Disclaimer: Harry Potter y sus personajes no me pertenecen son obra de JK Rowlling n_n los uso sin fin de lucro owo.

Capítulo 1

Harry había muerto, su mejor amigo yacía sin vida en los brazos de aquel que un día le rescato de una casa en ruinas, no pudo recordar un dolor tan desgarrador como aquel que sentía en ese momento al verle tan pálido bajo la luz de la luna mientras los murmullos se elevaban por los aires como abejas enfurecidas, su mente parecía perdida en algún lugar en dónde él aún existía, dónde a pesar de las miles de peleas por cosas tan tontas y ridículas el seguía queriéndole por ser él Ron Weasley.

En la lejanía escuchaba su nombre, amortiguado por gritos y explosiones a su alrededor esa voz la reconocía pero no deseaba volver quería seguir estrechando la mano de su amigo, escucharle reír mientras Hermione los reprendía por una travesura a algún inocente, quería verle volar y ser libre –pero ya no será así –no sabía de dónde llegaba aquella voz pero le aterraba, la calma en que las palabras eran dichas y el frío tono de la voz que le regresaban a la realidad.

Temblada, de miedo y de odio, un remolino de emociones y adrenalina le hizo levantarse; en su mirada no había otra cosa más que locura. Corría y buscaba al causante de todo entre la multitud, su amigo no moriría en vano, no si el podía terminar la tarea que le fue encomendada. Pero alguien le cerró el paso, un rubio que el conocía de sobra al cual ahora mismo no le causaba la más mínima emoción pero que en años pasados podría haber afirmado que lo odiaba tanto como las babosas odian la sal; lo empujó pero este no se movió, permaneció plantado frente a él con decisión.

-Sabes bien que no puedes – Draco lucía demasiado cansado, en su rostro no quedaba nada de aquella arrogancia que le caracterizaba –toma a Granger y vete de aquí –aquello no le cuadraba, Malfoy no podía estar diciendo eso. Volvió a empujarlo –he dicho que te marches –le gritó al mismo tiempo que le amenazaba con una varita ajena –el no tendrá compasión de nadie –el terror se reflejo en su mirada –y menos de ti y ella –el dolor en su mirada al señalarla fue ignorado por Ron que no le escuchaba, lo único que el sabía era que quería vengarse.

Pero no tuvo tiempo para ello, Draco lo tomó del brazo y lo siguiente que supo fue que tenía un dolor insoportable en el hombro –te he dicho que te marches –el rubio ya no parecía asustado –esto es lo único que puedo hacer por ustedes –le miró a los ojos –sabes en el fondo, siempre te envidié- sonrió lacónicamente –los envidié –se corrigió –yo… -las palabras quedaron atrapadas en su garganta –obliviate –dijo al apuntar su varita al pelirrojo –consigue una vida que valga la pena Weasley.

Desapareció, Ron apenas y se sorprendió al escuchar el chasquido que hizo al desaparecerse. El lugar le era desconocido, aunque realmente en aquel momento cualquier lugar le sería desconocido. Ya no recordaba el dolor por perder a su amigo, el amor que le profesaba a la castaña que tanto le costó aceptar que le quería, no recordaba a su familia que le sacaba de quicio pero aún así hubiera dado su vida por ellos. Ron Weasley había desaparecido, solo quedaba el dolor en su magullado cuerpo y el sabor a hierro en su boca; llevaba un bonito palo en sus manos pero ignorando su utilidad lo lanzó lejos riendo divertido al ver un conejo despistado correr del susto.

El cansancio comenzó a pesarle, poco a poco comenzó a caer en un profundo sueño que sólo fue interrumpido por unas voces que decían palabras ininteligibles, pero parecían alarmadas. Pronto comenzó a sentir alivio, el dolor que le atosigaba desde hacía rato por fin disminuía permitiéndole así dormir profundamente.