¡Tiempo sin leernos! Hace mucho que no me conecto y dejé estancada la historia de girlpower, pero ahora vengo aquí para reescribirla, aunque ya no tendrá el mismo argumento, he decidido centrarme en mi oc y quizá algún día acepte más ocs para el fic pero de momento me quedo así, espero que os guste el primer capítulo, ya sabéis si es así dejad un comentario dando vuestra opinión :3


—Ummm... Tengo sueño -me quejé mientras oía el despertador sonar - Como me gustaría tirarte por la ventana ahora mismo... - dije mientras miraba con desagrado al horrible trasto

—¡Naomi si no te vistes llegarás tarde!

Deduje que la que me gritaba ha pelo pulmón sería mi hermosa madre por lo que me levanté para vestirme e ir hacia mi primer día de instituto

—¿Que hay de desayunar? -pregunté mientras ataba mi lazo al pelo

—...

—¿Mama? -pregunté mientras la miraba, parecía que estaba a punto de llorar -¡Te juro que no e hecho nada esta vez!

Empecé ha defenderme antes de que me hechara una bronca pero en vez de hecharme una bronca lo que hizo fue abrazarme

—¡Pero mírate! ¡Mi niña ya está hecha toda una señorita!

—¿Ah? -la miré sin entender a qué se referia -¿Estas bien mamá?

—No puedo estar mejor, pensar que ya vas a empezar el instituto... Me colma de alegría, ¡mirate! Ese uniforme te queda genial

—Mama, no es para tanto, todavía sigo siendo tu niña

—Oh, no sabes que feliz me haces al oírte decir eso... Ahora venga, desayuna que sino llegarás tarde

Me tomé el desayuno rápidamente y salí de casa hacia mi nuevo instituto, el Raimon

—Que grande... -susurre mientras lo admiraba

—En verdad el Raimon no es tan grande en comparación con otros institutos -una voz me sacó de mi asombro, me giré hacia aquella voz y pude ver a una chica peliazul con gafas rojas de pasta

—¿En serio? En mi país los institutos son mucho más pequeños -dije asombrada

—El Raimon no se compara por ejemplo a la Royal, en Japón es normal institutos tan grandes, ¿de donde eres?

—España

—Oh, el país del flamenco y la paella

—Y no te olvides el jamón que es lo más importante -le recordé sonriendo divertida - Es una de las cosas que más hecho de menos, el buen jamón de mi tierra

—Jeje, en verdad aquí hay jamón aunque creo que serán mucho más caros y no serán iguales a los de España, por cierto, ¿como te llamas? Yo soy Haruna Otonashi, me llaman Otonashi la callada -me quede mirando a la chica de gafas rojas

—¿Callada?

—Bueno si, aunque no se porque

—Bueno Haruna, encantada soy Naomi Kinamoto

—¿Kinamoto? ¿No eres de España?

—Padre japonés, me crié en España pero mi padre es japonés, ya ves - dije quitándole importancia al asunto

—Bueno pues, ¿entramos? Que nos hemos quedado en la puerta como pasmarotes - Haruna comenzó a caminar y entramos al instituto, podía observar un campo de fútbol y diferentes casetas

—Son las casetas de los clubs, ¿en España no hay de eso no? —me explico Haruna cuando vio que me quede mirando las casetas

—En mi colegio al menos no, en España no somos de clubs, y si los hay son a parte del colegio

—Eh... Ya veo, y pensar que hay tantas diferencias

Nos adentramos al edificio y pudimos ver un tablón en el que estaban escritos los nombres de cada alumno y su curso

—1-A, las dos -me aviso Haruna mientras miraba el tablón

—¿En serio? -estaba ilusionada puesto que aún no conocía a nadie, menos a Haruna, y estar con ella me hizo sentir mejor

—Si, ahora demonos prisa antes de que llegue el tutor -salimos "corriendo" hacia la clase y nos sentamos las dos juntas, aunque después se sortearán los asientos, una cosa que no me gusta de Japón, en España o una de dos, o te sientas donde te de la gana, o los profesores te sientas por orden de lista y caminando

Acabamos rápido las clases sin ningún problema y Haruna y yo nos separamos para ir cada quien a su casa

Yo decidí coger un camino más largo pasando por alado de la torre inazuma, pues me sentía con energías para dar un paseito, lo que no espere ver es a dos personas molestando a una niña pequeña, ¡abusones!

