Título: 1.000.000.

Personajes: Kōta Izumi, Mirio Togata, Eri Aizawa.

Pairing: KōtaEri.

Advertencias: Disclaimer Boku no Hero Academia; los personajes no me pertenecen, créditos a Kōhei Horikoshi. Posible y mucho OoC [Fuera de personaje]. Fluff infantil, poco romance.

Clasificación: K

Categoría: Amistad, General.

Total de palabras: 500.

Notas: Hubo una imagen que me dio esta idea, así que... créditos a esa imagen (。・ω・。)


Summary: ¿Cuál era de número favorito de Kōta? ¿Cuál era el número favorito de Eri? / 1.000.000


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Kōta suspira y juega con sus manos. Su tía Shino se ha ido con su grupo a un lugar importante y lo dejaron al cuidado de Aizawa y los chicos de la clase 1-A. El hombre se había retirado a hacer algo pero aclaró que no tardaría mucho y los chicos habían salido por pedido del director y All Might que les iba a dar unas palabras, por lo que sólo debía esperar ahí, en la sala.

Solito.

Ya no había nadie en ese gigantesco lugar.

Hasta que...

—Perdón por la intrusión.

Esa voz le hizo dejar de mirar sus manos para dirigir su vista a la entrada, por donde pasaba un alto chico rubio de rostro extraño y sonriente. Ambos cruzan miradas y quedan en silencio.

—¿Y los demás? —pregunta el muchacho.

—Salieron. —Contesta con simpleza.

—Oh. Aizawa-sensei ha de estar buscando a Eri entonces —piensa en voz alta, y luego se gira a mirar a la niña que Izumi apenas nota—. Eri-chan, ¿podrías esperar aquí un momento? Iré a buscar a Aizawa-sensei.

La albina asiente levemente y le dedica una sonrisa diminuta pero dulce.

Y lo que Kōta supo luego de eso de que la tal Eri estaba a su lado —como a dos metros de distancia— en el sofá de la sala. Y el silencio entre ellos era algo molesto, según el niño.

—Así que... —incapaz de seguir soportando la incomodidad, es el primero en hablar—. ¿Ese chico rubio raro es tu familiar o algo así?

—Mirio no es mi familia —contesta vagamente la pequeña—, es mi héroe. —Agrega en voz algo baja, evitando mirarle a los ojos.

Los ojos del niño se llenan de curiosidad al lograr oír eso último.

—¿Por qué? —aventura con curiosidad. Ella le mira.

—Él me enseñó que tengo que ser valiente —comenta cada vez menos tímida—. Me salvó y se sacrificó por mí.

—¿En serio? —Pregunta ligeramente más interesado, e inconscientemente se acerca—. ¿A pesar de que fue algo difícil para él y que casi le costó la vida?

La albina asiente ya bastante alegre y emocionada.

—¡Sí! Y estoy muy agradecida por eso.

—¡A mí me ocurrió lo mismo! —Explica animado—. Sabes, al principio yo no quería a los héroes, hasta que Deku me salvó de morir a manos de Muscular. Ahora él es mi héroe.

—¡¿Deku?! ¿Lo conoces tú también?

—¡Sí! ¡Él me salvó de un villano!

—¡A mí también!

Y entonces ambos se sumen en carcajadas infantiles y felices, estando casi pegados uno al otro en ese enorme sillón.

—¿Cuál es tu nombre? —aventura la pequeña.

—Soy Kōta —contesta sonriente—. ¿Y tú?

—Eri —afirma dedicándole la misma deslumbrante sonrisa—. Oye, Kōta, ¿tienes un número favorito? ¡El mío es 1.000.000! —exclama alzando los brazos alegremente.

El niño parpadea y sus ojos brillan en emoción.

—¡Ése es el mío también! ¡1.000.000%!

Y luego de eso siguen más risas emocionadas y felices. Y eso que las probabilidades de que dos niños completamente desconocidos tuvieran el mismo número favorito, es de uno en un millón.


Fin.