Hola! :D espero que les guste a historia, este será el primer capítulo de muchos más (espero) y bueno, no se... esto es lo que pasa cuando a uno le gusta el Dramione y el Tomione: surge una historia como esta xD

Si les gusta dejen un review, porfis :3 bye, nos vemos en el siguiente capítulo :)

Capítulo 1: Perdidos

Ella miro a ambos lados del extenso corredor para asegurarse de que este estuviera vacio, rápidamente se escondió detrás de una enorme estatua de un troll con aspecto de estar filosofando, a la vez que sacaba un objeto dorado desde dentro del mismo.

Había sido un milagro, cuando, el día anterior, después del banquete, Dumbledore, junto con la profesora McGonagall habían accedido a volver a prestarle el giratiempos.

Su horario de clases, para colmo de Harry y Ron volvía a ser igual de apretado que en tercer año.

Con delicadeza sacó el giratiempos de su bolso, tomándolo por su larga cadena dorada. De pronto, una mano surgió desde sus espaldas, arrebatándole el aparato de sus manos. Se giró, furiosa, solo para encontrarse a Malfoy observando el objeto con el ceño fruncido. Ni siquiera lo había escuchado acercarse.

-¿Que es esta cosa Granger?- ella estiro el brazo para arrebatárselo, y el chico, con una sonrisa de burla alejo el brazo lo más que pudo de ella.

-¡Dámelo Malfoy!

-¿O qué? ¿vas a llamar a Potty para que acuda a ayudarte?- él se echó a reír, y ella, aprovechando el momento de distracción del chico, se lanzó hacia adelante, tratando de quitarle el objeto, él, la sujeto por el hombro para que no se le acercara.

-¡Dámelo... hurón... estúpido...- se soltó de su agarre, y, con un movimiento rápido alcanzó tomar, con la punta de sus dedos la cadena dorada del giratiempo. Habría sacado su varita, que estaba en su bolso, pero de seguro Malfoy tendría la suya a mano.

Dio un tirón fuerte a la cadena, a la vez que Malfoy, sujetaba con ambas manos el aparato, produciendo así que la cadena se alargase considerablemente.

-Ah... ya veo- soltó el con ironía, a la vez que forcejeaba y se ponía la cadena alrededor de su cuello- es una especie de collar o amuleto ¿no es así? se parece a los que Lovegood...

-Cállate- ella lo empujó, quedando ambos dentro de la cadena. Lo habría hechizado en ese mismo momento si hubiera sido posible. Con una exclamación de triunfo logró arrebatarle el giratiempos a Malfoy, a la vez que el volvía a agarrarlo. Ambos dieron un fuerte tirón, haciendo que un sonoro crack se oyera por todo el pasillo, Hermione miró el giratiempos, había aparecido una enorme raja en el lugar del reloj de arena, y esta seguía avanzando, por todas las partes visibles del aparato, como si fuera un vidrio cascado. El aparato vibraba y daba saltos en sus manos, la cadena disminuyo su tamaño, dejándolos inmóviles en menos de una fracción de segundo.

Ni siquiera tuvo tiempo para dar un grito de molestia, todo a su alrededor empezó a girar violentamente, como si una fuerza invisible les diera vueltas una y otra vez, trato de afirmarse a algo, a lo que fuera, pero la única persona cerca era Malfoy, que miraba hacia uno y otro lado, asustado. Ella sabía bien lo que estaba pasando, el giratiempos había empezado a funcionar de forma descontrolada, miró el aparato, solo para ver como el pequeño reloj de arena, ya trisado daba vueltas una y otra vez, cada vez mas rápido. Draco abrió la boca y grito algo, aunque ella no podía escucharlo.

En sus manos el giratiempo ardía y de pronto, con una ultimo Crack se partió totalmente, lo siguiente que vio fue oscuridad, a la vez que sentía como caía, como ambos caían. Un grito salió de su garganta.

...

El sol le llegaba de peno en el rostro, ella se volteó, molesta, de seguro Lavender o Parvati habrían corrido las cortinas, dejando que la luz del sol entrase. Abrió sus ojos, solo para encontrarse contra el duro y polvoriento suelo. Se incorporó con extrema lentitud, a la vez que recordaba, con una punzada de preocupación en su estomago lo que había sucedido.

Mierda.

Miró a sus alrededor, Malfoy estaba tirado en el suelo, aparentemente dormido, con el cabello revuelto y cubierto de hojas secas, entre ellos estaba el giratiempos, roto, al igual que la cadena. Miró a su alrededor, definitivamente no estaban en la escuela, los árboles los rodeaban, demasiado separados y llenos de flores como para ser árboles del bosque prohibido.

Se puso de pie, tambaleante, a la vez que cogía su bolso. De verdad esperaba que solo hubieran retrocedido un par de horas, a lo máximo días, en el tiempo. Recogió los pedazos rotos del giratiempos, no sabía como iba a explicarle a Dumbledore lo sucedido.

Miro a Malfoy una vez más, todo eso era su culpa, ella solo había querido retroceder una hora el tiempo, para así poder asistir a la clase de Runas Antiguas... hasta que había aparecido Malfoy. Apretó los dientes, considerando la tentadora idea de dejarlo allí tirado y largarse al castillo (si es que estaban cerca) pero luego se lo pensó mejor.

