NARRADO POR DIMITRI

La luz del sol se coló por mi ventana diciendo que era hora de levantarse. En mi sueño bese los dulces labios de mi Roza a modo de despedida. Ella me beso de vuelta y acaricio mi cabello.

Desperté con una sonrisa en mis labios, era el primer sueño en una semana que no era una pesadilla.

Camine hacia la ventana y la abrí dejando que la brisa de aquel verano se colora por mi ventana. Robert estaba en el antejardín, al lado de una fuente junto a Lissa y Adrian, practicando los poderes del espíritu. Los tres elevaron la cabeza al escucharme y me sonrieron.

Buenos días dormilón, escuche a Lissa a través del vinculo.

Le respondí con una sonrisa y en ese momento una ola de agua helada se coló por mi ventana dejándome empapado de pies a cabeza. Mi cuerpo se estremeció ante el contacto y Robert rio.

Ahora todos eras buenos amigos, una familia, una gran familia. Lissa seguía siendo la reina de los Moroi, y aunque ella debería de estar en La Corte, nos dimos cuenta que mantenerla en el mundo de los humanos era más seguro, para ella y para todos nosotros. Siempre habían juzgado a Roza por haberla sacado de la academia. Decían que era exponerla a los Strigois, pero ahora que lo hacíamos me di cuenta que esta era la mejor manera de protegerla.

Me retire de la ventana y me dirigí a la ducha - no era necesario después del baño en la ventana - me puse algo cómodo y organice en mi abrigo la estaca y demás armas. Baje a donde estaban ellos y me acerque a Lissa. Ella sonrió y dijo

- Lamento lo de la ventana

¿Así que había sido ella? Yo pensé que era Robert.

Me encogí de hombros

- No es nada

Ella sonrió y saco la cadena. Lo había logrado. Ahora sí podría partir hacia la muerte de Camille.

La recibí sonriendo. En parte estaba feliz y emocionado por hacerlo, pero bloquear a Roza era muy difícil para mí. Me reconforte pensando que solo iba a hacerlo por un tiempo.

- Debo fortalecerlo cuando hayan pasado varios días - advirtió Lissa

Asentí y me la colgué en el cuello. Al hacerlo una resistencia apareció en mí, como un muro que interrumpía cualquier conexión con aquel mundo

- Vamos

Ella asintió y nos dirigimos al restaurante. Todos estaban allí gastando bromas acerca del hijo de Tasha. Andrew y Johnny se lanzaban bolas de papel, tratando de golpearse. Eddie y Mia estaban sonriendo aparte. Robert y Hana estaban en su propio mundo que no era nada romántico. Se comportaban mas como padre e hija.

Lissa tomo asiento al lado de Christian. Este le dio una sonrisa cálida y apretó su mano.

- Hey Dimitri - me llamo Volt - di que no estás de acurdo con ese nombre - rogo

- Dimka - llamo Tasha a modo de amenaza

Levante mis manos tratando de calmarlos

- Es un buen nombre

Tasha sonrió y Volt me dio una mirada envenenada. Me encogí de hombros y él sonrió.

- Muy bien… entonces será Daniel

Pedí una gran porción de alimentos, pues no sabía por cuánto tiempo no podría parar a comer.

- Dimitri - regaño Lissa al verme con la boca llena

- Lo siento - balbucee

De nuevo en el hotel subí a mi cuarto. Desde que habíamos llegado lo había elegido, en el primer piso. Nunca lo entendí, pues no era de esos que tiene que ser algo o sino no lo tomo, pero esta vez había casi peleado por ese. Ahora era de gran ayuda para mi escape.

Brinque por la ventana y corrí hacia el auto. Lo encendí y conduje tan rápido como pude. A los minutos ya estaba en las afueras de la ciudad. A través del vínculo sentí la preocupación y la tristeza de Lissa. Ya lo sabían

Vuelve, rogo en su mente. Por favor Dimitri, no me dejes

Me mortificaba saber que la había lastimado dejándola, pero ahora tenía que hacer esto por mí. Ellos son primero sí, pero como le había dicho a Rose, "a veces debemos ponernos adelante" y esta ere uno de esos casos.

En la noche salí del auto y me apoye en este. Algo que había aprendido de los Strigois es que buscan las presas solitarias, y al ser un dhampir de sangre dulce, era todo un regalo.

A los pocos segundos mi estomago se revolvió y vi unos ojos rojos a mi alrededor. ¿Así que esto era lo que se sentía cuando un Strigoi estaba cerca? Interesante

El Strigoi se abalanzo ante mí. Lo esquive y golpee su espalda haciéndolo perder el equilibrio. Sus ojos se abrieron al ver la fuerza que poseía. Brinque sobre él inmovilizándolo en la acera fría

- Dimitri Belikov - gruño - había escuchado los rumores. Nunca creí que fueran ciertos

No tenía tiempo para sus juegos, así que fui directamente

- ¿Donde está Camille?

Lo había visto en el ataque a la Corte. Él trabajaba para ella

- ¿Por qué te lo diría? - pregunto mostrando sus colmillos.

Saque mi estaca cuando vi que no me daría la información. Roza lo había hecho para encontrarme, y supe que no había otro camino. La introduje en su piel y él grito. Sabia como se sentía. Un acido quemándote lentamente. Una gran tortura.

Se removió en el piso y trato de golpearme, pero lo inmovilice de nuevo

- ¿Dónde?

Él rugió y hundí más mi estaca.

- A 2 kilómetros de esta misma posición.

Asentí. Mañana podría llegar y atacar en el día.

- Dile que la busco

Él gruño y me di cuenta que lo haría. Sonreí y me levante. Trato de abalanzarse de nuevo hacia mí pero un golpe mío lo retuvo. Sus ojos rojos se enfocaron un momento en los míos y luego desapareció en la noche.

Ya estaba hecho, solo faltaba esperar a que el sol saliera. Sabía que no podía dormir, pues Lissa entraría en mi sueño, así que simplemente deje a mi mente vagar con la música de Europa del este.

Recordé el día que salimos de la academia a capturarlas. Recordé como me perdí en aquella imagen que había caído de Rose. Nunca antes la había visto, pero la belleza me capturo. Recuerdo el orgullo que creció en mí, cuando la vi que enfrentaría a todos nosotros solo por protegerla. Recordé su apodo, me hizo gracia pero actué con indiferencia…

El sol se levanto. Tiempo de actuar. Aunque no había dormido me sentía fuerte y relajado.

Encendí el auto y conduje hacia la dirección que el Strigoi había señalado. Cuando faltaban unos cuantos metros baje del auto y corrí hacia la casa. La distinguí porque los vidrios eran oscuros y resistentes. La calle era destapada, y se sentía el aire pesado. Mi corazón empezó a latir más rápido bombeando la adrenalina atreves de mis venas.

Sabía que ella estaba con sus dos hermanos, posiblemente debería enfrentarme primero a ellos.

Abrí la puerta lo más suave que pude, pero no valió de nada, porque Alex y Diego estaban allí, esperándome.

Esta vez si la mataría.