Disclaimer: Los personajes de South Park pertenecen a Trey Parker y Matt Stone. Este fanfic está hecho por y para fans y sin fines de lucro. La trama de esta historia me pertenece, por favor no copies.

Kyuubi: Hola! Como es mi primer fic de South Park, me presento! Me llamo Kyuubi y soy la escritora del fic!

Sheza: Y yo soy Sheza, y me encargo de revisar la ortografía además de vigilar que esta chica no se pase con el drama ¬¬! Haces llorar a alguno de mis amores y te mato!

Kyuubi: Ya, como si a ti no te gustara ver llorar a los ukes ¬¬

Sheza: ... Bueno... Si xD

Kyuubi: Entonces encárgate de vigilar que no me salga demasiado del hilo argumental ni que tampoco tenga HORRORES de ortografía ^w^

Sheza: Está bien! Empecemos con la historia!

Era un día soleado de primavera y South Park estaba muy tranquilo ese día. No había muchos autos en las calles, pareciera que la gente había pensado en salir a pasear al parque tranquilamente o quedarse en sus casas.

Sin embargo, nuestra historia se centrará en dos jóvenes adolescentes de unos catorce años de edad que descansaban bajo un árbol, uno de ellos en el regazo del otro. Clyde Donovan, el que se encontraba sentado y apoyado en el árbol, acariciaba dulcemente el cabello azabache de su querido novio, que yacía profundamente dormido con la cabeza sobre sus piernas. Observó por un segundo su rostro, notó que había un pequeño raspón en su mentón.

- "Otra vez se lastimó con el skate..."- pensó frunciendo levemente el seño.- "¿Por qué no usa el equipo de seguridad que le regaló su madre?"- negó con la cabeza al tiempo que cerraba los ojos.

- ¿Qué pasa?- preguntó una voz adormilada, haciéndolo salir de sus pensamientos.

- Te caíste del skate y te lastimaste.- no lo estaba preguntando, lo estaba asegurando.- ¿Cuándo aprenderás a tener más cuidado?

- Vamos, Clyde, no es la gran cosa... Es sólo un raspón.- se defendió el moreno.

- Craig Tucker, ¿cuántas veces debo decirte que uses tu equipo de seguridad? No me quiero imaginar cómo tendrás las rodillas. Ahora veo el por qué de tu pantalón largo.- regañó. El otro sólo chistó la lengua y le enseñó el dedo medio.

- Estaba practicando para el torneo de Skateboarding para menores que se hará en unos meses. Las finales estatales son a fin de mes.

- ¿Torneo? ¿Qué torneo?- preguntó el de cabello castaño, algo confundido.

- Ya sabes, el que realizan Tonny Hawk, Bam Margera y Steve Caballero todos los años a beneficio de... de... de algo relacionado con los africanos.- contestó con algo de indiferencia.

- Es para los chicos desnutridos de África, Craig...

- Lo que sea.

- Bueno, pero no creo que debas prepararte tanto, no servirá.- aseguró sonriente.

- ¿Qué? ¿Por qué?- preguntó incrédulo.

- ¡Porque yo también participaré! Ni creas que te la dejaré fácil por ser mi pareja.

- ¡Ja! ¡Ni espero que lo hagas!

Los dos jóvenes disfrutaron de reírse un largo rato, eran una buena pareja.

Durante largas semanas, los dos estuvieron practicando arduamente para poder participar en el torneo. De los sesenta chicos de South Park que se anotaron, sólo quince lograrían llegar a la final nacional. Y de allí, los cuatro mejores pasarían a la final mundial que este año se llevaría a cabo Tokio, Japón.

Todo iba a pedir de boca para Craig, estaba listo para hacer la ronda final en la que vería si iba a pasar a la final nacional o no. En ese momento se encontraba en los vestidores, esperando a que lo llamaran con una toalla en la cabeza. Escuchó que alguien entraba y vio a dos jóvenes acercarse.

- Hola Stan, Kyle.- saludó Craig.

- ¿Cómo te encuentras? ¿Muy nervioso?- preguntó el pelirrojo, sonriente y acercándose junto al moreno.

- Oh, ¿tú qué crees?- preguntó con sorna.

- Oye, cálmate. Nos preocupamos por ti, eso es todo.

- Pues no hace falta, yo sé que lo haré.- dijo volteándose y dándoles la espalda a los chicos.

