Fui inspirada por las canciones:

James Blunt - 1973 (principalmente)

Passenger - Let Her Go

The Pretty Reckless -You

Y también por la película Lost & Delirious (el último suspiro). Digamos que utilizo un poco la trama, pero le voy a dar mi toque personal ;)

Al comienzo será Quinntana, pero Brittana será la pareja final.

La verdad que es la primera vez que me arriesgo a escribir algo así. Voy a intentar de hacerlo de forma perfecta, porque las ideas que tengo en mi cabeza creo que son muy buenas, pero para ello debo dedicarle tiempo e intentar realmente transmitir lo que mi mente se imagina.

Necesito trabajar mucho en la escritura, espero poder complacerlos. No tengan miedo de criticar ni nada, siempre digo que cada opinión vale muchísimo para mí, por lo que les agradecería enormemente que comenten.

Gracias :)


Simona,
You're getting older, your journey's been etched on your skin

Simona,
Wish I had known that what seemed so strong has been and gone


….

2014

….

Era una mañana común y corriente, pero lo que la hizo diferente fueron tus ganas de levantarte aún más temprano para ir a tomar un buen café mientras veías cómo el sol se asomaba para alumbrarte el día.

Dejaste a tu marido acostado en tu cama matrimonial (que ya hacían diez años que compartían juntos), te quitaste el camisón color crema que siempre usabas y te vestiste para salir a tomar tu café preferido en el único lugar donde tú tomabas café porque siempre pensaste que ningún otro podría hacerle competencia.

Tú eras Lucy Quinn Fabray.

Lucy Quinn Fabray de Evans.

Te habías acostumbrado a tu vida durante todos estos años. Era sencilla. Todos los días debías levantarte, alistarte, prepararle el desayuno a tu marido, cambiarte e ir a trabajar. Volver, hacer los quehaceres que siempre toda ama de casa tenía. Luego, cenabas sola acompañada con una botella de vino rosado y de postre… te dirigías hacia tu sofá con algún libro. Mientras terminabas tu botella de vino, leías placenteramente durante horas hasta que llegara tu esposo que cenaba y directamente se iba a dormir.

Esa era tu vida. Tu círculo vicioso.

Pero esa mañana, querías hacer algo distinto. Sentías que debías hacer algo distinto.

Por ello, dejaste una nota en la mesa junto al desayuno que le habías preparado a tu marido, Sam. Le indicabas en él que te ibas a desayunar afuera y luego ibas directo a tu trabajo.

Caminabas tranquilamente mientras observabas cómo lentamente se iba aclareciendo el cielo. Era comienzo de otoño y no había algo más deleitable que sentir la briza cómo te envolvía y cómo te transmitía un pequeño calor.

Te diste cuenta que tu idea de ir a tomar tu desayuno a esa hora, ese día… fue una de las mejores decisiones que pudiste haber tomado.

Cuando llegaste a esa pequeña cafetería, pudiste ver que no habías sido la única que en pensar que tomar un café artesanal a las seis de la mañana en la enorme ciudad de Nueva York. Sonreíste al ver que había dos mujeres, una con cabellera castaño oscuro y otra rubia. Ambas estaban acompañadas por dos criaturas. Un nene castaño y una nenita rubia.

Te llamaba la atención que ese par de niños estuvieran despiertos a esta hora como para desayunar. Sonreíste al recordar algunos viejos sueños que tuviste cuando eras joven.

Cuando te acercaste para ir a una de las mesas que se encontraba un poco lejos de ellos, sentiste cómo el tiempo te había regresado a tus diecisiete años.

-Mami! Mami! Mira! El cielo está de color rosa y naranjo! –la nenita rubia le indicaba a la mujer morena.

-Es naranja, Claire –la voz de la morena hizo que la observaras intensamente.

Tu respiración se había detenido junto al latido de tu corazón y tu sangre dejó de fluir por tus venas.

Por más que ya habían pasado quince años, esa voz…

Se había grabado en tu corazón… en lo más profundo de tu alma.

-Mama! Mama, quiero ver yo también! –el morenito hizo que por un momento tus ojos se desviaran y se focalizaran en la chica rubia.

-Ven aquí, Malcolm –la risilla que escuchaste era igual a la de quince años atrás.

Mientras esperabas a que te atendieran, tú no podías despegar los ojos de aquella familia. Sabías exactamente quiénes eran… y…

De pronto, sentiste cuán infeliz eras con tu vida 'perfecta'.

