Disclaimer: El Potterverso es propiedad de J. K. Rowling, yo solamente tomo prestados los personajes.


Sus pasos resonaban en el suelo de piedra de las mazmorras, haciendo eco en las paredes mohosas por la humedad, rompiendo el silencio ensordecedor que le perforaba los oídos. Apresuró el paso al divisar, por una pequeña rendija, como la luz de luna se filtraba en las profundas aguas del Lago Negro.

Un segundo más tarde, un dolor agudo lo golpeó en el estómago, provocando que cayera al suelo de rodillas. Lentamente se puso de pie, apoyándose en la pared fría y húmeda para no caer, soportando estoicamente el intenso dolor que lo desgarrababa. Su visión comenzó a nublarse y en alguna parte de su cabeza escuchó el gruñido del lobo.

'Sólo un poco más'

Divisó una puerta de metal al final del pasillo e intentó avanzar hacia ella, pero una nueva punzada lo hizo doblarse sobre sí mismo. Sus manos y pies comenzaron a alargarse y de sus dedos brotaron unas garras negras y afiladas. Sus ojos se tornaron dorados y por un segundo pudo sentir a la bestia en su interior.

'Por favor, sólo un poco más'

Era un suplicio insoportable y le calaba los huesos, que con un horrible crujido cambiaban de lugar, haciéndolo gemir y retorcerse, suplicando clemencia. Se arrastró por el suelo hasta la puerta y apoyó su tembloroso cuerpo en esta, tratando de abrirla, lográndolo al tercer intento y se lanzó al interior del calabozo. Luchaba contra el monstruo en su interior que pugnaba por salir a la superficie, pero lo retuvo hasta asegurar la puerta.

Finalmente se dejó caer al piso y con un grito desgarrador, que se convirtió en un aullido, liberó al lobo de las cadenas que lo mantenían en lo más profundo de su ser. El animal inmediatamente comenzó a rasgar la piel para liberarse de su prisión y dar paso a sus instintos, que lo urgían a buscar una presa, a desgarrar un cuerpo, a beber su sangre tibia y matar al desdichado que se cruzara en su camino. Sin embargo pronto se dio cuenta que estaba encerrado, de nuevo, entre las cuatro paredes de la mazmorra. Cautivo... Solo... Un lobo solitario...

Y como cada noche de luna llena, el lobo pardo se paseó por el calabozo, rasguñando las paredes, golpeando la puerta, buscando una salida y aullando a la luna, llamando a su pareja, pidiendo ser liberado.

Y como siempre ocurría, nadie vendría a rescatarlo...


Madame Potter-Malfoy