¡Nyappy!¡ Tsu volvió con un oneshot estreno. ¿Estás sonriendo?

Derecho de Autor:

Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.

SINOPSIS:

¡¿Cómo funciona esto?! ¡¿POSITIVO?! ¡Mierda! Felicitaciones. ¡Arruinaste tu vida!

ADVERTENCIA:

Universo alterno. Mpreg (hombre embarazado). Uchihacest.

777

Era la hora 7, del día 7 (domingo) y tenía 7 cartuchos con el resultado.

ItaSasu

Lo primero era tranquilizarse. Respirar con tranquilidad, era una actividad a la que cualquier ser vivo estuviera acostumbrado y a la que, en consecuencia, él estaba acostumbrado. Inhalar por los orificios nasales, absorber el oxigeno necesario para la existencia y hacer que éste circule por las vías del cuerpo. Tan simple que hasta alguien como Naruto Uzumaki podría lograrlo, eso meditaba Sasuke Uchiha para afrontar aquella terrible situación, en la que desgraciadamente estaba metido.

"Inhala, exhala… con calma" Era la orden mental que se hacía el peliazul. Toda esa compostura, había sido consumida durante la noche de insomnio.

¿Ya estaba calmado?

Eso parecía, se levantó de la cama y la tendió con el cuidado que nunca había tenido, inconscientemente requería perder el tiempo. Intentó absorber el aire con naturalidad, pero su cuerpo producía débiles temblores. Su vista había llegado hasta su vientre, su espalda estaba un poco curvada y Sasuke acercó una mano a esa zona… Todos sus problemas estaban allí y no tuvo el valor de tocarse, no quería sentir que… estaba creciendo.

Sasuke sacudió su cabeza y se levantó. La tarde anterior, tras asediar por seis días enteros a la farmacia, reunió todo el coraje para ingresar. ¿Coraje?

Llevaba un par de gafas de sol y un sombrero que tapaba todo su cabello, Sasuke trató de actuar como el chico serio que era y se dirigió con pasos –acelerados- hacia un stand que estaba cerca de lo que buscaba, miró varias veces para deslizarse furtivamente hacia su objetivo. Quiso tomar el primero que tuviera a la vista… Pero había muchas cajas, ¿y si uno fallaba? Tomó diez modelos y se acercó a la cajera.

Son cuatro mil quinientos yenes La farmacéutica, miraba de reojo al extraño con sombrero—. ¿Sabes… cómo usarlo?

Sasuke asintió, la verdad no sabía nada. Sus mejillas ardían y quería largarse en cuanto esa señora metida le entregara su compra.

Tienen un 99 % de fiabilidad —informó ella, entregando la bolsa con los productos y como notó que el chico estaba desesperado agregó: Hay un instructivo en la caja. Hazte la prueba cuando despiertes, la orina es más efectiva en la mañana.

El peliazul le arrancó la bolsa y salió con pasos raudos. Estaba sudando por el sobretodo que llevaba como parte de su disfraz, como para que esa señora hiciera más penosa su situación.

Te olvidas tu vuelto… —gritó la farmacéutica—… Pobre chico, compró diez test de embarazo.

Sasuke se agachó y se arrastró debajo de su cama, allí estaba la bolsa de la farmacia. Con ésta salió de su habitación y se deslizó hacia el baño.

Ese simple viaje de su cuarto al baño, lo había agitado. Hecho un manojo de nervios tomó una cajita y la abrió. El objeto se le resbaló, tratando de ubicarlo en el piso, Sasuke terminó por pisarlo. "Fue un accidente, no es nada" se dijo Sasuke y agarró el siguiente "Tubito" que también se escapó de sus manos, cayendo en el inodoro. "Dos accidentes, sigue sin ser nada". Con la tercera caja, Sasuke se hizo de un nuevo cartucho plástico con tapa. Quitó ésta y observó una tira.

— ¿Cómo funciona esto? Se preguntó.

Según el instructivo debía sumergir es tira en orina. Procedió a tomar el vaso en el que había orinado y sobre ésta sumergió el cartucho. ¿Así era? El peliazul decidió terminar la lectura de las instrucciones. En ella decía que esa tira solo debía estar en contacto con la orina por seis segundos ¿Hace cuánto estaba sumergido? ¡El tercer Test también fue arruinado!

Quedaban siete. Sasuke estaba temblando, en realidad no había dejado de temblar desde que ingresó a baño. ¿Debía seguir con los test? No, mejor repetir el proceso de la respiración. ¿Cómo era? ¡Coger el puto aire y hacer cómo que había alcanzado el estado de Buda!

Cerró los ojos, se sentó con las piernas cruzadas y juntó sus manos en el centro. Aún con todos esos recaudos, su pulso era irregular. Sentía que su pecho subía y baja de forma estrepitosa.

¡Mierda! ¡Aquello del ejercicio de la relajación era imposible!

— ¡A la Mierda! —maldijo un alterado Sasuke.

Y maldiciones, solo maldiciones salían de la boca de peliazul. ¿Cómo es que había llegado al estado máximo de la locura?

