Disclaimer: Los personajes son propiedad de la maravillosa Suzanne Collins. Solo la historia es de mi autoría.
Capítulo 1: Katniss
Respira, eres libre.
Respira, un miedo menos.
Respira, ¿cómo respirar tranquila si a Prim aún le quedan cuatro años de tortura?
No, no puedo respirar tranquilamente.
Hoy es mi cumpleaños número diecinueve. Debería estar feliz, más que feliz de hecho. Al fin soy libre de la cosecha, libre del miedo porque ese día se acerque y si llega; es solo un día más, ya no me pueden elegir… Eso debería pensar, pero no puedo. Siento más miedo incluso. Mi hermana sigue en la cosecha, por cuatro años más y en ese tiempo, si la eligen no podré hacer nada para impedir que vaya a Los Juegos.
Debo dejar de pensar en eso, luego buscaré alguna solución pero por el momento mi principal problema es traer algo para comer. Me levanto de la cama que comparto con mi hermana y me cambio, no es que tenga mucha ropa como para elegir. Me pongo lo usual: el mismo pantalón verde, el mismo polo negro, las botas que siempre uso para cazar y la infaltable casaca de caza de mi padre. Me trenzo el cabello y me dispongo a salir del cuarto, mi bolsa para las presas está justo a la puerta así que la tomaré de camino, luego iré a encontrarme con Gale en nuestro sitio habitual en el bosque… como siempre.
-¿Katniss? –La voz somnolienta de mi pequeña hermana me llama desde el otro lado de la cama- ¿A dónde vas?
-Debo salir, Prim, ve a dormir. Volveré antes que te vuelvas a despertar –le digo y la vuelvo a arropar con la sábana, estamos en primavera así que no hace tanto frío. Le acaricio el cabello con el fin que se vuelva a dormir. Al parecer mi hermana tiene otros planes porque de pronto se descubre.
-¡Feliz cumpleaños, Katniss! –Prim se sienta para poder abrazarme- te quiero mucho, Kat. Eres la mejor hermana –me dijo, luego besó mi mejilla.
-Gracias, patito, tú también eres la mejor hermana –le digo devolviéndole el abrazo con la misma intensidad.
-¿No irás a cazar en este día, no? –frunzo el ceño, Prim sabe que debo cazar o no tendremos qué comer. Creo que mi cara habla por sí sola porque al instante que me ve, me dice- pero, Katniss, hoy es tu cumpleaños… Es una fecha especial. Doblemente especial si contamos que no es cualquier cumpleaños sino que cumples diecinueve, lo que significa: no más cosecha para ti –pero sí para ti, pienso inmediatamente. Prim se ve muy entusiasmada, más de lo usual…algo se trae entre manos –sé que no conseguiré hacerte cambiar de opinión. Eres demasiado terca. Solo prométeme algo, ¿sí?
Definitivamente se trae algo entre manos, su tono es más dulzón de lo usual y me está haciendo esos ojitos de cachorro abandonado. Prim sabe que no le puedo negar nada cuando hace eso –Está bien, patito. ¿De qué se trata? –le digo con auténtica curiosidad.
-Oh, ya verás… Es un sorpresa así que espero que cuando vuelvas me hagas caso cuando te diga que hagas algo –el brillo en los ojos de Prim es algo que pocas veces veo. Mi patito está entusiasmada y feliz, no puedo negarle que siga con ese humor durante todo el día, no tenemos muchas cosas por las que estar felices.
-Está bien. Vuelvo pronto –me despido de ella con un abrazo y salgo rumbo al bosque.
Gale está sentado en la roca de siempre. Decido hacerle una broma y asustarlo así que voy más sigilosa de lo normal a su encuentro, me acerco a él por su espalda. Abro los brazos como para agarrar sus hombros con fuerza, ya estoy cerca, muy cerca.
-Si alguien te viera, le pacerías loca, Catnip –me dice Gale sin siquiera voltear –lo que no es un error del todo, si lo pensamos bien, ¿no es así? –bajé los brazos antes que volteara a verme con esa sonrisa burlona que pone cuando descubre lo que haré antes que lo haga. Me conoce bien.