- Bueno... Vamos, Stan, dejemos a la 'estrella' sola.- se burló Kyle, a lo que Craig le enseñó el dedo medio por encima de su hombro.

Cuando los dos chicos salieron, se sintió algo aliviado. En realidad si estaba nervioso, pero quería aparentar que tenía todo bajo control. No es que Tucker no puede manejar una situación así, sino que dependiendo del resultado de ésta ronda podría o no ir a las finales nacionales o no. Había llegado muy lejos, no quería perder ahora.

Se había entrenado muy bien en rollers y bicicleta pero destacaba mucho más en el skate. Si lograba ganar esta final mundial y lograba ser semi-finalista o finalista de las otras cuatro lograría ganarse muy buena reputación se ganaría un lugar en el torneo para mayores de dieciocho años.

Escuchó el sonido de la puerta otra vez, se giró y vio a Clyde de pie y con mirada seria.

- Hola, ¿pasa algo?- preguntó con media sonrisa, pero desapareció al ver la expresión seria del chico.- ¿No quedaste seleccionado?- volvió a preguntar. Eso lo preocupó más puesto que habían prometido llegar a la final los dos juntos y ver quién era mejor.

- No, Craig...- hubo un leve silencio.- Voy a dejar el torneo.- dijo rápidamente.

- ¿¡Qué!- eso definitivamente no se lo esperaba.- ¿¡Cómo! ¿¡Por qué!

- Porque tengo otras metas, la verdad que no quiero desperdiciar mi tiempo en esto. Me voy a mudar a Nueva York para estudiar durante un tiempo y por eso creo que es mejor que deje esto. No voy a poder concentrarme en mis estudios correctamente.- dijo lentamente y con tono serio, mirando a Craig a sus ojos verde oscuro.

- Espera... ¿Estas diciendo que... no nos veremos más?- Tucker sintió que algo se le quebró por dentro.

- Lo siento, Craig, pero no hay nada que pueda hacer...- y dicho esto, salió del vestuario.

Craig sólo se quedó allí, parado y sin decir ni media palabra. Sintió una profunda tristeza mezclada con ira y rencor. Clyde le había roto el corazón y eso era algo que no iba a tolerar. Se vistió a toda velocidad, tomó su mochila y su skate, y salió del vestuario.

Allí fuera, estaba un rubio siendo arrinconado y besado por un muchacho moreno algo más alto que él. Los dos estaban tan sumidos en la pasión de su beso que no notaron la presencia de Craig hasta que pasó junto a ellos. El moreno se separó un poco del rubio, viendo al otro alejarse.

- ¡Craig! ¿Adónde vas?- preguntó Damien, el hijo de Satanás.

- ¿Craig?- esta vez fue Pip, pero Craig ni se inmutó y siguió avanzando.- ¿Qué le pasará, Damien?

- No tengo idea. Mejor busco a Kyle y Stan, ellos sabrán.- Damien tomó la mano de Pip y lo llevó hacia la zona de descanso donde se podía tomar un café tranquilamente mientras se charlaba con un buen amigo. Allí, en la barra estaban Kyle y Stan jugueteando con las manos del otro, pero a Damien no le importó el haber interrumpido.

- ¿Qué pasa, Damien?- preguntó Stan algo molesto con el chico de ojos rojos.

- Algo pasó con Craig.- contestó.

- ¿Qué?

- Si, hace un rato lo vimos salir de aquí con su mochila y su skate. Le preguntamos lo que le ocurría y no quiso contestar.- explicó el rubio preocupado.

Los otros dos se miraron preocupados, Craig no haría eso. Decidieron, entonces, esperar. Seguramente Craig se fue a despejarse un poco y luego vendría. Pasó el tiempo y por fin llamaron a Craig Tucker para que subiera a la pista y demostrara sus increíbles piruetas y su gran control sobre el skate... pero cinco minutos pasaron y no salió. Diez minutos, quince minutos, treinta minutos. Dos horas y media. Ya lo habían descalificado por no presentarse hacia rato. Todos estaban muy preocupados, ya estaba anocheciendo y no había señal de Craig.

- Tenemos que encontrarlo de alguna manera.- dijo Butters poniéndose de pie de un salto.- Debe estar en algún lado, no puede ser que haya desaparecido.

