Atención: Este fic contiene SEXO.
Este fic trata sobre Sirius Black, situado en la época de los merodeadores, cursando su último año en Hogwarts.
ATRACCIÓN
1. De nuevo en Hogwarts
Llegué con James al andén 9 y tres cuartos, desde hacia ya casi dos años vivía con los Potter, ellos me habían dejado el jardín con gusto, y ahí tenía una pequeña cabaña que antes había servido para guardar los trastos y ahora era mi cuarto. Habíamos quitado todos los objetos y le habíamos metido una cama confortable, una mesita de noche con una lámpara luminosa, una cómoda y una estantería donde aún se conservaban los libros antiguos de la familia Potter.
Habíamos pasado un buen verano y ahora estábamos buscando a Remus y a Peter, James alzaba la cabeza para ver por encima de los estudiantes, mientras yo miraba a las chicas, he de reconocer que son mi debilidad.
James me dio un empujón y me indicó a dos chicos que estaban subiendo al tren, reconocí a Remus y Peter y fuimos hacia ellos, chocamos las manos y nos adentramos al último vagón libre del tren. Ahí pudimos observar los cambios tan buenos que habíamos tenido en verano, James tenía el pelo aún más alborotado, dándole un aspecto rebelde y atractivo que arrancaba suspiros de las féminas, su mirada oscura se había echo más tierna descubriendo su faceta de estar enamorado, y la afortunada era Lily Evans, una chica muy atractiva de nuestro curso.
Remus mantenía su aspecto enfermizo, con ojeras y su piel estaba más pálida, pero aún así se le veía rejuvenecido, con una sonrisa ensanchada en su boca, y ese aire tierno y maduro que le había caracterizado siempre; por otra parte Peter había engordado más y no había crecido nada este último verano, le miré brevemente y me concentré en las dos chicas que habían entrado en el vagón.
Una chica pelirroja de pelo muy rizado y largo, delgadita con los mofletes rosados y unos ojos verdes esmeraldas muy intensos corrió a los brazos de James y se dieron un largo beso, a su lado venía Nox, ella también iba a nuestro curso y era la mejor amiga de Lily, se acercó mientras su cabello castaño se movía sobre su hombros. Llegó ante nosotros y con sonrisa pícara saludó a Remus, a Peter y finalmente a mí, se me quedó mirando fijamente a los ojos, con esos ojos marrones, grandes y ligeramente entrecerrados por los lados, que la daban un aspecto exótico que volvía loco a cualquier estudiante.
La di dos besos y sentí como sus labios carnosos hacían lo propio, su calor fue transmitido a mi cara a través de sus labios, rosados y jugosos. Cuando se dio la vuelta para saludar a James que ya había dejado de besar a Lily, me incliné observando unos pantalones ajustados que dejaban ver su bien formado trasero, Remus me vio y me dio un codazo antes de que se me empezase a caer la baba.
Nos sentamos en unos asientos, yo me coloqué al final, al lado de la ventana, a mi lado se sentó Nox, y a su lado Lily. En frente mía tenía a Remus y al lado de éste estaba Peter que pedía que trajesen ya el carrito de la comida, James reía ante la glotonería de su amigo gordito y miraba a Lily intensamente.
El tren comenzó a moverse, Lily y James decidieron tener algo más de intimidad y se levantaron para ir a un asiento más alejado y arrinconado que el nuestro. Peter comenzó a roncar y Remus miraba con ojos melancólicos como el paisaje iba pasando.
Entonces sentí como una mano me tocaba disimuladamente la pierna, miré a Nox y vi como sonreía maliciosamente, la sonreí yo también y me acerqué más a ella, dejándola que me tocase todo lo que quisiese, pero en ese momento Remus se giró y nos miró, Nox retiró rápidamente la mano y hacia como si se mirase las uñas.
Estuvimos hablando un rato, mientras de vez en cuando rozaba mi cuerpo con el de Nox, cuando yo hacía algún movimiento para coger algo o disimuladamente me movía del asiento, tenía excusa ya que siempre había sido muy nervioso y mis amigos lo sabían.
