-TituloOriginal: "Primer Encuentro"

-Summary: "Cuando conociste por primera vez a aquella solitaria niña, sabias que seria especial". Yashamaru/Hotarubi.

-Pareja: Yashamaru/Hotarubi (fan a muerte de estos dos xD)

-Disclaimers: Ni los personajes ni la trama me pertenecen a mi, todo es Masaki Segawa y los estudios GONZO (Si fuera de mi propiedad, muchas cosas hubieran cambiado…Nah, más que todo lo que pasó con esta pareja seria MUY diferente)

-Advertencias: Tiene spoilers acerca del suceso del capitulo seis hasta el capitulo trece aproximadamente. Es como un recorrido desde la primera vez que se conocen hasta…Su final.

-Notas: Queria hacer algo de ellos y me salió esto, espero que no este tan mal aunque me sorprende que lo publicara (aunque sin duda, lo de las mariposas es una fumada total a causa de acostarme hasta las tres de la mañana xD)

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Yashamaru aun a pesar de comenzar su entrenamiento desde muy temprana edad es una persona a la que todos se acercan por su manera de ser, altiva, orgullosa, arrogante, temeraria y, en los momentos de tensión, divertida. Su entrenamiento para ser un ninja y dominar el estilo Kokujou (1) comenzó a la edad de seis años aproximadamente, siendo relegado un tutor inmediato para su aprendizaje en el arte de ser un shinobi. Su maestro era una persona de gran seriedad contrastante con la actitud de su pequeño alumno y aun así, se llevaban bien.

Estaba caminando tranquilamente por los alrededores de Tsubagakure cuando diviso una silueta en lo alto de una colina, junto a un gran árbol. Con curiosidad fue a ver encontrando en el proceso a una niña que al parecer tenia más o menos su misma edad; llevaba una yukata de color azul oscuro y cabello largo y del caracteristico color negro. Parpadeó en la confusión al no haberla visto antes en la villa, porque de otro modo la reconocería.

"Me pregunto que hace aquí tan...sola" Se preguntó así mismo extrañado y como Yashamaru era conocido por nunca guardarse las cosas para si mismo, se encontró rápidamente caminando hacia allá.

—"Oye…"—Empezó él acercándose al árbol donde ella yacía—"Mi nombre es Yashamaru ¿Cual es el tuyo?"—preguntó al tratar de iniciarle conversación.

No obtuvo una respuesta inmediata pero aquella niña por primera vez le miró por sobre su flequillo. Yashamaru se congeló en el acto, sabia de antemano que seria una chica bonita pero sus ojos le impactaron; eran fríos y lo miraban fijamente, como analizándolo en el acto, aparte de que tenian un raro color morado.

"Se parecen a los ojos de una serpiente" Interiormente le divirtió aquella comparación, más le sorprendió como aquellos ojos se le hacían algo melancólicos y solitarios, recordando como su su tutor en algún momento le habia dicho «Los ojos son el espejo del alma» y ahora entendía a que se refería su shishou (2) senil.

—"Hotarubi"—Respondió con simpleza, sacando a Yashamaru de su ensimismamiento mientras nuevamente dirigía sus ojos a algún punto indefinido del paraje. Yashamaru no dijo nada, pues no había mucho que decir y agradaba aquel silencio tan reconfortante que se sentía en el ambiente; le traía calma.

Se sentó junto a Hotarubi mientras ambos contemplaban el paisaje que ante ellos se extendía.

Yashamaru supo desde aquel momento que tendría un vínculo especial con aquella solitaria niña de nombre referente a la luz de las luciérnagas (3).


Ambos no eran más unos niños en pleno desarrollo de su entrenamiento; Yashamaru se había enterado con algo de sorpresa visible en sus ojos que Hotarubi también era una aprendiz de Kunoichi (4) ¡Ni más, ni menos! Pero por alguna razón la idea no pareció agradarle, y no es que creyera que era débil o algo así ¡Si más bien para Yashamaru ella a veces podía dar miedo! Y si no, pregúntenle a los pretendientes masculinos que la chica tenia, cuando cualquiera de ellos había pasado el límite ella no había dudado en propinarles una sonora bofetada –recordó con satisfacción-

Por supuesto que el shinobi la consideraba muy fuerte pues desde hace tiempo la había -sin su consentimiento- observado durante sus entrenamientos y en verdad era bastante buena. Así que ¿Por qué? El de larga cabellera no lo entendía, pero tenia bien claro que la idea de Hotarubi siendo golpeada por cualquiera de aquellos tipos se le hacia…repugnante y desagradable; insoportable hasta limites insospechados.

