Disclaimer: No soy dueño de KHR ni de ninguno de sus personajes.
Eun hermoso día en Namimori, los pájaros comienzan con su relajante cantar y junto a estos las personas comenzando su rutina diaria. La escuela secundaria de Namimori siempre se ha caracterizado por tener estudiantes de un nivel muy alto, puntuales, tranquilos y sobre todo respetuosos.
—¡Déjame pasar, hijo de puta!
—Joven Gokudera, y-ya le he dicho que no puedo dejarlo entrar a mi clase si llega cuarenta minutos después, l-lo siento...
—Profesor, usted es un inútil de mierda, ahora quitese.
El profesor no tuvo alternativa más que dejar al estudiante peliblanco pasar a su clase, la cual terminaba en escasos diez minutos. El resto de los estudiantes seguían algo sorprendidos por la actitud que siempre había presentado en peliblanco, aun cuando llevaban más de medio año viéndolo diario.
—Dejen de mirarme, idiotas —. Tras decir esto la clase continuó lo más normal que se pudo.
Lo que nadie notó es que después de la disputa del peliblanco y el profesor otro estudiante pasó por la puerta y tomó su asiento, en total silencio.
Este chico es Sawada Tsunayoshi, ningún estudiante lo conoce y los profesores solo porque ven sus trabajos; él estaba bien con su modo de vida, nadie le hacía caso, no tenía relaciones superficiales y no tenía que amarrar su felicidad a otras personas, era simplemente perfecto. Cuando llegaba, siempre tarde, hacía el trabajo de clase y se ponía a dormir, escuchar música o videojuegos hasta el final de la siguiente clase, cuando debía hacer el trabajo; así era todo el tiempo y le encantaba.
Era hora del almuerzo, todos se dedicaban a formar grupos para alimentar sus instintos y necesidad social, pero Sawada Tsunayoshi no tiene la más mínima idea de cómo se siente eso, tampoco tiene intención de saber, así que simplemente de iba a casa temprano, como siempre.
Salió de la escuela sin dificultad alguna, nadie le dijo nada, en verdad, nadie lo notó.
En el camino todo era muy tranquilo y no parecía haber nada fuera de lo normal; eso es lo que diría una persona normal y corriente, pero Tsuna no era así, después de tanto tiempo solo usando su vista lo ayudó a desarrollar su vista de forma excelente, era muy observador y pequeños detalles los notaba súper fácil, en especial en los entornos que ya conoce.
—¿Quién eres?
—Así que te diste cuenta de mí, Sawada Tsunayoshi —. Se escuchó una voz tras el castaño.
El castaño estaba a punto de voltear, pero sintió algo de metal en la nuca y escuchó un click, se espantó y sus piernas temblaron.
—T-te daré todo lo que traigo.
—No quiero nada que tú tengas, ahora camina a tu casa.
El castaño caminó a su casa con miedo, no podía hacer nada, a esa hora no había locales abiertos y ningún vecino lo vería, solo podía seguir las ordenes del desconocido.
El castaño llegó a casa y se detuvo.
—Es aquí...
—Entra.
Abrió la puerta temblando y entró, de frente encontró a su madre, una hermosa mujer con cabello castaño corto, de tez clara y complexión delgada.
—Bienvenido Tsu-kun... oh, Reborn, bienvenido a casa, veo que si lo encontraste —. El semblante alegre no cambió para nada.
—¿R-Reborn?
—Así me llamo.
El castaño por fin volteó y vio a un pequeño bebé con traje y sombrero, con unos ojos sin vida que transmitian un hermoso sentimiento de angustia y pánico.
—El va a ser tu tutor personal Tsu-kun, tus notas están muy bajas y necesitas alguien que te ayude a subirlas.
El castaño subió a su habitación, no era tonto, sabía la que había escuchado y sentido, ese bebé era peligroso, además de que ¿cómo carajos un bebé lo iba a ayudar en la escuela? Debía ser un mal chiste de su madre, uno muy malo.
El castaño abrió la puerta de su habitación, vio el piso cubierto de lo que parecían trampas de oso, no le dio la suficiente atención, pues esta la dirijió a la enorme bota que golpeó su abdomen y lo lanzó por las escaleras.
—Esto es un sueño, lo sé, solo debo despertar en mi cama.
—No es un sueño, para tu mala suerte.
El castaño despertó al día siguiente por un martillazo del pequeño tutor, sin recordar nada de lo último que pasó, ni cómo llegó a su cama ni la desconocida voz.
—¿Po-por qué me pegas? —. Logró articular el castaño mientras recuperaba el aire.
—Porque quiero
El pequeño bebé se fue mientras el castaño tomaba una ducha.
Al bajar, el castaño iba más temprano de lo normal, así que pudo desayunar tranquilamente y dirigirse a la escuela, sintiendo el bulto del bebé en su cabeza.
—¿Tienes novia? —. El tono permitió a Tsuna darse cuenta de la burla.