El carrito de la comida llegó y despertamos a Peter, que compró muchas ranas de chocolate, nos dio una a cada uno. Remus se levantó al acabar la rana de chocolate y se disculpó diciendo que debía ir al primer vagón para recibir las instrucciones como Prefecto que era.
Peter se escabulló nervioso y dijo que iba al baño, vimos pasar a nuestro lado a Lily que como Prefecta chica también iba al primer vagón. James nos guiñó un ojo y dijo que iba a acompañarla.
Nos quedamos Nox y yo solos, y tan pronto se hubo cerrado la puerta, Nox se me tiró encima como una felina. Me empezó a besar, mientras yo me sorprendía ante la rapidez de ella, que bajaba las manos y las metía por dentro de mi camiseta, tocando mis abdominales lentamente.
Me apoyó contra el cristal dándome un empujón, y se puso encima mío, mientras me besaba por el cuello, decidí que era hora de actuar, así que lentamente le metí las manos por la blusa y ella paró en seco, me miró roja como un tomate, no me esperé esa reacción así que saqué rápidamente las manos, entonces ella volvió a besarme, esta vez en los labios, así que decidí acariciarle el trasero, eso no supuso ningún problema.
La empecé a acariciar por encima de la blusa sin que me apartase la mano, me apartó el pelo negro como la noche de mi cara, me lo había dejado un poco largo este verano, lo que hacía resaltar mis ojos azules profundos y mi tez blanca, todo ello me daba un aire misterioso que las mujeres no resistían.
Alguien abrió la puerta del vagón, Nox se cayó al suelo del sobresalto, yo miré a ver quien había entrado, James estaba en la puerta frunciendo el ceño. "Jaja, la tonta ésta se ha caído" dije disimulando y ayudando a levantarse a Nox, que se colocaba rápidamente la blusa.
James se acercó riendo y revolvió el pelo de la chica, luego volvió su cara a una seria y se sentó delante de nosotros: "He visto a Peter hablando con Snape" dijo frunciendo de nuevo el ceño. "¿Qué hacía hablando con Snivelly? ¿Le estaba insultando? Por qué si es así voy a romperle esa cara tan fea que tiene a Snape", dije enfadándome. "No Sirius, estaban hablando a escondidas". Nox y yo intercambiamos miradas de sorpresa.
En ese momento se abrió de nuevo la puerta y entró Peter sonriendo, "¿Qué pasa?" dijo al ver nuestras caras. "¿Qué hacía con Severus?" dije antes que James. Peter se sorprendió y empezó a temblar nervioso "Yo. Yo. Es que me obligó a hacerle los deberes de Herbología, me dijo que sino me pegaría".
James sonrió entonces más aliviado y le dijo: "Peter, la próxima vez avísanos, no tienes por qué tener miedo, te defenderemos."
El tren llegó a su destino, bajamos apelotonados, yo me puse detrás de Nox, y la agarré de la cintura mientras subíamos la colina hacia los carruajes que nos esperaban ahí.
A medida que iba reconociendo rostros de otros años, los dueños de ellos me saludaban amigablemente, las chicas se paraban para sonreírme y hablar conmigo, con James y con Remus, pero James no hacía mucho caso y abrazaba con fuerza a Lily mientras entrábamos en el Gran Comedor.
Nos sentamos en el centro de la mesa de Gryffindor, recibiendo saludos de nuestros compañeros de Casa. Cuando acabó la selección, saludamos a los nuevo miembros y empezamos a comer. Por primera vez me di cuanta de que ese era mi último año ahí y que sería triste dejar Hogwarts.
Subimos atropelladamente, mientras dejábamos a Lily y Remus atrás guiando a los estudiantes de primer año. Peter se despidió diciendo que estaba cansado y se fue a la cama, nos quedamos James, Nox y yo, en la salita, hablando sobre el verano.
Pronto llegaron Lily y Remus, que se sentaron con nosotros, Lily se acercó a James, el cual la miró y atendiendo a su mirada se despidió de nosotros llevándosela a nuestro cuarto. Estaba prohibido que las chicas entrasen en los cuartos de los chicos y al revés, pero nosotros siempre hacíamos excepciones.