Me fijé en que un chico con una banda naranja salió a defender a las niñas, también estaba acompañado de una chica de pelo verde, ambos llevaban el uniforme del Raimon

Aún así la cosa no se arreglaban los matones son muy pesados, estaba a punto de salir a ayudarlos pero en ese momento un balón de estrelló en la cara de uno de los matones, lo cual me causo mucha gracia

Giré la vista hacia el que lanzó el balón, era un chico con el pelo en forma de pinchos

Al ver que todo se soluciono decidí seguir mi camino y hacer como que no vi nada, ni siquiera el balón en llamas, no quiero problemas ahora que ya está todo solucionado

—¿Que tal el instituto cariño? - me pregunto mi madre cuando entre a casa

—Bien, todos son muy amables -le respondí mientras subía a mi cuarto a cambiarme

Lo demás no fue nada importante, termino rápido el día y ya estaba otra vez en el Raimon

—¿Que pasa? -le pregunté a Haruna viendo como el chico del otro día no paraba de ir de allí para aca preguntando a la gente y paseando un cartel

—El club de fútbol busca miembros, pronto se enfrentarán a la Royal y si no consiguen los miembros necesarios les cerraran el club -me explico mientras observamos al chico

—Ah... Me da pena

—Pues únete -me dijo Haruna sonriendo

—¿Ah? Imposible, no se jugar al fútbol, yo el único ejercicio que hago es el de dibujar

—Eso no es un ejercicio... - me dijo Haruna con una gota en la sien

—¡Si lo es! Ejercito la muñeca y la habilidad con los dedos, también mejoro mi pulso y mi vista, y diferencio más color-

—Vale, ya me quedo claro, dibujar es un ejercicio -me dio la razón

—Je, por supuesto

Y así pronto acabo el recreo y las clases, otra vez decidí coger el camino largo, lo que no espere encontrarme fue al chico de la banda naranja golpeando un neumático, eso es muy suicida

—Sabes que eso es peligroso

—¿Eh? Es un entrenamiento

—¿Entrenamiento? Yo lo llamo suicidio, pero lo que tú digas... ¿Lo haces para ganar a la Royal?

—En un principio si, pero también amo el fútbol por lo que no necesariamente es por eso

—Ya veo... -me puse en cuclillas mientras miraba como entrenaba -¿cuantas personas os faltan?

—Una, pero se que la encontraremos

—Ya veo... Os ayudaría pero soy patética con el ejercicio físico, bueno menos con el dibujo

—¿Dibujo? -el chico dejo de patear el neumático y me miro

—Si, ¡es ejercicio! El movimiento de muñeca, la habilidad con los dedos, la increíble vista para no salirte... -cinco años después acabe de explicarle la dificultad del dibujo

—Y-ya veo -me miro con una gota en la sien - por lo de unirte tranquila, saldremos de esta

—Eso espero, os estáis esforzando mucho, tenéis mi apoyo -le dije sonriendo -me tengo que ir...

—Mamoru Endou, ¿y tu?

—Naomi Kinamoto, nos vemos Mamoru

Y empecé a emprender el camino hacia mi casa

En verdad me daban pena los chicos del club de fútbol, no es justo que les cerraran el club... Mamoru me había caído bien y se le notaba una pasión por el fútbol, además, ¿quien entrenaría empujando un neumático si no es un apasionado del fútbol? Es como yo cuando me paso la noche despierta para acabar un dibujo... Solo que no acabaría con lesiones físicas...

—¡Volvi! -le avisé a mi madre y subí a cambiarme

—Vaya... -dijo mi madre preocupada mientras miraba la tele

—¿Que pasa? -mire la tele y vi un instituto totalmente destrozado -¿Que ha pasado?

—La Royal

—¿Royal? El equipo con el que jugará mi instituto... -mire desconcertada a mi madre

—Si, si pierdes un partido contra ellos derivan el instituto perdedor... Espero que no os pase a vosotros -se preocupo mi madre

—¿Que clase de fútbol loco juegan esas personas? -dijo mirando la pantalla, la cámara ahora enfocaba al equipo de la Royal el cual estaba de pie delante de los perdedores