Disclaimer:Card Captor Sakura no me pertenece. En cambio, la historia si es origen de mi mente^^.
La felicidad perdida
Sakura caminaba paulatinamente por el parque pingüino sin rumbo fijo. Miles de lágrimas brotaban por sus ojos sin cesar. Su rostro y cuello estaban empapados, y sus ojos enrojecidos e hinchados de tanto llorar. Deseaba irse lejos, donde nadie la encontrara. Quería desaparecer. Aquello no podía estar pasándole a ella. En sus veintitrés años de vida, nunca había recibido una noticia como la que había recibido esa mañana. Una noticia que iba a dejarla durante el resto de su vida con el alma desgarrada. Se sentó en un banco, apoyó los codos en sus rodillas y se sostuvo la cabeza con las manos. Ese maldito dolor de cabeza que padecía desde hacía tres horas iba a acabar con ella. ¿Por qué tenía que estar pasando esto? Lo peor de todo no fue lo que supo esa mañana cuando fue a visitar al médico, sino lo que supo mucho después, cuando fue a su casa para desahogarse con su amable padre. No sabría decir, de donde salió en peor estado, si del médico o de la que antes era su casa. Lo único que sabía era que su estado empeoró cuando su padre le había confesado un secreto que llevaba ocultando desde hacía muchos años, desde que ella era una niña pequeña. Nunca iba a revelárselo, le había dicho su padre, porque sin duda sabía que ello le iba a destrozar el corazón, y lo último que quería Fujitaka Kinomoto era ver o hacer sufrir a su hija. Pero dadas las circunstancias, ya no podía seguir callando. Y además, ella tenía derecho a saberlo. Lo malo era que, tal y como había dicho su padre, conocer dicho secreto le había partido el corazón en un millón de pedazos. Se sentía traicionada. ¡Y por su propio padre! Por su propia familia mejor dicho, porque su hermano mayor también lo había sabido y ocultado durante todos esos años. Todos esos años ocultando esa verdad tan grande…Y ella se enteraba en el peor momento de todos: cuando era más feliz que nunca ¡porque iba a casarse, por el amor de Dios!
¿Cómo iba a decirle ahora a su prometido que no podían casarse? ¿Qué nunca serían felices por culpa de su incapacidad? Lo amaba tanto…y tenía que renunciar a él. Debía dejarlo marchar, por su bien. Por más doloroso que fuera, era lo mejor para ambos. Pero sobre todo para él, que merecía ser feliz. Y con ella nunca podría.
En menos de cuatro horas, esa misma mañana, su vida había sido completamente destruida. Su mayor ilusión era una fantasía imposible. Un sueño inalcanzable. Su felicidad estaba perdida.
Tras un buen rato con la mente en blanco, sus recuerdos la asaltaron y volvió al momento en que se despertó esa mañana, cuando empezó toda esa pesadilla.
FLASBACK
Sakura se despertó cuando sintió una cálida boca besándole los hombros y el cuello. Su columna fue invadida por un suave estremecimiento de placer. Una mano le acarició el vientre y la hizo volverse hacia el gran cuerpo que le daba calor a sus espaldas. Sonrió cuando al abrir sus ojos se encontró con un par de brillantes iris color ámbar.
_Mi amor…_murmuró mientras acariciaba con una mano la suave piel de la ancha espalda masculina.
_Por fin te despiertas, mi cerezo_ murmuró la más melodiosa voz masculina que Sakura había oído en su vida.
Ella dirigió su mano libre hacia el despeinado cabello color café que tanto amaba acariciar. Como siempre, sentía como si tomara contacto con la más fina de las sedas.
Su boca fue devorada por unos labios ansiosamente hambrientos, y, juraría que una mano juguetona estaba acariciándole los pechos. Ella se dejó querer. Hasta que la magia se rompió gracias a unas náuseas que a Sakura le vinieron de repente. Se apartó bruscamente de él, salió de la cama y corrió hacia el baño.
_ ¿Sakura?_ el hombre la siguió hasta llegar a la puerta del baño. Llamó suavemente con los nudillos_ Cariño, ¿estás bien?