Remus se despidió con aspecto cansado, le miré de soslayo, estaba con ese aspecto de enfermo, ya que mañana tendría lugar Luna Llena, y debería quedarse en la Casa de los Gritos, pobrecillo, justo nada más empezar el curso.
Cuando vi que Remus se perdía por las escaleras me levanté de golpe mientras Nox me observaba y me fui detrás de unas columnas donde había un hueco que yo conocía bastante bien y que por el que ningún alumno solía asomar la cabeza.
El barullo de la Sala Común era grande, todos estaban felices de ver a sus nuevos compañeros y se contaban entusiasmados todo lo que habían hecho en vacaciones. Apoyé mi espalda en la columna y me crucé de brazos, no pasó mucho tiempo hasta que Nox se asomó y se situó enfrente mío.
Me adentré en el huevo sin mirar siquiera si me estaba siguiendo, sabía que lo haría, así que cuando ya hubo un espacio suficiente para dos me senté en el suelo, y Nox llegó cuando me desabroché un poco la túnica. Se me quedó mirando sin avanzar, así que yo puse mis manos sobre mi cogote y me acosté en la fría piedra del suelo.
Abrí los ojos y vi a Nox inclinarse para besarme, la agarré la cabeza suavemente y la acaricié la mejilla mientras la besaba.
Me incorporé y empecé a tocarla, ella se mostraba un poco recelosa, pero me dejó desabrocharle la túnica e introducir las manos hasta tenerlas en contacto con su sujetador.
La empecé a desnudar y fue cuando ella se apartó un poco de mí, "¿Eres virgen?" la pregunté mientras me desataba los zapatos, ella asintió con la cabeza, me acerqué y la mordí tiernamente los labios, "No pasa nada, no haré nada que tú no quieras" y volví a acariciarla lentamente, ella cogió más confianza y me quitó la túnica, y yo a ella.
Quedamos los dos en ropa interior, mirándonos y recorriendo nuestros cuerpos con la vista, ella tenía un muy bien formado cuerpo, no tenía mucho pecho, pero sus curvas eran perfectas, la quité el sujetador y la tumbé sobre el frío suelo.
Vi como sus pezones se irguieron al sentir el frío en su espalda y mi boca acercarse a ellos, la oí gemir levemente, así que comencé a chupar más intensamente, y con la mano derecha me deslizaba hacia abajo, ella sintió que mi mano llegaba a sus bragas de color azul y se tensó, cerró las piernas con fuerza.
Yo seguí acariciándola y besándola, mientras le rozaba suavemente los muslos, que poco a poco iba abriendo, al final tuve un pequeño acceso a su última prenda, y se la deslicé rápido, sin que le diese tiempo a darse cuenta de lo que acababa de hacer, dejó de besarme y me miró.
Mi mano comenzó a acariciarle la entrepierna, abriéndola poco a poco, y dejando mayor acceso a mis dedos, que acariciaban su punto de excitación y masajeaban la zona para poder introducir un dedo, ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, mientras respiraba agitadamente.
Me incliné y empecé a recorrer con mi boca toda la longitud de su cuello, haciendo que ella abriese más las piernas y soltase algún que otro gemido, cuando volví a besarla en los labios, y mientras nuestras lenguas se entrelazaban y se tocaban, le introduje un dedo, sacándole un leve "¡Ah!" tanto de excitación como de sorpresa.
Moví el dedo, introduciéndolo cada vez más hasta el fondo y sacándolo a un rimo constante, mientras con la otro mano le acariciaba con movimientos circulares el pecho, ella abrió más las piernas y me agarró con fuerza el brazo con el cual estaba metiendo el dedo.
Tuve espacio para un segundo dedo y así lo metí viendo como ella se retorcía de placer, sus gemidos ya los empecé a oír regularmente y sentí como se tensaban sus músculos ante la inminente llegada de su orgasmo, cuando noté como el líquido corría por mis dedos, los saqué y me quedé mirándola mientras ella se relajaba.
