Título: ¡El tiempo se acaba!

Autor: WickedlyAwesomeMe

Summary: TRADUCCIÓN Draco Malfoy asesinó a Hermione Granger. Pero sorprendentemente, a Hermione le es dada una oportunidad para demostrar que aún tiene que seguir viviendo. Así que, Hermione vuelve al año 1990 para cambiar el frío corazón de un niño… ¡en tan sólo 3 semanas!

Disclaimer: Esta es una traducción autorizada por WickedlyAwesomeMe! El mundo de Harry Potter pertenece a JK Rowling :)

Capitulo 1: ¡Oh, Merlín!

Mayo 22, 1998.

El infierno en la tierra. Eso era como Hermione Granger podría describir el estado de Hogwarts ahora.

Los mortífagos y Voldemort atacaron la escuela inesperadamente, para el horror de todos. Así que, la profesora McGonagall (directora de Hogwarts desde la muerte de Albus Dumbledore) ordenó al profesor Flitwick (el profesor de encantamientos) que reuniera a todos los que aún fueran muy jóvenes para pelear o estudiantes que estuvieran asustados para hacerlo, en el Gran Comedor y mantenerlos a salvo hasta que la batalla afuera terminara. Los que quisieran pelear y fueran capaces de ello, como Hermione, estaban afuera y peleaban con los mortífagos. Lord Voldemort no estaba a la vista, pero Hermione tenía un gran presentimiento de que él estaba viendo la gran batalla como un muggle viendo una película bélica.

Hermione contorneó su rostro con disgusto y odio. Pensar sobre este vil mago en particular, hacía a su estómago retorcerse de puro enojo. Él causó todo esto. Él es la razón por la que su mejor amigo (y su prometedor héroe, de acuerdo con el Mundo Mágico), Harry Potter, estaba sufriendo. Él es la razón por la que se estaba apoyando con un brazo lesionado mientras buscaba frenéticamente su varita que había caído al suelo. Él es la razón por la que muchas familias perdieron a muchos de sus integrantes. Él es la razón de este pandemónium. Hermione sabía que desear que alguien estuviera muerto no era bueno, pero no pudo evitar sino desear que este malvado mago ya hubiera muerto. Y ella sabía que no era la única deseando eso.

La castaña suspiró en frustración porque aún no podía encontrar su preciada varita. Ella sabía que sería difícil. Cuerpos sin vida y sangre estaban esparcidos por todo el sueño, ¡por el amor de Dios! Sería demasiado difícil encontrarla.

Continuó buscando a tientas por su varita en el suelo. El alivio recorrió su cuerpo cuando la vio a unos cuantos pies delante de ella. Suspiró y se inclinó para alcanzarla pero no tuvo la oportunidad de tomarla porque un pie se posó arriba de ella. Hermione se congeló.

'Oh, fantástico', gruño suavemente. 'Tal vez es un mortífago que está listo para matarme' Hermione lentamente se enderezó y miró a la persona que pisaba su varita. Sus ojos cafés se encontraron con los grises de él. Él era Draco Malfoy.

-Malfoy –dijo duramente. –Mueve tu pie.

-Tsk, tsk, tsk –dijo Draco, con su enferma sonrisa torcida en el rostro. -¿Estamos indefensos, no Granger?

-Malfoy. Mueve. Tu. Pie. –Ordenó Hermione apretando los dientes. Estaba apretando los puños y tuvo que hacer uso de todo su poder para no golpear al sonriente chico delante de ella.

-No, Granger. No lo haré. –dijo, su sonrisa se ensanchó.

