Bienvenidos a mi primer fanfic... bah, al primer fanfic que termino y que publico. Antes que nada, aclaro que utilizo mucho los insultos, digamos que es la manera de que el fanfic tome algo de mi, así que por favor no se ofendan ante las innecesarias malas palabras.

Espero que puedas gozarlo tanto como yo gocé al escribirlo. Y sentite libre de los insultos (me encantan) y las críticas, así es como uno prospera y mejora.

Los personajes no me pertenecen, sino a la compañía de Riot Games.

Dedicado a Bianca y a Chiara, las primeras lectoras de este fic. Gracias por su apoyo!


Capítulo 1

"DEMACIAAAAAA"

Seguido de aquel desgarrador grito, el musculoso y fornido cuerpo de Garen cayó al suelo como una masa inanimada y deshecha, regando los pastizales con su calienta y espesa sangre que brotaba de las múltiples heridas que habían desencadenado su muerte.

Un ágil cuerpo aterrizó sobre el cadáver del guerrero demaciano y arrancó de su espalda una kama, arma utilizada para arrancarle la vida. Inmediatamente se internó en la jungla, escuchando como la imponente voz masculina proclamaba: RACHA SANGRIENTA.

Akali, anda a Dragón rápido ordenó a través de su mente la voz de su invocador están todos con poca vida, es tu oportunidad

La ninja corrió tan velozmente como pudo mas no lo suficiente como para evitar que sus contrincantes destruyeran a la bestia y ganaran su poder. Aun así Akali se lanzó contra Vayne, golpeando ferozmente su pecho con su temida patada voladora. La víctima cayó al suelo sin poder respirar y tosiendo algo de sangre, mientras la ninja acababa con su vida hundiendo una de sus kamas en su caja torácica, atravesando su corazón en dos y rebanando sus huesos cual si fueran simple papel. Vayne se desplomó en el suelo y aún muerta su cuerpo exhalaba borbotones de sangre que manchaban su pálida piel.

ASESINATO DOBLE

Akali salió despedida hacia los aires por consecuencia de Cho´Gath, quien trataba de ganar algo de tiempo para escapar, puesto que tanto él como sus compañeros se encontraban demasiado débiles. Suponiendo que la criatura del vacío sería el mayor problema con el que tendría que afrontar, la ninja aterrizó e inmediatamente se lanzó sobre el lomo de aquella bestia, hundiendo sobre él sus dos kamas. Cho´Gath rugió desesperadamente, mientras una Lux trataba de disipar a Akali sin utilizar sus habilidades… seguramente carecía de mana para ayudar a su compañero, más la ninja no se contentó hasta que su fiereza la llevó a hundir una de sus kamas a patadas dentro de la carne de la criatura del vacío, provocando que esta aullara de dolor y se desplomara al suelo muerta.

ASESINATO TRIPLE

Acabar con aquella Lux sin mana fue demasiado sencillo, puesto que de por sí era delicada y con un par de cortadas pudo acabar con el menudo cuerpo de la dama luminosa, el cual brilló pálidamente antes de caer inanimadamente al suelo.

ASESINATO CUÁDRUPLE

¡PENTA, PENTA, PENTA! gritaba por la excitación su invocador SE ENCUENTRA HUYENDO POR MID, RAPIDO, RAPIDO

No fue necesario que le ordenara ir rápido ni que le dijera donde se encontraba. Akali ya había observado a Fiddlesticks huir por el carril del medio y rápidamente tomó carrera contra aquel maldito espantapájaros… Claro está que no le costó mucho alcanzarlo, aquellas escuálidas patas de madera no eran competencia contra las musculosas y ejercitadas piernas de la ninja.

Su pecho subía y bajaba a medida que se iba acercando al desesperado Fiddlesticks que corría tan rápido como podía tratando de escapar de aquel chacal que deseaba la gloria que conllevaba hacer un pentakill. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Akali saltó y dirigió su poderosa patada voladora contra aquel rezagado enemigo.

Ya podía escuchar los vítores de los espectadores y el grito de victoria de su invocador… pronto todo aquel equipo quedaría relegado ante las poderosas técnicas del Puño de la Sombra… ¡Ya podía saborear su gloria!