Frunció el seño ante sus divagaciones y volvió a prestar atención a su alrededor. Por mandato de la vieja Ogen siempre tenían que estar en constante vigilancia por si cualquier otro grupo que no fuera de Iga se encontrara merodeando por las zonas cercanas a Tsubakagure.

Suspiro por la frustración, nunca desde que se había convertido en shinobi en cualquiera de esas rondas había pillado in fraganti a cualquier persona de otra villa sospechosa, más si tenían en cuenta que con el tiempo ya no existían muchas otras familias y la única con la que no se llevaban precisamente bien era Kouga (Claro que dudaba que hicieran un ataque teniendo en cuenta el tratado de paz) y ahora que lo pensaba al parecer, en el pasado había algo entre la vieja Ogen y su senil jefe Danjou…

"Si la anciana supiera que lo sé, no me esperaría un buen destino…" Se encontró pensando dirigiéndose como muchas otros shinobis y kunoichis a la casa mayor donde se encontraba la estricta Ogen y, al lado su tímida y dulce nieta, Oboro-dono.

—"Como vosotros sabéis"—Empezó Ogen con su intimidante actuar—"Las cosas han ido relativamente bien entre la alianza que hemos mantenido con Kouga, más no es momento para confiarnos porque solo una villa no nos invadirá. Debemos estar alertas..."

Y así seguía y seguía el discurso hasta que Ogen le dirigió una ceñuda mirada a quienes rodaban los ojos (él estaba incluido en ese grupo).

—"Como sea. Divídanse en grupos de dos para vigilar los alrededores"—ordenó secamente mientras Oboro le extendía una tasa de té. Todos hicieron lo que Ogen ordenó a la vez que Yashamaru se reunía con Hotarubi y ambos salían hacia los alrededores de Iga Tsubakagure.

—"Yashamaru-dono…"—Susurró la chica que ahora al igual que el, contaría con catorce años de edad. Más aunque aquel susurro fuera apenas audible Yashamaru si lo escucho y la miro.

—"¿Pasa algo malo, Hotarubi?"

La chica negó con la cabeza, más le dirigió una fija y elocuente mirada mientras nuevamente fijaba su mirada en los alrededores

—"No pasa nada"—Dijo la chica sonriéndole al shinobi y él correspondió su sonrisa a la vez que ambos dirigían sus miradas al frente.

"Aun no. Aun no puedo decírselo…" Pensó ella; no podía decirle aun a Yashamaru lo que por un tiempo le llevaba ocultando pero por supuesto, algún día se lo diría, más ese momento no ocurriría ni hoy, ni mañana.


Dieciocho años.

Los dos llevaban nueve meses saliendo como pareja. Eran felices, no tenían el aroma dulzón que se puede notar junto a otras parejas de la villa, ni tampoco eran los más demostrativos, pero se querían y eso era lo importante ¿No?

El shinobi en verdad estaba muy feliz y en verdad que lo estaba pero… ¡Estaba frustrado! Lo admitía y no lo negaría ¿La razón? Aquel reptil blanquecino que siempre se encontraba escondido entre los ropajes de Hotarubi. "maldita Serpiente suertuda…" Llegó a pensar en un arrebato, en verdad cada vez que intentaba besarla aquella lombriz subdesarrollada se escondía entre los arbustos siseando y esperando el momento ideal para morderle o quien sabe que otra cosa hacerle. Lo mirada con sus rojizos ojos y él, algo intimidado se iba con la excusa de algún patrullaje o algo por el estilo.

"Soy un cobarde…" De mala gana se reprochó a si mismo. Él, Yashamaru, el especialista en el arte del kokujou y uno de los ninjas elegidos por la vieja derrotado por un…¿reptil? En verdad, que patético.

De todos los ninjas entrenados se decía que se escogen a los mejores en distintos campos, él había sido elegido al igual que Hotarubi para ser uno de los diez ninjas junto con los demás que, como no eran tantos ninjas los que recidian en Tsubagakure todos se conocian y eran amigos, aunque claro, no podía faltar la que seria la sucesora de la anciana; Oboro-dono, una joven que para su gusto, no se parecía en nada con su abuela (Y cuando es nada, es nada)

Había recordado haberle hecho un par de bromas a Hotarubi acerca de ser más dulce y femenina "Aunque en verdad se toma las bromas muy en serio" Rio burlonamente recordando la cara tan… adorable que había puesto cuando la comparó en broma con Oboro.

