Disclaimer: los personajes pertenecen a –el genial- Sir Arthur Conan Doyle, y su adaptación a la Tv por la BBC es obra de Steven Moffat y Mark Gattis. Yo solo uso los personajes para desestresarme y decantar mi cabeza llena de ideas.

Este fic participa en el reto "¡La primera vez!" del foro "I am Sherlocked" y como plus, es mi primer fanfic JohnLock –creo más en el TJLC que en mi capacidad de encontrar pareja xd-

Advertencias: relaciones hombrexhombre y mucha penita. (están advertidos xd)

El espacio está situado en "The Sign of Three" donde Sherlock tiene un pequeño flashback.

Disfruten...


Prefacio.

-Bailen –ordenó mirando a la gente que había en la fiesta- bailen; no podemos quedarnos aquí, se preguntarán que discutimos. –reiteró.

-Claro… -John parecía confundido.

- ¿Qué hay de ti? –Mary le tocó con una mano y la puso sobre su hombro. Por un segundo se sintió enfermo.

- No bailaremos juntos, hay límites. –espetó John apresuradamente y miró a Sherlock aún con la mezcla de confusión y felicidad en los ojos.

-Sí los hay. –concordó Sherlock aún mirando a John.

-Vamos, esposo, andando… - Mary tomó la mano de John. Los ojos de este brillaban de felicidad y eran un caleidoscopio ante los colores de las luces de la fiesta.

-¿Eso es vals, verdad? –bromeó él dejando de mirar a Sherlock.

- No –rió ella. Sherlock se removió incómodo.

-Tranquila, le di clases. –aclaró él tratando de parecer tranquilo.

- Lo hizo, en Baker Street. A escondidas. – confesó John aún sonriendo y aún con los ojos brillando, miraba a Mary, pero sus ojos también viajaban rápidamente a Sherlock- la señora Hudson nos vio, no sé como empezaron esos rumores.

Se alejaron en medio del gentío. Sherlock miró a John por última vez y luego solo pudo sentirse vacío y con ganas de salir de ahí tan pronto como fuese posible. Tomó su abrigo y luego de darle una última mirada a John Watson y su esposa, salió del salón de eventos, al frío nocturno que caía cortante sobre sus mejillas en esa parcela alejada de la ciudad. Pensó en llamar un taxi, pero prefirió caminar un poco hasta una pequeña villa que estaba solo a 5 kilómetros del recinto.

Sherlock le había dado clases de baile a John poco antes de su matrimonio y la señora Hudson los vio. Eso habían dicho, pero sin lugar a dudas, era una parte de todo lo que ocurrió esa tarde.