- Butters tiene razón, debemos empezar a buscarlo en este mismo instante.- apoyó Pip, que ya estaba de pie.

- Muy bien. Butters y Kenny buscarán en el parque, Pip y Damien buscarán cerca del lago, y Stan y yo buscaremos por la zona cercana a la escuela.- Kyle observó a todos y cada uno de ellos, que asintió acatando las ordenes de búsqueda.

Se separaron, y los primeros en llegar a destino fueron Kyle y Stan. Buscaron por toda el área de la escuela pero no había rastros de que el moreno haya estado por ahí.

- Demonios... No está por ningún... lado...- jadeaba el pelirrojo por haber corrido tanto.

- Debemos apresurarnos, ya son las diez de la noche. Mis padres me matarán...- se quejó Marsh molesto.

- ¿Seguimos buscando por las canchas?

- Si, vamos.- otra vez, usando su tono molesto.

- ¿Qué te pasa?- preguntó el otro preocupado.

- Nada.

- Stan...- el chico de ojos verdes se acercó al otro.- ¿Estas molesto porque me preocupe por Craig?- lo miró a los ojos, dándole a entender que quería saber la verdad.

- Hum... Puede ser...- contestó sonrojándose levemente.- Últimamente estas mucho con él...

- Pues es obvio.- dijo con media sonrisa.- Le doy clases de rollers a su hermanita durante una hora los martes y los jueves, él va a cuidarla y pasamos un rato hablando... No debes ponerte celoso, tú eres al que amo.- le dio un tierno beso en los labios.

- Yo también te amo, Kyle.- le susurró al oído.- Mejor sigamos buscándolo, vamos.- y se fueron.

Decidieron buscarlo por las canchas de football y beisball para ver si había ido allí, pero nada. Nada. No había rastros de Craig Tucker. ¿Dónde estaba?

Damien y Pip buscaban cerca del lago, tratando de encontrarlo sentado allí fumando uno de sus cigarrillos. Buscaron por todo alrededor del lago, fijándose en los arbustos, detrás de los árboles, todo. Sólo faltaba buscar por debajo de las piedras.

- ¡Craig!- llamó el rubio.- ¡Craig, ¿dónde estas?- pero nada.

- Demonios...- Damien se estaba exasperando.- "Si pudiera llamar a mis criaturas del Infierno..."- pensó, mirando de reojo a Pip. Le había prometido no utilizar a sus esbirros a menos que fuera una situación de vida o muerte, pero esto sólo se trataba de encontrar a un imbécil que tuvo algún problema y salió huyendo.

- Estoy preocupado por Craig...- comentó el británico, bajando la vista.

- No te preocupes, seguro que lo encontramos. Debemos seguir buscando.

- Mejor llamamos a Kyle y Stan para decirles que no lo encontramos.- Pip sacó su celular y quiso marcar el número de Kyle, pero Damien se lo impidió.- ¿Damien?- lo observó confundido, pero al ver esa mirada en su rostro se sonrojó y desvió la mirada.- ¡E-estamos buscando a-a Craig! ¡D-debemos encontrarlo rápido!

- Oh, vamos... ¿Un ratito nada más?- negoció el pelinegro.

- Si encontramos a Craig si, sino olvídalo.- se cruzó de brazos, sin mirar al otro.

- ...- guardó silencio por unos segundos.- ¡Craig, maldito bastardo sal de donde sea que estés! ¡Craig!- llamaba, Pirrup sonrió divertido. Damien jamás cambiaría, ni ahora que tenia catorce años ni nunca.

- Kenny, ya es muy tarde, son las diez cuarenta y cinco...- el rubio menor se frotó los nudillos muy nervioso, la verdad que no quería romper el toque de queda que le habían impuesto sus padres. Si bien le había dicho que regresaría tarde porque festejaría con sus amigos, no quería regresar MUY tarde.

- Cálmate, Butters.- el de parca naranja le sonrió.- Estas conmigo, nada te pasará.- le tomó la mano y lo arrastró un poco más por el parque.

- Lo sé, pero estoy algo preocupado... No me gustan mucho los lugares así de oscuros...- confesó Stotch.

- Es lo mismo que si fuera de día pero con menos iluminación. No te preocupes por nada.- le besó suavemente los labios, brindándole un poco de su seguridad.- Mmm... Creo que podría quedarme aquí contigo un rato.- comenzó a besarle el cuello.

