Los personajes mencionados son propiedad de Hiro Mashima, solamente la historia me pertenece.
Leve Ooc.
Universo alterno.
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Two-shot.
Amigo Secreto.
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Se acercaba el día del amigo secreto y por lo mismo quería y deseaba que la tierra se la tragara. Había prometido junto sus amigas entregarle un presente al chico que le gustaba y hasta ahora no había tenido ningún acercamiento con él y mucho menos le había hablado.
Para sus amigas, era algo fácil.
Juvia le regalaría a Gray, mientras que Lucy le regalaría a Natsu. Ambos chicos que ellas conocían perfectamente y de los que, ambas mantenían sentimientos por ellos.
Era muy fácil y sencillo para ellas, Juvia solamente tendría que acercarse a él y lograr que el chico aceptara el chocolate –al igual que sus sentimientos. –, Lucy simplemente debía acercarse a Natsu y poner el presente en sus manos.
Pero para ella no era lo mismo.
Comenzando porque el chico que le gustaba era un grado mayor que ella, que siempre se la pasaba con una hermosa pelinegra y que, le sería muy difícil siquiera poder acercársele.
Estaba perdida y ella lo sabía perfectamente; sin embargo no podía darse por vencida sin ni siquiera haberlo intentado. Lo vería salir de clases, esperaría que Ultear se descuidara y le daría los chocolates rápidamente.
¿Qué podía salir mal de aquel plan?
La elaboración de los chocolates, eso le podía salir mal.
Había comenzado con toda la ilusión del mundo, pero terminaba con el peor sabor de boca y como una perdedora absoluta en aquella batalla; el chocolate había quedado en cualquier espacio de la cocina excepto en los moldes que ella misma eligió.
Se dejó caer en el piso mientras que por su mente pasaba la cara de Jellal al ver aquellos chocolates, seguramente le diría que no eran su tipo, como ella y la dejaría sola y triste en el pasillo bajo la atenta mirada de los estudiantes.
El repentino sonido del timbre la sacó de sus pensamientos, con pereza se acercó a la puerta y vio con extremada sorpresa que Juvia se encontrase afuera.
–Juvia cree que puede ser de ayuda para Erza-san. –Dijo sin más la peliazul mientras pasaba para la casa y se adentraba en dirección a la cocina, cuando Erza entró vio a la chica mirarla como mala cara mientras movía su cabeza en señal negativa. –Juvia sabía que esto sería un desastre, pero no estaba preparada para esto. –Señaló su entorno mientras suspiraba. –Supongo que Juvia debe ayudarle a limpiar para poder empezar con los chocolates.
–¿Te ha mandado Lucy? –Preguntó Erza, Juvia asintió mientras tomaba los platos y los cambiaba de lugar. –Juvia recibió una llamada de Lucy mientras salía de su casa, Lucy me pidió que viniera a ayudarte en lo que pudiera hasta que ella llegara.
–¿Qué hace Lucy? –Preguntó extrañada, Juvia sonrió.
–Juvia sabe que Lucy está buscando la mejor decoración posible para nuestros chocolates. –Susurró. –Así que… Manos a la obra, Erza-san. Debemos impresionar a Jellal.
–¿Ya hiciste tus chocolates? –Preguntó Erza mientras veía a su amiga moverse con habilidad por la cocina.
–Sí, ya los he terminado. –mencionó alegremente.
–¿Qué has hecho? –Preguntó curiosa.
–Unos chocolates con la cara de Juvia. –Sonrió. –Así Gray-sama sabrá lo delicioso que es comer chocolates. –Dijo en tono sugerente mientras Erza simplemente sonreía.
Las locuras que Juvia podía llegar a hacer por amor.
Habían pasado la tarde entera en la decoración de dichos regalos, Lucy había llegado con unas cajitas de colores pasteles y se había puesto junto con Erza y Juvia a terminar todo para que el día de la entrega todo estuviese en su lugar.
Juvia reía mientras Lucy luchaba con un lazo, Erza se preguntaba qué sería de ella sino conociera a aquellas mujeres.
…
El día había llegado y ella estaba nerviosa; completa y absolutamente nerviosa. Había llegado más temprano de lo normal con la esperanza de encontrarse con el chico que le gustaba pero, para su sorpresa él todavía no había llegado.
Rompió en carcajadas al ver llegar a Juvia, la chica de cabello azul avanzaba con una expresión entre tristeza y felicidad mientras que Lucy la seguía con el mismo estado de ánimo.
–¿Pasa algo? –Preguntó Erza ante la actitud de sus dos mejores amigas, Juvia se sentó pesadamente en su asiento mientras que Lucy simplemente suspiraba resignada.
–Gray-sama no vendrá hoy a clases. –Susurró. –Gray-sama no comerá a Juvia hoy. –Sollozó dramáticamente mientras Lucy la veía sin expresión alguna, Erza rió ante la actitud de la chica.
–Pero seguro podrás dárselos en otro momento. –Le dijo.
–Es lo que le he dicho pero no me entiende. –Mencionó Lucy sacando una pequeña caja de chocolates. –Es para ti. –Dijo la rubia entregándole la caja a Erza.