Me separé de ella y me puse a su lado, ella se incorporó y se me quedo mirando, para luego bajar a la parte de mis boxers negros, vio que yo estaba un poco excitado, se acercó y me tocó a través de la tela, mi miembro empezó a erguirse ligeramente, mientras ella seguía masajeando, para finalmente tocar con sus dedos cálidos la punta de mi pene cuando metió la mano en los boxers.
La sonreí y la incité a que me quitase el boxer, ella hizo lo que le pedí y quedó sorprendida cuando vi mi erección, he de reconocer que no tengo que tener complejos, ya que tengo un miembro considerable.
Lo cogió suavemente y comenzó a mover su mano sobre él, dándome placer, entonces disimuladamente, empecé a rozarle los pezones con las yemas de los dedos, haciendo que se excitase más.
La tumbé sobre el suelo y me coloqué encima de ella mientras seguía acariciándola, y arrancándola gemidos de placer.
Coloqué rápidamente y disimuladamente mi pene a la entrada de su vagina, ella abrió rápidamente los ojos al ver mi proximidad y abrió la boca para decir algo, yo la besé y la acaricié sintiendo como temblaba levemente, dejé de besarla y la miré: "Tranquila, te dije que no haría nada que tu no quisieses, solo déjame enseñarte algo"
Se relajó un poco y me dejó rozarla con el glande por la parte exterior de la vagina, y restregué la punta por su clítoris, haciendo que gimiese fuerte y tuviese que taparla la boca para no descubrir nuestro escondite.
Hice que se excitase muchísimo y me separé brutalmente de ella, dejándola con unas ganas tremendas: "Sirius, no seas capullo, ven aquí ahora mismo y termina lo que has empezado" me dijo enfadada.
Sonreí y me volví a inclinar sobre ella, colocando mi pene en la entrada de su vagina y accediendo a su interior lentamente, vi como su cara se curvó en una mueca de dolor, la besé tiernamente, mientras la acariciaba el pecho, la mejilla, y recorría su cuello y su cara con mis besos, labios y lengua.
Fui metiéndome lentamente, y con pequeñas sacudidas para no hacerla tanto daño, finalmente, entré de golpe y esperé a que su cara de dolor se fuese, la besé la frente y comencé a moverme lentamente pero con decisión, al final vi como ella abría su boca para gemir, y como separaba más las piernas para que yo la penetrase más adentro, así que no me hice esperar y me introduje más hacia su interior, moviéndome más aceleradamente.
Ella agarró con fuerza mi ancha espalda, apoyando la cabeza sobre uno de mis hombros, mientras me dio un mordisco al no poder aguantar los gritos de placer. Entrelazó sus piernas alrededor de mi cintura, atrayéndome con más fuerza hacia ella.
Se soltó cuando se corrió y se quedo tendida en el suelo mirándome mientras jadeaba y yo seguía poseyéndola.
Comenzó a acariciarme todo el cuerpo al sentir placer de nuevo, y yo hice lo propio, recorriendo con mis dedos, manos, todos los rincones a los que tenía acceso.
Sentí que me iba a correr, así que cambié de pensamiento, ella seguía gimiendo y yo no podía hacer oídos sordos a eso, así que cuando la volví a mirar y vi como se retorcía al tener otro orgasmo, me agarré fuerte a ella y encorvando ligeramente la espalda mientras cerraba los ojos, acabé eyaculando.
Me dejé caer sobre ella, que me acarició el pelo suavemente, y después de unos minutos de masajes y caricias apresuradas me incorporé y comencé a vestirme.
Ella hizo lo mismo mientras me miraba desconfiada e intuía lo que la iba a decir, así que no la hice esperar más, me giré hacia ella y la solté: "Esto ha sido todo Nox" y me alejé del hueco, subiendo con paso firme hacia mi habitación.
Entré en mi cuarto y me dirigí hacia mi cama, al lado de la mía estaba la de James, unos mechones rojizos salían por la colcha, y prendas de mujer estaban al pie de la cama de James, sonreí para mis adentros, y me acosté en la cama.
Tardé un poco en dormirme, mientras me acordaba que ni siquiera miré a los ojos y menos a la cara a Nox cuando la había dicho aquello. Sacudí mi cabeza para librarme de ese pensamiento y acabé durmiendome.