No obtuvo respuesta, y eso empezó a preocuparlo bastante. Apoyó el oído sobre la puerta y la oyó vomitar.
_Por Dios, ¿Qué te pasa?_preguntó esta vez con impaciencia_ Voy a entrar.
_ ¡Ni se te ocurra, Shaoran!_le oyó decir a ella por fin. Pero no iba a acceder a su orden.
Shaoran entró al baño y no le hizo ninguna gracia lo que vio. Su novia estaba de rodillas, agarrándose a los bordes del inodoro y luchando por respirar tranquilamente. Tenía lágrimas en los ojos, el rostro más blanco que una sábana y… ¿ideas suyas o ella estaba temblando?
_Sakura_ Shaoran se arrodilló a su lado y le apartó unos cuantos mechones del rostro.
Ella apoyó la cabeza sobre uno de sus antebrazos. Todo le daba vueltas. Tosió fuertemente un par de veces.
_Shhh. Tranquila, cielo. Tranquila_ murmuró él acariciándole un brazo.
Cuando al fin se calmó, Shaoran la ayudó a incorporarse, la acercó al lavabo y tomó una toalla para mojarle la cara. Después de recibir el agua fresca en su rostro, ella se apresuró para lavarse los dientes.
_ ¿Estás mejor, pequeña?_ le preguntó Shaoran fijándose en su aún pálido rostro.
_Si. Pero estoy mareada.
_Te voy a llevar al médico.
_No hace falta. Se me pasará.
_No digas tonterías, Sakura. ¿Tienes idea del mal aspecto que tienes?
_ ¿Estoy fea?_ preguntó ella avergonzada. Ya tenía bastante con que la hubiera visto vomitando.
_Estás enferma, tonta_ trató de mantener la calma_ Te va a ver un médico quieras o no. A si que ahórrate las protestas.
_Por favor, Shaoran. Ya se me está pasando. De verdad. Seguramente me sentó mal algo que comí anoche.
_Prefiero no arriesgarme.
_Por favor _le rogó con voz cansada.
Shaoran la observó y, al parecer estaba recuperando color. Sin embargo aún la veía muy mal.
_Me tumbaré un rato y en poco tiempo estaré mejor. No te preocupes.
Shaoran la tomó en brazos y la llevó a la cama.
_Sigo pensando que deberías ir al médico, cariño_ insistió.
_Mi amor, ya estoy bien. Te lo prometo.
_Esta bien_ dijo tras un soltar un suspiro de exasperación. Luego cambió de tema_ Hoy tengo un par de reuniones muy importantes. Pero en la tarde estoy libre. De todos modos, si te pones mal otra vez, quiero saberlo. Que no tenga que enterarme por terceros, Sakura_ le advirtió con esa mirada que ella sabía muy bien que iba en serio.
_Esta bien, cariño_ le dijo ella sonriéndole dulcemente.
_Por suerte, hoy no trabajas. Así que te quedas en la cama, ¿de acuerdo?
Ella asintió con la cabeza. Aunque no hacía falta que se lo exigiera. Ella misma había tomado esa decisión desde que dejó de vomitar.
_Voy a ducharme, cielo. Debo estar en la oficina dentro de media hora_ dijo dirigiéndose al baño.
_Vale, mi amor.
Shaoran se duchó y se vistió en tiempo récord, y tras tomarse un café, se despidió con un cariñoso beso en los labios y se fue.
Una hora después, Sakura se despertó de la pequeña cabezada que echó y comprobó que ya se sentía bien. Los mareos y las náuseas se habían ido. Se levantó cuidadosamente y se dirigió a la cocina. Se dispuso a desayunar un vaso de leche y un par de galletas, pero apenas captó el olor de los alimentos, sintió como unas nuevas náuseas empezaban a revolverle el estómago, por lo que descartó inmediatamente la idea del desayuno. Al hojear su agenda se encontró con la sorpresa de que esa mañana tenía cita con el ginecólogo a las doce y media. Lo había olvidado por completo. Y ella se había negado a ir al médico cuando Shaoran se lo exigió. Que gracia.