Estabas viendo cómo se habían transformado en una familia feliz tus dos ex –mejores amigas. Aunque en realidad… una significó más que tu mejor amiga…

Fue el amor de tu vida.

'And though time goes by, I will always be in a club with you…In… 1973…'

..

.


...

Fines de Febrero de 1998

Este era tu último año en el internado Perkins Girls College. Tus padres habían decidido mandarte allí desde un principio. Te vivían diciendo que una vez que terminaras allí, iban a discutir ampliamente sobre tu futura educación que determinaría tu futuro. Y tú no podías discutir acerca de ello. Tú debías complacerlos, debías ser obediente y ser la hija perfecta que ellos tanto anhelaban.

Lo único bueno de ese internado, era que estabas con la mejor compañera de cuarto que podías tener.

Santana López.

Ella no era religiosa, ni pretenciosa ni ambiciosa, ni muy femenina… pero era la única persona que no te juzgaba por lo que hacías o por lo que eras. Ella no te obligaba a hacer nada, sino que te suplicaba que le dijeras qué te gustaría hacer, cuál era tu opinión…

Aunque ella era la perdición, un deshonro, una chica extremadamente maleducada y ácida ante los ojos de los demás, tú sabías que ella era la persona más dulce y buena que podías haber conocido. Santana siempre buscaba verte feliz, y lo hacía.

Tú simplemente la amabas por ello.

Ella era lo único que te hacía feliz. Era irónico si te ponías a pensar que lo 'erróneo', era lo que realmente daba sentido a tu vida… siendo que fuiste criada para convertirte en un ser inigualable.

Tú amabas lo imperfecta que era Santana, que era todo lo que tú no debías ser en tu 'perfecta' vida.

Pero además amabas cómo te hacía sentir. Sabías que nunca ibas a encontrar otra persona que te demostrara tanto amor como ella lo sentía por ti.

Eso hacía que la amaras aún más.

Lo que no sabías… era que todo iba a cambiar enormemente cuando empezaran las clases.

..

.


-San! –gritaste su nombre una vez que entraste a tu habitación que compartías con ella desde hacía años. La habitación era enorme, era para tres personas… pero como tuvieron el privilegio de que solamente eran ustedes dos, hacían de cuenta que todo era para ustedes. Realmente aprovechaban el tiempo a solas cada vez que volvían a sus habitaciones.

-Te extrañé tanto, Q –la morena corrió hacia a ti para abrazarte por tu cintura y elevarte mientras daba vueltas con euforia, mostrándote lo alegre que estaba por verte otra vez. Tú estabas igual de feliz por verla, luego de esos meses de vacaciones… te parecía una eternidad no estar con Santana. Aunque se llamaban cada tanto y se mandaban cartas (porque para ti era mucho más íntimo y significativo de esta forma), no era lo mismo que tenerla personalmente contigo.

-Tú ni te imaginas lo que yo te extrañé –le susurraste al oído. La latina se detuvo, enseguida llevó una de sus manos hacia la puerta para cerrarla (sin despegarse de ti), para luego besarte como tanto habías deseado desde el segundo que la viste.

Ambas gimieron al sentir el contacto de sus labios y tú ya te perdías en la sensación y las emociones que Santana te generaba con tan sólo besarte. Ni siquiera lo pensaste dos veces y comenzaste a desajustarle la corbata que rodeaba su cuello para ir desabrochando su camisa y quitarle la pollera… todo. Necesitabas sentirla ya.

-Ansiosa, Q? –Santana te provocaba y tú directamente le respondiste mordiéndole el labio inferior. La morena te sorprendió al agarrarte de tu trasero e indicarte que rodearas tus piernas en su cintura y comenzó a caminar hacia una de las camas.

Cuando ambas cayeron en la cama, Santana comenzó a hacer lo mismo que tú habías empezado a hacer antes.

-Dios, necesito que –

-Quinn Fabray! –la voz de una de las profesoras interrumpió lo que ibas a decir e hizo que ambas se incorporaran de pie de un salto y se acomodaran sus uniformes lo más rápido que podían.

-Quinn –la profesora entró a la habitación justo cuando ustedes habían terminado de arreglarse un poco –necesito que bajes inmediatamente, te voy a presentar tu nueva compañero de cuarto y decidimos que tú seas como su 'tutora' por estos primeros meses… para que ella se acostumbre al colegio –la profesora Shelby te indicó sonrientemente.

