Summary: Post-Thor 2. Tras varios meses de relación con Ian, su becario, Darcy tiene que volver a estar sola durante unos meses. En la misma noche de la despedida, comienzan a suceder cosas extrañas que acabarán relacionándola con el ser que menos se esperaría. Loki Laufeyson.

Genero: Romance/Drama.

Pairings: Loki/Darcy, Ian/Darcy.

Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stan Lee, Marvel, Jack Kirby y Alan Taylor. Ninguno de estos personajes son de mi propiedad.

Agradecimientos: Quiero dedicar este fanfic a Cris por aguantarme, animarme a que lo escribiera y sobre todo por llenarme de feels. A Marta porque sé que los shippea como nadie. A Neims porque me ha ayudado bastante. A toda la gente de twitter que me matan de amor y a ti, lector, por hacer tiempo para leer mi historia.

N/A:

Well. Hello! Tras pensarlo mucho, he decidido escribir mi primer fanfic. ¿Y que mejor que empezar con mi pareja favorita? Loki/Darcy son puro amor.

No tengo ni idea de como me va a salir Loki, es un personaje que le tengo cierto "miedo" a estropearlo o algo así. Sin embargo, para mi Darcy es así, con sus puntos y momentos. Aunque ambos personajes irán evolucionando poco a poco y espero que cambien de buena manera capitulo tras capitulo.

¡Espero que os guste!


Capítulo I: La despedida.

"Y los sueños, sueños son." - Calderón de la Barca.

A Darcy nunca se le habían dado bien las despedidas, sobre todo despedirse de alguien que quería y sabía que iba a echar de menos. Había llegado el día en que sentiría aquella situación que tan poco le gustaba y no sabía si realmente estaba preparada.
Y allí estaba, en Heathrow. Con uno de sus gorros de lana que siempre adornaban su cabeza, ésta vez era de color azul, como el vestido que llevaba aquel día. A su lado estaba Ian, su becario, y algo más desde hace unos meses, con una maleta en su mano derecha, el pasaporte en su mano izquierda y una mirada melancólica en su rostro.

La noticia llegó cuando llamaron a Ian ofreciéndole aquellas prácticas en un hospital de Alemania. Tenía que marcharse durante tres meses y si todo iba bien, conseguiría el trabajo. Eso a Darcy realmente le dolía, pero no se lo mostraba por miedo a quedar como una egoísta. Su becario había sido el primer hombre que había conseguido querer de verdad. Ambos llegaron al acuerdo de hablar todos los días por teléfono, Whatsapp o Skype, aunque ella seguía teniendo miedo.

Pararon en la puerta de embarque y ella miró el panel de la salida de vuelos, suspirando. Ya había llegado el momento que tanto odiaba. Por el simple hecho de que se le daba mal decir "adiós". Giró su rostro hacia la puerta de embarque y finalmente miró a su becario.

-Bueno, ya tienes que irte ¿No? - Dijo con cierta normalidad, aunque se mordió el labio al pronunciar aquella pregunta.

-Sí... Pero... -

En ese momento fue interrumpido por Darcy.

-Vamos, Ian, lo hemos hablado. Estaremos bien. Sabes que paso la mayor parte conectada al móvil. - Rodó los ojos de manera cómica, para después, volver a mirarle.

-No es eso... Yo, bueno, tengo algo para ti.-

Se agachó para sacar del bolso pequeño de su maleta un libro. Darcy se quedó extrañada al ver la portada.

-Mitología...¿Nórdica? ¿En serio, Ian? Ya tengo bastante con tener a un Dios como amigo...-

Pero ésta vez fue Ian quien interrumpió a la chica.

-Gracias a ese Dios y a todo lo que pasó, nos conocimos. Es simbólico, Darcy. Además, no acaba ahí, abre el libro.-

Sin decir nada, la chica abrió el libro y de repente, su rostro se le iluminó. Una piedra azul rodeada por un círculo de plata y con enganche a un colgante estaba en mitad de la página. Podía jurar que era la piedra más brillante que había visto nunca. Era la gema más bonita que había visto nunca y era suya.

-Yo... No sé que decir. Sabes que nunca se me han dado bien estas cosas y menos con un chico, pero... -

En ese momento se acercó a Ian, colocándose de puntillas para poder besar sus labios de manera suave, agradecida. Notó como el tiempo se paraba solo con sentir su roce y eso le encantaba. Pero más le encantaba que él le devolviera el beso de la misma manera. Tras varios segundos, se separaron, pero ella, no satisfecha, le abrazó con fuerza.