-¡Maldición, Gale! –exclamo, me ha arruinado una buena broma. Nunca he podido asustar a Gale, lo he intentado una pocas veces pero es casi imposible. Siempre me descubre antes que pueda realizar mi plan para asustarlo. Siempre tiene esa sonrisa burlona en su rostro, odio esa sonrisa.
-Más suerte para a próxima. Por cierto, feliz cumpleaños, Catnip –ni Gale ni yo somos personas que expresan sentimientos, de hecho nos incomoda a ambos. No me sorprende, sin embargo, que me abrace hoy. Yo lo abracé cuando él cumplió diecinueve, de manera incómoda lo abrazo de vuelta.
-Eh… Gracias, Gale –le digo cuando nos separamos.
-Y dime, ¿cómo se siente la libertad? –me pregunta.
-Sabes que no soy libre… nunca lo seré –suspiro mientras veo el horizonte y continúo luego de que nos volvimos a sentar –a Prim aún le quedan cuatro años y ya no puedo ofrecerme como voluntaria si es que la llaman –decirlo en voz alta es peor, es como admitir que le he fallado en protegerla -¡Dios! ¡Ya no puedo hace nada si eso pasa! Solo la veré irse y rogaré porque por algún milagro sea ella la que vuelva a casa –sé que me estoy mintiendo, Prim no tiene alguna oportunidad si la llaman, mi hermana es muy noble, es inocente, es incapaz de dañar a alguien, mucho menos matarlo.
-Shh… Tranquila, no la han llamado ni lo harán –algo en las palabas de Gale me produce miedo parecen ciertas y si no lo conociera tan bien diría que lo está prometiendo; sin embargo, con Gale nunca estoy segura, él puede leerme muy bien pero yo a él no. Gale no me ve, su mirada está perdida en algún punto en el horizonte. De repente voltea, me mira y me dice –pensemos mejor en otras cosas, al fin y al cabo es un día para celebrar –se pone a buscar algo en su bolso y saca una envoltura. No hace falta que me diga de dónde a sacó, el logo es inconfundible. La panadería Mellark. –Cuando pasé a intercambiar las pocas bayas que encontré hoy más temprano, no estaba el panadero sino uno de sus hijos…
-¿Cuál de todos? –no pude evitar preguntar inmediatamente. Genial, Katniss, muy sutil.
-No sé su nombre… el menor… Peter, creo –su rostro se ensombreció como si algo le disgustara–él… me ofreció esto –parecía que se hubiera interrumpido a sí mismo. Me ofreció la pequeña bolsita, seguía caliente.
¿Por qué tuvo que aceptarlo? Sabe lo que pienso de recibir caridad. Y más aun viniendo de Peeta Mellark, le debo más de lo que le puedo pagar. Él me salvó la vida, la mía y la de mi familia, es una de las pocas cosas que Gale no sabe de mí, para ser sincera no lo sabe nadie, no puedo deberla alguna otra cosa más si no le he pagado aún mi deuda por el pan –Toma, no acepto caridad – le devolví la bolsita a Gale, me rehusaba a seguir debiéndole a Peeta.
Gale mostró una pequeña sonrisa de lado, sabe lo que pienso porque pensamos igual –Sabía que dirías eso, pero piensa en ello como un regalo de cumpleaños…es un pequeño regalo y ya saben que los regalos no exigen una paga ni se devuelven –sus ojos brillaron con diversión, me sentía excluida de algún chiste privado.
-Gracias, lo compartiremos –le aseguro, no pienso comer delante de él y no invitarle.
-Para nada, ya me comí el mío. Este es todo tuyo –me causó extrañeza que se negara a un pedazo de pan, creo que Gale estaba impaciente -¿Qué esperas? ¡Ábrelo! -¿No recibió acaso el mismo pan? Es el mismo pan simple que nos dan cuando intercambiamos con el panadero, ¿no?, mantuve el rostro impasible para no dejarle ver mis pensamiento –No, no lo he visto. Peeta, eh… él dijo que… que este era para ti… y antes que peguntes, no, no sé por qué lo dijo –su cara estaba seria, sus ojos rehuían mi mirada por más que tratara que me viese, su mirada se desviaba a cualquier otro lugar, como si no quisiera que supiese algo. Algo esconde.