–¿Para mí? ¿Por qué? –Preguntó.
–No sé, solamente he querido dártelos. –Sonrió. –A Juvia también le he dado pero nada la saca de ese estado de humor. –Suspiró.
–Decepción amorosa. –Sollozó Juvia mientras pegaba su cabeza contra la mesa. Erza y Lucy rieron a más no poder por el berrinche que presentaba su amiga.
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Después de dos largas clases se encontraron en la hora de receso, Erza decidió que era el momento perfecto para poder entregar su regalo pero simplemente el destino no colaboraba con ella.
Esta vez no era solamente Ultear quien estaba con Jellal.
Esta vez estaba acompañado por Meredy y Sorano, las tres chicas iban cada una de lado a lado con el chico de cabellos azules, no había tenido tiempo siquiera de intentar saludarlo, cada uno de sus intentos se vieron inútiles ante la autoritaria presencia de aquellas tres mujeres.
Tranquila Erza, si las cosas fueran fáciles no sería divertido.
Avanzó distraídamente acercándose a los salones del tercer año, su mirada vagó por los salones hasta que lo vio.
Él veía distraídamente por la ventana y estaba solo.
Completa y absolutamente solo.
Caminó lentamente y antes de entrar al salón observó su alrededor, nadie venía por lo cual si quería entregar aquel regalo, debería ser ahora mismo.
Sentía el ritmo de su corazón acelerarse mientras avanzaba cada vez más y más.
–H-hola. –Tartamudeó, él volteó a verla sin expresión alguna en su rostro, Erza se paralizó más no se asustó, con extrema lentitud sacó los chocolates de su bolso y se los ofreció de una manera para nada sutil, prácticamente se los estampó contra el pecho. Jellal sonrió de lado al ver la extremada timidez que presentaba la pelirroja, sostuvo la pequeña caja de chocolates en su mano e indirectamente también sostuvo las manos de la pelirroja.
–Esto no me lo esperaba, pero gracias… Erza. –Mencionó, la pelirroja lo vio asombrada.
–¿Cómo sabes mi nombre? –Preguntó.
–Te llamas Erza, Erza Scarlet. –Susurró él mientras tomaba un mechón de cabello en sus manos. – Y simplemente lo sé. –Sonrió. La chica se ruborizó de tal manera que el color de su cara fácilmente podía hacer competencia con el color de su cabello, Jellal rió para luego tomar la caja y avanzar hacia la salida. –Tus sentimientos han llegado, Erza.
...
Lucy por una parte se sentía morir, justo había terminado de entregar la mayoría de los chocolates que había preparado ese día, y justo con eso se había dado cuenta de algo muy importante y con lo cual no contaba.
No había quedado nada en su bolso; absolutamente nada, por lo cual los chocolates que estaban destinados para Natsu, o fueron regalados o simplemente los había dejado en casa. Quiso llorar por lo mal que se sentía, había salido corriendo de la cancha de fútbol cuando vio a su amigo, lo había ignorado en la mesa del comedor y tampoco le había saludado aquel día, para su mala suerte algunos de los que ella le había regalado chocolates se habían reunido con Natsu y seguramente les habían presumido acerca de sus regalos.
¿Que podía decirle? Hola Natsu, he olvidado tus chocolates pero sin duda alguna eres muy especial para mi.
No, no y no. ¡Mil veces no!
Debía de alguna forma conseguir la solución para aquel enredo, pero simplemente nada llegaba a su mente. Una risa que ella conocía perfectamente llegó a sus oídos, intentó huir de él cómo venía haciendo toda la mañana pero esta vez no le fue tan fácil hacerlo, unas fuertes manos habían caído en sus hombros y un embriagante olor había llegado a sus fosas nasales.
Natsu, simplemente era Natsu.
–¿Por qué huyes de mí? -Preguntó entre juguetón pero a la vez un poco dolido. La rubia se sintió mal al ver la cara del chico, sin embargo trató de mentir.
–¿Por qué debería estar huyendo de tí? No lo entiendo. –Suspiró. –Simplemente no te he visto.
–Has pasado por mi lado más de diez veces, Lucy. –Dijo secamente. –Le has entregado regalos a todos menos a mí.
–A Gray tampoco le he dad... –Natsu la interrumpió.
–Él ni siquiera vino hoy. –Se quejó. –Yo solamente quería saber la razón del porqué me huyes.
Es simple, he olvidado el regalo de la persona más importante para mí. –Pensó.
–Yo...
–Ni siquiera he podido probar uno de tus chocolates. –Susurró él.
–¿Puedes acompañarme a la casa? –Preguntó. Natsu la miró sin entender. –Seguramente te llevas una sorpresa.
Y en ese momento él sonrió, sonrió como solo él podía hacerlo.
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Continuará...
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Hola paso por aquí nuevamente dejando algo para el fandom de Fairy Tail uwu
Si la historia les gustó, sería super hermoso que me lo hicieran saber a través de sus reviews, favs and follows.
Agradecimientos a mi beta: Hikari Takaishi Y.
Saludos, muchas gracias por leer.
RosseValderrey.
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