Hermione suspiró y cerró los ojos, sintiendo que un dolor de cabeza estaba comenzando a formarse. Oh, honestamente, ¿Cómo había podido desarrollar algunos sentimientos por este estúpido rubio frente a ella? Sí, noticias de último momento, a Hermione Granger le gustaba Draco Malfoy. La castaña aún seguía confundida sobre si sólo era un enamoramiento escolar o… algo más. Pero en serio, ¿Cómo fue que desarrolló sentimientos por él –por Draco Malfoy? Él era desagradable. Él era arrogante. Él era estúpido. Él era un idiota. Él era un hurón insufrible. Él era un Malfoy. Él era todo lo que Hermione debería odiar pero al final… a ella le gustaba. Oh, Dios, a ella le gustaba… y mucho. Tal vez en verdad si tenía un mal gusto para escoger a los chicos que le tenían que gustar. No estaba diciendo que Draco Malfoy fuera feo –oh maldición, el chico es bastante sexy. Pero aun así… es desagradable.

La castaña abrió los ojos y se arrepintió de haberlo hecho. Draco ya estaba apuntando su varita hacia ella… a su corazón. Hermione gimió de nuevo. '¡Esto es fantástico! Mi vida se pone cada vez mejor', pensó sarcásticamente. Dios en verdad la odiaba.

-¡No me apuntes con esa varita, Malfoy! –exclamó Hermione. Por mucho que le gustara ocultarlo, estaba asustada. Draco la odiaba mucho, pero mucho, así que ella estaba segura que él no dudaría en atacarla sin piedad o peor –matarla. Oh, si solo tuviera su varita. La miró, aún debajo del pie de Draco. Él estaba pisándola muy fuerte y los ojos de Hermione se abrieron en sorpresa cuando un 'Snap' sonó al momento en que se quebró. '¡Mi bebé!' pensó, casi al borde de las lágrimas. Ahora se sentía vulnerable. Muy, muy vulnerable. -¡Quebraste mi varita, Malfoy! –exclamó casi histérica. –Juro por Merlín Malfoy que yo… yo… yo…

-¿Tú qué? –preguntó Draco, retándola. -¿Me hechizarás? ¿Me matarás? Bueno, malas noticias, Granger. Rompí tu varita. No puedes hacerme nada.

Hermione apretó los puños hasta el punto en que sus nudillos se volvieron blancos. La urgencia de golpearlo iba en aumento. '¡Está bien, está bien! ¡Lo golpearé!' Le dijo a su hormigueante puño derecho. Lo levantó lentamente y Draco miró, sorprendido (ya que no sabía lo que ella haría). Hermione estiró su puño hacia atrás para ganar poder y con alegría vio como los ojos de Draco se ensanchaban al darse cuenta de lo que Hermione haría. Que Merlín la perdonara, pero Draco se veía absolutamente adorable.

¡WHAM!

Lo había golpeado. 'Hmm… eso se sintió bien' pensó.

-Tal vez no tenga mi varita pero aún tengo mis puños, Malfoy" dijo Hermione firmemente, sintiéndose ligeramente victoriosa.

-¡Cómo te atreves, Granger! –siseó peligrosamente, una mano apretando más fuerte su varita y apuntando al corazón de Hermione mientras que la otra intentaba aliviar el dolor de su mejilla. -¡Cómo te atreves a hacerme eso de nuevo! Nunca nadie se ha atrevido a golpearme, Granger. Nadie.

-Pero yo soy diferente a ellos, Malfoy, recuerda eso –dijo Hermione, sonriendo ligeramente.

Draco gruñó ligeramente y ahora presionó su varita contra el pecho de Hermione, donde estaba su corazón. Sonrió mientras la sonrisa de la castaña desaparecía instantáneamente y el miedo se aparecía en su ahora pálido rostro.

-Pero Granger, no me puedes matar sólo con tus simples puños.

Hermione tragó. Él tenía razón. Sin importar cuando duro Hermione golpeara su cara, Draco Malfoy tenía un rostro duro. Ella sabía que sus golpes no lo matarían. Podría herirlo, si, pero era casi imposible matarlo.

-¿Tus últimas palabras, Granger? –preguntó Draco. –Porque tal vez te mate ahora.

