FELIZ CUMPLEAÑOS REBORN! 13/10/2017
Disclaminer: KHR no me pertenece, es propiedad de la hermosa y maravillosa Akira Amano sensei.
Advertencia: Lemon, shota, 27R
Comentarios al final de la historia. Disfruten~
Edit: 16/05/18
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Destinados
Al principio creyó que se trataba de una broma: el mejor asesino del mundo convirtiéndose en el tutor de un pequeño niño japonés. Sin embargo, las órdenes eran claras y provenían directamente del noveno. No tuvo opción alguna, solo cumplir con la misión que le fue asignada.
Con ello en mente y antes de partir, le fue entregada una carpeta con toda la información que necesitaría, tomando su tiempo, se dispuso a estudiarla con detalle. La fotografía anexa en los documentos mostraban a un varón no mayor a los dieciséis años que poseía suaves rasgos, tan delicados como una dulce jovencita, de cabellos caramelo que peleaba con la gravedad, mejillas sonrosadas, labios color cereza, acompañados de unos hermosos ojos marrones que reflejaban su total inocencia. Mas se vio completamente sorprendido de su verdadera naturaleza.
Así que entrenaría a un pequeño alfa.
Aquello, sin embargo, no debió sorprenderle mucho. El linaje de los Vongola siempre había sido regido por generaciones de alfas de altos rangos, aunque el aspecto de su próximo estudiante dijera todo lo contrario. Encontraba divertida la razón por la cual lo mandaron a llamar. Si ese muchacho llegaba de buenas a primeras, sin la preparación adecuada, evidentemente se lo tragarían al segundo de tomar el mando y Vongola se iría directamente al demonio.
Su primer encuentro le permitió evidenciar lo obvio, su pupilo era torpe y despistado, además de que no poseía un criterio amplio en sus pensamientos, subestimando a su tutor por su apariencia infantil. Grave error que le costó una patada en el rostro no más al conocerse. No sería una misión sencilla de completar.
Al pasar de los días, Tsuna o Dame-Tsuna como lo había comenzado a llamar, demostró que podía superar sus expectativas. Torpe y despistado eran eufemismos, el chico era un desastre total. No solo en su hogar, también en la escuela. Sus notas eran malas y las relaciones con sus compañeros prácticamente nulas, además de ser el blanco recurrente de los delincuentes. No llevaba ni dos días con él y ya quería botar la toalla y que se las arreglara como pudiera. Pero haciendo de tripas corazón, se dispuso a poner en marcha sus enseñanzas.
Las cosas no fueron sencillas, por lo menos para su estudiante. Él, a pesar de su aspecto infantil a causa de su maldición, era de temer y sus métodos lo eran aún más. Se encargaría de inculcarle todo el conocimiento que requería, si pensaba convertirlo en un digno capo de Vongola.
Sus estudios con el tiempo comenzaron a mostrar lentos avances, quejándose cada que podía, exigiendo un mejor trato de su parte. —"Sí, claro" —Era lo que pensaba el asesino, aumentando con diversión su carga. Pero aún debía solucionar el hecho de que el chico no tenía guardianes. Aunque aquello en cierta manera ya estaba cubierto.
En el par de semanas después de su llegada, mientras impartía sus clases particulares, había espiado las actividades que realizaba en la escuela, tomando el tiempo de analizar en detalle a los potenciales miembros que serían adecuados para desempeñar su papel de guardianes, por ello, moviendo los hilos tras el escenario, obligó a Tsuna a enfrentarlos y, de una vez por todas, comenzar a reunirlos.
Uno a uno, fueron cayendo ante su estudiante. El primero resultó ser el temperamental Hayato Gokudera, un omega recién llegado de italia a petición del asesino. Él muchacho de cabello plateado y ojos color jade, tenía planeado ser la mano derecha del fallecido Federico Vongola, que lo desechó por su casta. Lleno de dolor y odio, buscó la manera de descargar todo eso en el alfa que, había escuchado, sería el nuevo sucesor, sin embargo fue rescatado por la inesperada bondad de Tsuna, convirtiéndose de este modo en el guardián de la tormenta.
