Te veo en el andén, al lado de todos esos pelirrojos y me llegan sentimientos mezclados bastante confusos.
Lo que si se es que durante los años que no te ví desee, que ese aire de superioridad que te caracteriza se fuese, que tu pelo se hiciese mucho mas enredado y tu sonrisa se apagara, sin embargo el tiempo parece ser tu mas fiel amigo.
Desde aquí al lado de Astoria a metros de ti y dejándome de estupideces puedo admitir tranquilo que te ves regia, y que siento una absurda envidia por el pelirrojo que esta a tu lado…
Y al verte reir se que el primer sentimiento que sentí fueron celos, no de que tu palabra tuviese la misma importancia que la del ministro de magia, tampoco fueron celos por la mirada de admiración que te dan todos ni mucho menos fueron celos del bonito cuadro que formas con la comadreja.
Definitivamente son de me hayas olvidado cuando yo no pude hacer lo mismo contigo, mi mente se niega a dejarte en el olvido porque aunque suene estupido, en mi vida lo mejor fue conocerte.
Mis discusiones contigo me divertían, al igual que el hecho de fueras la primera en levantar la mano en clases y aquella chica que con una mirada hacia callar a cualquiera.
Duele saber que te has ido de mi vida para nuca regresar, que probablemente nunca reciba esa mirada furibunda que acostubrabas darme.
También admito que mi confusión inicial se debió a lo bien que me sentí al verte tan alegre, sin la tristeza que sobra en mi. Probablemente necesito encerrarme en uno de esos lugares muggles donde encierran a los locos, porque definitivamente no puedo sentirme bien porque lo estés.
Aunque da igual, porque eso no sale de este anden