-¿En serio te tienes que ir? ¿No puedes quedarte? ¿Seguro? - Dijo Darcy en cierto tono de broma, pero en su voz se notaba la tristeza.

-Estaré aquí en poco tiempo ¡Ni siquiera te vas a dar cuenta! Ya lo verás. - Se separó de ella y volvió a coger su maleta, sonriendo. Dio un beso en su cabeza para luego murmurar. - Nos vemos dentro de unos meses, chica del gorrito. -

Sin decir nada más, Ian, el becario, comenzó a andar hacia aquella puerta. "Esas podrían ser perfectamente las puertas de Mordor si esto fuera una película" pensó mientras alzaba una mano para despedirse.

Y al ver que su becario se había ido, se sentía la persona más sola en el mundo en ese momento. Pero no era la única que se sentía de aquella forma.

[...]

La tarde la pasó con los recados que tenía que hacer, llegando finalmente a casa. Lo primero que hizo fue dejar las cosas que había comprado en su habitación y directamente ponerse el pijama. Había aprovechado para cenar fuera, en su hamburguesería favorita. Solía ir con Ian los viernes para cenar allí, pero eso ya solo era un recuerdo que quizás volvería a retomar en un futuro.

Destapó la cama y se metió dentro mientras abrazaba su almohada. Aprovechó para coger el mando de la televisión y encenderla, haciendo zapping durante un rato, pero su cabeza estaba totalmente distraída y hacía caso omiso a lo que tanto le gustaba. Desvió la mirada a los pies de la cama y observó aquel libro que le había regalado Ian. Se acercó a cogerlo y lo abrió, sacando de ahí su colgante.

Lo acarició durante unos segundos y apartó su pelo para poder colocárselo, de manera torpe, hasta que por fin encontró el encaje para que quedara colgado. Sonrió de manera ladina al notarlo en el cuello, se hizo alguna que otra foto para colgarla en Facebook y finalmente, decidió echar un vistazo al libro.

En un primer momento le pareció algo aburrido. Mitos y más mitos de Thor, Odín, Balder... Pero al llegar a las partes de Loki se interesó más. Leyó sobre como Loki intentó hacer reír a Skadi. O como eran los hijos del Dios de las mentiras con aquella giganta, Angrboda.

"¿Me estás diciendo que tuvo al basilisco de Harry Potter como hijo? ¿Me estás tomando el pelo?" Pensó mientras leía, totalmente interesada.
No sabía cuanto tiempo se pasó leyendo sobre aquel Dios, observando las ilustraciones que venían en aquel libro y comparando sus mitos con lo que veía en la televisión.

-Creo que es hora de ir a dormir, te seguiré leyendo por la mañana, Dios Friki. - Dijo refiriéndose al libro. Lo dejó encima de su mesilla de noche y apagó la luz.

Al poco rato quedó dormida y soñó con una gran serpiente y su padre.


- Para ser un Dios... Eres un poco friki y raro ¿No? - Dijo la chica mientras se sentaba en aquel trono dorado, colocando las piernas en el asiento, cruzándolas.

¿Quién era aquella mujer? Y sobre todo ¿Qué hacía en el trono que tanto deseaba y por fin era suyo?

-Eh, pelo repeinado, te estoy hablando. ¿Estás bien? Parece que te ha comido la lengua el gato.

"¿Lengua...? ¿Gato...? Midgardiana." Pensó y su rostro cambió completamente por uno más frío, si cabía.

-No deberías sentarte en un sitio donde no te pertenece. De hecho, creo que debería castigarte por ello- Dijo con serenidad, acercándose lentamente al trono, de esa manera tan sigilosa que solo sabía hacer Loki.

-Quien sabe. Esto es un sueño ¿No? A lo mejor en el sueño soy la reina y tú el prisionero. -

[...]

Abrió los ojos y se incorporó en la cama, sobresaltado. Pudo notar como el sudor se pegaba en su frente, al igual que sus sábanas verdes en su cuerpo. ¿Qué había sido ese sueño? Y sobre todo ¿Quién era ella? ¿Por qué le trataba como un prisionero?

Era la primera vez en tanto tiempo que se despertaba sobresaltado por un sueño en medio de la noche.

Pero no la última.

"Solo ha sido un sueño." Pensó, llevándose una mano a su rostro. Volvió a recostarse para cerrar los ojos.

Lo que no sabía es que estaba realmente equivocado con ese pensamiento y no sería la última vez que vería a Darcy Lewis en sus sueños.