El segundo fue Takashi Yamamoto, un tranquilo y carismático alfa. Su relación con Tsuna fue aparentemente una conexión natural debido a la facilidad con la que el chico se desenvolvía con los demás, pero con Tsuna su lazo fue muy fuerte. Cuando Takashi más lo necesitó, su estudiante estuvo allí para él, a pesar de su cobardía y miedo, logró devolver la felicidad a su guardián de la lluvia y primer amigo.
El tercero de ellos, resultó ser el beta más hiperactivo de toda la escuela, Ryohei Sasagawa, el guardián del sol. Hermano de la más hermosa y popular omega del lugar, Kyoko Sasagawa, por la que su estudiante tenía un enamoramiento juvenil. Muy conveniente para sus planes.
Aunque se vieron interrumpidos por la aparición del pequeño bovino, Lambo, que terminó encabezando una cacería hacia su persona, sin tener éxito alguno. Él no iba a dejar que un mocoso lo asesinara, por lo que fueron muchas las veces en las que lo terminaba haciendo volar e inevitablemente terminó siendo acogido por su estudiante, como el guardián del rayo.
En ello, la primera batalla real para su estudiante se hacía presente, adjuntando a sus dos últimos guardianes. Kyoya Hibari, el guardián de la nube y Rokudo Mukuro, el guardián de la niebla, ambos omegas, con un temperamento letal. Por lo que no era muy aconsejable dejarlos juntos en una misma habitación, era como dejar gasolina y fuego sin supervisión.
Eran el inicio del caos.
Sin embargo, Mukuro fue capturado por Vidence, debido a todos los crímenes que había cometido, tenía una condena que cumplir y no pudo hacer nada por él en esos momentos. Meses después su lugar fue tomado por una dulce beta llamada Chrome Rokudo. Aquella niña le debía la vida a Mukuro, por lo que aceptó tomar su puesto hasta que él pudiera regresar.
A pesar de las dificultades y la gran diversidad entre las personalidades de sus guardianes, todos y cada uno de ellos habían tomado su lugar junto a su estudiante. Su cielo.
Desde ese momento, los enfrentamientos se hacían presentes con más frecuencia en sus vidas. Primero contra los Varia, por el derecho de reclamar el título de décimo Vongola. Cada grupo siendo conformado por siete personas, portando la mitad de los anillos, enfrentándose para poder completarlo en su totalidad.
Al principio su estudiante le restó importancia, repitiendo con terquedad que no pensaba pelear con ellos para obtener el título de Décimo, pero cuando comenzaron a atacar a sus amigos, por primera vez, pudo ver un destello de la tremenda determinación que se encontraba en su mirada.
Tenía mucho potencial, sólo era cuestión de hacerla surgir.
El día de la lucha, cada uno de los guardianes demostró su valor, completando sus anillos con éxito. Pero el que sobresalió de todos fue aquel muchacho, que lentamente se estaba convirtiendo en un digno capo. Venció a su oponente, hijo de nono, Xanxus, un alfa con mucho carácter, con un corto de temperamento. Fue testigo del corazón de su pupilo, de lo grande y noble que era, a pesar que la derrota no fue algo que disfrutara, terminó por aceptarla, cediendo ante sus mandatos, no solo él, sino todos los presentes en la batalla.
En aquellos momentos se sentía orgulloso de ser su tutor.
La batalla en el futuro le demostró el poder de liderazgo innato que poseía, dejando a relucir el poder que fluía en su interior. Fuerte y determinado, a cada segundo crecía, mostrando que el futuro sería próspero para Vongola bajo su mando, convirtiéndose en una figura digna de respetar y servir.
Comenzando a ver a aquel muchacho, su torpe y atolondrado estudiante, de mirada achocolatada, como su igual. Sin embargo, el saber que el tiempo entre ellos se acababa, le causó un enorme desazón en su interior que decidió ignorar. Era necesario que lo dejara ir, su trabajo como tutor no sería eterno y Dame-Tsuna, pronto tomaría el control de todo.
