Ni la serie ni los personajes de Happy Tree Friends me pertenecen.


TORMENTA INTENSA.

Capítulo 1.

Era una espantosa noche.

Llovía con tal magnitud que parecía que "el segundo diluvio" estaba aquí.

La tormenta eléctrica disparaba rayos que provocaban que la pequeña Flaky se sobresaltara haciendo que su corazón brincara en su pecho de espanto. ¿Y cómo podría no estar tan aterrada sin saber lo que había ahí afuera? ¡Podría haber lo que fuera! Un monstruo, un ladrón o… ¡O incluso un asesino! La sola idea provocaba que la cabello rojo se envolviera hasta desaparecer entre los cobertores amarillos de la cama mientras temblaba de miedo.

—P-por favor... Dios... ayúdame... Por favor.— Repetía la muchacha en voz baja para tranquilizarse y poder dormir.

Al cabo de una hora, su mantra al parecer comenzaba a dar frutos, pues, poco a poco, la somnolencia empezó a apoderarse de ella, haciendo que se durmiese. Más, en ése mismo momento:

—¡Flaky!— Un grito resonó de repente. —¡Maldición, Flaky! ¡Abre la maldita puerta mujer!

Los potentes golpes estremecían la puerta, haciéndola temblar tanto como el cuerpo de la chica peliroja, la cual, paralizada de miedo, sólo se limitó a sentarse en su cama, apretujando con fuerza el cobertor amarillo de su cama contra el pecho, el cual botaba de pánico.

De un momento a otro, el potente ruino se detuvo para dar paso a un gran estruendo que indicaba que la puerta de su casa había siendo abierta.

—¡Flaky, maldición! ¡¿Dónde estás?!— Gritó enardecida una voz masculina.

—D-dios… p-p-por… favor…— Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas de la chiquilla de ojos rojizos, a la vez que se ocultaba en su cuarto y escuchaba los muebles ser destrozados uno a uno en el resto de su casa.

Los ruidos se aproximaban por el pasillo cuando, sorprendentemente, todo se volvió un profundo silencio.

La espinosa escuchó de manera atenta, pero sin oír nada de nada realmente.

Comenzó a relajar sus tensos músculos para ponerse en pie y fue en ése momento en que la puerta de su habitación se abrió lenta y sonoramente mostrando a un hombre alto y de pelo verde, vestido con un uniforme militar y unas enormes botas negras llenas de lodo. Los ojos llorosos de la joven se sorprendieron de ver a su amigo Flippy… pero algo no estaba bien.

Él se quedó quieto. Parado en el marco de la puerta con la cabeza gacha sin hacer nada para, luego, desplomarse.

—¡Flippy, Dios, Flippy!— La muchacha se levantó torpemente de su cama, y corrió hacia el muchacho tumbado en el suelo.

Usando toda la fuerza que pudo, volteó boca a arriba al peliverde para observar cómo sus manos se cubrían de un rojo intenso... Sangre.

El piso, el uniforme verde, su camisón y sus manos estaban teñidos en rojo intenso.

Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo. ¿Estaba muerto...? No. Aún respiraba, pero seguramente estaba muy herido.

La lluvia se intensificó todavía más a las afueras de la casa mientras Flaky, dentro de su hogar, tenía una tormenta de problemas aún más intensa.

Continuará.