Este fic trata sobre Sirius Black, situado en la época de los merodeadores, cursando su último año en Hogwarts.
ATRACCIÓN
1. De nuevo en Hogwarts
Llegué con James al andén 9 y tres cuartos, desde hacia ya casi dos años vivía con los Potter, ellos me habían dejado el jardín con gusto, y ahí tenía una pequeña cabaña que antes había servido para guardar los trastos y ahora era mi cuarto. Habíamos quitado todos los objetos y le habíamos metido una cama confortable, una mesita de noche con una lámpara luminosa, una cómoda y una estantería donde aún se conservaban los libros antiguos de la familia Potter.
Habíamos pasado un buen verano y ahora estábamos buscando a Remus y a Peter, James alzaba la cabeza para ver por encima de los estudiantes, mientras yo miraba a las chicas, he de reconocer que son mi debilidad.
James me dio un empujón y me indicó a dos chicos que estaban subiendo al tren, reconocí a Remus y Peter y fuimos hacia ellos, chocamos las manos y nos adentramos al último vagón libre del tren. Ahí pudimos observar los cambios tan buenos que habíamos tenido en verano, James tenía el pelo aún más alborotado, dándole un aspecto rebelde y atractivo que arrancaba suspiros de las féminas, su mirada oscura se había echo más tierna descubriendo su faceta de estar enamorado, y la afortunada era Lily Evans, una chica muy atractiva de nuestro curso.
Remus mantenía su aspecto enfermizo, con ojeras y su piel estaba más pálida, pero aún así se le veía rejuvenecido, con una sonrisa ensanchada en su boca, y ese aire tierno y maduro que le había caracterizado siempre; por otra parte Peter había engordado más y no había crecido nada este último verano, le miré brevemente y me concentré en las dos chicas que habían entrado en el vagón.
Una chica pelirroja de pelo muy rizado y largo, delgadita con los mofletes rosados y unos ojos verdes esmeraldas muy intensos corrió a los brazos de James y se dieron un largo beso, a su lado venía Nox, ella también iba a nuestro curso y era la mejor amiga de Lily, se acercó mientras su cabello castaño se movía sobre su hombros. Llegó ante nosotros y con sonrisa pícara saludó a Remus, a Peter y finalmente a mí, se me quedó mirando fijamente a los ojos, con esos ojos marrones, grandes y ligeramente entrecerrados por los lados, que la daban un aspecto exótico que volvía loco a cualquier estudiante.
La di dos besos y sentí como sus labios carnosos hacían lo propio, su calor fue transmitido a mi cara a través de sus labios, rosados y jugosos. Cuando se dio la vuelta para saludar a James que ya había dejado de besar a Lily, me incliné observando unos pantalones ajustados que dejaban ver su bien formado trasero, Remus me vio y me dio un codazo antes de que se me empezase a caer la baba.
Nos sentamos en unos asientos, yo me coloqué al final, al lado de la ventana, a mi lado se sentó Nox, y a su lado Lily. En frente mía tenía a Remus y al lado de éste estaba Peter que pedía que trajesen ya el carrito de la comida, James reía ante la glotonería de su amigo gordito y miraba a Lily intensamente.
El tren comenzó a moverse, Lily y James decidieron tener algo más de intimidad y se levantaron para ir a un asiento más alejado y arrinconado que el nuestro. Peter comenzó a roncar y Remus miraba con ojos melancólicos como el paisaje iba pasando.
Entonces sentí como una mano me tocaba disimuladamente la pierna, miré a Nox y vi como sonreía maliciosamente, la sonreí yo también y me acerqué más a ella, dejándola que me tocase todo lo que quisiese, pero en ese momento Remus se giró y nos miró, Nox retiró rápidamente la mano y hacia como si se mirase las uñas.
Estuvimos hablando un rato, mientras de vez en cuando rozaba mi cuerpo con el de Nox, cuando yo hacía algún movimiento para coger algo o disimuladamente me movía del asiento, tenía excusa ya que siempre había sido muy nervioso y mis amigos lo sabían.