O tal vez no.
En medio de la ceremonia de sucesión, apareció una familia que clamaba venganza por la traición que sufrió por Vongola, dando inicio a la batalla contra los Simon. Una amistad que comenzó con Primo y Cozarto, terminó siendo una batalla entre Tsuna y Enma, el décimo sucesor de la familia Simon, un alfa que, al igual que él, peleaba por sus ideales.
Una de las batallas más duras que tuvo que librar, en medio de la cual pudo aclarar el malentendido entre ambas familias, obteniendo de esta manera no solo la victoria, sino también un nuevo amigo. Juntos encaminaron a las dos familias, bajo las creencias e ideales de sus predecesores.
Fue un tiempo en el cual la paz reinó y él se dedicó a brindarle las últimas instrucciones a su estudiante. Tsuna y sus guardianes habían crecido tanto y junto a todas aquellas personas que había conocido, estaba seguro que podría lograr cambiar el mundo.
Pero no quería alejarse de su Dame estudiante, el tiempo que habían pasado juntos se había convertido en algo valioso para él. Sin embargo, cada vez que lo pensaba, un sentimiento de incertidumbre lo embargaba por completo. No quería darle un nombre a aquello, a sabiendas que cuando lo hiciera algo iba a cambiar.
Y sin previo aviso, su temor más grande se manifestó desencadenando la batalla que decidiría no solo su futuro, sino el de todos los infantes malditos por Cheker Face. Había aparecido en el momento en el que todos sus compañeros estaban débiles, estaban muriendo a causa de su maldición y buscaba un reemplazo de ellos, para proteger los pacificadores de los arcobaleno.
Irónico que, cuando él había comenzado a plantearse cómo nombrar aquello que sentía, se encontrara a punto de morir, mientras su verdugo venía a burlarse en su cara. Lo odió tanto que, sencillamente, no permitió que Tsuna lo enfrentara. Era consciente del poder que tenía y no permitiría que lastimara a la joven generación Vongola. Así que, asumiendo a regañadientes su destino, se preparó para lo que debía enfrentar.
Sin embargo, sentado en los escalones del santuario de namimori, observando como el sol era lentamente consumido en el ocaso, compartió un cómodo silencio junto a Tsuna, estaba listo para partir. Pero las palabras dichas por el muchacho, lo detuvieron por completo.
—Reborn, no te voy a dejar morir.
En aquel breve momento, sintió cómo el tiempo se detuvo y en su interior, una agradable calidez se expandía lentamente en su pecho. Solo esas palabras necesitó para no rendirse, apoyaría a su estudiante y obtendría su libertad.
Siendo consciente de los planes de Tsuna, se limitó a observar cómo acudía por la ayuda de todos aquellas personas con las que había recorrido juntos ese camino, viviendo y disfrutando de buenos y malos momentos, para hacer frente a tan terrible adversario. Muchos inconvenientes surgieron, pero finalmente lograron su objetivo. Lograron librarlos de su maldición sin acabar con sus vidas. Por fin, después de tanto tiempo, los arcobaleno eran libres y con ello sus cuerpos infantiles volverían a retomar su aspecto original de manera natural.
Todos y cada uno de ellos, estaba en deuda con el nuevo Decimo Vongola.
Sin embargo, él pudo finalmente nombrar aquello que, sin percatarse, había nacido en su interior. Pero no tenía la necesidad de apresurar las cosas, aún tenía tiempo. Primero quería recuperar su cuerpo, así que decidió comenzar una nueva aventura junto a Tsuna, no como su tutor, sino como su aliado. Quería verle crecer con sus propios ojos y vislumbrar el futuro que aguardaba bajo el mandato del Neo Primo Vongola.
El sentimiento en su interior a cada momento se hacía más fuerte. No estaba dispuesto a perder ante nadie, porque Reborn tenía su propio secreto.
