Buenas gente, aquí yo otra vez. En esta ocasión traigo una nueva historia en lo que termino el siguiente capítulo de "Desafío en el parque Luna", la cual los invito a leerla ya que andan por acá.
En esta historia decidir descargar algunas de las ideas que me llegaban mientras escribía la otra. Y no lo iba a publicar, al menos hasta acabar la que había iniciado, pero al final terminé escribiendo algunos capítulos de esto y me decidí a publicarlo.
Ojalá les guste y entretenga en lo que saco el segundo capítulo de mi otra historia. Y sin más preámbulo, los dejo con esto.
Cap. 1: Animando al entrenador deprimido.
Era un día prácticamente perfecto en el mar del archipiélago Decolora, con un sol muy brillante pero que no daba mucho calor, un mar tranquilo del cual saltaban algunos pokémon jugueteando alegremente, la brisa marina era algo relajante y en el cielo algunas nubes bloqueaban de vez en cuando al sol y regalaban una agradable sombra. Si, un día perfecto excepto para una persona, un entrenador catorce añero que se encontraba pensativo en la proa del barco, como lo había hecho antes de que se separase de sus compañeros e incluso antes de eso, cuando tenía algún momento de paz y soledad entre tantas aventuras. Mientras él se sumergía más en sus pensamientos una bella mujer se colocaba a su lado, recargándose en el barandal, apoyando sus codos en la baranda y su rostro en sus manos para quedar a la altura del muchacho.
¿?: ¿Aún piensas en ello? – Preguntó. El chico se volteó ligeramente para verla de reojo. – Sé que no formé parte de su grupo durante tu viaje, pero según lo que me contaron Iris y Cilan creo que estas sobrepensando las cosas.
– Flashback. –
Alexa, Iris y Cilan se encontraban en la estación esperando a que llegara el tren que los llevaría hacia Jotho, ellos habían mandado a Ash a buscar almuerzos y sabiendo el gusto de su compañero por la comida eso se llevaría un buen rato. Entonces el varón del grupo habló.
Cilan: Alexa, nos gustaría pedirte tu ayuda con Ash. – Dijo con determinación.
Alexa: ¿Le sucede algo?
Iris: Pues veras… – Dijo ella con preocupación para después comenzar a narrar la situación por la que se preocupaban ellos. Cuando terminaron los dos (pues Cilan también explicó parte de la historia) dejaron que Alexa procesara lo que escuchó y decidiera si ayudarlos o no.
Alexa: Así que Ash ha estado melancólico a causa de ese entrenador Cameron que lo derrotó usando solo 5 pokémon.
Cilan: Gracias a todas las aventuras que tenemos casi no tiene tiempo para recordar ese hecho, pero cada vez que tenemos la oportunidad de relajarnos él no puede evitar pensar en esa batalla. – Aclaró.
Iris: Se queda mirando al infinito y cuando lo hace sus ojos no tiene el mismo brillo, es como si se apagara. – Expresó con tristeza.
Alexa: Yyyyyyyy… ¿Quieren que lo cuide por ustedes o algo así? – Preguntó desconociendo que intensiones tenían sus recientes compañeros de viaje.
Cilan: No, esto es algo que Ash debe resolver por su propia cuenta. – Dijo seriamente. – Pero ya que van al mismo destino nos gustaría que le echaras un ojo de vez en cuando. No te pedimos que lo trates de animar ni nada por el estilo, solo que veas que no haga una tontería.
Iris: ¡Por favor! – Exclamó con una mirada suplicante. – No quiero que haga algo tonto a causa de esa derrota. Sabemos que no es la primer competición que pierde, pero por alguna razón ésta el afectó mucho.
Alexa: Mmmmmm… – Se quedó pensativa unos momentos. – De acuerdo, lo vigilaré, después de todo es un buen chico y un interesante entrenador… y sería un desperdicio perderme de buenos reportajes en un futuro sólo porque cayó en la depresión.
Iris y Cilan rieron nerviosamente por el comentario y poco después regresó su compañero cargando una cantidad tan grande de cajas de almuerzo que le bloqueaba la vista, mientras que a sus compañeros les resbalaba una gota de sudor por la ridícula cantidad de comida que veían.
Cilan: ¿Sabes que solamente somos 4 personas verdad? – Preguntó nervioso.
Ash: Perdón, es que había tantas cosas deliciosas que no supe cual elegir y terminé comprando una de cada cosa.
Iris: Y luego por qué te digo una que eres un infantil. – Se burló.
Ash: ¡Oye! – Exclamó haciendo que sus amigos comenzaran a reír y pronto él también se les unió.
– Fin del Flashback. –
Desde su derrota Ash había reflexionado mucho sobre ese resultado. Había perdido contra Cameron.