Las señales, esas infernales sospechas de que algo anda mal, estaban presentes. Hace varios días Sasuke sufría de náuseas al despertar y en los últimos había vomitado comidas que disfrutaba. Su sentido del olfato se había vuelto más agudo y sentía repulsión a varios olores, que antes ni notaba. Convivir con estos problemas, no era una tarea difícil. Pero…

¿Cómo es que de repente se le hacía agua la boca solo de ver a Chouji comer un chocolate? ¿Por qué ayer su estómago le obligó a pedir a Rock Lee, la hamburguesa que tenía en las manos y que éste le dio de buena gana? Sasuke, nunca (hasta el día anterior) había deseado la comida de otros. Naruto había sugerido que quizá tenía dos estómagos… y esa revelación fue lo que enloqueció a Sasuke.

Sexo sin protección = arruinaste tu vida.

Sasuke se golpeó la frente y trató de concentrarse, debía terminar de quitarse las dudas y seguir con normalidad su vida de estudiante. Por algún milagro divino pudo usar las 7 pruebas de embarazo y programó el temporizador de su teléfono celular para medir el tiempo. Quedaba la eterna espera de los seis minutos. Sasuke se estiró los pelos ¿Por qué recurrir a un método tan tortuoso? ¿Y qué pasaba con los inventores? ¿Qué carajo hacían que no creaban una prueba que diera el resultado en al menos un minuto?

El maldito segundero del reloj que Sasuke había traído de su habitación, destrozaba el poco valor que tenía. No pudiendo contener su nerviosismo, se llevó la mano a la boca. Quería morderse las uñas, pero las tenía cortas. ¡Era un chico, no una chica! Retiró la mano de la ferocidad de sus dientes y ahora arañó el inodoro. El segundero seguía tronando en el baño. No pudiendo contener su ansiedad, el peliazul miró el reloj y lo tomó entre sus manos. Luego Sasuke dirigió la vista a uno de los test, pero éste seguía analizando la muestra de orina.

Le faltaba el aire, Sasuke sentía que se estaba ahogando. Se levantó y se encaminó hacia la pequeña ventana de esa habitación para abrirla. Pero ni con esa medida disminuyó su agitación, al contrario en cualquier momento sufriría un ataque de asma.

Es que no era solo la carencia de oxigeno, lo que entorpecía su estadía en este mundo. Esa habitación despedía un hedor repulsivo, un insoportable olor a limón. ¿Quién tuvo la genial idea de aromatizar el cuarto con esa pestilencia?

— ¡Puto tiempo que no corre! —clamó, la espera lo mataba.

¿Había culpas que repartir? Sin duda las había…

Yo creo que… tú también lo quieres —murmuró un joven con ojos hambrientos que seducían, que constantemente buscaban seducir.

Aquellos ojos sedientos de una sola persona… de Sasuke, al fin obtendrían el sabor de su hermano menor.

—… ¿Qué podría querer? —respondió Sasuke, tratando que sus palabras no temblaran como lo hacía su propio cuerpo.

Eso calentó al mayor, se mordió la boca para controlarse y despacio movió su mano, no sea que el impulso le ganara. Acarició lentamente la mejilla de Sasuke, que estaba totalmente ruborizado. Hace más de media hora que el menor yacía en la cama de Itachi, había sido desnudo por él y también toqueteado durante todos esos tortuosos minutos, pero nada más había ocurrido ni siquiera un corto beso en los labios. Itachi solamente respiraba pesadamente sobre los cabellos azulados de su hermano menor.

Qué podrías querer reformuló la inquietud, con una pesadez demasiado pegajosa y miró sin parpadear a su hermano menor—. Mi enorme polla dentro de tu estrecho culo… A tu hermano mayor violando tu inmaculado cuerpo de niño dijo al tiempo que se deshacía del cinturón de su pantalón.

Algo duro y caliente rozó la entrepierna de Sasuke, que se hundió contra el colchón. Un cuerpo mucho más grande se desplomó contra él. Hacía demasiado calor… O no, hace dos semanas estrenaron el invierno. Era Itachi que tenía la sangre hirviendo por encima de los razonables 30 grados.

Las respiraciones se hicieron agitación, Itachi estaba siendo algo áspero. Cortos besos eran repartidos por el friolento cuello del menor.

El recuerdo quemaba como hierro al rojo vivo, con ambas mano Sasuke se tapó el rostro. Todo su cuerpo… había sido tocado impunemente por Itachi.

— ¡AH! ¡No fue mi culpa! ¡No fue culpa mía! Yo solo… Yo no… Él me violó —gritó al borde de la histeria y volvió a sentarse en el inodoro.

Si solo pudiera cambiar el pasado.

"¿Cambiar lo que disfrutaste?"

Si esa noche hubiera podido defenderse…

"¿Intentaste defenderte?"

Si pudiera borrar ese día.

"¿Cuál día, la primera… o la última vez que lo hicieron?"

Con ese pregunta interna, Sasuke recordó que había tenido siete (7) encuentros íntimos con Itachi, y el "hijo de su madre" no usó condón… Porque aseguró estar limpio (de enfermedades).

—Yo no soy culpable—Se levantó del inodoro.

Tenía que decirlo para que, si existía Dios, le creyera.