No sabía en qué época estaban, aunque esperaba que solo fuera un par de días, pero aún así... ella no era tan cruel como para dejarlo solo, y menos en una (posible) época diferente. Se acercó con cautela, como si de una animal salvaje se tratase.

Apoyo la punta de sus dedos en el hombro del chico, meciéndolo, aunque estaba segura de que si Harry o Ron hubieran estado allí, lo hubieran despertado con una patada o un hechizo estúpido.

-Malfoy- lo meció un poco mas fuerte- ¡Malfoy!- el chico se incorporó casi de un salto, mirando desorientado hacia todos lados, hasta que finalmente dio con el rostro de la chica.

-¡Tú! ¿Qué mierda hiciste Granger?- miró a su alrededor.

-¿Que hice yo? ¡Fue tu culpa que el giratiempos se rompiera!

-¿Mi culpa?

-¡Sí! ¡si no me lo hubieras quitado, hurón estúpido, no estaríamos aquí!- el desvió la vista a los árboles, consciente de que parte de la culpa era suya.

-¡¿Y dónde estamos?!

-¡No lo sé! podríamos haber retrocedido días, meses, incluso años...- el chico palideció.

-Entonces... ¿estamos...

-Perdidos en el tiempo- susurró, ambos habían dejado de gritarse el uno al otro, sus voces ahora eran solo susurros. Ella se abrazó a sí misma, rogando mentalmente, a Merlín, a Circe que no hubieran retrocedido tanto en el tiempo.

Draco recogió su bolso y su varita.

-¿Y ahora qué?

-Tenemos que saber en qué época estamos- susurró, y el chico, para su sorpresa asintió.

Salieron de entre los árboles, apareciendo en un campo lleno de pasto y tierra lodosa, salieron a tientas de allí, llegando a una larga y polvorienta extensión de camino, a lo lejos, al norte se veía un conjunto de casas.

Caminaron en silencio por aquel camino, ella, pensando como haría para arreglar el giratiempos, y él, pensando en cómo lograría salir de aquella situación. No solo estaba perdido en el tiempo, si no que estaba perdido con Granger.

Llegaron al pequeño pueblo, el cuál inmediatamente reconocieron, era Hogsmeade. Ella no pudo evitar que una sonrisa aflorara en sus labios, reconoció a lo lejos las Tres escobas, el cabeza de puerco, HoneyDukes... todo estaba allí, no había ninguna diferencia. Caminaron hacia las tres escobas, e iban a entrar, cuándo, para la propia sorpresa de la chica, y del chico, este la tomo del brazo.

-Granger...

-¿Qué?

-Tienes que ver esto- en el suelo junto a un charco de lodo había una edición del profeta, en una esquina la fecha rezaba: " 09 de Septiembre, 1942" la chica palideció, a la vez que la realidad de la situación la golpeaba de pleno. Décadas, habían retrocedido décadas en el tiempo. No volvería a ver a Harry, a Ron, a nadie que hubiera conocido. Era como si toda su vida se hubiera perdido en el tiempo. Y así había sucedido.

Sintió una rabia ciega inundarla, a la vez que se le llenaban los ojos de lágrimas. Eso no debía estar pasando, furiosa dio una patada al periódico, conteniendo las ganas de golpear el rostro del chico. Era la única persona de su época que quedaba, ambos se encontraban en la misma situación. Se miraron durante segundos, minutos, tristes, furiosos, ya no tenían ganas de gritarse el uno al otro, ni de mandarse un hechizo. No valía la pena.

Se quedaron en silencio. Entraron en la calidez de las Tres escobas y se sentaron, aún así, pese a lo sucedido se sentían extraños al estar juntos en una mesa, el recordó sus tardes allí con Crabbe y Goyle, y ella las con Harry y Ron, a la vez que una mujer madura, de rostro gentil y abundantes rizos se les acercaba, era la madre de Rosmerta.

-¿Ustedes no deberían estar en la escuela?- Hermione alzó la mirada y se forzó a sonreírle a la mujer, quien después de un rato les llevo dos cervezas de mantequilla.

Ninguno de los se atrevía a formular la pregunta, sabían que si salía de sus bocas, la horrible situación se convertiría en una realidad. Y en esos momentos en que ambos se debatían mentalmente, en que sus miradas dejaban de ser hostiles para convertirse en pura resignación se formó una especie de camaradería, una alianza, una que ambos ignoraban, pero que como una semilla crecía poco a poco. Después de todo estaban juntos en aquella situación. No tenían a nadie más.

-¿Que vamos a hacer ahora?- preguntó Draco, rato después.

Ella, en su mente había estado pensando en ello ¿Que iban a hacer ahora? había recordado todo lo que sabía de aquella época, la segunda guerra mundial... Dippet era el director de Hogwarts, Dumbledore era profesor... Tom Riddle estaba en Hogwarts. Ella bajo la vista, el asesino de cientos de personas estaba allí, dentro del castillo, se estremeció. Clavo su mirada en Draco.

-Tenemos que hablar con Dumbledore... el podrá ayudarnos.

-¿Dumbledore?

-Si... no es el director en esta época, pero... creo que puede ayudarnos- el la miró por unos segundos, y finalmente, pese a la situación que estaban viviendo el esbozo una pequeña sonrisa, al menos la chica tenía un plan, y sinceramente esperaba que funcionara. Aunque no iba a mencionarlo en voz alta, eso nunca.