GORDO Y ROJO
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling.
Esta historia participa en el minireto de diciembre para El Torneo de los tres Magos del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Navidad.
Calles cubiertas de blanco. Árboles verdes en la sala de estar. Pavo y villancicos.
Una niña en su habitación. Pelo rubio y ojos azules. Manos nerviosas y sonrisa mellada.
—A dormir, tesoro. Cuando despiertes, Santa Claus ya habrá venido.
Nervios y curiosidad. Rebeldía incluso. ¿Y si baja a echar un vistazo?
Un golpe en el tejado. Pasos y un sonido metálico. Un corazón infantil que se detiene.
—¡Santa Claus!
Una boca silenciada para no despertar a papá y a mamá. Pies descalzos sobre la mullida alfombra multicolor y escalones de madera que crujen solo un poco.
El árbol adorna el salón, rodeado de luces mágicas que conjuró papá.
Suelo frío. Nervios a flor de piel y ruidos procedentes de la chimenea.
Marlene se detiene justo enfrente y espera. Cuenta hasta diez y al fin llega él.
Pies pequeños y botas rotas cubiertas de barro. Decepción porque el traje rojo es una fea y ajada túnica. Pelo enmarañado y barba larga. Gris. Al menos está gordo.
Algo no encaja.
—¿Eres Santa Claus?
Un susto de muerte. Media vuelta y varita fuera. El ladrón respira agitadamente y mira a la niña.
No lo puede evitar.
Sus instintos más primarios entran en ebullición y sonríe. Tiene los dientes podridos y la mirada sucia.
—Sí, pequeña. Soy yo.
—¡Feliz Navidad!
Gideon Prewett. ¡Cómo no! Se ha vestido de Papá Noel y trae un saco repleto de cosas. Palmea la espalda de Benji con fuerza y besa a Alice en las mejillas. Cuando se acerca a Marlene, recibe un manotazo.
—¿Por qué no creces de una vez?
Sabe que ha exagerado, pero es que odia la Navidad. Sobre todo a Santa Claus.
Ni siquiera sabe por qué.
Tiene que ver con algo que pasó cuando era pequeña. El secreto de su madre. Un hechizo se llevó sus recuerdos, pero a veces sueña con alguien gordo y rojo.
Y lo odia.
Dice Word que he escrito 317 palabras y yo le creo. En todo caso, falta mucho para alcanzar el límite.
No sé qué pienso de lo que he escrito. Lo que pasa es que me ha venido la inspiración y he decidido arriesgarme. ¡Y no he esperado hasta el final para traer la historia!
En fin, ya me diréis algo.
Besetes.