La castaña se las ingenió para mirarlo aunque tuviera miedo. Lentamente miró alrededor, rezando por ver el rostro de Harry o el de Ron. Sólo quería ver a sus dos mejores amigos antes de que la muerte la escoltara. Pero era imposible verlos. Ya casi estaba oscureciendo. Ya no podría ver a sus mejores amigos. Cálidas lágrimas comenzaron a formarse en las esquinas de sus ojos. 'Oh, no ahora. ¡Váyanse lágrimas!' pensó Hermione molesta. No quería que Draco Malfoy la viera llorar. Pero era demasiado tarde, él vio a solitaria lágrima deslizarse por su mejilla.

-¿Asustada, Granger? –susurró, sonando cruel. O eso pensó Hermione porque hubo algo en su tono que la confundió. Ella lo miró a los ojos y vio algo. Pero, ¿qué era? No lo sabía. Hermione gruño silenciosamente. Odiaba cuando no sabía algo.

-No tengo miedo. –dijo Hermione, tratando de sonar firme, pero fallando. Sus palabras escaparon de su boca en tembloroso susurro.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Draco.

-De nuevo, Granger. ¿Tus últimas palabras?

-Te. Odio. –dijo Hermione, enfatizando cada palabra. Por supuesto que era una mentira. A ella le gustaba, sí. Pero justo ahora, no podía evitar sentir otra cosa más que odio hacia Draco Malfoy. Cerró los ojos, esperando a que él dijera las dos últimas palabras. Oh, Dios, su vida en verdad apestaba. ¡Aquí estaba ella, indefensa y a punto de ser asesinaba por el hombre con el que fantaseaba! Su vida en verdad, en verdad apestaba.

¿Sus orejas la estaban engañando o en verdad había escuchado a Draco Malfoy dejando salir un gran suspiro? ¿Qué? ¿Se estaba debatiendo entre matarla o no? Sólo de pensarlo la hizo desear gritar bastante fuerte debido a su histeria. Eso era imposible. Él la mataría sin dudarlo. Okay, había dudado en matar al profesor Dumbledore, pero aun así… esta vez era ella. Él la odiaba. Hermione sabía eso y se odiaba a si misma por no sentir lo por mismo hacia el idiota de Slytherin. ¿Pero porque había dejado salir ese suspiro? Tal vez él no quería matarla porque… perdería a alguien con quien pudiera pelear intelectualmente. Sí, ¡esa era una buena razón!

-Avada… Kedavra.


Hermione abrió los ojos inmediatamente y se arrepintió de haberlo hecho. Los cerró rápidamente, maldiciendo en voz baja a la brillante luz. Abrió lentamente los ojos de nuevo, ajustandolos. Oh Dios, ¿Por qué era tan brillante? Hermione se congeló. Esto no era la batalla.

La castaña miró frenéticamente a todos lados, pero lo único que pudo ver fue luz blanca. ¿Era esto a lo que llamaban el cielo? Hermione comenzó a caminar, aun mirando de izquierda a derecha. ¿Si esto era el cielo, que no se supone que debería de haber ángeles recibiéndola mientras tocaban el arpa para ella? ¿En donde estaba? ¿Estaba en el infierno? Hermione sonrió. Si ella estaba en el infierno, ¿entonces no debería de estar todo quemándose debido al fuego?

Hermione suspiró. Aquí estaba de nuevo, completamente confundida. Rindiéndose, Hermione no continuó contemplando en donde estaba ahora. Sino que continuó caminando y caminando, sorprendida y confundida de que sus pies no estuvieran doliéndole debido a que ya llevaba tiempo caminando. Si Hermione tuviera que escoger, alegremente regresaría al pandemónium en Hogwarts antes que estar en un lugar donde no podía ver nada excepto luz blanca.

Abrió los ojos con sorpresa al tiempo que vio a algo materializándose. La castaña presumió que se trataba de algún tipo de escritorio. Caminó más y más rápido hasta que comenzó a correr. Se estaba acercando cada vez más hacia el "escritorio". Corrió, corrió y corrió. Y entonces notó que había una persona detrás del escritorio, sonriéndole cálidamente.

