MAMÁ PATA.

Prólogo.

Hermione Jane Granger POV

Estábamos en el séptimo curso, era el día de San Valentín, pero como Dumbledor se había ido de luna de miel con McGonagal, el queridísimo profesor Snape había quedado a cargo de la dirección.

A pesar de su nuevo provisorio puesto, él para fastidiar más, seguía con su cátedra de pociones, y ese día nos tocaba asistir…

-alumnos, para festejar el día de San Valentín tendremos nuestra clase en los jardines de Hogwarts –dijo el idiota cómo si eso fuera una buena noticia.

Para colmo de males teníamos clase con Slytherim, y esos descerebrados sonreían cómo si se hubieran ganado la lotería.

-¿que es eso de lotería? –me preguntó Ron metiéndose siempre donde no le importa.

-es un juego muggle, pero déjate ya de meterte, quiero explicarle a mis lectores todo exactamente como sucedió, como un día nefasto junto a Snape se convirtió en el mejor día de San Valentín con mi archienemigo Draco Lucius Malfoy…

Capitulo 1

Hermione Jane Granger POV

Como siempre Snape tuvo la brillante idea de ponernos a hacer una poción de parejas, con un Slytherim, y para desgracia mía no tuve mejor suerte que me pusiera con Goyle, ese Slytherim era especial… especialmente bueno para nada, ya que sin el genio de Malfoy dándole instrucciones, no podía distinguir un palo de una varita.

Como de costumbre todo el trabajo lo tenía que hacer yo, y como de costumbre Snape salió con otra de sus brillantes ideas.

-daré un premio especial, a la pareja que logre hacer la mejor poción para el amor, todos aquellos que logren terminarla, me la entregarán y yo daré el veredicto final, será una poción libre, no acepto copias de pociones famosas, deberán usar su ingenio, y que gane la mejor pareja, la más preparada…-espetó Snape feliz, ya que el maldito sabía que era casi imposible que alguien inventara en una hora una pócima por lo menos aceptable…

El día era espléndido el sol estaba radiante, y todas las parejas se iban acomodando en mesitas que habían aparecido debajo de un gran árbol, cerca de la laguna.

No era justo, Harry estaba con Not, Ron con Parkinson, Malfoy con Thomas, ¿por que yo tenía que padecer a Goyle?…

Sin querer pensarlo más, me adelanté a tomar algunos ingredientes que Snape había acomodado prolijamente en su aparecido escritorio.

-¡oh! Sangre sucia, ésta es la oportunidad de tu vida, a ver si logras hacer una pócima para lograr que alguien te haga el favor y no termines como solterona –me dijo Malfoy lo suficientemente fuerte, como para que los demás Slytherines largaran la carcajada.

-muérete Malfoy, juro que me las pagarás –respondí furiosa. Merlín estuvo de mi lado, porque mi queridísimo Draquito tuvo que comerse las palabras…