Su primer pensamiento fue qué grave error había cometido para sufrir ese tipo de derrota, pero después de analizarlo decidió que no había cometido ningún error grave, él y su equipo habían dado lo máximo y hecho un gran trabajo. Su segundo pensamiento fue que tal vez su contrincante había usado algún truco o trampa, pero inmediatamente desechó esa idea y se regañó a si mismo por siquiera considerar que su amigo fuese alguien deshonesto. Varios pensamientos más invadieron su mente y cada uno fue desechado después de darles su tiempo de reflexión, hasta que soñó quedó su cabeza con una conclusión.
Ash: Eres demasiado talentoso. – Pensó para sí mismo.
Y era cierto considerando que Cameron no era alguien muy brillante o centrado o un gran estratega y también poseía una personalidad muy despreocupada que llegaba a traicionarlo en momentos importantes. Pero aun así había conseguido criar pokémon muy poderosos y peleaba sacando con facilidad el máximo potencial de ellos, cosa que había demostrado durante toda la liga al ser alguien de quien no se esperaba mucho al principio pero que conseguía victorias con relativa facilidad y de formas sorprendentes. Ash estaba seguro de que, de haberse concentrado más, ese chico tendría amplias posibilidades de convertirse en el campeón de la liga.
Pero gran parte del comportamiento de Cameron se debía a que eres un novato. Ash recordaba cómo era el en esa época y la realidad era que el mismo no eran muy diferentes en carácter y personalidad, pero en poco tiempo y con solo 5 pokémon había quedado en mejor posición que él y derrotándolo para colmo de males. Eso solo hacía que la frustración y las dudas sobre su propia capacidad crecieran.
Ash giró más su cabeza para poder ver bien los ojos azules de la bella reportera y responder la pregunta.
Ash: Siento que pude haberlo hecho mejor, que no hice lo suficiente… – Bajando el tono de su voz con cada palabra. – Que decepcioné a todos los que creían en mí. – Diciendo eso último casi como un susurro.
Alexa: Nadie está decepcionado contigo. – Tratando de consolarlo. – Todos los que conoces y te vieron saben que diste tu mejor esfuerzo y que ocupaste un gran lugar de entre todos los cientos de entrenadores de la región. A parte es todo un logro ser el primer entrenador de tu región en participar en una liga de otro país.
Ash: Aun así siento que fallé. – Dijo apretando los puños y en un tono que claramente indicaba que estaba furioso consigo mismo.
Alexa se enderezó y asumió un semblante serio para hablarle a Ash.
Alexa: La única persona con la que estas decepcionado es contigo mismo eres tú. – Le aclaró con determinación. – Es algo que a todos nos pasa, no solo a ti.
Ash alzó la mirada para ver directamente a sus ojos.
Alexa: Cuando inicié mi carrera de reportera fui progresando poco a poco. Cada vez que cometía un error aprendía de ello y mejoraba hasta que logré que mis artículos se publicaran periódicamente. – Explicaba mientras veía que Ash se concentraba en la historia, por lo que continuó. – Pero en algún momento mi editor notó que la calidad de mi trabajo se estancaba e incluso decrecía, lo que ocasionó que mis lectores dejaran lo que escribía. Eso me deprimió mucho y estuve a punto de dejar el periodismo para siempre, pero mi hermana me dijo "Cuando nos concentramos en alcanzar una meta y nos enfocamos demasiado en cumplirla, corremos el riesgo de que nos olvidemos de nosotros mismos, de dónde venimos y de lo que hemos aprendido para llegar a donde estamos, por eso de vez en cuando es bueno regresar a nuestras raíces." Eso me hizo darme cuenta de que había extraviado una parte de mí en algún punto del camino.
Ash: ¿Y qué fue lo que hiciste? – Preguntó intrigado por saber cómo Alexa había resuelto su problema.
Alexa: Al principio me puse toda pensativa, así como tú, sobre que me faltaba o que había perdido. Cuando vi que eso no me ayudaba tomé la decisión de regresar a mis raíces en el periodismo y volver a escribir esas pequeñas historias que me hacían feliz, tal y como lo hice en mis inicios. Eso me ayudó a reencontrar mi chispa y regresé para ser aún mejor reportera de lo que era, sin volver a perderme en el camino.
Ash: Lo dices solo para hacerme sentir bien. – Sonando aun deprimido. – ¿No?
Alexa: En parte sí. – Dijo retomando su tono alegre. – Pero eso no cambia el hecho de que todo lo que te dije es cierto. El camino no será fácil y te tomará tiempo superar tu situación, pero sé que lograrás sobreponerte y regresarás a la acción más fuerte que antes.
Dicho eso tomo a Ash y le dio un fuerte abrazo hundiendo la cara del joven entre sus pechos y dejándolo con un sonrojo en su cara. Al separarse ella pudo ver como el muchacho estaba impactado y bien rojo por lo sucedido.
Ash: ¿¡Qu… qu… qué… qué… f… f… fue eso!? – Preguntó completamente shockeado.
