Príncipes y princesas
por ninguna
Marinette tiene problemas. Marinette siempre tiene problemas. Las cosas nunca le salen a la primera, es torpe, desgarbada, y un milagro el que siga viva.
Desde su asiento, Kagami la observa. Tuvo problemas para anudarse los patines: se puso en pie, casi se cayó y Luka acudió a ella cual si fuera un príncipe que rescata a su princesa. Algo arde en su garganta al contemplar esa escena. ¿Qué se cree, ese Luka, que una chica no puede valerse por sí sola?
Adrien la mira con sus grandes ojos verdes y Kagami intuye que él también querría salvarla, como si ella fuera una estúpida princesa. Pero Kagami no estudiaba esgrima para que alguien acudiese a su rescate.
—Te puedo asegurar que no necesito a nadie —le dice a Adrien mientras cruza sus piernas con seguridad. Él la mira desconcertado.
—Es sólo que... —comienza, torpemente.
—¿No sabés amarrar tus zapatos?
Y se agacha a amarrárselos, para que vea que ella no necesita ni de él ni de nadie.
Salen a la pista y Kagami puede ver a ese Luka haciéndose el príncipe con Marinette. Y no sabe porqué pero le da rabia.
Un instructor de patinaje la ve moverse sobre la pista con seguridad y le ofrece convertirla en campeona. Kagami no se ríe, no tiene porqué, va en contra de su educación.
—Los nobles practicamos esgrima, el patinaje es sólo una diversión —le responde con firmeza. No está de ánimo para hacer caridad.
Se entrega a la pista de hielo para acallar su mente. Pero es inevitable ver a Luka y Marinette. Él la toma por la cintura, como si ella no fuera más que una cría inútil que estuviera aprendiendo a caminar. Y el enojo de Kagami va en aumento.
De pronto, Marinette se escapa del agarre de Luka y se golpea contra los límites de la pista. Esto ya era insólito: el pretendido príncipe no sabía cuidar a su pretendida princesa.
Kagami no ve cuando Adrien se aleja de su lado y acude a salvar a Marinette. Ambos, Luka y Adrien, extienden sus manos y asumen que ella los necesita. Esa es la gota que rebalsó el vaso.
Avanza con movimientos seguros y aparta a ambos con su sola presencia. Extiende con firmeza su mano y, aunque duda, Marinette la toma.
—Levantate —ordena, porque a esas alturas ya no está para bromas. Cuando Marinette está de vuelta en pie, Kagami se inclina sobre ella y le susurra al oído—: No conseguís equilibrarte porque estás insegura. Yo nunca estoy insegura.
Marinette la mira alejarse mientras siente que el rubor se apodera de sus mejillas.
Kagami se desliza sobre el hielo pensando en que, si este mundo sólo admite príncipes y princesas, ella debería aceptar el tener que ser una princesa. Pero no sería de esas que se encierran en la torre y esperan su rescate, sino que sería de un nuevo tipo, de un tipo de princesas que sale a rescatar.
Kagami se desliza sobre el hielo pensando en que a esa chica, esa que Luka sostiene de la cintura, le encantaría poder rescatarla.
N/N: espero que les haya gustado! Pueden encontrarme en twitter e instagram como ningunafics. Ningunx de mis amigxs sigue la serie y me gustaría conocer gente con la que interactuar de ella.
Un abrazo!
