Cap.1 El Viaje
Lo había perdido todo, absolutamente todo.
Aun no podía creer que él ya estaba muy lejos, que todo había cambiado y que nuevamente estaba solo.
Caine Wise estaba de nuevo como empezó.
Sabía que no podía ser cierto la felicidad, no, pero aun así había albergado esperanzas. Júpiter se había casado con otro hombre. Con un aristócrata poderoso, y ella lo había abandonado.
"No es amor, es por intereses de la familia" había dicho ella, pero no importaba, ella había tomado su decisión, y él ahora tomaba la suya.
Irse de ahí, lejos de ella era lo mejor. Ya tenía demasiado sufrimiento como para tener más. No quiso aceptar reintegrarse en la milicia porque sería verla seguido. Ella le había pedido que siguiera junto a ella, como su escolta personal, pero eso era imposible. Y él no quería verla en su vida. Ni ser su amante, como se lo había propuesto.
-Jamás permitiría que otro te tocara si fueras mía. Y como no lo eres, solo tengo derecho a una cosa: Irme de aquí.- Júpiter suplicó, lloró, hizo todo lo que estuvo a su alcance. No logró nada.
Cuando el portal se abrió, no le importó a donde dirigirse con tal de que fuera lo más lejos de ella posible. Seguiría siendo un cazador, tenía un buen arsenal y ella al final le dio lo que él pidió: La libertad.
Había pasado más de 6 meses desde su partida, y en ese planeta se encontraba de paso, uno más como cualquier otro, se dirigía a su nave cuando con repulsión se dio cuenta de un mercado de esclavos que casi llegaba a su fin. Dio media vuelta para marcharse pero un golpe seco lo detuvo, un desagradable olor lo hizo voltear y ver qué pasaba:
Un nativo del planeta, había pateado a algo que se movía en el piso. Al moverse, Caine se dio cuenta que era una hembra. Muy mal alimentada por cierto, la pobre parecía un cadáver viviente. Con esfuerzo se empezó a levantar mientras el tipejo le propinó otra patada al estómago.
—¡No sirves para nada, eres solo basura! — le gritó en su idioma, para el traductor universal que traía Caine, eso fue como una bofetada. La hembra se retorció de dolor mientras intentaba alejarse y el tipejo le propinó otra patada que no llegó a su lugar debido a una bota que se interpuso en su camino.
—¡Dejala en paz!-El tipo que tenía 4 brazos y los ojos completamente blancos y una piel purpurea, le miró enfadado.
—Es mía y la mato si asi lo quiero— Sacó una enorme navaja de su pierna y la dirigió hacia la hembra que solo cerró los ojos y ladeó el cuello. Resignada y preparada ya para la muerte.
—Te la compro—La pistola era un muy buen estimulante para la compra, el tipo la miró con desagrado y luego sonrió.
Rato después Caine estaba en su nave, feliz de estar de salida de ese horrible planeta. Algo mareado y fastidiado porque descubrió que era la hembra la que olía así.
Ella estaba hecha un ovillo en un rincón, Caine por más que intentó que se sentara, ella se negó rotundamente. No hablaba y gruesas lágrimas brotaban de sus marchitos ojos. Su piel parecía más una hoja seca y amarilla, casi café, rugosa y aspera. Caine la veía de reojo cada que podía, recordó un planeta que es como un oasis, porque a nadie le gustaba vivir ahí, humanos, pero para algunos como él, mitad animal, estaban en su elemento. Así que se dirigió a Ntaloo.
A ver que les parece esta historia. Si les gusta, dejen comentarios.
Atenea.