Itachi era el culpable, él fue el que se negó a usar condón con la tonta excusa de que el condón era incómodo.

—Yo soy inocente —La desesperación había quebrantado su razón.

Y claro, Sasuke Uchiha era tan inocente como cuando no se negó a ser "Violado". (Sarcasmo)

—Apiádate de mi Buda, tengo dieciséis años de vida —rogó, mientras daba vueltas en el pequeño espacio de esa habitación.

Fueron seis eternos minutos. Pero finalmente el celular emitía un sonido ¡Tiempo completo! Contra todos los pronósticos, Sasuke sobrevivió a los condenados seis minutos del test. Aún estaba vivo y escuchó el sonido de su teléfono celular que le alertaba que se habían consumido los minutos de agonía. Entonces miró la pantallita del cartucho, contenedor de su irremediable condena o absolución.

Un nuevo sonido alertó a Sasuke, la alarma del celular comenzó a sonar. Los fines de semana él se levantaba a las ocho de la mañana, pero había programado el despertador para las siete y así hacerse la prueba. Sin embargo, no necesitó del despertador, con la densa ansiedad ni pudo dormir y se levantó de la cama a las seis de la mañana.

Sasuke apagó la alarma. Con nerviosismo, miró los siete cartuchos.

Era la hora siete (7), del día domingo (7) y los siete (7) test tenían dos marcas.

— ¿Dos rayitas? ¿Y eso qué era? —se preguntó, totalmente perdido el inexperto Sasuke y tomando una de las pruebas.

¿Cómo sabría el significado de eso? ¡Con las indicaciones que vinieron con la prueba de embarazo! Sasuke revolvió entre las dispersas cajas, en alguna parte debía estar el instructivo del test que había usado. Cada papel que agarraba y no era el requerido, era abollado por el "potencial preñado". Al hallar el folleto, volvió a mirar el cartucho de plástico para comparar el resultado.

—Una rayita negativo. Dos rayitas… ¿Positivo?… Eso es igual a… —No podía seguir leyendo, el papel se le cayó. Todo su cuerpo era de gelatina, el test se le resbaló—… em-ba-barazo…

Era demasiado incluso para él, que con un espantoso gemido trasmitió la conmoción de, a los dieciséis años y con toda una vida por delante, estar embarazado… y lo que era peor de su engreído, pero caliente hermano mayor. ¿Por qué a él? Solo fue siete veces tocado por Itachi, él no podía… ser tan desgraciado como para dejar su caliente semilla en las entrañas de su hermano menor. Además Sasuke se aseguró de higienizarse, una vez que Itachi hubiera salido de su cuerpo. ¿Qué eso no bastaba para que no sucediera ese terrible accidente? ¡Pero si Sasuke hasta metió sus dedos, en esa zona que chorreaba de semen para quitárselo! O sea, hizo hasta lo más asqueroso para limpiarse.

Sasuke presionó sus manos en su vientre… Estaba ahí, "Eso" que era extraño a su cuerpo, estaba en sus entrañas, pidiendo chocolate y otras cosas que a Sasuke no le gustaban. Estaba ahí, ocasionando un malestar matutino, con nauseas y vómitos. Estaba ahí, desde quién sabe cuánto tiempo. Estaba ahí, diciendo "estoy vivo". Estaba ahí, creciendo en su propio vientre. En unos meses se notaría… Crecería más y finalmente saldría (nacería). ¡Oh, no!

—Un… be-bé —Sus labios palpitaron, su voz era un gemido.

No podía creerlo, era una locura. Desconectado de la realidad… Sasuke cayó.

Las dos rayitas del test seguían brillando, a unos centímetros del peliazul.

¡Felicidades! ¡Tu vida está arruinada, Sasuke Uchiha!

¿Final…?

Nota:

1-777 (nombre del fanfic): el 7 es el número de la suerte, tres veces 7 sería la exaltación de la suerte. Mi hermana me contó que en algunos tragamonedas, si obtienes tres veces 7, te ganas muchas monedas. De ahí pensé 777… qué tal… si tuvieras tres siete (777), en la mano. Luego me pregunté ¿Qué pasaba con la suerte inversa? Esto es precisamente lo que desespera a Sasuke. El embarazo es una buena noticia… y en otros casos no (suerte inversa).

Hace unos días, mi mejor amiga me contó que en el sanitario de un restaurante halló dos test de embarazo. Recapacité en cómo habría sido esperar el resultado allí… Y de ahí 777 cobró vida como una historia. Por supuesto, Tsu tomó la idea de la aterradora espera de la prueba de embarazo para un fanfic ItaSasu. Como habrán notado le puse suspenso al final, al encerrarlo con una interrogación. Esto no significa que esté pensando en continuarlo, es solo mi manera de culminar 777. Espero que haya sido, al menos, interesante.

Por el momento, estoy escribiendo Holograma y el nuevo séptimo capítulo para "Por Besarte". Es probable que nos veamos pronto, si es que las cosas siguen como hasta ahora (y esta autora tiene al tiempo de su lado).

ItaSasu es sinónimo de Amor Verdadero

Oyasumi, matta ashita