Descargo de responsabilidad: Akagami no Shirayukihime no me pertenece.
MANO TRAIDORA
Te sorprendió la calidez de sus manos en tu cintura.
Te obsesionas.
No puedes evitarlo... Sueñas...
Sueñas por las noches con el calor de esas manos, derritiendo tu alma, fundiendo tu cordura, convirtiéndose en fuego bajo las tuyas y haciendo hervir tu piel hasta morir de dicha.
Pero sabes que no es por ti…
Una vez, te dices… Solo una vez…
Solo una vez quieres sentir la piel de Shirayuki en la tuya. Su mano en la tuya.
Solamente quieres saber lo que te pierdes. Lo que nunca tendrás.
Y cuando por fin reúnes el valor, y el aire se te atasca en la garganta, y ya estás a punto de alcanzarla… Zen.
Ah, y desde tu triste puesto de espectador en primera fila, lo sabes. Es él.
El que enciende a Shirayuki, el que hace que su cuerpo arda.
El viento entre los árboles te trae el eco de sus pasos. Ya vuelven.
Juntos.
Contén tu mano traidora y alégrate por ellos.
Así ha de ser…