Alexa: Bueno… con eso creo que ya no pensarás en cosas deprimentes por un rato. – Expresó llevándose la mano a la boca en un ademán que indicaba que reía por dentro. – Hmhmhm (risa) A parte ver esa reacción en tu cara es muy divertida. – Diciendo eso mientras unas pequeñas risas escapaban de su boca.
Ash, aún sonrojado, se alegró de ver que Alexa, a pesar de conocerlo por muy poco tiempo, trataba de animarlo como mejor pudiera.
Ash: Gracias Alexa. – Dijo esbozando una pequeña sonrisa, que a los ojos de la mujer lo hacía ver lindo. – Eso me animó un poco.
Alexia entonces decidió darle un pequeño premio a su acompañante, tomó sus mejillas y posó un beso muy cerca de sus labios. Esto dejó al joven paralizado, con la boca y ojos bien abiertos de la sorpresa, además de adquirir un tono tan rojo como un Groudon y solo siendo capaz de articular una sola letra.
Ash: A… a… a… a… a… a…
Alexa: Bueno, mi trabajo aquí está hecho. – dijo dedicándole una sonrisa a Ash, para después darle la espalda y caminar al interior del ferry, deteniéndose a medio camino para voltear su rostro hacia el chico y decirle. – Y si necesitas que te ayude a que dejes de pensar demasiado en tu batalla, te puedo dar otro. – Guiñandole un ojo y soplándole un beso. Ella prosiguió su camino pensando en la diversión que tendría avergonzando al pobre muchacho y que si fuese un par de años más joven podría levantarle los ánimos de otra manera, sin temor de que la metiesen a la cárcel.
Ash se quedó paralizado por un buen rato hasta que Pikachu tuvo que suministrarle una descarga para despertarlo del trance y que ambos también pudiesen ir a su camarote para descansar. Esa noche tardó en conciliar el sueño y no por seguir pensando en su batalla, sino por los nervios que le habían ocasionado las muestras de afecto de Alexa y el hecho de ella durmiese en la litera contigua en una piyama que dejaba poco a la imaginación no ayudaba en nada.
Durante el siguiente par de días la situación no cambió mucho. Ash realizaba diferentes actividades para distraer su mente de pensar en su derrota, siendo el comer y entrenar a sus pokémon sus favoritas. Y en los momentos en los que no tenía nada que hacer y su mente comenzaba a recordar aquel evento, Alexa se encargaba de ocupar la mente del entrenador a su estilo, haciendo diversas actividades como obligarlo a que le untase bronceador mientras que ella hacia sonidos no muy pudorosos, modelarle diferentes tipos de trajes de baño y pidiéndole que escoja el más sexi, invitarlo a que se bañasen juntos, etc. Todo ello lo hacía por , divirtiéndose a sus expensas de paso.
A la mañana siguiente, mientras comía su desayuno y era objeto de los juegos de Alexa, quien le había quitado sus cubiertos y los usaba para alimentarlo, causándole varios sonrojos; en eso, uno de los trabajadores se le acercó.
Hombre: Disculpe, ¿usted es Ash Ketchum? – Preguntó un poco perturbado al ver al chico todo rojo de vergüenza, tratando de ingerir su desayuno mientras que una bella mujer, unos pocos años mayor que él, sostenía otro cubierto tratando de alimentarlo.
Ash: Si, soy yo. – Volteó a verlo aún sonrojado por los juegos de su acompañante.
Hombre: Lamento interrumpir su… desayuno, pero hay una llamada para usted. – Dicho eso el trabajador se retiró a sus labores.
Ash se dirigió a los videoteléfonos del barco intrigado por saber quién haría una llamada tan cara al barco. Cuando llegó tomó el auricular y en la pantalla se materializo la imagen de la profesora Juniper.
Ash: ¡Profesora qué sorpresa! – Expresó con alegría. - ¿¡A qué se debe su llamada!?
Profesora Juniper: También me da gusto volver a verte y me encantaría que estas fuesen mejores circunstancias pero no es así. – Su semblante se volvió serio antes de volver a hablar. – Uno de tus amigos necesita tu ayuda urgentemente.
Ash: ¿Qué ocurrió profesora? Cuéntemelo todo.
Continuará…
Espero que les haya gustado este pequeño prólogo a una nueva historia.
Si leyeron la introducción de la historia verán que el protagonista no se involucrará con los usuales personajes secundarios, sino que decidí que conviviera con otros que me parecen interesantes o que no llegaron a aparecer en la serie.
Algo que me gustaría agregar también serían algunas dinámicas, pero eso solo lo haré si hay suficiente gente que lea mis historias.
Bueno, acá me despido y agradezco que se tomaran su tiempo para leer todo lo que escribí. Si les gustó o si tienen alguna crítica o sugerencia, escríbanme y yo lo leeré.