-Ah, señorita Granger, He estado esperando su llegada –dijo. Hermione lo miró con curiosidad.

El hombre era viejo, muy, muy viejo. Su cabello era largo y blanco. Su rostro, sus manos y cualquier parte de piel expuesta se veían llenos de arrugas. Una larga y blanca barba estaba pegada a la barbilla del hombre. Al principio, Hermione pensó que era el profesor Dumbledore (Draco Malfoy no lo asesinó, pero Severus Snape sí) pero la castaña sacudió la cabeza. Este hombre no lucía como su fallecido director. El profesor Dumbledore tenía los ojos de un color azul eléctrico, pero este hombre frente a ella los tenía un verde esmeralda que le recordaba a Harry. Así que, lo llamó por el primer nombre que se le vino a la mente.

-¿D-Dios? –susurró, sorprendida de que tal vez el hombre frente a ella era ni más ni menos que nuestro creador. Pero sorprendentemente, el anciano se hecho a reír a carcajadas.

-¿Dios? –preguntó. –Santo cielo, señorita Granger, tal vez sea conocido pero definitivamente no soy Dios.

Hermione lo miró confundida.

-Bueno… Hmm… señor, si usted no es Dios, ¿entonces quien es? Es decir, todo es tan blanco así que presumo que estoy en el cielo ahora. Me dieron con una maldición asesina, vera, ('por el chico que me gusta') así que esto definitivamente no es el infierno. Pero, creo que tampoco es el cielo porque… bueno… si esto fuera el cielo, ¿los ángeles no deberían estar dándome la bienvenida al reino de Dios? Así que, señor, preguntaré de nuevo. ¿Quién es usted?

El anciano miró a Hermione con asombro.

-Albus tiene razón. En verdad eres una bruja muy inteligente.

-¿Usted… usted conoce al profesor Dumbledore? –preguntó Hermione.

-¡Claro! –dijo. –Somos amigos.

-Señor, aún no ha respondido a mi pregunta. –dijo la castaña, comenzando a sentirse ligeramente impaciente. -¿Quién es usted realmente?

Él sonrió.

-No hay necesidad de que se impaciente, señorita Granger.

Hermione frunció el ceño.

-Vamos a jugar con un pequeño acertijo. –dijo el hombre. –Te daré tres oportunidades y si aún no adivinas quien soy, entonces te lo diré.

Su ceño se profundizó pero de todas maneras intento adivinar.

-¿Eres el tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-y cientos de tátaras-abuelos de Harry? Sabe, tienen el mismo color de ojos.

Él simplemente sacudió la cabeza.

-No, señorita Granger. Le quedan dos oportunidades más.

-¿Entonces es el tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-tátara-abuelo de mi vecino? –respondió estúpidamente. Honestamente no sabía que responder ahora.

Él la miró raro.

-Er… no. Le queda solo una oportunidad, señorita Granger.

Hermione suspiró en frustración.

-Oh Merlín, ¿Por qué simplemente no me dice quien es?

El anciano le sonrió a Hermione.

-Bueno, señorita Granger, usted ya adivinó quien soy.

-¿Qué? –preguntó la castaña, confundida. Por el amor de Dios, este viejo estaba jugando con ella.

-Usted dijo mi nombre, señorita Granger. –dijo. –Es inteligente. Usted sabe quien soy.

Hermione frunció el ceño y lo contempló. De repente, sus ojos se ensancharon y su quijada se abrió debido a la sorpresa.

-¿Me-Merlín?

El hombre (quien en verdad era ni más ni menor que Merlín) sonrió y asintió.

-Sí, soy Merlín.

-Oh, Dios mío, ¡Estoy hablando con Merlín! –Hermione dijo sus pensamientos en voz alta, rompiendo repentinamente en una sonrisa. Entonces volvió a mirar al más grande brujo de la historia. –Siempre he querido verlo, Merlín, pero nunca esperé verlo aquí en este… en este… -Hermione frunció el ceño de nuevo. -¿En donde estamos exactamente? ¿El cielo? ¿El infierno? ¿O en algún otro lugar?

