Posesión.

Las respiraciones agitadas resonaban por toda la habitación, Lovino estaba a unos escasos milímetros de Antonio que lo llamaban para así poder juntarlos, rozaba suavemente sus labios con los del otro, jugando a un pequeño juego entre amantes, aumentando cada segundo como si fueran horas, y cada diminuta caricia como si fueran enormes.

Mordió suavemente sus labios, sintiendo y oliendo su respiración madura, pesada, suspirando entrecortadamente, volvió a juntar sus labios, dando un diminuto beso, dulce, solamente se escuchaba el sonido viejo de aquellos besos que se daban.

Tocó con su dedo índice los labios de Antonio, aquellos labios que tanto le gustaban, que tanto lo llamaban para ser besados una vez más, como si aquello fuera eterno, pensar, que antes no podía besarlos, se le ponía la piel de gallina.

Y volvía a juntarlos, rompiendo aquella barrera que los separaba, tocando suavemente su boca con su lengua, luchando internamente, ahogándose unos pocos segundos cercanos a una muerte dulce y bella, entregados el uno al otro, con unos simples besos, decir tantas cosas sin decir ni una palabra.

Volvió a separarse del español, y acarició sus labios, tan suaves y dulces, los quería solamente para el, quería que aquellas emociones solo pudieran ser suyas, respiraba pesadamente y sentía su mente ida junto con la de él.

-Estos labios, ¿son solo míos verdad?- preguntó.

Antonio suspiró y sonrió, ver al italiano haciendo esas preguntas y estando de esa forma tan especial con el, pocas veces se veía y realmente lo disfrutaba, el sabor dulce de Lovino no se comparaba con ningún otro.

-¿Los tuyos son míos?-

-Siempre han sido tuyos-

-Los míos también son tuyos mi tomatito-

Las mejillas de Lovi se tintaron de a poco de un color rojizo, se sentía bien, y así, en ese ambiente pesado y tibio, cálido, volvió a besar a Antonio

-Te amo-


Espero que les haya gustado!!, es mi primer fic, dejenme un review así me alegran el día D:

Besitos.