¿Hacía cuánto tiempo que no se ponía ebrio? Aunque en primer lugar, ¿Porque lo haría? ¿Porque razón necesitaba ponerse ebrio cuando su mentalidad nunca se lo permitía?
—Ugh... — murmuraba el informante que recién comenzaba a recobrar la conciencia, abría los ojos lo más que podía mientras tomaba su cabeza. ¿Que había pasado la noche anterior? ¿Porque había bebido? ¿O es que a caso le habían goleado? —Brr... — corrió al baño a vomitar.
No, definitivamente había bebido, pero... ¿Porque? ¿Qué razón había para beber de aquella forma? La cabeza le daba vueltas, su sentido de la orientación estaba hecha un asco, tenía solo una camisa a botones puesta encima y esta ni siquiera estaba abotonada, asumía que había hecho alguna tontería o quizá alguien le había embriagado con una sola bebida, pero no lo sabía y aquello de no saberlo era lo que le molestaba, pero la cabeza comenzaba a matarle, los dolores punzantes de su cabeza provocaban que no quisiera pensar en ese mismo momento.
Al menos estaba seguro de algo, traía sus boxers puestos, quizá solo había hecho algo de nudismo provocado por el alcohol o solo se había deshecho de su ropa causada por el calor que el alcohol trae consigo como consecuencia, pero, la respuesta siempre era la misma para todas aquellas suposiciones que pasaban como rayos en su cabeza que solamente le hacían quejarse de dolor, no sabía que había pasado la noche anterior.
Tras limpiar el baño y lavarse la cara, suspiro viendose al espejo, se veía como todo un hombre lleno de resaca, tenía ojeras, sus pupilas eran pequeñas, su expresión era un asco al igual que su cabello y la gran mayoría de él. Suspiro mientras golpeaba ligeramente sus mejillas para despertarse, ahora necesitaba saber en donde estaba y, por lo que veía parecía estar en una especie de hotel, bastante lujoso a decir verdad.
—Una tina, una regadera, un baño con asiento calentador... — murmuró y abrió aquel espejo que estaba pegado a la pared pero que daba acceso a un pequeño compartimento con cosas que esperaba, entre ellas hubiera una pastilla para la cabeza o algo que le ayudara a soportar más la luz y le devolviera el estómago que no tenía en aquellos momentos. ¿Cuánto había bebido? Tampoco estaba seguro, pero por las nauseas, por la cantidad de vómito y por su memoria totalmente fallida, estaba seguro que habían sido más de quince o veinte copas.
Salió del baño viendo un camino de ropas por el pasillo, frunció ligeramente al reconocer su ropa pero sin reconocer la demás. ¿A caso el, Izaya Orihara, había tenido sexo con alguien? No, no era posible, la cadera no le dolía y su entre pierna no daba señales de haber estado con alguien... frunció el ceño caminando lo más silenciosamente posible hasta tomar la primera prenda, también eran unos pantalones negros, pero por su tamaño eran de alguien mas alto que el... ¿Quién usaba pantalones negros en Ikebukuro que fuera más alto que el?
Aunque para muchos la respuesta hubiera sido obvia, para un Izaya con dolor de cabeza, con resaca y con aún secuelas del alcohol era imposible sacar las cosas por conclusión, de quién eran aquellos pantalones, los tiró al piso mientras continuaba caminando, había encontrado un chaleco negro y unos calcetines negros. ¿Quien vestía tanto de negro como el? Era obvio de quien se trataba, pero, Izaya simplemente seguía sin darse cuenta de quién se trataba, se detuvo antes del final del pasillo tomando un pequeño moño negro, sus ojos se abrieron de golpe al mismo tiempo que se escuchaba la puerta de la habitación moviéndose.
Su mirada se dirigió rápidamente hacia atrás sujetando aquel moño y ahí, en aquel solitario pasillo donde antes solo estaba el pelinegro, aquel rubio que tanto odiaba había aparecido, solamente usaba boxers, ni siquiera estaba usando sus típicos lentes azules, estaba claro que se acababa de levantar. Tras un fuerte bostezo, sus miradas se encontraron, un silencio ensordecedor se hizo presente antes de que aquel hombre sonriera haciendo que se saltara su sien y apretara los puños con fuerza
—I~zay~ya-kun~ — como siempre su manía de decir en sílabas el nombre del informante. Este, por primera vez palideció, no por miedo, sino por el estado de su cuerpo, claramente no estaba ni siquiera al 25% de su capacidad, ahora más que nunca maldecía el alcohol. Se levantó torpemente corriendo mientras el rubio le seguía a pasos rápidos, aunque algo le hizo tropezar y rodar hasta la sala. Se levantó lo más rápido que pudo viendo a aquel pasillo donde por igual el rubio se tropezó. Varios ruidos se comenzaron a escuchar y un extraño mecanismo comenzaba a moverse de un lado a otro, parecía una de aquellas cosas que las personas construían con muchas cosas, usualmente madera, pelotas y cosas así, aquellos "mecanismos" que dependian de que todo saliera bien... mientras su mirada se perdía en una pequeña pelotita negra que rodaba por las paredes bajando por un montón de tablas pegadas a la pared, el rubio se levantó perdiéndose también en aquella pelotita, al menos hasta que la televisión se encendió.
