Hola! Esta es la primera vez que publico en esta página, asíque ando aprendiendo a manejarla :P Esta es una idea algo rara que surgió el findesemana en mi cabeza, menzclando un poco de The Lord of the Rings y Harry Potter, espero que les guste (sino se aceptan jitomatazos) de cualquier modo espero sus comentarios.

Saludos con gripe.

Merenwen-.


El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se recortaba soberbio contra el cielo del alba, justo junto a la verja de entrada, dos figuras contemplaban el magnífico castillo.

- ¿Estás segura de que es aquí, Tári?- preguntó la figura más alta, cuyo cabello y rostro iban cubiertos con una sedosa capucha azul marino.

- Elrond, puedes ser un pesado cuando se te antoja- resopló la otra con voz suave estirando una mano de delgados y níveos dedos desde los pliegues de la capa púrpura para apoyarla en el nudoso tronco del árbol más cercano- Claro que estoy segura, las cuatro están aquí.

- Sabes perfectamente que no podemos fallar- insistió la primer voz con tono de fastidio- Phayndak no va a estar contenta si nos equivocamos- añadió como si la mención de ese nombre debiera meter presión a su compañera.

- Deja ya de dar lata y preocúpate por tener una historia creíble para entrar aquí- se irritó la otra- que es tu parte del trabajo y déjame el rastrearlos a mí- levantó la cabeza hacía las picudas torres del castillo- ¿Listo?

-Jamás.

El Gran Comedor siempre era un bullicio a la hora de la cena pero, ese día en particular, todos cuchicheaban sobre porque estaba el Sombrero Seleccionador en el estrado si la Ceremonia de Selección había sido hacía un mes.

Antes de que las conjeturas más descabelladas pudieran levantar vuelo, las puertas de roble del comedor se abrieron con un ruido sordo y todas las cabezas se giraron hacía allí: parados en el marco de la puerta dos jóvenes miraban todo con cautela. Ella poseía el cabello del color del oro bajo la luz de la luna, lacio por la cintura y acompañado por dos profundos ojos azules, su piel era de una blancura increíble y todos sus rasgos eran tan delicados que parecía casi etérea; llevaba un sencillo vestido de tirantes blanco con una cinta esmeralda en el talle y ballerinas blancas. Él era dos cabezas más alto que ella, el cabello lo llevaba ligeramente largo y despeinado sobre la frente de un dorado intenso y los ojos del color de la turquesa, tenía la piel igual de clara que la de su compañera y sus rasgos también eran suaves y delicados aunque, no obstante, no menos masculinos; lucía una camisa ligera blanca y pantalones y zapatos beige seco. Aunque lo que más llamaba la atención de ambos jóvenes era el halo elegante, hermoso, poderoso y sutil que los envolvía.

El muchacho se adelantó hasta la mesa de profesores con paso sereno y seguro, aunque ella caminaba dos pasos por detrás no parecía menos magnífica ni orgullosa que su acompañante y miraba a su alrededor con aire curioso pero sosegado. Al llegar junto al director, le susurró unas palabras al oído, el director asintió y él bajó al pie del estrado junto a su compañera.

- Queridos alumnos, profesores y fantasmas.- llamó el anciano profesor con voz calma a un atento auditorio- Notarán que esta noche el Sombrero Seleccionador está entre nosotros- un murmullo de asentimiento siguió a esta declaración- A partir de hoy tendremos a dos nuevos alumnos entre nosotros que han viajado desde muy lejos para estar aquí, espero que estén a la altura de nuestro querido colegio y sepan tratarlos como se merecen.

Una mujer alta, de cabello recogido en un moño tirante y sombrero de ala ancha se levantó de su asiento y se subió al estrado.

- Grehimer, Alexander.- llamó con voz clara.

El muchacho se adelantó y, sentándose en el taburete que le ofrecían, se colocó el viejo sombrero. Hubo unos tensos momentos de silencio en los que todos los alumnos de las distintas casas cruzaban sus dedos para ganar al nuevo y enigmático alumno.

-¡GRYFFINDOR!- exclamó el sombrero rompiendo el tenso ambiente de ansiedad y logrando que los leones estallaran en estruendosos aplausos. El muchacho se paro con calma y, sin alterarse ni un momento, se dirigió hacía la mesa escarlata con una imperceptible sonrisa a su compañera.

- Grehimer, Marlene.

La muchacha se adelantó y, dirigiendo una mirada a su alrededor, se sentó con ligereza en el taburete y se colocó el sombrero.

