28/03/xx

28 de Marzo
5:00 p.m.

Después de un par de buenos días, llegó uno, la verdad, no tan bueno. Hasta malo. Pero, hay que empezar por el principio.

No estoy segura de donde va estar el gimnasio, pero según dijo el profesor Malahierba, debe ser en los lugares que están más lejos y que son más peligrosos, ya que fueron ubicados especialmente. Odio como el profesor nos puso estas extrañas condiciones para empezar nuestro viaje: No podemos comprar pociones ni pokebolas, sólo podemos atrapar seis pokemon (y sólo seis, que significa que si alguno se nos escapa o no nos obedece, no podemos reemplazarlo capturando un séptimo), a cada pokemon debemos darle un nombre y sólo podemos usar un centro pokemon por vez. Todo esto hasta que termine su loco experimento, que es dentro de seis meses, para esa fecha debemos tener todas las medallas de gimnasio y haber llegado a la Liga.
Como sea, he oído que el Monte Luno está tan rocoso y alto que mucha gente ha tenido accidentes ahí. Así que hacia allá voy.

Normalmente para llegar al Monte Luno tendría que viajar desde Ciudad Trident, pasar por la Aldea Arcanine, atravesar la cueva Brillo de Sol y hasta Pueblo Tenacity, para entonces ir hasta el final del bosque donde está el Monte. Bueno, eso es el camino que marca la aplicación de mapa en mi teléfono.
Pero yo tengo un pequeño truco, un atajo.

Cuando yo era más chica, que vivía en mi natal Twineedle, como ya había dicho, me gustaba salir a jugar afuera, muchas veces a las afueras del pueblo. Ahí estaba una enorme valla de metal, muy alta, y la seguí para ver donde terminaba, resultó que en una parte de la valla, había un gran corte, así que metía por ese espacio porque del otro lado había muchos pinos, y pues quería jugar en ese bosque. Da la casualidad que ese es el mismo bosque que lleva a Monte Luno.

Me pasé por el espacio cortado de la valla, caray, la valla ya no se ve tan alta, y el espacio cortado está mucho más angosto de lo que recuerdo, pero aun así pude pasar por ahí. ¡Y ahora me encuentro en el bosque! ¡Le gané al mapa! Sí me daban ganas de ver todas las ciudades y lugares, pero sólo tenemos seis meses para ganar todas las medallas, hay que hacer todo lo más rápido que se pueda.

Estando en el bosque rumbo al Monte Luno me vi frente a otro tema, mis pokemon. Aunque mi chikorita, Liv, es más fuerte que antes, sería mejor llegar al gimnasio con más de un pokemon, en otras palabras, el segundo miembro del equipo.

Pensando en el límite de los seis pokemon, sólo capturaré uno hoy. Y en un bosque al que se supone que no debía llegar tan pronto, seguro que hay muchos pokemon fuertes aquí. Hice lo cualquiera hubiera hecho para elegir a su nuevo miembro de equipo: Una lista. Me tomó muchas horas, ¿unas tres? Pero al final hice una lista de todos los pokemon que veía que pasaban por el lugar, caminando, arrastrándose, volando.

Lista de pokemon:

Wrumple x7

Silcoon x4

Cascoon x5

Yanma x4

Hoot–hoot x4

Seedot x6

Combee x2

Fue muy cansado, esperar tanto tiempo ahí sentada, oculta entre los arbustos, tenía que sacar la pokedex siempre para reconocer a todos esos pokemon. Al menos Liv me hacía compañía, ambas comimos algo de pan (Liv ya tiene mejor apetito, ha sido un poco miedosa desde que la conozco, tal vez antes le tenía miedo a la comida, o algo) mientras seguíamos con nuestra observación. Que sí dio frutos, redujo mis opciones a una, la decisión más obvia, un combee. Se notaba que eran pokemon raros en el bosque (raro siempre significa fuerte), además la miel de combee es muy popular y muy sabrosa, en un apuro podría darnos miel para comer a todo el equipo.

Esperamos mucho tiempo antes de ver otro combee, pero ya estábamos listas, ambas saltamos del arbusto y sorprendimos a esa mini-colmena alada con tres caras.

–Liv, Hojas navaja –dije no muy alto, no quería asustar a ese combee, aunque probablemente hablar en voz alta hubiera asustado más a Liv. Este combee movió sus pequeñas alas y formó un remolino de aire alrededor de Liv que la arrastró hacia mí.