—¡Feliz primer día de casados! — decía un Shinra totalmente rojo de la cara bebiendo abrazando a Celty, estaba totalmente ebrio —¡Segu...ramente, se estén preguntando que demonios estoy diciendo... pero, si quieren respuestas... están aquí! — gritó tomando la cámara haciendo que se grabara aquella boda
—S-si... alguien se.. o-opone que...—
—¡¿Uh?! ¡¿Alguien se opone?! — gritaba Shizuo con la cara también totalmente roja con Izaya entre sus brazos cargandole —¡Si alguien se opone lo mataré! —
—¡Hahahahaha! — se reía el informante que se aferraba al cuello del rubio besando su mejilla sin descaro alguno moviendo las piernas como colegiala enamorada —¡Nadie se opone Shizu-chan! — gritaba Izaya.
Ambos hombres, ahora parados el uno al lado del otro veían la cinta con las caras más que pálidas... ¡¿Como que se habían casado?! ...
La cinta terminó dejando a ambos hombres en silencio, eran como dos fantasmas en aquella habitación, habían visto cómo firmaban y confirmaban que se habían casado, se habían entregado anillos de oro que pero alguna extraña razón alguien se los había dado, alguien que no se veía en aquella cinta que habían grabado... ¡¿Quien los había casado?! ¡Más importante aún, ambos hombres que se juraban odio eterno se habían besado!
Tras unos minutos en total silencio, ambos con la cara en blanco, giraron instintivamente sus miradas a la mano del otro confirmando aquellos anillos de oro que aún usaban, ambos rápidamente se los quisieron quitar, pero aquella pantalla se encendió de nueva cuenta dando solo un aviso con varias letras de revistas recortadas y pegadas en una nota, era solo una fotografía
"Esto lo hice nada más y nada menos que porque ambos se lo merecían, uno por ser un psicópata y el otro por ser una bestia, no se atrevan a quitarse los anillos o a intentar deshacer su matrimonio porque quienes les importan correrán riesgos y, aún siendo ustedes no podrán hacer nada"
La imagen se quedó estática unos momentos hasta que de pronto cambió mostrando una fotografía de las hermanas de Izaya y el hermano de Shizuo... ¿Quien se preocuparía por las dos locas Orihara? Eran más peligrosas ellas que cualquiera, pero... aquel joven de cabellos castaños, era claro que no era nada bueno defendiendose, que cualquiera podría matarle solo con acercarse a él, después de todo, era demasiado ingenuo y amable, justo como aquel rubio teñido.
El silencio se hizo presente mientras Izaya suspiraba levantando los hombros y soltando el moño
—Me da igual — respondió a aquella amenaza mientras se intentaba quitar el anillo, cosa que le fue detenida por el rubio que le apretaba la mano viendo la imagen de su hermano... ¿Permitiría que su odio desmesurado llevara a la muerte a Kasuka...?
—No... — respondió el rubio viéndole con total furia, por mas que quisiera ver muerto al informante, por mas que le gustaría arrancarle la cabeza... no podía involucrar a su hermano en ello —No te dejaré hacerlo, puede que a ti no te importe nada que no seas tu mismo, pero no dejaré que envuelvas a Kasuka en esto — fruncía el ceño apretando su muñeca.
Izaya frunció el ceño mientras levantaba lentamente la pierna para no alarmar más al rubio, aunque cuanto intentó patearle para alejarlo, este tomo su tobillo colocandolo de cabeza
—No te dejaré hacer alguna estupidez pulga — fruncía el ceño totalmente molesto, Shizuo se veía obligado a tener que seguir con aquella estupidez de "jugar al matrimonio" con Izaya. Le tiró al piso en cuanto aquella imagen volvió a cambiar, Izaya se levantó y antes de poder hacer algo miro la pantalla frunciendo el ceño
"Veamos quien gana en este juego, si ustedes par de animales o yo, no se pueden separar ya que esos anillos son especiales, no pueden estar a más de cinco metros del otro, si lo hacen ambos anillos comenzarán a sonar hasta que simplemente... kaboom quienes más quieren"
La televisión se apagó mientras Shizuo fruncía aún más molesto el ceño, podría ir a matar a aquella persona pero él no sabía nada de investigación, siempre Tom le daba la información e iba al lugar de los hechos, aunque por otro lado, tenía a... ¡¿Dónde demonios estaba?!
—¡¿Pulga?! — gritó con fuerza buscándole, entró a aquella habitación encontrándose con el informante ya vestido parado en el marco de la ventana, ¡¿Como demonios es que era tan rápido?!