- Es mejor que encontremos a Craig aquí, me preocupa.- intentó interrumpir el otro rubio.

- Tranquilo. Tú sabes cómo es él, seguro que está bien. Lo conocemos desde que teníamos ocho años.

- Si, pero...- de repente, se escuchó el sonido de alguien cayendo al suelo.- ¿Qué... qué fue eso?- Butters se aferró al brazo derecho del rubio.

- No lo sé, pero lo averiguaremos.

- ¿¡Qué! ¿¡Estas loco!- se exaltó el otro.

- Butters, tranquilo. Estas conmigo y no dejaré que te pase nada.- calmó tomándolo del brazo y guiándolo hacia donde se había producido el ruido.

Se adentraron un poco más al parque, Butters sin separarse de McCormick, con destino a lo que fuera que produjera ese ruido. El ruido se hizo más fuerte, pronto notaron que estaban cerca de su destino...

- ¡Argh! ¡Ya buscamos por todos lados y no lo encontramos!- se quejó Damien furioso, por no haber encontrado al otro moreno.

- Mantén la calma, todavía faltan Kenny y Butters...

- Kyle, por favor. No seas inocente. Conociendo a McCormick seguramente los dos terminaron... ¡Auch!

- Lo siento hombre, pero te estabas pasando.- cortó Stan, que le había dado un codazo.

El sonido del reloj de Pip marcó las once de la noche. Craig no aparecía, no sabían dónde podría estar... Y, como ya dijo Damien antes, Kenny podría haber convencido al inocente de Butters para hacer 'cosas' en privado'. Los cuatro chicos se quedaron en silencio unos pocos minutos, hasta que el teléfono de Kyle sonó tomando por sorpresa a todos y llenando el ambiente con su sonido. Kyle tomó su celular y vio que en la pantalla decía el nombre de Kenny.

- ¡Kenny! ¿Dónde estaban?- preguntó en cuanto atendió. Hubo un pequeño silencio.- ¿Tú qué?... ¿Dónde?... Debes estar bromeando... ¿Cómo?... Está bien, vamos para allá.- colgó. Stan lo miró expectante al igual que el inglés y el hijo de Satanás.- Encontraron a Craig, está en el parque. Debemos ir inmediatamente.

Llegaron al parque y, dejándose guiar por una serie de gritos que mostraban una fuerte discusión, llegaron hasta donde estaban Craig, Kenny y Butters. No podían creer la escena. Craig estaba tambaleándose levemente de un lado a otro, mostrándole el dedo medio de su mano derecha a Kenny y en la mano izquierda con una botella de bebida alcohólica no destilada, de sabor amargo y hecha con cereales, más conocida como cerveza.

- Craig...- llamó Damien.

- Tú... ¡Tú no te metas...*hip* que... estoy hablando con ese... *hip* pobretón de Kenny!- contestó con enojo, tratando de enfocar a Damien.

- Hombre, ¿qué hiciste? ¿De dónde demonios sacaste esa cerveza?- Stan intentó acercarse y notó los golpes y la ropa sucia del joven.- ¿Intentas patinar ebrio?

- Tú cállate, marica... *hip*... Demonios... Debo practicar para... *hip*... para el torneo...- se subió a su skate y movió su pie para impulsarse pero perdió el equilibrio y calló al suelo sentado.- Rayos...

- Craig, ¿qué te pasó?- Pip se acercó y le extendió su mano para ayudarlo a levantarse. Sin embargo, Craig, no sólo no la aceptó, sino que se levantó y lo empujó para apartarlo del camino.

- ¡Oye! ¿Cuál es tu problema, Tucker?- esta vez, Damien decidió interferir poniendo una mano en el hombro del nombrado.- Si te emborrachas no debes agarrártelo con nosotros.

- ¡Cállate!- empujó a Damien, tratando de alcanzar su skate una vez más, pero Kyle lo tomó y se lo escondió detrás de la espalda.- Dame... *hip*... Dame eso Bro... Bro... Broflokis...- dio extendiendo su mano para que el pelirrojo se lo diera.

- Te lo daré si me dices cuántos dedos tengo.- dijo levantando dos dedos frente la cara del moreno.