Justo cuando estaba a punto de atravesar en dos a aquel desesperado Fiddlesticks, un shuriken rozó el costado de la joven y salió disparado con una velocidad increíble, atravesando el cuerpo del espantapájaros, el cual cayó desmembrado al suelo en una lluvia de paja y astillas.

EXTERMINIO

… ¿Y el pentakill?

Akali aterrizó sobre los restos de la víctima recién asesinada y se volvió hacia atrás, mirando furiosa e iracunda a aquel maldito ser que le había arrebatado su gloria

"LA PUTA MADRE, ZED" rugió, arrancándose el pañuelo verde que cubría su boca, para poder insultarlo mejor "ERA UN PENTAKILL, FORRO"

El aludido caminaba tranquilamente, como si aquel comentario no hubiera sido dirigido hacia él. A pesar de su ira no se atrevía a insultarlo más de lo que ya había hecho, Akali sentía cierta inhibición hacia aquel siniestro personaje… quizás era por su maciza y majestuosa armadura, o su carácter tan sombrío y perverso, o el hecho de que se había apoderado del milenario templo donde ella y sus amigos habían entrenado casi toda su vida, o quizás todas esas razones juntas eran lo que causaba respeto y rencor en el corazón de la joven.

"No deberías culpar a los demás por tus errores" sentenció él, con aquella grave e imponente voz que tanto lo caracterizaba. "Tu carencia de velocidad y reflejos te arrebató la gloria"

¡Cómo deseaba arrancarle la quijada con una fuerte patada! Deseaba quebrar y destruir el orgullo de aquel vil y despreciable ser y recuperar su tan amado hogar. Iba a contestarle mas sus aliados destruyeron rápidamente el nexo enemigo, dando por acabada aquella partida.

Felicidades, Akali comentó su invocador antes de separar su mente con la de la Ninja La próxima habrá un pentakill

Akali salió del edifico de la Liga de las Leyendas y se encaminó hacia el bosque que iba en dirección hacia Jonia, ya que antes de poder ver la orilla del mar se encontraba una posada donde solía hospedarse ella con sus compañeros. El cielo era de color naranja intenso que amenazaba ennegrecerse en cualquier momento, además varias nubes se dispersaban, tapando los pocos rayos de sol que aún quedaban.

Cuando entró se encontró con Shen y Kennen, ambos sentados en una mesa bebiendo de una botella de brandy. Akali se unió e inmediatamente se acercó el mozo, quien felicitó a la joven por su reciente partida y tomó su orden.

"¿Vieron la partida?" preguntó, mientras bebía un par de sorbos de aquel brandy. Le resultaba bastante fuerte para ella, pero si hasta el mismo Kennen lo tomaba casi como si fuera agua, ella tendría que acostumbrarse a aquel amargo sabor.

"Sah" respondió el yordle, jugueteando con sus dedos y produciendo mínimas descargas eléctricas entre ellos. "Casi penta, se ve que mejoraste con tu entrenamiento, o la energía de los invocadores del otro equipo era muy baja"

"Nah, eran buenos invocadores" aseguró la joven, inflando el pecho con orgullo "Solamente tuve una oportunidad donde estaban todos débiles… y casi la aprovecho de no ser por el forro de Zed"

"Te faltó velocidad" acotó Shen. Su voz apenas se escuchó, mejor dicho pareció un suspiro que voló hasta los oídos de Akali, hiriéndolos al ver que su compañero opinaba lo mismo que el despreciable Zed.

"Lo mismo dijo ese idiota" repuso la Ninja, clavando su mirada en el Ojo del Crepúsculo. "A parte de aquella amistad de muchos años pasados, también comparten la misma opinión"

Shen ni se inmutó. Si había algo que caracterizaba a aquel hombre era aquella "carencia" de sentimientos que le mantenían el temple sereno para cualquier batalla y alerta ante cualquier osado que se atreviera a atacarlo sorpresivamente. Mientras la joven le clavaba su mirada, mantenía sus ojos sobre el vaso de brandy, como si analizara el color y la textura de aquella bebida.