-¡GRYFFINDOR!- exclamó apenas rozarle la coronilla, la muchacha extendió una sonrisa de dientes blancos y se bajo de un salto del estrado para sentarse junto a Alexander.

- Permíteme darte la bienvenida a nuestro humilde colegio.- saludó un muchacho de cabello negro y ojos gris oscuro haciendo una graciosa reverencia ante la rubia.- Mi nombre es Sirius Black y espero poder ser útil a tan hermosa visitante.

- Sirius deja de hacer el tonto o estos pobres chicos pensarán que cayeron en un loquero- lo regaño un muchacho de cabello castaño claro y ojos miel con una sonrisa divertida- Disculpen al menso de mi amigo, soy Remus Lupin, prefecto de sexto de Gryffindor- saludó sonriendo a ambos.

- El único lunático que veo por aquí, eres tú, querido amigo- rebatió el moreno con un puchero ofendido.

- Ya, ya niños, dejen de pelear enfrente de las visitas.- intervino un joven de cabello azabache y ojos avellana con una sonrisa traviesa bailando en sus labios.- James Potter, encantado- añadió dirigiéndole una chispeante mirada a Marlene.

- Un placer conocerlos a todos, mi nombre es Marlene Grehimer y el es mi hermano Alexander.- respondió la rubia a los saludos con voz suave y dirigiéndole una elocuente mirada a su compañero.

- Encantado- añadió él de forma seca pero aún así amable.

- ¿De dónde vienen chicos?- preguntó Remus tratando de entablar una conversación.

- Del norte, vivíamos en un pueblo pequeño, no era muy conocido.- contestó Marlene con aplomo, sonriéndole a los muchachos que la miraban encandilados.

-¿Y porque vinieron hasta ahora y no en Septiembre?- inquirió James.

- Un montón de trámites burocráticos interminables- contestó esta vez Alexander.

-Disculpen…- interrumpió una nueva voz, los cinco se giraron y se encararon con una muchacha de cabello rojo oscuro y brillantes ojos verdes.

- ¡Lily, amor mío! Ya sé que me extrañabas pero podrías esperar a que deje a mis nuevos amigos- la saludó James de modo arrogante haciendo que la pelirroja rodara los ojos y resoplara.

-Potter, tres cosas: la primera para ti soy Evans, no Lily; la segunda, no te extraño ni soy tu amor y la tercera, estoy aquí para buscar a Remus.- le increpó la muchacha fastidiada, todos estaban atentos a la discusión por lo que no notaron la mirada que cruzaron los hermanos ni el rápido asentimiento de Marlene- Disculpen a este troglodita- añadió la pelirroja dirigiéndose a sus nuevos compañeros- Soy Lily Evans, la prefecta de sexto de Gryffindor, es un placer conocerlos- les dedicó, especialmente a Alexander, una dulce sonrisa que hizo que cierto moreno frunciera el ceño.

- El placer es todo nuestro Srita. Evans- aseguró el rubio con media sonrisa que hizo aparecer un ligero rubor en las mejillas de la prefecta y una curva más pronunciada en el ceño del joven Potter.

- Llámenme Lily, no hace falta tanta formalidad.- se apresuró a corregirlo la muchacha con otra sonrisa.

- Encantada Lily, mi nombre es Marlene y él es mi hermano Alexander- intervino la ojiazul regalándole su calma sonrisa a la joven bruja que la miró encandilada.

- Remus, lamento interrumpir su charla, pero hay que llevar a los de primero a la torre.- le comunicó la pelirroja al merodeador de ojos miel.

-¿No se encargan Sabrina y Andrew este año?- inquirió el muchacho refiriéndose a los prefectos de quinto de su casa.

- Es que hay que mostrarles como hacerlo y supervisarlos de todos modos- explicó la muchacha con un gesto tan fastidiado y resignado como el de su compañero.

-Está bien, si no hay más remedio, nos vemos después chicos.

- ¡Lunático, cuida bien a la futura madre de mis hijos!- exclamó James cuando ambos prefectos se alejaban, ganándose una mirada furiosa de la pelirroja y una de resignación de su amigo.

Esa misma noche, los hermanos Grehimer y dos de los merodeadores se encontraban sentados en las butacas de la Sala Común, descansando después de una opípara cena.

- Y ¿Dónde estudiaban antes de venir a Hogwarts?- preguntó Sirius mirando fijamente a la rubia que estaba sentada frente suyo.