Me ocuparé de ello luego, ahora la bolsita de la panadería pesaba en mi mano, estaba caliente como rogándome a que la abriera. Finalmente cedí, no puede contenerme más y la abrí, con mucho cuidado como para no romper la bolsa. Al fondo de ella había un mediano bollo, no reconocía qué tipo de bollo era al fin y al cabo no es que supiera tampoco cuántas clases de bollos habían en la panadería, tenía suerte de recibir una hogaza de pan. Con mucho cuidado lo saqué de la bolsa, se sentía cremoso en mi mano, fue cuando estaba en mi mano fuera de la bolsa que lo reconocí, era un rollo de queso. Es mi favorito. Cuando iba con mi papá a intercambiar a la panadería, él siempre pedía uno para mí porque sabía que me encantaban, la boca se me hacía agua con solo verlo. ¿Cómo sabe Peeta que es mi favorito? No seas boba, él agarro el primer bollo que vio. Tenía una especie de batalla interna, pero no me importaba por el momento, lo único importante es el rollo caliente de queso que estaba en mi mano. Lo mordí, saboreando cada segundo, son pocos los placeres que hay en esta vida y para mí este es uno de ellos así que si me veía ridícula o estaba desperdiciando tiempo para cazar no me importaba, este rollo de queso es un regalo por mi cumpleaños, esto me recuerda a mi padre, no de los recuerdos tristes sino de los alegres, de cuando intercambiaba ardillas por rollos de queso, de cuando cantaba y los sinsajos se detenían a escucharlo. Este rollo de queso me recuerda que tengo motivos por los cuales celebrar, he logrado mantener hasta ahora a mi familia viva y puedo llevar comida a la mesa de mi casa, Prim no ha salido seleccionada en la cosecha, ya no hay cosecha para mí, no es obligatorio ir a la escuela tampoco puedo no ir lo que significa más tiempo para pasar en el bosque cazando, más comida para mi familia. Ya me he acabado el rollo de queso cuando recuerdo que Gale estaba a mi lado y no le he invitado ni un pedazo –Lo lamento –le digo sincera –pensaba dejarte, pero…
-No necesitas explicarlo, Catnip, parece que son tus favoritos lo que explicaría muchas cosas, la verdad –ahora Gale estaba hablando incoherencias, ya le iba a peguntar de qué hablaba cuando me dijo –Vamos a cazar, no quiero hacerte sentir mal pero hemos perdido algo de tiempo y tengo esta vez un pedido especial así que debemos apresurarnos –fruncí el ceño, no sabía que cazáramos a pedido, Gale debió leer la confusión en mi rostro –Sae me ha pedido un pavo, pagará bien así que no me pude negar.
-Vamos, entonces –guardo la bolsita luego de doblarla con cuidado en mi bolsa, en un lugar donde no se ensuciará con la sangre de las presas. Ahora debo volver a la rutina, debo volver a mi vida…
Habíamos logrado cazar 6 conejos que quedaron atrapados en las trampas de Gale, logré atravesar cuatro ardillas justo en los ojos consiguiendo que la carne se quedara intacta y conseguí un pavo silvestre de buen tamaño. Luego de despellejarlos y limpiarlos, los dividimos en las dos bolsas y los cambiamos en el pueblo. Pasamos por la panadería y esta vez sí estaba el señor Mellark e insistí en que no debía pagarme porque Peeta ya me había dado el rollo de queso como regalo, pero él fue más terco que yo y no me quedó otra opción que aceptar las dos hogazas de pan, iba a preguntar por Peeta para agradecerle en persona pero Gale estaba conmigo y no era algo que podía hacer frente a él, se sentía incorrecto, era como si invadiera mi espacio lo que era raro porque siempre estamos juntos y nunca he sentido algo parecido, así que no pregunté por él y nos fuimos. Cuando llegamos a la esquina donde se puede llegar al Quemadero, Gale volteó y se dirigió a mí.
-Bien, ve a tu casa y yo me encargo de llevar esto a la grasienta Sae –él llevaba en su hombro el pavo mientras que en el otro llevaba colgando su bolsa de presas. Gale no era débil, era totalmente capaz de llevar ese pavo al Quemadero y sin ayuda –no frunzas el ceño, sé que piensas que te verás débil. No, no se trata de eso sino que le prometí a Prim que irías lo más pronto posible, ¿no la quieres dejar esperando, no?