El tiempo pasó volando, viendo a su estudiante graduarse de la preparatoria y la universidad con sus guardianes, pulieron sus habilidades hasta que, finalmente y bajo el decreto de Nono Vongola, invitaron a todas las familias que a lo largo de ese tiempo se habían involucrado con Tsuna, los Simon, Gesso, Millefiore, Varia, Cavallone, Talbot, Vidince junto a los Ex Arcobaleno, formaron lazos y construyeron amistades duraderas, celebraron todos con alegría la sucesión de poder del nuevo Neo Primo Vongola.
Cuatro años habían trascurrido desde aquel trascendental acontecimiento, cambiando no solo físicamente al capo y sus respectivos guardianes, sino también los diversos eventos que habían tomado lugar.
Ejerciendo su poder como el nuevo líder de Vongola, Tsuna se propuso a limpiar todos aquellos negocios sucios que fueran en contra de sus ideales, quería volver a implementar las enseñanzas adquiridas por Primo, encausando nuevamente a la familia. En ello, sus guardianes siempre fueron un respaldo importante en sus decisiones, demostrando el enorme poder que poseían. Si antes Vongola era poderosa, ahora se había convertido en una de las principales familias de respetar y temer.
El tiempo obrando de forma particular, permitió que las relaciones florecieron de los lugares menos insospechados, pero que desde hace tiempo, él ya suponía que terminaría por suceder.
El compromiso de los guardianes de la lluvia y la tormenta, aquella que desde el primer momento en el que se conocieron, era más que seguro que terminarían juntos, cosa que hizo muy feliz a Tsuna, cuando fue el primero al que le dieron la noticia.
La relación del potro salvaje, Dino Cavallone, un poderoso alfa, antiguo estudiante y actual líder de la familia Cavallone, con el guardián de la nube, que a pesar del temperamento de este, el cielo logró conquistarlo, encontrando en la nube a un amante apasionado.
La extraña relación entre el ex guardián de la niebla y el actual líder de la familia Millefiore, Byakuran, por buenas fuentes sabía que en algún momento se lo comunicarán de manera formal al Décimo.
La boda del guardián del sol con la mejor amiga de su hermana. Una bella beta de carácter fuerte llamada Hana Kurokawa. El día de la celebración, el décimo había decidido prácticamente botar la casa por la ventana. La celebración había durado una semana entera, en donde en medio de lágrimas y risas, recordaron el pasado y disfrutaron del presente, siendo despedidos el último día por todos y cada uno de sus amigos, deseándoles suerte y dejándolos ponerse en marcha a su luna de miel.
Los pequeños lambo e I-pin crecieron, él como un tranquilo beta y ella como una hermosa alfa, su amistad se transformó en el comienzo de algo más. El inicio de un romance juvenil.
Y por extraño que pareciera, entre todo el amor que se había desbordado en aquellos años, de la relación entre Kyoko y Tsuna nunca llegó a surgir algo más, dejando el enamoramiento de su estudiante por la chica como un recuerdo del pasado. Ambos eran buenos amigos y disfrutaban la compañía del otro, además dentro de unos pocos días la joven Sasagawa, presentaría a su pareja oficialmente. Y en la mansión estaban realizando los preparativos para ello.
Por su parte había avanzado a grandes pasos en ese tiempo, su cuerpo estaba creciendo lentamente y ahora poseía la apariencia de un niño de catorce años, gran avance para un lapso de cuatro años, pero no el suficiente. Disfrutando del revuelo de los empleados, aprovechó para pasear por los pasillos de la mansión, poniendo rumbo a la oficina del capo.
Últimamente permanecía sepultado bajo toneladas de documentación que debía firmar y autorizar, antes de poder hacer cualquier otra cosa, aunque por tendencia solía escapar de sus deberes. Sin embargo, en esta ocasión encontró al guardián de la tormenta custodiando a su jefe, para que no escapara de nueva cuenta dejando a un lado su deber.
—Buen trabajo, Gokudera —mencionó tranquilamente el asesino al ingresar en la oficina. El hombre de cabellos plateados se dio la vuelta, prestandole la atención necesaria al recién llegado.