- Estudiábamos en casa, mamá tenía mucho tiempo libre y nos enseñaba- contestó ella, Alexander se encontraba contemplando las estrellas por la ventana.

- ¿Nunca asistieron a un colegio?- preguntó James impresionado.

- En nuestro pueblo no se acostumbraba, por lo general las madres educan a los niños y a lo sumo se dan determinadas lecciones grupales impartidas por los ancianos del pueblo- explicó Marlene jugando con sus dedos, distraída.

- Pero, ¿cómo es que han estudiado magia sin que nadie se diera cuenta?- inquirió el ojigris con cierta desconfianza.

Los hermanos intercambiaron una mirada tan fugaz que paso desapercibida para los morenos.

- Digamos que en el pueblo, todos están relacionados de alguna manera con este mundo- contestó Alexander con aplomo aunque, para alguien atento, sonó a evasiva.

- ¿Y que les gusta hacer?- preguntó el merodeador de gafas para desviar la atención de ese punto ríspido- ¿Juegan al Quidditch o practican algún deporte?- añadió con más entusiasmo.

- A mi no me gusta mucho volar- dijo Marlene haciendo una graciosa mueca con la nariz- pero Alex lo ha jugado un par de veces.

- La niña delicada- se burló su hermano con sorna ganándose una mirada fulminante de parte de la muchacha- No somos muy adeptos a los deportes aéreos, no es nuestro elemento- en sus labios se formo una sonrisa imperceptible- aunque si nos gusta mucho el tiro con arco, especialmente a la delicada damisela que tienen frente a ustedes- añadió con un dejo de ironía mirando a su hermana.

- Eso lo dices de resentido porque sabes que soy mejor que tú- se burlo ella provocando las carcajadas de los demás presentes.

- ¿Qué es tan gracioso?- preguntó Remus que entraba en ese momento seguido por Lily y una muchacha de cabello caoba, piel bronceada y ojos grises.

-Nada, simples disputas entre hermanos.- contestó la rubia regalándole una sonrisa que ocasiono que un par de ojos los miraran suspicaces y otro para recelosos.

- Marlene- Lily se adelantó un paso para llamar la atención de la muchacha- ella es Sabrina Morrison, la prefecta de quinto de nuestra casa y una de tus nuevas compañeras de habitación- la mirada de ambos hermanos se posó sobre la morena y Marlene asintió imperceptiblemente.

- Esperen un minuto, ¿Tú vas a quinto?- inquirió Sirius abriendo bastante los ojos y mirando a la rubia que se sonreía.

- Sí, Alex es un año mayor que yo y varios años más inmaduro.- explico ella mirando socarronamente a su hermano.- Encantada de conocerte Sabrina, yo soy Marlene Grehimer y él es mi hermano Alexander.

- El placer es mío Marlene- contestó la morena con voz alegre- Si me permites te mostraré la habitación ahora, estoy algo cansada.

- Por supuesto- se paró de su lugar y se encaró con los merodeadores- un gusto charlar con ustedes chicos- saludó dedicándole una sonrisa a los embelesados leones- hermano- se acercó al rubio y deposito un beso muy cerca de su oreja- buenas noches.

Tras esto y una breve inclinación de cabeza de Sabrina, ambas subieron a la torre de las chicas.

El negro penetrante de la noche cerrada dejaba paso ya a los primeros albores de la mañana y dos figuras conversaban sentadas en los lindes del Bosque Prohibido.

- Dos de cuatro no está mal para el primer día- comentó la figura que poseía la voz más suave y se encontraba encaramada en las ramas bajas de un viejo roble- ¿No lo crees así?

- Admito que no esperaba encontrarlas tan rápido, pero aún así faltan dos, hay que vigilar a Nienna y Merenwen y el tiempo no nos juega a favor- resopló la figura más alta que se recargaba en el tronco del árbol.

- Ya las encontraremos, confía en mí, además Phayndak resistirá hasta nuestro regreso.

- Eso espero, porque mi último deseo es ser siervo de Morbárad.

- Hay Elrond, tú siempre tan negativo- suspiró la primera voz- Mejor cuéntame de casa y de nuestra música, que ya la extraño.

Una dulce e intrincada melodía resonó esa noche por todos los rincones del bosque.


Bueno, hasta acá lo que se daba, ya se que quedó corto pero ya estoy trabajando en el que sigue, no me maten.

Espero que les haya gustado lo suficiente, si es así, dejarme un review!

Los quiere

Merenwen-.