Sakura aparcó en el parking del centro médico y se dirigió al consultorio de su médico.
_Por favor, tome asiento, señorita Kinomoto_ le ofreció el doctor.
_Gracias_ dijo ella sentándose frente al buró.
_Bien, señorita Kinomoto. La revisión de hoy ha ido estupendamente. Todo marcha perfectamente. _la cordial sonrisa del médico fue de repente sustituida por una expresión triste_ Lamentablemente, tengo que anunciarle algo que no le va a gustar nada.
_ ¿Qué ocurre doctor? ¿Algo va mal?_Sakura sintió su corazón latir con fuerza. ¿Estaría enferma? ¿Algo que estuviera relacionado con los males matutinos?
_Esto, en principio, no estaba previsto para hoy. Pero ayer me dieron los resultados de los últimos exámenes que se le aplicaron, y bueno, ya que está aquí…
Hubo un largo silencio que ella se encargó de romper.
_ ¿Mis exámenes revelan algo malo?
Silencio.
_ ¿Estoy enferma? ¿Tengo algo grave? Doctor, por favor, dígame lo que sea_ pidió Sakura dominada por el pánico.
El hombre suspiró.
_Antes respóndame a una pregunta, señorita Kinomoto. ¿Ha pensado usted ser madre algún día?
La pregunta cogió de sorpresa a Sakura.
_Claro que sí, doctor. Es más, puede que ya no espere mucho para ello. Voy a casarme muy pronto.
_Oh, pues felicidades.
_Gracias. Pero, ¿Qué tiene que ver eso con lo que usted tiene que decirme?
_Tiene mucho que ver, señorita Kinomoto. Verá…usted…bueno…
Sakura estaba hecha un manojo de nervios. Tenía miedo. Se trataba de algo muy grave, porque de no ser así ¿por qué a su médico le estaba costando tanto trabajo decirlo?
_Doctor, por favor, hable_ le exigió ella impaciente.
_Lo siento mucho, señorita Kinomoto. Pero usted no puede tener hijos.
El tiempo se congeló y el aire le empezó a faltar en los pulmones. ¿Que había dicho? Tenía que haber oído mal.
_Doctor…_murmuró Sakura con la voz entrecortada. Se había puesto pálida_ ¿Qué es lo que acaba de decir?
_Lo que ha oído, señorita Kinomoto_ respondió el médico con tristeza_ No hay muchas posibilidades de que usted conciba un hijo.
_Pero…pero…_no podía respirar_ ¡¿Pero por qué no, doctor?_chilló empezando a llorar.
El hombre volvió a suspirar y se limitó a hablar con calma.
_Porque su matriz está destrozada_ dijo con pesar en la voz_ Y siendo así, no hay ninguna posibilidad de que usted pueda ser madre. Según sus exámenes, su matriz padece daños físicos producto de alguna caída o algún otro daño que haya sufrido. No me pregunte los motivos, porque los desconozco. Lo único que sé es que su matriz está en pésimas condiciones, y debido a ello, la propia matriz posee la incapacidad de albergar a un feto en su interior. Lo siento mucho, señorita. Pero usted no puede quedar embarazada.
FIN DEL FLASBACK
Sakura sollozó cada vez más fuerte sin poder evitarlo. Su llanto hacía eco en las distancias. Agradecía enormemente el hecho de que el parque estuviera desierto, porque si alguien la viera, seguro se acercaría para consolarla, y ella no quería tratar con nadie, y mucho menos con un desconocido.
Aún le costaba creer lo que el médico le había dicho. No podía con el peso de que, nunca cargaría a su bebé en sus brazos y además, tampoco le daría a Shaoran el hermoso regalo de convertirlo en padre. Un hijo era algo que ambos deseaban con todas sus fuerzas. Y por ella, no podían obtener esa dicha.