—Bye bye byy — le guiñó el ojo mientras salía por aquella ventana, el rubio se acercó intentando tomarle de la chaqueta aunque no lo había conseguido... milimetros mas y bien pudo haberle detenido, veía como el contrario comenzaba a alejarse y ciertamente, aquellos anillos comenzaban a sonar molestamente, el rubio se vistió casi corriendo, había visto su camisa en el piso cuando el informante había salido por la ventana, al parecer por la urgencia de salir corriendo había olvidado sabotear al contrario con su camisa
—¡Izaya! — gritó a todo volumen saliendo tras de él, estaban lejos, era más de la distancia permitida y aquello no era bueno, la imagen de su hermano se pasaba por su cabeza una y otra vez mientras corría con total desesperación detrás de aquel molesto informante —¡Izaya! — su grito se volvió aún más fuerte, las personas de aquella ciudad abrían paso, no solo por el hecho de ser ambos hombres, sino porque ya toda la ciudad sabía de su "matrimonio". No habían pasado ni siquiera 24 horas cuando ya todos sabían que Shizuo Heiwajima se había casado con Izaya Ori... Heiwajima, suponían que Izaya por ser el más bajo era... el pasivo, todos ahora le llamaban así con burla claramente, "El informante pasivo" como ahora le apodaban
Algunas risas se habían extendido por la ciudad mientras aquel apodo corría de un lado a otro, ahora el hombre más odiado de Ikebukuro era la burla de todos... vaya ventajas del matrimonio.
Minutos de corretearse, de estar cerca de atrapar al informante y aquella incesante carrera que siempre se daban el uno al otro terminaron en el centro de Ikebukuro, aquel lugar totalmente lleno de personas donde el informante bien pudo esconderse del rubio
—Maldita pulga... — murmuró mientras intentaba olfatear aquel olor característico que tenía, aunque se confundía con todas las personas que estaban ahí —Pulga... — gruño para si mismo, su olfato le estaba siendo traicionado, no podía ubicarlo "rastreando" su aroma, daba algunos pasos y se guiaba por el molesto sonido de aquel anillo que, bien podría haber roto ya, pero siempre que quería hacerlo, la imagen de Kasuka pasaba por su cabeza y se detenía.
Minutos y minutos de buscarle por entre las personas dio al final sus frutos, pudo ver aquella chaqueta negra con peluche café, aquella chaqueta única del informante
—Te encontré... — sonrió con la cien saltada mientras se acercaba a pasos largos, al parecer el informante estaba hablando con alguien por teléfono por lo que había bajado su guardia —Te encontré a~morcirto — decía mientras tomaba aquel peluche café arrancandolo de la chaqueta.
El informante palideció al escuchar el sonido de los hilos rompiéndose, su mirada se dirigió hacia un costado viendo como las manos del barman tenían el peluche de su chaqueta favorita entre sus dedos. Su mirada de sorpresa se lleno totalmente de odio mientras fruncía el ceño, Shizuo acababa de cometer una estupidez, era cierto que Izaya no se le comparaba en fuerza, pero también él tenía cosas e información que podrían destruir en cuestión de segundos al rubio
—Hola... amorcito — le respondió de la misma forma entre dientes mientras guardaba su teléfono, tomó aquella pequeña navaja y la encajó en el costado el rubio con fuerza, aquella chaqueta era la favorita de Izaya... era solo una prenda, pero era su prenda. Le arrebató de las manos aquel peluche y se quitó el anillo pisandolo hasta que se escuchó un pequeño "crack"
Shizuo palideció ante aquel sonido, el informante se alejó de ahí sin importarle nada, solamente les mandaría un mensaje a sus molestas hermanas diciendo que debían cuidarse y ya, por otro lado, aquel castaño que el rubio quería proteger simplemente podía irse al infierno. El rubio revisó aquel anillo y suspiro, no estaba roto ni nada por el estilo, al parecer era más resistente de lo que se veía, tomo aire mientras fruncía el ceño, había comenzado a sonar de nueva cuenta aquellos anillos pero ahora parpadeaban
—¡I-za-ya-kun! — gritó con una máquina expendedora al mismo tiempo que se lo lanzaba al contrario, era de las pocas veces que realmente le acertaba al informante, se acercó ignorando la sangre de su costado, tomó la muñeca del informante que yacía inconsciente en el piso, le puso de nueva cuenta el anillo y se lo llevó arrastrando hacia el hotel.
Todos les veían en total silencio con la caras en blanco...
Vaya matrimonio que tenían esos dos...
~Jeeelouuuu xD este es uno de mis nuevos muchos proyectos que les traeré prontamente, espero que les guste y se diviertan y sufran tanto como los quiero hacer sufrir(?) xD estaré actualizando pronto, es un reto personal xD jajaja
Nos leemos después
BillDippCipher~