Lo único bueno que además tenía este internado, era que por suerte tenía profesoras muy amables, aunque obviamente muy exigentes.

-Por supuesto, enseguida bajo Srta. Corcoran –le respondiste cordialmente con una de tus mejores sonrisas.

-Ugh, maldita sea… ¿Era necesario arruinar nuestro último año juntas en este maldito colegio? –Santana comenzó a quejarse y tú le insinuaste a que se callara mientras ibas corriendo a cerrar la puerta para que no pudieran escucharla.

-Santana… no hables así, te podrían escuchar y ya en el primer día irías a detención –le alarmaste, pero como siempre la morena ignoraba lo que le decías. No le importaba demasiado ir a detención.

-¿Qué? Me vas a decir que tú estás contenta? –Santana comenzaba a volverse loca.

-No! No dije eso, pero es lo que nos tocó y debemos aceptarlo

-Ugh, me frustra a veces que tú siempre concuerdes con las decisiones que los demás te imponen –la morena se había molestado y comenzó a retirar sus ropas de sus valijas. Revoleaste los ojos y decidiste acercarte hacia a ella para abrazarla por detrás.

-Todo va a estar bien, cariño.. –le susurraste al oído mientras apoyabas tu cabeza sobre su hombro e inspirabas su perfume que tanto habías extrañado –estoy segura que vamos a poder superar esto –le prometiste y sonreíste al ver cómo se había relajado contra tu cuerpo.

-Le conviene que sea rubia y muy hot… siempre quise tener un trío con rubias sexis –tu novia te confesó su idea y enseguida le diste un empujón para que cayera en su cama y así atacarla a bofetadas.

-Ew! Santana!

-Ow! Ok! Ok! Tranquilízate un poco…-la morena te pidió para que dejaras de golpearla –Pero, ¿Me vas a decir que nunca pensaste en hacer un trío?

-¿Quieres que me guste otra chica? –tú la desafiaste elevando tu ceja cuestionadora.

-No, tú eres mía –Santana te agarró para acercarte más a su cuerpo y así besarte profundamente –sólo mía

..

.


Cuando entraste a la sala de profesores, te enfrentaste con la profesora Shelby hablando con una chica rubia, más alta que tú, de ojos celestes. Te pareció raro ver que sostenía un gato. Bueno, no un gato… era el gato más gordo que habías visto en tu vida, pero la chica lo abrazaba con tanta fuerza que tú creías que iba a explotar el pobre animal.

-Quinn, quiero presentarte a tu nueva compañera de cuarto… Brittany Pierce –la profesora las introdujo y tú simplemente sonreíste tratando de causar una buena impresión. La chica… parecía muy tímida.

-Brittany, espero que te sientas cómoda y puedas acostumbrarte a este lugar rápidamente… ya verás que este colegio va a resultar como un hogar para ti –Shelby rodeó a la rubia con uno de sus brazos tratando de animarla –Quinn Fabray va a ser algo parecido como tu 'tutora' y cada duda o urgencia que tengas, puedes consultar con ella… Quinn es la mejor alumna del colegio y además es muy buena compañera, así que estás en buenas manos –la mujer trató de ganarse un poco la confianza de la chica.

- Quinn, ¿Por qué no le enseñas el colegio y su nueva habitación? –Shelby te pidió.

-Con mucho gusto Sra. Corcoran –respondiste sonrientemente y tomaste la mano de Brittany para comenzar el tour por el enorme internado.

..

.


-Espero que te haya gustado el colegio, lo único malo que tiene es la comida… es de hospital, pero no te preocupes… vas a acostumbrarte con el tiempo –tú le dijiste ya cansada de ser la única hablando y que la chica solamente asintiera con la cabeza. Si tuvieras ganas de hacer un monólogo, directamente irías al espejo del baño y hablarías contigo misma… no sabías qué rayo tenías esta chica que no emitía ninguna palabra contigo.

-No tengo idea de dónde rayos estará Santana, pero seguro más tarde la vas a conocer.. –le dijiste y te acercaste hacia a ella –sé que no es nada lindo que tu familia te deje como si fuera un paquete en este lugar por meses… pero, ¿Sabes qué? Siento que este colegio es más mi hogar que mi propia casa… cada vez que vuelvo tengo ganas de regresar aquí –le confesaste y la rubia te sonreía tristemente mientras continuaba acariciando su gato -¿Cómo se llama? –le preguntaste por su mascota.