El carrito de la comida llegó y despertamos a Peter, que compró muchas ranas de chocolate, nos dio una a cada uno. Remus se levantó al acabar la rana de chocolate y se disculpó diciendo que debía ir al primer vagón para recibir las instrucciones como Prefecto que era.
Peter se escabulló nervioso y dijo que iba al baño, vimos pasar a nuestro lado a Lily que como Prefecta chica también iba al primer vagón. James nos guiñó un ojo y dijo que iba a acompañarla.
Nos quedamos Nox y yo solos, y tan pronto se hubo cerrado la puerta, Nox se me tiró encima como una felina. Me empezó a besar, mientras yo me sorprendía ante la rapidez de ella, que bajaba las manos y las metía por dentro de mi camiseta, tocando mis abdominales lentamente.
Me apoyó contra el cristal dándome un empujón, y se puso encima mío, mientras me besaba por el cuello, decidí que era hora de actuar, así que lentamente le metí las manos por la blusa y ella paró en seco, me miró roja como un tomate, no me esperé esa reacción así que saqué rápidamente las manos, entonces ella volvió a besarme, esta vez en los labios, así que decidí acariciarle el trasero, eso no supuso ningún problema.
La empecé a acariciar por encima de la blusa sin que me apartase la mano, me apartó el pelo negro como la noche de mi cara, me lo había dejado un poco largo este verano, lo que hacía resaltar mis ojos azules profundos y mi tez blanca, todo ello me daba un aire misterioso que las mujeres no resistían.
Alguien abrió la puerta del vagón, Nox se cayó al suelo del sobresalto, yo miré a ver quien había entrado, James estaba en la puerta frunciendo el ceño. "Jaja, la tonta ésta se ha caído" dije disimulando y ayudando a levantarse a Nox, que se colocaba rápidamente la blusa.
James se acercó riendo y revolvió el pelo de la chica, luego volvió su cara a una seria y se sentó delante de nosotros: "He visto a Peter hablando con Snape" dijo frunciendo de nuevo el ceño. "¿Qué hacía hablando con Snivelly? ¿Le estaba insultando? Por qué si es así voy a romperle esa cara tan fea que tiene a Snape", dije enfadándome. "No Sirius, estaban hablando a escondidas". Nox y yo intercambiamos miradas de sorpresa.
En ese momento se abrió de nuevo la puerta y entró Peter sonriendo, "¿Qué pasa?" dijo al ver nuestras caras. "¿Qué hacía con Severus?" dije antes que James. Peter se sorprendió y empezó a temblar nervioso "Yo. Yo. Es que me obligó a hacerle los deberes de Herbología, me dijo que sino me pegaría".
James sonrió entonces más aliviado y le dijo: "Peter, la próxima vez avísanos, no tienes por qué tener miedo, te defenderemos."
El tren llegó a su destino, bajamos apelotonados, yo me puse detrás de Nox, y la agarré de la cintura mientras subíamos la colina hacia los carruajes que nos esperaban ahí.
A medida que iba reconociendo rostros de otros años, los dueños de ellos me saludaban amigablemente, las chicas se paraban para sonreírme y hablar conmigo, con James y con Remus, pero James no hacía mucho caso y abrazaba con fuerza a Lily mientras entrábamos en el Gran Comedor.
Nos sentamos en el centro de la mesa de Gryffindor, recibiendo saludos de nuestros compañeros de Casa. Cuando acabó la selección, saludamos a los nuevo miembros y empezamos a comer. Por primera vez me di cuanta de que ese era mi último año ahí y que sería triste dejar Hogwarts.
Subimos atropelladamente, mientras dejábamos a Lily y Remus atrás guiando a los estudiantes de primer año. Peter se despidió diciendo que estaba cansado y se fue a la cama, nos quedamos James, Nox y yo, en la salita, hablando sobre el verano.
Pronto llegaron Lily y Remus, que se sentaron con nosotros, Lily se acercó a James, el cual la miró y atendiendo a su mirada se despidió de nosotros llevándosela a nuestro cuarto. Estaba prohibido que las chicas entrasen en los cuartos de los chicos y al revés, pero nosotros siempre hacíamos excepciones.