- Hum...- trató de enfocar un poco, tomando otro trago de cerveza, ladeó la cabeza hacia la derecha.- ... ¿Cinco...?

- Estas mal, Tucker, mejor dejamos esto para otro día.- dijo Stan ubicándose junto a él.

- No jodas...- iba a tomar otro trago, pero Kenny le arrebató la cerveza de la mano.- ¡Oye... *hip* ... dame eso!

- ¡No te daré nada, mejor nos vamos!- Kenny arrojó al botella de cerveza a la primer cesta de basura que encontró.- ¡Ya son las once y media de la noche, es mejor que nos vayamos y mañana nos cuentas lo que pasó!

- ¡Tú no eres nadie para darme órdenes! *hip* ¡Tú... tú eres como Clyde! ¡Tú y ese hijo de puta... *hip*... se la pasan dándome órdenes!

- ¿Pasó algo malo con Clyde?- preguntó Pip creyendo saber el por qué de la actitud de chico.

- Ese hijo de puta... se fue y dejó todo... por sus estúpidos estudios... *hip*... ¡Que se muera, ese imbécil!- pateó violentamente la cesta de basura que previamente Kenny había usado para tirar la botella. Todo dentro de la cesta salió volando, mostrando una botella de cerveza más.

- ¿Cuántas te tomaste?- se alarmó Stotch viendo la segunda botella.

- Muéranse los cinco... Tú, el pobretón Kenny *hip*, el judío marica de Kyle, el imbécil de Stan, *hip* el mal nacido de Damien, el afeminado de Pip... y Clyde... en especial esa lacra inmunda, buena para nada... Ese se merece lo peor... *hip*... ¡Lo peor!

- Tenemos que llevarlo a casa...- comentó Kyle al aire.

- Pero sus padres lo ven así y lo asesinan...- contestó Butters.

- A mala hora se le ocurre a Token irse el fin de semana a la casa de sus tíos...- Damien observó al moreno que seguía golpeando todo cuanto se le pusiera en frente.- Hay que llevarlo a su casa, que se abstenga a las consecuencias. No podemos hacer nada más.

- Creo que tienes razón... Pero, ¿cómo lo llevamos?- Kyle observó la hora en su celular, ya era casi media noche.

- Damien, ayúdame.- Stan se acercó junto con Damien al moreno, lo tomaron por los brazos y comenzaron a arrastrarlo para sacarlo del parque. Como era obvio, Craig opuso resistencia.

- ¡Déjenme! ¡Déjenme ahora!- su voz ya estaba sonando más normal, al menos ya no hipaba tanto.

- No te dejaremos, debemos llevarte a casa.- la voz de Kenny sonó dura, pero era mejor así.

Lo llevaron hasta la casa, abriendo la puerta con cuidado y procurando no hacer ruido. Craig se había dormido, por suerte, a mitad de camino y no había hecho escándalo. Los dos morenos lo dejaron en su cama, salieron y se fueron de esa casa. Al día siguiente, tendría que hablar.

Estaba dormido plácidamente en su cama, su cabello negro estaba todo alborotado y se había tapado hasta el cuello con las frazadas. Estaba soñando lo que siempre había querido: Ganar el Campeonato Mundial para menores junto a Clyde... Clyde... Ese maldito... El chico se dio la vuelta, tratando de olvidar eso de una vez por todas. Ya había pasado mucho tiempo, no podía seguir viviendo en el pasado. Volvió a concentrar en dormir hasta que alguien le tiró agua en la cara. Se levantó violentamente y asustado, tratando de mirar al culpable que había hecho eso.

- ¡Ruby, maldita enana! (N/A: Sinceramente, no recuerdo el nombre de la hermana menor de Craig, pero usaré uno que leí en varios fanfics xD) ¿¡Cómo te atreves a despertarme así!- gritó con furia el moreno, enseñándole el dedo medio a su hermana de unos doce años.

- ¡Pues deberías agradecerme, tarado!- ella contestó con el mismo gesto que su hermano mayor.- ¡Vas a llegar tarde a tu primer día en el trabajo!- el moreno vio el reloj y, efectivamente, se dio cuenta que iba a llegar tarde si no se levantaba en este instante.- ¿Ves?

- ¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda...!- Craig tomó algo de ropa y fue al baño a darse una ducha rápida y así poder ir a trabajar.