Más de los diez ninjas él tenía otra función a parte que realizar, y esa era la de ir hasta Sunpu con motivo de ser unos de los representantes de Tsubakagure junto con la anciana y demostrar sus habilidades enfrentándose a otro de los ninjas de Kouga. La primera en saberlo, por supuesto, había sido Hotarubi, olvidando por completo que era un secreto "Que importa, igual se enteraran" Se encogió de hombros despreocupadamente.

Más a pesar de estar emocionado ante aquella perspectiva no dejaba de sentir un mal…Presentimiento. Era como si algo malo fuera a pasar, mas eso lo mantenía algo más inquieto de lo que de por sí era.

Aunque pensar en la joven peleando no se le hacia precisamente…agradable. Había descubierto que sentía pánico a que algo le pasara, no soportaba la idea de perderla aunque sabia camuflar muy bien aquellas sentimientos.

Sonrió. Pensando en que las cosas no podrían ir mal con el tratado que Hattori Hanzö y que tanto él como Hotarubi podrían vivir en paz, porque lo único que necesitaba era tenerla a su lado.

No sabía que tan equivocado estaba.


La noticia le llegó como un balde de agua fría.

Ese que se encontraba ahí no era Yashamaru para nada, era una persona disfrazada de él. Sintió rabia y odio, sentimientos que se habían mantenido alejados de ella, hasta ahora.

Yashamaru había muerto.

—"¡¿Cómo te atreves...?!"

Rencor, odio, furia, tristeza, rabia y unas infinitas ganas de cobrar venganza contra ese tipo de nombre Kisaragi Saemon; en verdad todo ese sin fin de sentimientos negativos la llevaban inevitablemente a la locura.

"Ki...¡Kisaragi Saemon! Juro que luego de esto no viviras, lo juro por Yashamaru-dono ¡Cobrare venganza en su nombre!"

Siente ganas de acabar con todos ellos y es por eso que siguió al pie de la letra los planes que Tenzen planeaba a diestra y siniestra. Se suponía que su víbora seria la carnada y ella el anzuelo para que los demás acudieran luego a matar a los debilitados, después de todo, dos ciegos y una mujer no eran problema ¿No? Era un plan sucio, pero si eso servía para vengar a Yashamaru, pues que así sea.

Al final todo se le volcó en su contra y, dentro de poco, sus extremidades fueron cruelmente cortadas por Kisaragi Saemon, lágrimas rodaban por sus ojos al ser incapaz de cobrar la venganza que tanto habia anhelado.

Luego de un momento todo estaba borroso y, en vez de ver a Kisaragi Saemon vio a su amado, sonriéndole despreocupadamente.

—"Yashamaru-dono…Yashamaru-dono "—Lo llamó la chica mientras las lagrimas salían de sus ojos y con adoración musitaba, en un tono mucho más débil y entrecortado—"Y-Yasha…maru-dono…Ya…shama…ru…dono…"—Siguió llamándolo mientras trataba de alcanzarlo en un mar de ilusión, donde sus brazos no habian sido cortados y podia tocarlo y sentirlo mientras él, alzaba sus manos y le sonreia con sinceridad.

Su cuerpo, desgastado y sin vida dejo de moverse y cayó hacia el abismo del puente mientras Saemon lo observa todo en silencio, esperando que aquella mujer infeliz pudiera encontrar al hombre que tanto adoraba así como él mismo esperaba que su querida hermana menor encontrara la paz.

No esperó nada, más se sorprendió cuando del lugar donde el cuerpo de la mujer había caído se liberaban un enjambre entero de brillantes mariposas de singular color y se dirigían hacia el cielo. Aunque no todas lo hicieron, pues quedaron dos, una había esperado a la otra y habían extendido sus deslumbrantes alas hacia donde las demás se habían ido.


—"¿Yashamaru-dono sabia que anteriormente las mariposas eran una contraparte del alma de una persona?"

—"¿Enserio? No lo sabia"

—"Si. Se decían que eran las almas que se reencontraban para nuevamente reencarnar en otra vida juntas"

—"Entonces… ¿Nosotros también lo haremos, verdad?"

—"¡Yashamaru-dono!"

—"Lo digo en serio, estoy absolutamente seguro de que estaremos juntos ¿Qué piensas tu?"

—"Si...Es una probablidad"

OWARI


-Glosario:

- (1): Es la técnica más destacada de Yashamaru, significa algo como "Hilos de cabellos"

-(2): Maestro, pero quizá en una forma más informal pero al mismo tiempo admirada.

-(3): Yashamaru hace referencia al significado del nombre de Hotarubi, es decir, "La Luz de las luciérnagas"

-(4): Forma de referirse a un ninja en versión femenina, al contrario en la masculina seria "shinobi"

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