-Lord Tubbington, me dijo que te pareces a una de mis barbies que tenía cuando era pequeña –por primera vez Brittany te habló sin dejar de ocultar su timidez. ¿Su gato le hablaba? Ok. Ahora ya entendías un poco del por qué te parecía extraña esta chica… Realmente era muuuuy rara.

-Erm… ¿Gracias? –le respondiste sin saber qué decirle sinceramente –te dejo tranquila para que puedas acomodar tus cosas… si necesitas algo, voy a estar abajo en la biblioteca –le aclaraste –nos vemos luego, Brittany –saludaste a tu nueva compañera de habitación y luego comenzaste a ir hacia la biblioteca para ver si encontrabas a Santana allí.

..

.


BRITTANY POV:

Tú tenías quince años cuando tu padre y tu madrastra decidieron mandarte a ese internado. Desde la muerte de tu madre por cáncer de estómago, tu vida había cambiado por completo. Tu madre había muerto cuando tú tenías apenas diez años y… por más que habían pasado cinco años, aún la extrañabas a horrores y sabías que había marcado tu vida por siempre. La única persona con la que podías abrirte sinceramente sin miedo a sonar ridícula… era con ella. Tu padre no era malo, todo lo contrario. Era una gran persona, pero era muy tímido… no hablaba casi nunca y… digamos que tu relación con él siempre fue… silenciosa. Tú sabías que te adoraba, pero nunca lograron a profundizar la relación de padre-hija. No lo ibas a culpar tampoco, era su personalidad... pero te hubiese gustado que él estuviera más cerca de ti.

Desde el día en que tu padre te presentó a tu 'nueva madre', tú sabías que iba a cambiar algo… y no te equivocaste. La mujer no era mala, pero no era tu madre… por lo que no se ocupaba de ti, porque tú no eras su propia hija. Nunca quisiste ocasionar algún tipo de escena porque veías cómo tu padre había vuelto a ser feliz lentamente y tú pensabas que merecía ser feliz.

Así que cuando te dieron la noticia de que ibas a ir a un internado… simplemente no dijiste nada. Lo único que pensabas todos los días era: 'mi madre nunca me hubiera enviado a un internado'

Pero aquí estabas, con tu gato más querido, tu mejor y único amigo, en el internado. El lugar de por sí te intimidaba, era simplemente… enorme. Las profesoras y la directora aparentaban ser amables. Por lo menos no era cómo te lo habías imaginado. Todo el mundo hablaba de internados como si fuera un estilo de prisión, donde todos eran maltratados e infelices. Afortunadamente, veías a chicas más grande que tú y también de tu misma edad corriendo, gritando felices…

Cuando conociste a tu 'tutora', Quinn Fabray, lo primero que pensaste fue que era una chica perfecta y enseguida la admiraste por el carisma y el glamour que ella con tan sólo su presencia transmitía. Te intimidaba muchísimo. Te odiabas por no ser capaz de superar tu timidez y miedo de entablar una conversación con nuevas personas.

Una vez que terminaste de acomodar un poco tus cosas, decidiste bajar e ir recorrer un poco la escuela por ti misma… tenías que ir memorizando dónde quedaba cada lugar.

Pero como siempre, tu memoria fallaba y te perdías fácilmente. Decidiste quedarte en la sala que habías descubierto luego de haber caminado por más de una hora. Tarde o temprano ibas a encontrar a alguien que fuera allí, ¿Verdad? Lo peor era que la habitación en la que te encontrabas, te parecía aterradora. Estaba lleno de estatuas raras y era… algo oscuro el lugar y silencioso. Odiabas el silencio.

Decidiste acercarte hacia una estatua que te había llamado la atención cuando –

-Veo que ya no es más mi lugar secreto

-Ahhhhhh! –una chica morena, de cabello largo y ondulado, salió detrás de la estatua a la que te dirigías dándote un pre infarto. Comenzaste a tener unos ataques de pánico y casi no podías respirar. Eras una persona muy frágil y sensible a todas las cosas.

-Ok, ok… no quería asustarte tanto, ¿Estás bien? –la chica se acercó hacia a ti preocupada cuando vio que tu respiración fallaba –Hey, tranquilízate… soy Santana López, no voy a hacerte daño… perdón por asustarte tanto, ¿Sí? No era mi intención –la morena se disculpaba mientras se acercaba más hacia a ti, pero en vez de ayudarte… te hacía poner más nerviosa.

