Nada del Pottermundo me pertenece. ahora si enjoy it.

¿Fantasías?

Estaban acostados en el sillón de la sala haciendo nada. Él le acariciaba la espalda suavemente mientras ella jugaba con la barba de un par de semanas que su novio se había dejado. No hablaban, Ginny miraba el departamento que tan conocido se le había hecho últimamente, llevaban dos años de novios y en ese tiempo había aprendido a amar el departamento de soltero de Harry. Con las paredes pintadas de azul y los muebles modernos le daban un aspecto varonil y elegante a la sala de estar; la cocina, un baño y un dormitorio completaban el departamento en el centro de Londres. Una pila de cajas de pizza, latas de bebidas y ropa tirada terminaban la decoración. Le encantaba ese departamento, por más chiquito que fuera ese último año había pasado más tiempo allí que en su casa.

- Estaba pensando- la voz de Harry interrumpió sus pensamientos.

-¿estás seguro de que piensas mi amor?-

- bastante seguro pelirroja- le sacó la lengua – Falta exactamente un mes para que nos casemos.

- creo que si no me decías no me enteraba- era completamente sarcástico el comentario-

- Estamos en graciosa hoy o es mi impresión- Harry sonrió al escuchar la risa de su casi esposa. La besó, le encantaba cuando se reía. Ginny se separó de él cuando sintió que el chico se estaba emocionando de más y una sonrisa enorme atravesó su rostro a la vez que una idea tomaba forma en su cabeza.

- Harry, ¿por qué siempre hacemos el amor en un lugar tan convencional como la cama?- hizo la pregunta con tal seriedad que el morocho no pudo reírse.

- supongo que porque es lo normal linda-

- pero, ¿no quieres probar algo nuevo?-

- si es contigo sería capaz de probar todos los días un lugar nuevo, solo dime cuando empezamos- le guiñó un ojo, era claramente una broma.

- deberíamos elegir lugares que nos gusten a los dos, y ver cuando podríamos coordinar nuestros horarios y ver si…- estaba muy concentrada hablando.

- Ginny Ginny Gin, amor- ella se calló al Segundo- ¿estás hablando enserio?- Parecía preocupado.

-claro Harry- se quedó pensando un rato- quiero hacerlo en un ascensor.

- ¿QUÉ?- el grito de Harry se escuchó en todo el edificio- ¿de verdad?- de repente Harry parecía bastante interesado.

- hagamos esto, falta un mes exacto para nuestra boda, tenemos treinta días- sonrió al notar que tenía la completa atención del morocho- elijamos treinta lugares no convencionales para tener relaciones, sería como nuestra propia y muy secreta "despedida de solteros"-

- ¿treinta días seguidos? Linda estás loca, no vamos a poder movernos después de una semana- el razonamiento de Harry tenía sentido- elijamos quince y cada dos días ponemos uno en práctica.

- Eres el mejor novio del mundo Harry, yo sabía que por algo te amaba- ella había empezado a dar saltitos de felicidad por toda la sala.

Se sentaron los dos en la mesa donde rara vez comían con un pergamino y una pluma, estuvieron pensando un rato largo, riéndose a carcajadas con algunas ocurrencias y poniendo cara de asco con otras, escribían y borraban para luego volver a escribir, lugares que nunca se hubieran imaginado cruzaban sus cabezas, pero si cuando empezaron tenían alguna duda con cada idea que surgía esta iba desapareciendo. Al final de la tarde tenía una lista con quince lugares variopintos y sendas sonrisas de emoción.

- entonces esto es todo- Harry la miraba como para comérsela – mañana mismo empezamos con el primer lugar, a menos que te arrepientas.

-jamás- contestó ella muy segura

-pelirroja pervertida- sonrieron los dos- ahora vamos que te llevo a tu casa antes de que Ron venga a buscarte desesperado.