Remus se despidió con aspecto cansado, le miré de soslayo, estaba con ese aspecto de enfermo, ya que mañana tendría lugar Luna Llena, y debería quedarse en la Casa de los Gritos, pobrecillo, justo nada más empezar el curso.
Cuando vi que Remus se perdía por las escaleras me levanté de golpe mientras Nox me observaba y me fui detrás de unas columnas donde había un hueco que yo conocía bastante bien y que por el que ningún alumno solía asomar la cabeza.
El barullo de la Sala Común era grande, todos estaban felices de ver a sus nuevos compañeros y se contaban entusiasmados todo lo que habían hecho en vacaciones. Apoyé mi espalda en la columna y me crucé de brazos, no pasó mucho tiempo hasta que Nox se asomó y se situó enfrente mío.
Me adentré en el huevo sin mirar siquiera si me estaba siguiendo, sabía que lo haría, así que cuando ya hubo un espacio suficiente para dos me senté en el suelo, y Nox llegó cuando me desabroché un poco la túnica. Se me quedó mirando sin avanzar, así que yo puse mis manos sobre mi cogote y me acosté en la fría piedra del suelo.
Abrí los ojos y vi a Nox inclinarse para besarme, la agarré la cabeza suavemente y la acaricié la mejilla mientras la besaba.
Me incorporé y empecé a tocarla, ella se mostraba un poco recelosa, pero me dejó desabrocharle la túnica e introducir las manos hasta tenerlas en contacto con su sujetador.
La empecé a desnudar y fue cuando ella se apartó un poco de mí, "¿Eres virgen?" la pregunté mientras me desataba los zapatos, ella asintió con la cabeza, me acerqué y la mordí tiernamente los labios, "No pasa nada, no haré nada que tú no quieras" y volví a acariciarla lentamente, ella cogió más confianza y me quitó la túnica, y yo a ella.
Quedamos los dos en ropa interior, mirándonos y recorriendo nuestros cuerpos con la vista, ella tenía un muy bien formado cuerpo, no tenía mucho pecho, pero sus curvas eran perfectas, la quité el sujetador y la tumbé sobre el frío suelo.
Vi como sus pezones se irguieron al sentir el frío en su espalda y mi boca acercarse a ellos, la oí gemir levemente, así que comencé a chupar más intensamente, y con la mano derecha me deslizaba hacia abajo, ella sintió que mi mano llegaba a sus bragas de color azul y se tensó, cerró las piernas con fuerza.
Yo seguí acariciándola y besándola, mientras le rozaba suavemente los muslos, que poco a poco iba abriendo, al final tuve un pequeño acceso a su última prenda, y se la deslicé rápido, sin que le diese tiempo a darse cuenta de lo que acababa de hacer, dejó de besarme y me miró.
Mi mano comenzó a acariciarle la entrepierna, abriéndola poco a poco, y dejando mayor acceso a mis dedos, que acariciaban su punto de excitación y masajeaban la zona para poder introducir un dedo, ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, mientras respiraba agitadamente.
Me incliné y empecé a recorrer con mi boca toda la longitud de su cuello, haciendo que ella abriese más las piernas y soltase algún que otro gemido, cuando volví a besarla en los labios, y mientras nuestras lenguas se entrelazaban y se tocaban, le introduje un dedo, sacándole un leve "¡Ah!" tanto de excitación como de sorpresa.
Moví el dedo, introduciéndolo cada vez más hasta el fondo y sacándolo a un rimo constante, mientras con la otro mano le acariciaba con movimientos circulares el pecho, ella abrió más las piernas y me agarró con fuerza el brazo con el cual estaba metiendo el dedo.
Tuve espacio para un segundo dedo y así lo metí viendo como ella se retorcía de placer, sus gemidos ya los empecé a oír regularmente y sentí como se tensaban sus músculos ante la inminente llegada de su orgasmo, cuando noté como el líquido corría por mis dedos, los saqué y me quedé mirándola mientras ella se relajaba.