Para colmo de la mala suerte, tras eso, tuvo que recibir otro golpe igual de doloroso por parte de dos personas a la que siempre amó y en las que siempre había confiado: su padre y su hermano. Su propia familia le había apuñalado por la espalda. Aunque fue su padre fue el que le dijo todo, su hermano actuó igual que su padre, y eso lo hacia tan culpable como él. Había ido a su casa en busca de apoyo y consuelo por parte su amada familia, y eso fue lo último que acabó recibiendo. En su lugar, sólo encontró más dolor y más motivos para sufrir.
FLASBACK
_Por favor, Sakura. Cálmate, hija mía_ le suplicó Fujitaka Kinomoto abrazándola fuertemente mientras una lágrima escapaba por uno se sus ojos color marrón.
Pero Sakura no le hizo caso. Continuó llorando desconsoladamente en los brazos de su padre, descargando todo su dolor y su sufrimiento. Lloró, chilló, gimió…Y su padre se estaba muriendo del dolor.
Tras salir del centro médico, había ido a buscar a su padre, para desahogarse, para liberarse, para hablar con alguien. Porque lo necesitaba. Desesperadamente lo necesitaba. En el primer momento en que lo vio abriéndole la puerta, se echó a sus brazos y se lo contó todo mientras lloraba. Su padre se conmovió y la colmó de cariño, dándole todo su apoyo. Estaban en el salón, sentados en el sofá, y el té que Fujitaka le había preparado a su hija se estaba empezando a enfriar. Pero eso no importaba ni lo más mínimo.
_No llores más, hijita mía. Te vas a enfermar_ volvió a rogar Fujitaka.
_Ya lo estoy, papá. Ya estoy enferma_ sollozó ella_ Estoy enferma de dolor, de rabia, de coraje…yo…_lo abrazó más fuerte_ ¿cómo voy a decirle esto a Shaoran, papá?¿cómo puedo decirle a Shaoran que nunca podré darle los hijos que tanto deseamos los dos? Oh, papá. No soy capaz. No soy capaz de provocarle ese dolor.
_Lo se, hija mía. Lo se. Pero él tiene derecho a saberlo_ replicó Fujitaka_ Tú te vas a casar con él. Tú lo amas. Y él te ama. No puedes ocultarle algo como esto_ esto último lo dijo con un tono mucho más amargo.
_ Papá…_sollozó Sakura desconsoladamente.
_Sakura, hija mía_ susurró su padre.
_ ¿Por qué? ¿Por qué me tiene que pasar esto?_se le entrecortaba la voz_ ¿por qué no puedo vivir la dicha de tener hijos? De ser mamá…_ hasta ese momento mantuvo la voz baja_ ¡¿Por qué mi matriz tiene que estar destrozada?
Sakura volvió a soltar un largo llanto y permaneció mucho rato así. Su padre no la soltaba, y con ella, compartía su dolor, y con ella, derramaba lágrimas de tristeza. Se sentía un impotente. Y un canalla. Debía decirle la verdad, no podía seguir callando. Su hija iba a odiarlo después de saber lo que tenía que decirle, pero tenía que decírselo. Ella merecía saber la verdad.
_Hija…_musitó el hombre_ Yo…yo te puedo decir por que.
Sakura alzó el rostro y miró a su padre confusa ¿Decirle que? ¿Qué sabía su padre?
_ ¿Cómo dices?
_Yo se la verdad de tu problema.
_ ¿Qué quieres decir?
_Sakura…_Fujitaka miró a su hija con miedo_ Yo te voy a decir porque te pasa esto. Pero antes de explicarte, quiero que sepas que te quiero. Te adoro. Tú eres la niña de mis ojos, lo más hermoso que me pasó en la vida y…
_Papá, basta, por favor _interrumpió Sakura_ Dime de una vez lo que sabes. Esta angustia me está matando.
Fujitaka suspiró pesadamente.
_Hija, ¿recuerdas la caída que sufriste cuando tenías doce años? ¿Aquella que sufriste accidentalmente en el parque de atracciones?