-Definitivamente no estamos en el infierno, señorita Granger. –dijo Merlín, riendo suavemente. –Y tampoco estamos en el cielo, sin embargo, estamos cerca de él.

-¿Entonces quiere decir que no estamos ni en el cielo ni en el infierno? –preguntó al castaña. Merlín asintió como respuesta. –Entonces, ¿Dónde estamos?

-Bueno, de hecho no llamamos de ninguna manera a este lugar. –explicó el mago. –Por cierto, estamos entre el cielo y la tierra.

-¿Estoy muerta, no es así? –preguntó Hermione, con la realización golpeándola repentinamente. –Fui asesinada por Draco Malfoy en la batalla de Hogwarts. Así que, eso significa que estoy muerta.

Merlín sonrió.

-Si.

Hermione comenzó a sollozar.

-Estoy muerta… Estoy muerta, estoy muerta, estoy muerta. ¡Oh, Dios! Estoy muerta.

-Señorita Granger, entienda que usted ya es un alma –dijo Merlín. –Así que eso quiere decir que está muerta.

-Pero… ¡Soy demasiado joven para morir! –estalló Hermione. -¿Qué pasará con mis amigos… mis padres? ¿Cómo reaccionarán cuando se enteren de que morí? –entonces miró a Merlín. -¿Está aquí para llevarme al cielo o… -tragó en seco – al infierno?

-Oh, santo cielo, no –dijo Merlín, sacudiendo la cabeza. –Aunque estamos bastante cerca de la escalera al cielo o al escalador al cielo, o al elevador al cielo.

Hermione frunció el ceño.

-¿Hay un escalador y un elevador al cielo?

-¡Claro! –respondió el anciano. –El mundo no es único que está siendo modernizado, señorita Granger. También lo hace el cielo. Y también el infierno. Escuché que ya tienen la habilidad de regular el calor. Lo pueden regular si lo quieren que el infierno esté ardiendo, muy, muy, muy caliente, caliente ardiente, ligeramente caliente, etc…

'Oh, genial' pensó Hermione, sorprendida. Pero entonces, recordó su predicamento.

-Así que… ¿A dónde iremos, Merlín? ¿El cielo o… -espero que no- el infierno?

-No irá a ninguno de los dos, señorita Granger. No se preocupe –Merlín la consoló.

-¿Qué quiere decir?

-Bueno, buenas noticias, -dijo Merlín con una sonrisa en su rostro. –Aún no es su tiempo de morir. Es demasiado pronto, señorita Granger. De hecho, ya lo arruinaré, morirá debido a su vejez.

-¿En serio? –preguntó Hermione, emocionada de saber que moriría por la edad y no por un terrible accidente o por una enfermedad. –Entonces, ¿por qué estoy aquí? Me dieron con una maldición asesina.

Merlín suspiró.

-Por desgracia, alguien tuvo un altercado con Destino. Sus archivos fueron desordenados, sabes. Esa es la razón porque la tú estás aquí cuando no deberías de estarlo.

-¿Destino? –preguntó Hermione. -¿Destino es una persona?

-No es realmente una persona o un ángel. Pero pueden tomar la forma de un humano, aunque más hermoso. –explicó Merlín. –Ellos también pueden ser considerados como dioses y diosas.

-¿Ellos?

-Sí, ellos. –respondió Merlín. –Amor, Paz, Alegría… todos toman la forma de un humano. Amor, Paz y Alegría toman la forma de una mujer mientras que Valentía y Muerte toman la de un hombre. Destino tiene una hermana gemela, Fortuna.

-¿Destino? ¿Fortuna? ¿Qué no son lo mismo? –Hermione preguntó, confundida.

-Oh, no, señorita Granger, son diferentes la una de la otra –dijo Merlín.