Me separé de ella y me puse a su lado, ella se incorporó y se me quedo mirando, para luego bajar a la parte de mis boxers negros, vio que yo estaba un poco excitado, se acercó y me tocó a través de la tela, mi miembro empezó a erguirse ligeramente, mientras ella seguía masajeando, para finalmente tocar con sus dedos cálidos la punta de mi pene cuando metió la mano en los boxers.
La sonreí y la incité a que me quitase el boxer, ella hizo lo que le pedí y quedó sorprendida cuando vi mi erección, he de reconocer que no tengo que tener complejos, ya que tengo un miembro considerable.
Lo cogió suavemente y comenzó a mover su mano sobre él, dándome placer, entonces disimuladamente, empecé a rozarle los pezones con las yemas de los dedos, haciendo que se excitase más.
La tumbé sobre el suelo y me coloqué encima de ella mientras seguía acariciándola, y arrancándola gemidos de placer.
Coloqué rápidamente y disimuladamente mi pene a la entrada de su vagina, ella abrió rápidamente los ojos al ver mi proximidad y abrió la boca para decir algo, yo la besé y la acaricié sintiendo como temblaba levemente, dejé de besarla y la miré: "Tranquila, te dije que no haría nada que tu no quisieses, solo déjame enseñarte algo"
Se relajó un poco y me dejó rozarla con el glande por la parte exterior de la vagina, y restregué la punta por su clítoris, haciendo que gimiese fuerte y tuviese que taparla la boca para no descubrir nuestro escondite.
Hice que se excitase muchísimo y me separé brutalmente de ella, dejándola con unas ganas tremendas: "Sirius, no seas capullo, ven aquí ahora mismo y termina lo que has empezado" me dijo enfadada.
Sonreí y me volví a inclinar sobre ella, colocando mi pene en la entrada de su vagina y accediendo a su interior lentamente, vi como su cara se curvó en una mueca de dolor, la besé tiernamente, mientras la acariciaba el pecho, la mejilla, y recorría su cuello y su cara con mis besos, labios y lengua.
Fui metiéndome lentamente, y con pequeñas sacudidas para no hacerla tanto daño, finalmente, entré de golpe y esperé a que su cara de dolor se fuese, la besé la frente y comencé a moverme lentamente pero con decisión, al final vi como ella abría su boca para gemir, y como separaba más las piernas para que yo la penetrase más adentro, así que no me hice esperar y me introduje más hacia su interior, moviéndome más aceleradamente.
Ella agarró con fuerza mi ancha espalda, apoyando la cabeza sobre uno de mis hombros, mientras me dio un mordisco al no poder aguantar los gritos de placer. Entrelazó sus piernas alrededor de mi cintura, atrayéndome con más fuerza hacia ella.
Se soltó cuando se corrió y se quedo tendida en el suelo mirándome mientras jadeaba y yo seguía poseyéndola.
Comenzó a acariciarme todo el cuerpo al sentir placer de nuevo, y yo hice lo propio, recorriendo con mis dedos, manos, todos los rincones a los que tenía acceso.
Sentí que me iba a correr, así que cambié de pensamiento, ella seguía gimiendo y yo no podía hacer oídos sordos a eso, así que cuando la volví a mirar y vi como se retorcía al tener otro orgasmo, me agarré fuerte a ella y encorvando ligeramente la espalda mientras cerraba los ojos, acabé eyaculando.
Me dejé caer sobre ella, que me acarició el pelo suavemente, y después de unos minutos de masajes y caricias apresuradas me incorporé y comencé a vestirme.
Ella hizo lo mismo mientras me miraba desconfiada e intuía lo que la iba a decir, así que no la hice esperar más, me giré hacia ella y la solté: "Esto ha sido todo Nox" y me alejé del hueco, subiendo con paso firme hacia mi habitación.
Entré en mi cuarto y me dirigí hacia mi cama, al lado de la mía estaba la de James, unos mechones rojizos salían por la colcha, y prendas de mujer estaban al pie de la cama de James, sonreí para mis adentros, y me acosté en la cama.
Tardé un poco en dormirme, mientras me acordaba que ni siquiera miré a los ojos y menos a la cara a Nox cuando la había dicho aquello. Sacudí mi cabeza para librarme de ese pensamiento y acabé durmiendome.