–Tenemos a alguien rudo. –Le sonreí a Liv.
»Liv, dejemos que se canse, dale con Polvo venenoso –Liv aprendió ese movimiento esta mañana, ¡es genial! Ella se vuelve cada vez más fuerte.

De la hoja en la cabeza de Liv, salió el polvo morado que impactó en el combee. Sus tres caras tomaron un color verdoso, pero eso no lo detuvo de atacar y con sus bocas abiertas se dirigió a Liv.

–¡Liv, esquívalo! –le grité y para mi sorpresa, ella, de hecho, lo esquivó saltando a un lado, aunque tropezó con una roca en el suelo y cayó. Noté como el combee se estremeció, seguramente por el veneno.
»Trató de morderte. Vamos de regresarle el favor, Liv, Tacleada.

Liv se levantó del suelo y golpeó con su cuerpo al combee, después regresó rápidamente a mi lado. El combee se veía un tanto débil, ahí volando casi en el suelo. Aproveché eso, tomé una pokebola en mi mano y la lancé contra ese combee.

En medio de una luz roja, el combee entró en la pokebola, esta se movió mucho, pero se rompió en dos.

El combee de cara verde regresó retándome con la mirada.

–¿Con qué esas tenemos, eh? Liv, Hojas Nav… –Y otra vez Liv no pudo hacer su ataque, porque un bicho largo entró como un relámpago y se pegó al combee con sus mandíbulas.

–¡Qué! ¡NO! –grité. ¿Un yanma? ¡¿Un yanma atacaba al combee?!

Tenía que hacer algo rápido. –Liv, ¡ya, a mi lado! ¿Liv? –A Liv le había dado miedo y se escondía detrás de un pino.
»Liv, ahora no, por favor, ¡Tacleada!

Vi como mi chikorita respiró hondo y saltó a estrellarse contra ese bicho, quien no se inmutó nada.

¡No! ¡Mi combee! Ese bicho volador sólo mordía al combee mientras lo sostenía con todas sus patas.

–¡Liv, ataca, vamos! –le dije, estaba desesperada. Liv tacleaba una y otra vez, aunque le dejó varias marcas de golpe al bicho, este no dejaba de morder al combee, lo estaba… ¡Devorando! Ahora ya sé lo quería ese bicho, ¡comerse a mi combee! Se me acababan las opciones, pero se me ocurrió una idea. Tomé una pokebola en mi mano. ¿Lazársela? Sólo me quedaban dos pokebolas después que el combee rompió la última. No tenía otra opción, la tiré justo a la cabeza de ese bichejo volador.

La pokebola se movió, una, dos, tres veces… y se detuvo. Enseguida busqué al combee, del que sólo encontré sus alas, una antena y un pedazo de colmena flotando en un charco de miel. Eso fue lo único que quedó de él.

–Pff, ahí se fue mi combee –dije resignada y noté a la pokebola tirada en la tierra.

Agarré a la pokebola del suelo, y la vi ahí en mi mano. –Un yanma. Bueno, supongo que, bienvenido al equipo. Hm, según las reglas, necesitas un nombre. ¿Cómo se llamaba ese famoso criminal? ¡Ah, sí, Jack! –Vi directo hacia la pokebola. –Tu nombre será, Jack –le dije.

Para nada esperaba todo esto, ¿fue una coincidencia? Quien sabe, Jack es el primer pokemon que he atrapado, tal vez incluso se convierta en el pokemon más fuerte del equipo.

28/03/xx

28 de Marzo

Escuché a dos chicos hablando.
–¿Es cierto eso que dicen lo rumores de ese pokemon? –dijo uno de ellos.

–Sí, es una bestia. Él solo acabó con todo mi equipo, debe ser fácilmente el pokemon más poderoso de todo el bosque –respondió el otro.

–¿Dónde lo encontraste?

–Pues como dice la leyenda, en el pasaje oculto entre los árboles al oeste del bosque. Aunque, sólo aparece durante el día, nunca en la noche, después de las seis de la tarde ya no está por ningún lado.

¿Una leyenda? Ese pokemon del que hablan debe ser demasiado fuerte, debo capturarlo, a ver mi teléfono, ¡¿ya son las 5:55?! ¡Sólo tengo 5 minutos para llegar!