Ahora estaba totalmente segura que había algo raro en Gale, no usaba la táctica de Prim sin un propósito. Pero era cierto, mi patito me estaba esperando, solo por eso lo dejaría pasar esta vez. Le dije que lo vería luego, los Hawthornes siempre iban a nuestra casa así como nosotras íbamos a la suya para fechas especiales. Caminé más rápido de lo usual rumbo a mi casa, de bien abrí la puerta unos brazos volaron a mi cintura. –También te extrañé, patito.
-Cuack, cuack –me respondió mi hermana riendo –ahora, apura y báñate, mamá te trenzará el cabello y te ha dejado sobre nuestra cama el vestido que te pondrás –miré fijamente a mi pequeña hermana, ¿desde cuando se paraba y me daba órdenes? Sobre todo bien específicas como si tuviera un tipo de horario o hubiera planeado algo, o… ¡Demonios! –Muy tarde, Katniss, ya lo tengo todo preparado ahora ve y haz lo que digo, por favor… -puso los ojitos de cachorro que sabe que funcionan para que yo haga lo que ella quiera. Resignada fui a nuestro cuarto donde en un lado estaba la tina, Prim tenía todo listo. El vestido estaba sobre la cama, era de color azul podía verse que era de cuando mi madre vivía aún en la zona de los comerciantes, en el 'pueblo'…
-Úsalo, te verás preciosa –una voz que no creí oírla hoy habló a mis espaladas, volteo y veo a mi madre en el marco de la puerta del cuarto, empiezo a protestar. Sé el valor que tenían las ropas de mi madre de cuando aún era comerciante, no podía usarlo, para ella son importantes y significativos. –Es una fecha especial, insisto, úsalo.
Murmuro un gracias, mi madre se disculpa y me deja sola para que me bañe, antes de salir me dijo que le avisara para que me ayude con mi cabello. Luego de bañarme en un corto tiempo porque el agua estaba fría y aunque estábamos en primavera, el aire seguía siendo un poco frío y no quería resfriarme. No puedo resfriarme, ¿quién traerá la comida si estoy en cama enferma? Me cambié rápidamente y llamé a mi mamá para que me peinara, ella me hizo unas trenzas con un aspecto complicado pero resaltaba mi rostro. No reconocía a la persona en el espejo cuando me vi en él. La niña… no, la mujer del espejo se veía bonita. Esa no soy yo.
-Te dije que te veías hermosa –me dijo mi madre parándose atrás mío con lágrimas en los ojos –te has vuelto una mujer muy bonita, mi Kitty-Kat –no he oído ese apodo desde que mi padre murió. Mis padres me llamaban así todo el tiempo, decían que de bebé cuando lloraba hacía sonidos de un gatito y por eso me pusieron Kitty y Kat de Katniss, mi madre estaba llorando –lamento no haber estado en este tiempo para ti. Lamento no ser tan fuerte como tú, hija. Pero te prometo que no más, aquí estoy para ti y para tu hermana. Lo siento tanto.
Mi madre lloraba libremente ahora, quería culparla, gritarle por todos estos años en que nos dejó por nuestra cuenta, por no cuidar de Prim, por no cuidar de mí, por ser egoísta y centrarse solamente en su dolor, como si nosotras… como si yo no sintiera pena. Pero ve a mi madre llorando, sus palabras sinceras, sus disculpas sinceras y me sentía cansada, cansada de odiarla o de tratar de odiarla. Me acerco a ella y la abrazo –Está bien, mamá, lo importante es que ahora estás aquí. Te necesitamos… Prim te necesita –le digo. Ocultando mi debilidad, necesitaba de mi madre, siempre la necesité y no estuvo para mí…al menos lo estará para Prim, o eso espero. Mi madre promete que siempre estará presente para nosotras, luego de calmarnos y de esperar a que mi madre se tranquilice y sus ojos dejen de estar rojos, no queríamos preocupar a Prim ni nada. Escucho pasos en la sala, son muchos como para que solo sea Prim, mi madre murmura algo sobre estar listo algo y se va del cuarto diciéndome antes de salir del cuarto me dijo que saliera cuando estuviera lista.