Sakura vaciló un momento. Y a los pocos segundos supo a que se refería su padre. Claro que lo recordaba. Ella tenía doce años y Touya, su hermano, diecisiete. Un sábado, por cortesía de Yukito, el mejor amigo de Touya, fue con ambos al parque de atracciones. Se lo pasaron divinamente, y a la hora de merendar, pararon en una cafetería de allí. Sakura se disculpó para ir al baño un momento y a la vuelta, fue cuando ocurrió todo. Un niño pequeño correteaba cerca sin mirar a donde iba y, llegó a interponerse en el camino de un camarero que cargaba una bandeja llena de copas de helado vacías. El camarero se apartó inmediatamente para no chocar contra el pequeño, pero a cambio, chocó contra Sakura empujándola hacia unas escaleras que ella tenía intención de bajar. Ella rodó escaleras abajo atrayendo la atención de todos los clientes de la cafetería. En cuanto llegó al final de las escaleras, tan sólo pudo observar durante unos segundos a Touya y a Yukito que corrían hacia ella gritando su nombre, antes de que su vista se oscureciera y su mente abandonara la realidad.
Sakura despertó postrada en una cama de hospital y con un gran dolor en el vientre. Su padre, su hermano y Yukito estaban con ella. Fujitaka lloró de la felicidad cuando vio a su hija despierta. Cuando ella preguntó que le había pasado, ellos le contaron lo de la caída y que Touya y Yukito la habían llevado al hospital apresuradamente. Yukito avisó a Fujitaka con su teléfono móvil mientras corría hacía el hospital junto a Touya, quién cargaba a Sakura en sus brazos. Había estado inconsciente durante ocho horas. Ya estaba fuera de peligro y al día siguiente le iban a dar el alta. Sakura juraría que todavía le ocultaban algo más, a juzgar por la tensa expresión de sus rostros, sin embargo no dijo nada. Prefirió olvidarse del tema, ya que lo había pasado muy mal.
_Si. Lo recuerdo_ dijo ella por fin después de un buen rato.
_Bueno_ empezó a decir Fujitaka con un nudo en la garganta_ Esa caída te causó una gran hemorragia y perdiste mucha sangre. Tuvieron que operarte rápidamente. Como estabas inconsciente no te enteraste de nada. Después de la operación, el médico encargado me aseguró que estabas fuera de peligro. Sin embargo, me pidió que lo acompañara a su consultorio porque necesitaba hablar conmigo.
A Sakura no le gustaba nada lo que veía en el rostro de su padre. En sus ojos marrones había tristeza, dolor y miedo.
_Continúa_ exigió.
_Una vez a solas, el médico me habló muy seriamente sobre tu accidente. Aunque ya estabas fuera de peligro, el accidente te había dejado una secuela.
_ ¿Una secuela?
_ Si. La gran hemorragia que sufriste fue porque el golpe te había dañado gravemente la matriz. En la operación trataron de salvártela. Hicieron todo lo posible, pero no pudieron hacer más de lo que hicieron._ bajó la cabeza y habló en voz baja_ Por un momento, los médicos temieron que tuvieran que extraerte la matriz…
Oh, Dios. Sakura se petrificó ante tal pensamiento. Por un par de segundos sintió que iba a desmayarse.
_Pero gracias a Dios, no tuvieron que hacerlo. Quedaste fuera de peligro, pero no pudieron hacer nada más. El médico me aseguró que podías llevar una vida normal y saludable. Pero que, debido a lo que ocurrió con tu matriz, había muy pocas posibilidades de que algún día tú…pudieras ser mamá.
Sakura pegó un grito desgarrador y reventó a llorar. Fujitaka sintió que le partía el corazón. Fue a tomarla entre sus brazos pero ella no se dejó. Lo miró con una mirada fulminante. Una mirada fría, vacía y amenazadora.
_ ¿Có-como pudiste?_preguntó ella apenas sin voz_ ¿cómo pudiste ocultarme una verdad tan grande?... ¡¿POR QUÉ, PAPÁ?_casi se le fue toda la voz con ese grito.
_Hijita, perdóname_ rogó Fujitaka llorando_ Perdóname, pero no fui capaz de darte una noticia tan horrible. No quería que sufrieras. Lo hice por tu felicidad, hija mía.