A pesar del gran conflicto interno que mantenían Shen y Zed, una convicción crecía cada vez más en la mente de la joven… ambos hombres se parecían demasiado. Tenían un carácter serio y frío, y en el fondo la ninja sentía cierta inhibición cada vez que debía encarar a alguno de ellos. Ante Zed, su sentimiento de inhibición se entremezclaba con toda la ira y el rencor que albergaba el corazón de la muchacha, pero ante Shen su inhibición parecía mezclarse con un halo de misterio y respeto.

El mozo se acercó y depositó sobre la mesa los platos de comida. Los tres comieron con bastante apetito, pero inmersos en un profundo silencio. Siempre solían comer entre las historias raras y el agotador palabrerío de Kennen, pero a medida que este iba avanzando con su entrenamiento en la Liga de las Leyendas, su comportamiento iba volviéndose cada vez más serio cuando se encontraban junto con Shen, al punto de casi llegar a imitar su temple de estatua. Tanto silencio sepulcral le daba la sensación de sentirse sola, sin apoyo. Como si sus amigos fueran unos simples extraños, mas sabía que no debía ser así… después de todo, gracias a ellos dos logró salir con vida durante la invasión de Zed al templo.

"A veces me pregunto" comenzó diciendo "si alguna vez podremos regresar a nuestro templo y recuperar la Antigua Orden del Equilibrio de Valoran…"

"Si lo que realmente queres es derrotar a Zed, nunca vas a lograrlo con tus desbocados sentimientos" comentó Shen, con un tono de voz neutral, sin intención de herir a la joven, solamente de recomendarla "tu pasión es lo que te lleva a mezclar luchas con sentimientos, razón con emociones… te falta impasibilidad"

"Con que impasibilidad, ¿eh?" murmuró, poniéndose de pie y estirando sus músculos "Impasibilidad" repitió, mientras salía del hostal. Kennen se levantó y siguió los pasos de la joven.

Caminaron un trecho corto, sepultándose dentro del bosque. Recién después de media hora de caminar, el pequeño yordle dejó a un lado su actitud impasible y volvió con su agotadora conversación, acompañándola de varios saltitos que le ayudaban a seguir el paso de la ninja y algunas descargas eléctricas a su alrededor.

"Sos raro" comentó la joven, tratando de detener la repentina catarata de palabras que había brotado de Kennen. "Primero estas serio, ahora hablas y hablas como si fueras Lulu, diciendo muchas giladas y sonriendo todo el tiempo… ¿qué flasheas?"

"Pasa que hay circunstancias en las que uno debe mantener la impasibilidad" repuso el pequeño yordle.

"Pero delante de Shen no sirve" rió Akali "Shen no es idiota, debe de imaginarse que delante de él sos toda una estatua de cera y que lejos de rango de visión te moves tanto como un petardo"

"Che, solamente estoy descargando ahora las consecuencias de todo un día de impasibilidad" se quejó Kennen, haciendo un tierno puchero "pasa que es bastante agotador y difícil… y creo que realmente es el pilar de nuestro entrenamiento, así que cuando logre dominarlo bien, seré un ninja mucho mejor"

"¡Bah! Que impasibilidad ni impasibilidad… uno es buen ninja porque es buen ninja gracias a su entrenamiento y listo"

"No lo creas. Cuando estás seguro de tu victoria o cebado con tu poder es cuando realmente uno pierde el control de sí mismo y se deja llevar" dijo el pequeño yordle, mirando fijamente a su compañera "si no hubieras estado cegada por el placer de un pentakill, hubieras notado que habían minions enemigos, con los cuales hubieras podido impulsarte para obtener más ventaja que el shuriken de Zed" concluyó.

Akali se detuvo. ¿Realmente fue así? ¿Realmente aquella sed de sangre y gloria la habían cegado? ¡Ella odiaba la Liga de las Legendas! ¿Cuándo fue que se dejó llevar por ese estúpido y competitivo evento y cedió ante el enemigo por un error de novato?

"Fui muy impulsiva…"

"Precisamente ese es el problema: combatir contra nuestros sentimientos. Tanto Shen como Zed lo han logrado. Por eso somos más débiles que ellos" atajó a decir Kennen.