A los diez minutos salió, vestido con su típico gorro azul, una campera azul, una remera amarilla por debajo y unos jeans azul bien oscuro. Tomó un vaso de jugo y una tostada, se despidió de su hermana y notó que sus padres no estaban, seguramente hoy también trabajarían hasta tarde. Salió y se puso sus rollers, con ellos llegaría a tiempo.

- ¿Dónde estará...?- se preguntaba un nervioso Stan. Tenía puesto su delantal y miraba el reloj de la cafetería con impaciencia.

Había convencido a su jefe de darle un trabajo a Craig durante los fines de semana para que pudiera pagarse sus estudios... ¿¡Pero llegar tarde el primer día de trabajo! En eso vio a alguien asomarse a la vidriera. Le hizo señas de que fuera hacia la parte de atrás y fue él también.

- ¡Mierda, Tucker, casi llegas tarde! Ya casi eran las ocho, llegaste de pura suerte...- regañó Marsh mientras el otro se ponia el delantal.

- Cállate Marsh, no es asunto tuyo.- contestó el otro con indiferencia.

- Tú, pedazo de...- Stan hizo acumulo de todas fuerzas para no romperle la cara en ese mismo momento. Vio que el moreno se iba con los rollers puestos.- Espera, ¿piensas trabajar así? ¿No se te caerán las cosas?

- Argh...- Craig se volteó a verlo con una cara que demostraba mucha irritación.- Marsh, uso rollers desde los diez años. ¿Crees que después de usarlos por ocho años aún no voy a poder manejarlos bien?- preguntó como si fuera la pregunta más estúpida del mundo.

- Oye, quiero estar seguro. Si te metes en problemas, yo me hundiré contigo y eso es lo último que quiero.- dijo con media sonrisa, molestando al otro moreno.- Está bien, vamos. Te indicaré lo que debes hacer.

El trabajo era sencillo: Tenia que llevar las órdenes a sus respectivas mesas. Si bien la paga no era la gran cosa era un comienzo, peor es nada. El dueño del café, el Señor Tweak, era un buen hombre y su mujer también. Si bien a veces el Señor Tweak parecía un obsesivo en inventar un nuevo café, era alguien respetable... bueno, algo respetable.

Con la Señora Tweak... Bueno, con ella no hablaba mucho pero la conocía. Era una buena mujer, una mujer que quería hacer el bien para los que ella quería y en especial con su hijo: Tweek. Se preguntaba lo que había sido de Tweek porque no se habían dirigido mucho la palabra desde esa pelea en cuarto año.

Recordaba que siempre había sido un chico algo raro. Era paranoico, un chico muy nervioso y que se asustaba por cualquier cosa, en especial por los gnomos. También sentía una especial obsesión por el café que, según él, era lo único que podía calmarlo. Algo muy dentro de él lo hizo sentir extraño, algo así como nostalgia. Si bien lo veia y hablaba con él, hasta trabajaban juntos a veces en clase, su relación no pasaba de un 'Hola y Adiós'. La verdad, algo muy triste.

- ¡Oye, Craig!- llamó Stan, cuando ya habían pasado las horas y atardecía. Craig se acercó al mostrador.- Toma, este es para el cliente de la mesa quince y este es para el cliente de la mesa veinte.- le entregó dos cafés y los puso en la bandeja.- Ten cuidado con lo que haces, el de la mesa veinte es el hijo del jefe.- advirtió con una sonrisa.

- ¿Tweek?

- Oh, veo que lo recuerdas. Bueno, ve a darle su café así recuerdan viejos tiempos, jajajaja.- Stan se marchó dándose la vuelta y no se percató que Craig le hizo un gesto con el dedo medio, que pasó inadvertido para la clientela.

- Maldito bastardo.- susurró y se puso en marcha.

Logró divisar al cliente de la mesa quince. "No puede ser.", pensó con odio. Esa cara rechoncha, ese pelo castaño, esa panza grasosa, una voz horriblemente chillona... Si, Eric Cartman estaba en el Café. Sin embargo, se levantó y retrocedió un par de mesas hasta la número veinte, donde estaba Tweek.

- ¡Tweek! ¡Cuánto tiempo sin verte!- saludo repentinamente el gordo, golpeando la mesa con una de sus manos y logrando asustar al pobre rubio.