Era oficial, mi familia se había vuelto loca, o tal vez la loca era yo… Como quiera que sea tomé una respiración profunda y salgo del cuarto, al entrar a la sala no me sorprende ve a los Hawthornes ahí, lo que me sorprende es ver a Madge ahí y tan cómoda jugando con Posy. Todos me abrazaron, fue incómodo porque me decían lo linda que me veía, luego de los abrazos vi en la mesa un jugoso pavo. Era el plato más grande que hemos tenido en esta casa, se me hacía agua a la boca con solo verlo.
-¿Necesitas un balde para tu baba? –una tímida Madge me dijo parándose a mi lado. Le dirigí una pequeña sonrisa, es increíble cómo nos volvimos amigas sin hablarnos tanto. Asiento con la cabeza como respuesta a su pregunta. Madge sonríe.
-Valió la pena cazarlo –una voz masculina a mi otro lado habló –Madge –Gale asiente mirando a mi amiga. Madge se sonrojó levemente, tan levemente que si no estuvieras a su lado como lo estaba yo no lo hubieras notado. No era la primera vez que veía que una chica reaccionaba así por Gale. De hecho, he escuchado a muchas chicas en la escuela decían que él es muy atractivo por ser alto, tener cabello oscuro y ojos grises, además según ellas tenía un aire de chico rebelde que lo volvía mucho más atractivo. No lo entiendo ni lo entenderé, para mí Gale es mi mejor amigo, nada más. No lo veo ni lo veré de otra forma. Además no tengo tiempo para ver a otros hombres, no me pienso enamorar porque eso conlleva al matrimonio y eso, a los hijos y no quiero nada de eso. Madge le contesta con un escueto 'Hola, Gale' y regresa a jugar con Posy quien la llamaba desde donde estaba sentada con su muñeca. Gale se fue a hablar con Vick, quien por ser el hermano que le sigue a Gale ya va siendo hora que aprenda a cazar así Gale se puede ir a trabajar a las minas y Vick se encargará de la caza por ello no desperdicia ningún momento en el que pueda brindarle algunos consejos de cómo colocar buenas trampas y cómo hacerlas. Tomo un momento para apreciar a mi familia y amigos, todos reunidos, felices y celebrando. Escucho que golpean la puerta, Prim estaba prendiendo la vieja radio de mi papá, tratando de agarrar alguna de las pocas estaciones cuya señal llega hasta la Veta y me pide que vaya a fijarme la puerta, que mi mamá no puede porque está en la cocina con Hazelle, la mamá de Gale, preparando algo. Camino hacía la puerta y la abro.
-Hola, Katniss. Eh… feliz cumpleaños –las facciones del hombre frente a mí son típicas a las de los comerciantes así como su cabello rubio y sus ojos azules que me miraban con mucha intensidad, hay algo en su mirada que hace que mi estómago se sienta raro, espero que no esté enferma; lo que más capta tu atención son sus largas pestañas son tan rubias y tan largas que te preguntas cómo es que no se enredan cuando parpadea. No parecía querer apartar los ojos de mí, se da cuenta que lo estoy mirando y baja la mirada sonrojado. No, sonrojado era poco, el pobre chico estaba totalmente rojo y no sé por qué. No lo puedes confundir por otra persona, yo en especial no puedo. Le debo demasiado…
Ahí, en mi puerta y con una caja en su mano estaba parado Peeta Mellark.
Hola!
Hace muuuucho tiempo que regreso a FFN, tuve algunas complicaciones pero ya estoy aquí y estrenando nueva historia así que... ¿qué les parece? ¿Les gusta? ¿La odian?
Aquí les dejo el resumen ya que ene le summary no entra completo (y seamos sinceros, apesto con los summarys):
Es básicamente la historia de Katniss y Peeta, pero sin los juegos. Mi idea original es contar cómo se conocen y se enamoran sin la presión de los juegos pero con la Rebelión más adelante. Algunas partes las agarraré del libro, la mayoría saldrá de mi cabeza que me tortura con esta historia todo el día.
Déjenme un review con sus comentarios, todos son bienvenidos... si tienen peticiones que querer que algo pase en la historia mándenme un PM que aún estoy a tiempo de cambiarla. Feel free de escribirme!
Nos leemos luego y mil gracias por leer,
Tamy :)