_ ¡Era demasiado, papá! Tenía derecho a saberlo_ chilló ella poniéndose en pie bruscamente_ Pero te lo callaste. Por Dios, papá ¡yo iba a casarme! Iba a casarme y formar una familia con el hombre de mi vida.
_Precisamente, cuando esa noche en la que tú y Shaoran nos invitaron a tu hermano y a mí a cenar para darnos la noticia de que él te había propuesto matrimonio, me aterroricé. Por eso, Touya casi se mata con Shaoran después de saber que os ibais a casar. Touya se creía que en cuanto Shaoran supiera lo de tu problema, él te rechazaría y te dejaría con el corazón destrozado. Tanto tu hermano como yo sabemos de sobra cuánto amas a ese muchacho.
_ ¿Touya?_no lo podía creer ¡su hermano también!_ ¿Touya también lo sabía?
Fujitaka asintió.
_Oh, Dios. No puede ser.
Sakura se derrumbó en un sillón, lejos de su padre, y se llevó las manos al rostro. Lloró descontroladamente. Tenía el corazón partido, el alma desgarrada, y la vida comenzaba a serle un infierno. Un castigo.
Fujitaka se acercó lentamente. Cuando estuvo frente a ella, se arrodilló y le tomó las manos.
_Perdóname, hijita mía_ le rogó desesperadamente_ Perdóname por no habértelo dicho antes. Pero no quería herirte…
_No debiste callarte_ insistió ella apartando las manos.
_Lo se. Lo se, hija mía. Ya lo se.
_No puede ser…_dijo ella antes de continuar llorando.
_ ¡Papá! ¿Estás en casa?
Era la voz de Touya. Sakura se levantó bruscamente y se dirigió a la entrada de la casa.
_ ¡Sakura! ¡Sakura, hija mía! _ la llamaba Fujitaka siguiéndola.
Pero ella no lo escuchaba. Llegó a la entrada y allí encaró a su hermano mayor.
_Sakura_ murmuró Touya sorprendido.
Sakura lo miraba con una mirada fría. En sus ojos color esmeralda se leía el enfado y el resentimiento, y de allí brotaban innumerables lágrimas.
_ ¿Sakura, que pasa? ¿Por qué estás llorando?_ él alargó el brazo para tocarla pero ella lo golpeó para impedir el contacto.
Touya se quedó atónito por la reacción de su hermanita. De la misma manera, Fujitaka, que lo había visto todo, no salía de su asombro.
_No me toques_ masculló Sakura con voz fría_ Sólo mírame bien, porque ésta será la última vez que me veas_ volteó a ver a su padre, que estaba petrificado en el recibidor_ Me veréis_ se corrigió.
Tras esas hirientes palabras, Sakura pasó por el lado de su hermano y salió a la calle. Tras cruzar la entrada, se alejó corriendo derramando más y más lágrimas, ignorando los gritos de su padre y de su hermano que la llamaban por su nombre.
FIN DEL FLASBACK
Sakura se pasó los dedos por ambos ojos para secarse las lágrimas y entonces fue conciente de que debía de tenerlos inyectados en sangre, porque de lo contrario, no le escocerían tanto. De repente sentía frío, mucho frío. Estaba temblando. Cuando alzó la cabeza cayó en la cuenta de que había empezado a llover. Ya estaba medio empapada y sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que caían sobre su rostro. Pero no le importaba. Ya no le importaba nada, absolutamente nada. Su mundo estaba acabado, destruido, MUERTO.
Sakura volvió a dejar escapar más y más fuertes sollozos mientras hundía la cara entre sus manos. El sonido de su llanto se mezcló con el de los truenos que estallaban en el cielo gris, iluminando las oscuras profundidades del paisaje. Quería llorar, gritar, ¡DESPERTAR DE ESA HORRIBLE PESADILLA! Porque aquello no podía ser real. No podía. Dios, su novio, su familia, su felicidad, ¡TODO! Todo se acabó. Todo se había perdido.
Su felicidad estaba perdida.
¿Por qué una no se moría cuando más lo necesitaba? Pensaba Sakura mientras de deshacía en lágrimas.
