Los personajes de Inuyasha no me pertenecen a mí, le pertenecen a la maravillosa Rumiko Takahashi.

"Hermosos ojos ámbar"

¿A dónde habrán ido? ¿Estarían casadas? ¿Tendrían una familia?

Muchas preguntas a las que oraban porque algún día pudieran ser contestadas y que las últimas dos respuestas fueran negativas.

Sabían lo que les hacía falta y sin embargo no estaban dispuestos a resolverlo, tenían tantos

deberes como para dejarse llevar por ese sentimiento conocido de alguna manera.

¿Qué era lo que hacía perder la cabeza a tantos hombres? ¿Ya fueran humanos o youkais?

Inutaisho miro a ambos muchachos, que estaban ensimismados en sus pensamientos y con un sutil carraspeo los saco de sus cavilaciones.

-¿Qué sucede hijos? Desde lo que he podido percibir, noto que están algo perturbados.-

-Solo son cosas del pasado padre…-

Dijo el demonio de ojos ambar frios como el hielo. Inuyasa solo se volteo a mirarlo asintiendo internamente por lo que su hermano habia dicho...

El padre solo observo al mayor de sus hijos, sorprendido por el debate interno que estaba haciendo. Era sorprenderte verlo con la guardia baja,

sin duda estaba mas que preocupado por los dos. Analizando lo que le habia dicho su hijo, se puso de pie de vuelta al palacio, los miro por encima

del hombro y dijo.

-Cualquier cosa que hayan sido las "cosas del pasado", si tienen la oportunidad de resorverlo, haganlo lo mas pronto posible.-

Los dos demonios voltearon a ver a su padre y comprendieron el significado de dichas palabras.

Tenian muchas cosas por hacer a partir de AHORA...