-Ok, mírame… mantén tus ojos fijos en mí –ella te ordenó mientras se aproximaba más hacia a ti. Tú sólo observabas shockeada cómo ella colocaba una de sus manos en tu pecho y con la otra tomaba tu mano, entrelazando sus dedos con los tuyos, guiándola a su pecho –concéntrate en mis ojos y sigue el ritmo de mi respiración, ¿Sí? Tú puedes hacerlo –la chica te decía apenas susurrando y cuando comenzaste a hacer lo que ella te había demandado… notaste cómo por primera vez esto funcionaba. Tus ojos se habían hipnotizado con ese color chocolate. Esa mirada te había cautivado tanto que inconscientemente seguías lentamente el ritmo de la respiración de la latina –muy bien… así es –la chica te sonreía mientras tú seguías magnetizada con sus ojos. Te sorprendía cómo ella, una extraña, era capaz de calmar tus ataques de pánico (que habías comenzado a tenerlos desde la muerte de tu madre), y tus propios seres queridos no lo lograban hacer. Siempre terminabas en el hospital.

-¿Mejor? –la morena te preguntó cuando tu respiración había vuelto a la normalidad. Tú ni te habías dado cuenta de ello, todavía seguías mirándola. Simplemente asentiste con tu cabeza y te ruborizaste de una forma impresionante.

-Veo que eres la chica nueva, ¿Verdad? Tienes aspecto de ser una novata –Santana comenzó a hablarte y tú te desesperabas por hablarle y a la vez no. Querías irte, pero también tenías ganas de quedarte. Tus emociones te jugaban una mala pasada –¿Tienes voz o…

-S-soy Brittany Pierce –dijiste con voz temblorosa.

-Mucho gusto en conocerte Brittany, tú eres la chica que va a invadir nuestra habitación, ¿Verdad? –la morena te preguntó y tú te volviste más nerviosa.

-Y-yo puedo pedir que me cambien de habitación s-si es que a u-ustedes les molesta y –

-Estoy bromeando contigo, rubia –tu otra compañera de cuarto se reía mientras te daba un pequeño empujoncito en tu hombro –eres muy tierna, ¿Alguien te lo dijo ya? ¿Qué edad tienes?

-Quince –le respondiste apenas audible, tratando de cubrir tus mejillas rojas.

-Oh! Una novatita eres –ella te sonreía y tú agachabas tu cabeza –¿Tienes apodo? –ella te preguntó y tú simplemente negaste con la cabeza, aunque en realidad sí lo tenías. Tu madre te decía bambi.

-Mmmm, bueno… ya se me ocurrirá algún apodo para ti –Santana te dijo sonrientemente mientras colocaba uno de sus brazos alrededor de tu cuello –¿Por qué terminaste aquí, Brittany?

-Mi madre murió cuando tenía diez años… y mi padre conoció a una nueva mujer, ambos decidieron traerme aquí –tú te sorprendiste al darte cuenta cómo comenzabas a hablar fluidamente con ella.

-Par de ratas que piensan sólo en ellos y te tiran en un lugar como este como si fueras un paquete –la morena comentó en voz baja… algo molesta. Tú querías defender a tu padre, pero… no dijiste nada –mis padres murieron cuando yo era pequeña y … terminé aquí… pero, ¿Sabes qué? –ella te preguntó nuevamente animada y tú negaste con tu cabeza –Nosotras vamos a poder ser felices, ya lo verás –ella te aseguró con una sonrisa, provocando que tú también sonrieras.

-En fin, es hora de comenzar una fiesta en el jardín, ¿Qué te parece bambi? Así alegramos un poco a este instituto de mierda –Santana te tomó de la mano tratando de llevarte con ella, pero tú te congelaste.

¿Realmente ella te había llamado…. Bambi?

-¿Estás bien? ¿Te pasa algo? –la morena te preguntó cuando sintió que tu cuerpo hacía resistencia. Tú negaste con la cabeza y simplemente le sonreíste. Esta vez fuiste tú quien comenzó a caminar, indicándole que querías salir de la habitación.

Te había llamado bambi. ¿Cómo podía haber elegido justo ese apodo?

Tal vez tu mamá te estaba observando desde arriba y te había enviado a una amiga para que te cuidara.

Realmente estabas comenzando a ser un poco feliz.

Tal vez no había resultado tan mala idea haber llegado a este internado.

..

.


Reviews? Opiniones? Serán muy bienvenidas ;)