-Okay –dijo Hermione, a pesar de que aún estaba confundida.

-Como sea, sólo nos dimos cuenta de que algo había pasado con los archivos de Destino cuando moriste antes de la fecha exacta de tu muerte –dijo Merlín, frunciendo el ceño. –Todos sabemos que esto es malo.

-Así que… ¿Entonces que pasará conmigo? –inquirió Hermione.

-Muy buena pregunta, señorita Granger. –dijo Merlín, ahora sonriendo. –Aún hay una manera de que vuelva a la vida, pero primero tiene que completar una tarea.

-¿Una tarea? –preguntó Hermione de nuevo. Dios, parecía como si ya le hubiera hecho muchas preguntas a Merlín.

-Sí, una tarea, señorita Granger. –dijo Merlín. –Una vez que la complete, vivirá de nuevo.

Hermione frunció el ceño.

-¿Y es difícil?

Merlín se encogió de hombros.

-Depende de su opinión, señorita Granger. Pero creo que sí lo será.

La castaña se mordió el labio inferior lo que indicaba que estaba muy metida en sus pensamientos. 'Okay, Merlín me dijo que aún puedo vivir si completo una tarea –una difícil tarea, de hecho. Pero, ¿no pierdo nada con intentarlo, o sí? Si completo la tarea, ¡entonces viviré de nuevo! ¡Aún quiero vivir, Okay! ¡Soy muy joven para ello!'

-¿Qué… qué pasará si falló con la tarea? – preguntó.

Merlín suspiró.

-Entonces lamento decir que no podrá vivir más, señorita Granger. Estará… muerta.

Hermione se encogió ante la mención de la palabra 'muerta'. No quería morir, no aún. Así que, sintiéndose muy determinada, respondió;

-Muy bien Merlín, aceptaré la tarea.

El anciano mago suspiró y sonrió de nuevo.

-Bien –dijo.

-Ahora, ¿cuál es esa tarea? –cuestionó Hermione.

-Señorita Granger, -comenzó Merlín. –Volverá en el tiempo y cambiará el corazón de un niño de nueve años, casi diez. Si tiene éxito, entonces vivirá. Si no, morirá. Oh, por cierto, sólo tiene tres semanas para cambiar su corazón.

-¡Tres semanas! –exclamó Hermione. –Pero… ¿acaso eso es tiempo suficiente para cambiar el corazón de una persona? Es decir, a veces toma meses… años incluso…

-Sí, lo se, señorita Granger, -dijo Merlín asintiendo. –Pero sólo le pueden dar tres semanas, lo siento.

Hermione suspiró.

-Muy bien, tres semanas, dos semanas, no me importa. Todo lo quiero es vivir de nuevo. Todo lo que quiero es ver a mis amigos y a mi familia.

-¡Ese es el espíritu! –dijo Merlín sonriendo.

-Así que, ¿de quién será el corazón que cambiaré? –preguntó Hermione, anticipando la respuesta de Merlín.

Merlín la miró con un toque de misterio en sus ojos.

-¡El corazón de su asesino, por supuesto!

Hermione lo miró con asombro, no creyendo lo que había dicho.

-¿Draco…Malfoy?


¡Hola, a todos!

Aquí estoy de nuevo con una traducción. Sí, ya se lo que dirán; ¡Esta chica quiere ver a Hermione muerta! Pero, en mi defensa, tengo que decir que esta es una historia muy diferente a 'La rosa negra mágica de Mimi', asi que DENLE UNA OPORTUNIDAD!

Otra cosa, esta es una historia con capitulos MUY LARGOS. Así que les pido paciencia, en caso de que me llegue a tardar más de lo esperado. Usualmente subiré capitulo cada DOS O TRES SEMANAS, sí me tardo un poco más, por favor comprendan :)

Así que ya no haré esta nota más larga, eso es todo lo que tengo que decir :)

¡Hasta el siguiente capitulo!

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