Disclaimer: Personajes propiedad de J.K. Rowling, no saco ningún beneficio al publicar esta historia basada en ellos.
Dedicatorias: Es el regalo de Reyes de AniLaurie, así que para ella. Y para el resto de mis niñas, que ya sabeis quiénes sois (Gala, SarahBD, Sandra, Iri..).
Spoilers: Séptimo libro.
SENTIMIENTOS.
-Estoy embarazada.
Lupin se quedó tan rígido como si le hubieran lanzado un petrificus totalus.
¿Embarazada? Los sentimientos llegaban demasiado tarde a su cabeza, de hecho, no llegaba ninguno tenían que llegar, tenía que sentir algo pronto, para bien o para mal.
Vio como Tonks se giraba hasta quedar de espaldas a él con las manos apoyadas en un sillón. Él se acercó y le puso las suyas sobre sus hombros. La primera reacción había llegado:alegría.
-Vamos a tener un hijo –repitió lentamente las palabras en su mente, sintiendo que era la mejor noticia que había escuchado en meses.
Tonks volvió a girarse hasta quedar mirándole a la cara de nuevo, con lágrimas en los ojos y una media sonrisa.
-Nuestro bebé.
Remus sonrió a su vez y la abrazó con fuerza. Con tanta fuerza como la intensidad con la que le llegó la nueva sensación:pánico.
-¿Crees que el niño..? –dejó la frase a medio terminar, sabiendo que Tonks la entendería.
-Hace meses le consulté a Dumbledore, que a su vez estuvo leyendo varios libros de la biblioteca de Hogwarts y.. opina que hay muchas posibilidades de que herede tu licantropía. Tantas como las que tiene de ser metamorfomago.
Siguiente reacción:pena.
-No te angusties –le consoló Tonks -. Hay posibilidades de que no la herede, Remus. Y si lo hiciera, nos tendría a nosotros a su lado apoyándole, enseñándole.
Lupin afirmó con la cabeza. Ella no tendría que estar pasando por esto, si se hubiera casado con alguien normal. Culpa. Aunque hacía mucho tiempo que este tema había pasado al olvido, los dos se amaban y habían logrado crear un hogar feliz. Ser un hombre-lobo era lo de menos para ellos dos. Traspasar ese problema a un niño...
-Sabes que los síntomas no aparecen hasta la adolescencia¿verdad?, para ese entonces le habremos prevenido y enseñado Lupin. Tan sólo tiene que tomarse la misma poción que tú. No le afectará.
Hacía bien en escuchar a su mujer. Tonks siempre lograba hacer que viera el lado positivo a todas las situaciones y lo mejor era que, en la mayoría de los casos, llevaba razón.
Tonks continuó hablando.
-Pese a este ligero contratiempo, es nuestro pequeño, Lupin, tendrás que asimilarlo y alegrarte, igual que yo.
Miro su rostro serio, pero radiante, y cualquier resto de duda quedó despejado. El único sentimiento que predominaba ahora, era la alegría.
-Puede que incluso más–le contestó dándole un beso-, te quiero.
Tonks sonrió y en lugar de contestarle, se lanzó de nuevo a sus brazos.