- ¡Gah!- exclamó asustado. Observó al castaño un rato. De verdad que no extrañaba a Cartaman, era mejor tenerlo lo más lejos posible. Había conversado con Kyle y Stan unas cuantas veces y le habían dicho que Cartman lo único que causaba eran problemas. Sin embargo, no quería sonar descortés ni maleducado así que decidió entablar algo de charla.- ¿Q-qué qu-quieres Cart-man?- tartamudeó.

- Oh, Tweek. Hacia mucho que no hablábamos. ¿Qué no éramos amigos?- le preguntó sonriente.

- C-creo q-que s-si...- el rubio intentó pegarse más contra la silla de su mesa, como queriendo ser uno con ella. Cartman se le acercó más.

- Si, claro que lo somos. Y como eres buen amigo me invitarás un café, ¿verdad?- sonrió con malicia sabiendo que tenia al chico contra las cuerdas.

- Pero y-yo n-no puedo... N-no te-ngo d-dinero...- trató de quitarse a Cartman de encima lo más rápido posible, su compañía le molestaba, pero el gordo no se iba.

- Oh, vamos. Tú eres el hijo del dueño, seguro que puedes pedir uno gratis...- se acercó un poco más a Tweek.

- Oye, si quieres un café, mejor págatelo tú.- una voz conocida para los dos muchachos se escuchó por detrás de Cartman, quien volteó a ver de quién procedía esa voz.

- Craig Tucker, tanto tiempo sin verte.- dijo frunciendo el ceño, con notable disgusto.

- ¿Tú eras el de la mesa quince que pidió un café cortado?- le preguntó acercándose un poco con los rollers.

- Si. ¿Algún problema?

- No, en lo absoluto. Aquí tienes tu café.- se lo da.- Pero más te vale pagártelo.

- Pues para que sepas, Tweek va a...

- Tweek no tiene la obligación de pagarte absolutamente nada.- siseó las palabras con odio, haciendo al castaño estremecer.

- Bueno, está bien.- Cartman bebió un sorbo de café y se encaminó al mostrador para pagar.

Craig se quedó inmóvil unos segundos hasta que avanzó hasta llegar a la mesa de Tweek y dejar el café en la mesa.

- G-gracias.- musitó el ojiazul.

- De nada.- Craig no pudo evitar perderse en esos ojos azules, casi violetas, por unos instantes. No supo el por qué, pero sentía algo raro al verlos y quería saber qué era. Sacudió levemente su cabeza y se volteó.

- ¡Es-espera!- llamó Tweek justo cuando se iba. El moreno se dio la vuelta.- ¿E-eres Cu-Craig T-Tucker, v-verdad?- le preguntó tímidamente.

- Así es. Fuimos a la primaria y secundaria juntos, ¿lo recuerdas?- el otro chico asintió y sin esperar más Craig se fue. Todavía tenía trabajo que hacer.

Ya era hora de salir, Stan y Craig salieron del local y el señor Tweak les dio su paga del día.

- Hicieron un buen trabajo, chicos. ¿Puedo contar con ustedes para que vengan mañana a las diez? Al ser domingo abriré algo más tarde.- preguntó dándoles el dinero.

- Por mi está perfecto.- dijo Stan. Desvió su vista al moreno junto a él.- ¿Y tú?

- Claro. Estaré aquí mañana.- se dio la vuelta y se fue. Mientras se iba en sus rollers, se prendió un cigarrillo y dio una profunda calada. Miró su reloj... las ocho y media de la noche. Sin querer, su mente se dirigió hacia el rubio de ojos azules.- Tweek...- susurró para si mismo, mientras se iba lentamente a perderse en la noche.

Kyuubi: Bueno, ehm... Siguiente capitulo xD? Qué les parece xD? Tomatazos? Bombas? Misiles tierra-aire? Galletitas?

Sheza: Por favor comenten, cualquier cosa o comentario es bienvenido xD

Kyuubi: Por cada persona que lea esto y no comente, un cachorrito en el mundo muere! Naah mentira, no morirá nadie, exceptuando a mi misma xDDDD

Sheza: Ya saben, sean libres de comentar y dejar sus opiniones tengan cuenta o no!

Kyuubi: Espero verlos en otro capitulo! Gracias por tomarse su tiempo leyendo esto, gracias ^^!

Sheza: Un saludo!

Kyuubi y Sheza: Nos vemos!