—Muchas Gracias, Reborn —Hizo una pequeña reverencia y volvió a colocar sus ojos sobre su jefe, que se tensó nada más la mención del asesino—. El Décimo, ha estado bastante ocupado y necesito que termine de revisar todo esto, antes de que si quiera pueda asistir al banquete en honor a la señorita Kyoko y su prometido.
Ambos escucharon el sonoro suspiro, proveniente del que permanecía oculto tras las torres de papel, dejando de lado la pluma y colocándose en pie para enfrentarlos a los dos. —No pensé que por una simple misión de reconocimiento, Xanxus terminara desapareciendo media ciudad. ¡Jamás terminaré a este paso!
Por un momento, se permitió deleitarse con el aspecto de Tsuna, no importaba cuantas veces lo hiciera, aquellos suaves rasgos de su adolescencia fueron dejados de lado, convirtiéndolo en el mas atractivo de los alfas que haya conocido antes, conservando aún esa aura tranquilizadora a su alrededor. Sintiendo como su pulso se disparaba con solo verlo. Dios, estaba completamente perdido.
Agradeciendo su habilidad para ocultar sus sentimientos, volvió a la conversación. —No recuerdo haber entrenado a un jefe llorón, ¿acaso tendré que volver a enseñarte Dame-Tsuna? —Lanzó sus palabras con malicia, siendo consciente que la tensión era aún mayor en el cuerpo del moreno. Interesante.
—¡NO! —Escuchó como soltaba con fervor y, teniendo en cuenta su cansancio, era mucho decir. Pero se corrigió con rapidez—. No es necesario, Reborn. Acabaré con todo esto a tiempo —Finalizó, desviando su mirada hacia su guardián, rehuyendo de la suya. Si se ponía a analizarlo, las últimas semanas había sido así. Estaba a punto de hablar cuando las puertas de la oficina se abrieron de un solo golpe.
—Basura, tenemos que hablar —Bramó furioso el líder de los Varia, mientras se adentraba al lugar como si fuera suyo, tomando asiento en frente del moreno. Este, más que cansado, se pasó la mano por su rostro, armándose de valor para la reunión sorpresa que tendrían. —Claro Xanxus, dime, ¿qué sucede ahora? —El temperamental hombre le respondió con un chasquido de lengua, fulminándolo con la mirada. Solo que Tsuna estaba lo bastante acostumbrado a ese tipo de miradas por su parte, que ni se inmuto ante aquello.
—A solas —exigió.
Sin más remedio, le pidió a su guardián y al asesino que se retiraran del lugar. Ambos obedecieron, pero él notó como la tensión en los hombros del moreno desaparecía por arte de magia apenas ellos abandonaron la oficina. No le gustaba nada aquello, encontraría el momento para interrogar a su estudiante y sacarle, así sea con tortura, la verdad.
Los días continuaban su curso. Como había prometido el Décimo, término el papeleo en su totalidad, por lo que la tormenta le permitió desplazarse nuevamente a sus actividades, eventos y demás. Solo que ahora para el asesino era imposible encontrarlo, resulta que ahora se había convertido en un fantasma, uno muy difícil de atrapar.
Para cuando el día del evento de compromiso de Kyoko llegó, la paciencia del ex arcobaleno había llegado a su límite. Vistiendo un elegante traje para la ocasión, a juego con su fedora, se dispuso a buscar a su dolor de cabeza particular. No pensaba dejarlo escapar más.
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Continuará.
JAJAJAJA No me vayan a golpear, que aun falta la segunda parte de este enorme two-shot omegaverse, espero se queden para averiguar lo que pasa.
Pero descuiden, la segunda parte se publicara mañana, para el cumpleños de Tsuna. Tenia que hacer algo por ellos este año y BOOM esta belleza salió.
Agradecimientos enormes a mi bellisima beta, por aguantarme en mi completa histeria mientras escribía esta historia.
Nos leemos en la próxima parte.
¿reviews?
Ciao~
Marhaya
