, nada más que decir

Bye bye!