Siempre, desde que era pequeña y entrenaba en el templo, había deseado ser tan fuerte como esos dos. Había tratado de captar la atención de su maestro, mas este siempre estaba compenetrado en el entrenamiento de su hijo Shen y de Zed, el joven que había rescatado del más oscuro y profundo orfelinato. Siempre sus habilidades habían sido superiores a las de cualquier aprendiz del templo, y siempre que esos dos peleaban se reunían todos los otros alumnos, además de otros ninjas y maestros que habitaban en el templo. Siempre habían sido ellos dos.

A pesar de haber obtenido el título honorífico del Puño de la Sombra, el cual le había pertenecido a su madre, no estaba conforme. ¿Cómo estarlo cuando una es más débil que sus enemigos? ¿Cómo podía ayudar a Shen a recuperar el templo si las habilidades de Zed eran muy superiores? ¡Ese maldito! ¡Obtener el poder de las sombras lo había convertido en el Ninja más poderoso de todos!

Por la culpa de aquel despreciable traidor tuvieron que huir de su hogar, dejando en el camino a todos los aprendices del difunto maestro, muertos por practicar el arte del Equilibrio. Y obligados a entrar a una organización tan estúpida como era la Liga de las Leyendas para combatir y entrenarse contra los grandes campeones de toda Runaterra… luchando con las energías de los ineptos invocadores que la convocaban a batalla. ¡Los despreciaba tanto! Pero aún así, ¿Cómo pudo cebarse tanto ante aquella pelea tan idiota? ¡Sólo era un estúpido pentakill!

"Tenes razón" concluyó Akali, agachando la cabeza "somos débiles, pero estoy segura de que lograremos tener la habilidad y la disciplina de Shen para derrotar a Zed"

"¡Yo siempre lo creí!" exclamó el pequeño yordle, dando saltitos y haciendo saltar algunas chispas de sus peludas patas.

Se miraron y se sonrieron, tratando de alentarse el uno al otro. Aquello que se proponían era demasiado difícil para ellos, por algo Shen obtuvo el título de Ojo del Crepúsculo. Pero ellos eran el Puño de la Sombra y el Corazón de la Tormenta, y se sentían capaces de lograrlo.

Regresaron hacia el hostal. La luna ya se había apoderado de todo el cielo, brillando como una antorcha entre el profundo negro que hacía más peligroso y confuso el bosque. Pero eran ninjas entrenados y sabían guiarse por su instinto y la posición de las estrellas.

La posada emanaba luces y risas de alcohólicos que cantaban con suma felicidad. Los dos ninjas estaban a punto de entrar cuando se detuvieron en seco, justo cuando una filosa navaja cortó el viento, rozó la mejilla de Akali y fue a clavarse en la puerta del hostal.

"Realmente tenes ganas de molestar" suspiró la joven, mirando hacia atrás. Un ágil cuerpo descendió saltando de los árboles y calló al suelo con suma gracia. Su cabello pelirrojo se zarandeaba seductoramente con el viento y su sonrisa parecía brillar en medio de la oscuridad del bosque.

"Andaba aburrida y mi mayor pasatiempo es matar jonios" repuso la recién llegada, con una ruidosa carcajada.

"Katarina, dejate de joder" exclamó Akali, poniendo ambas manos en sus kamas. Creía que aquella mujer estaba desquiciada y no le sorprendería que, estúpidamente, atacara a ambos.

"Tranca, flaca" rió Katarina viendo las posiciones de defensa de ambos ninjas "prefiero acabarlos cuando estamos en la pelea, así el apellido Du Couteau tiene más prestigio del que tiene" murmuró, saltando de rama en rama y desapareciendo entre el follaje.

"Esa mina está realmente loca" repuso Kennen "vino acá solamente a decir una boludez y se tomó el palo, ¿qué se fumó?"

"Me odia porque sus tácticas son parecidas a las mías" explicó Akali, frunciendo una ceja "olvidate… tengo demasiado sueño… vamos a dormir"

Arrancaron la daga que permanecía clavada en la puerta y Kennen la guardó entre sus ropajes. Nunca se sabía cuando podría necesitarla. Y, entre el jolgorio y el alcohol, entraron a la posada.