—No.
—¿Amigos?
—No.
—¿Qué hay de tu padre?
—Nos abandonó hace años y no sé nada de él, ni me interesa.
—¿No te interesa nadie?
—No...
El castaño quedó embobado al ver una pelinaranja pasar frente a él, Sasagawa Kyoko, el amor de la infancia de Tsuna.
—Me mentiste, tuviste el jodido valor de mentirme.
El castaño por primera vez sintió lo que era el terror, mientras era torturado por Reborn quedó helado por ver una pistola apuntando entre sus ojos.
—Si no tienes el valor de decir lo que sientes no mereces vivir, muere.
—Tendremos que fingir frente a él por un tiempo —. Esa extraña voz de nuevo.
—Así que esto es morir, es extraño, es como caer sin llegar a tocar el suelo, que interesante.
Tsuna se levantó de golpe, rompiendo su ropa en el proceso, tenía una llama naranja en la frente y salió corriendo a la dirección que tomó la pelinaranja minutos atrás.
—¡Por favor sal conmigo! —gritó con mucha energía el castaño, pero no a la pelinaranja, se estaba dirigiendo al chico de su lado.
—Perfecto, todos lo tomarán como una broma y el bebé no tendrá problema.
Cuando Tsuna reaccionó ya estaba obligado a ir a una pelea luego de clases.
Terminan las clases, todos están tensos por no ser descubiertos por los profesores o peor aún, por el comité disciplinario.
El castaño no había podido salir de la escuela, por primera vez le ponían atención y no era bonito. Estuvo todo el día encerrado en los baños pensando como salvarse de esa o escapar.
Era hora de la salida y todos actuaban con normalidad, Tsuna no tuvo otra opción más que aceptar su destino, se resignó a recibir una paliza.
Siguió a la multitud fuera de la escuela en silencio, cuando llegó al parque donde todos se reunieron, dentro del círculo formado por los 'espectadores' de la pelea; dentro del círculo estaba Mochida esperando.
—Al parecer tienes el suficiente valor para venir aquí.
—No me dejaste otra alternativa,
tus amigos no me dejaron salir de la escuela.
Todos estaban sorprendidos porque admitía ser un cobarde tan fácil.
—Solo me golpeara hasta que él y el resto se aburran de ver que no haga nada.—Jodido inútil, deja de lloriquear y se lanzó de frente a Tsuna, muy confiado de que el castaño no tendría ni tiempo de reaccionar; salió volando por un golpe en la mandíbula que lo hizo rodar unos metros y le tumbó un par de dientes; todos estaban en se fue en silencio dejando a un Mochida noqueado.
—¿Qué pasó ahí?
—No sé de qué hablas, Reborn.
—Ya me lo dirás otro día, quieras o no.
Tsuna siguió su camino en completo silencio, sabía que no solo Reborn lo seguía.
—¿Quién eres y qué quieres?
De un callejón salió Gokudera Hayato, fumando un cigarrillo.
—Vengo a matarte.
Gokudera sacó unos tubos de dinamita de su manga y las encendió con el cigarrillo y comenzó a lanzarlas al castaño, que corrió asustado.
—Jodido cobarde, yo me encargo de esto.
El peliblanco corrió tras el castaño, pensando que no pararía de huir, cuando de la nada el castaño se agachó y puso las manos en el suelo, para luego darle una patada al estómago que lo hizo escupir sangre.
—Te pregunté que qué quieres.
—Hi-hijo de puta...
El peliblanco dio una patada en las rodillas del castaño, haciéndolo perder el equilibrio, y rompiéndola en el proceso. Mientras el castaño caía aprovecho el impulso y dio un cabezazo contra la nariz del rival.
—Idiota...
Tras ser embestido por el castaño se le resbalaron varias cargas de dinamita, era una bomba enorme, los dos morirían.
—Deberian tener más cuidado mientras juegan, pueden hacerse daño.
Ambos, tirados en el suelo, voltearon a la nueva voz y vieron a Yamamoto Takeshi, un chico populsr de su clase, apagando las dinamitas.
A lo lejos Reborn sonriendo, mientras se alejaba lentamente.
Hasta aquí el episodio y bueno, me presento: Soy Nakzu (muy poco original) y esta historia la escribo porque hace justo cuatro años escribí un fanfic, aquí mismo, horrible, y quiero demostrarme a mí mismo que soy capaz de escribir algo que no de asco, si alguien quiere leer adelante, es totalmente bienvenido o bienvenida.
La historia tendrá muchísimos cambios, peincipalmente en oersonajes, pues no usaré a los que no considere útiles para la historia y tendrán cambios de actitud y tal; trataré de actualizar de forma constante, pero no puedo prometer nada.
Si alguien lee esto por favor responda: ¿Debería usar los sufijos japoneses (kun, chan, sama, etc) o no?
Sin más, ¡un saludo!
