Capítulo 1: Hasta el Fin del Mundo

Capítulo 1: Hasta el Fin del Mundo.

¿Qué estarían dispuestos a hacer por Jack? ¿Irían hasta los confines del mundo solo para buscarlo?

Tía Dalma observó expectante a la pequeña multitud que se encontraba reunida en su cabaña, repasando cada rostro y cada movimiento que ellos producían. Pero nadie dijo nada ni dio señal alguna de confirmación. Estaban sumergidos en sus propios pensamientos e inquietudes, tan exhortos en sí mismos como para poder escuchar las palabras de una sabia hechicera.

Solo bastaba con observar al joven William Turner que, con un gran disgusto contenido y una navaja en mano, intentaba sin desconcentrarse hacer astillas una robusta mesa llena de chuchearías. Y si eso no les era suficiente, la bella Elizabeth Swann, con su cabeza gacha y su mirada perdida, jugueteaba con el borde de una vieja taza mientras su líquido se desbordaba y caía al suelo sin mostrarse conciente de que eso sucedía...

-Bien, parece que no escucharon. Comenzaré de nuevo una vez más: - continuó la hechicera- ¿Qué estarían dispuestos a hacer por Jack? ¿Irían hasta los confines del mundo solo para buscarlo?

Nuevamente nadie contestó, pero, recuperando el color de las mejillas, Elizabeth levantó el rostro y clavó sus ojos en ella. Dalma le devolvió la misma mirada y, tras un instante de incómoda tensión, Elizabeth desvió la suya y disimuladamente asintió.

Si… - afirmó pero su voz sonó quebradiza. Aún bastó para que todos los presentes, especialmente Will, desviaran su mirada hacia ella.

Luego, siguiéndole a Elizabeth, Gibbs le continuó.

De pronto, a medida que le tiempo trascurría, uno a uno de los que allí se encontraban aflojaron su postura soberbia y asintieron con la cabeza. Todos, excepto…. si, William. Llevó varios minutos hacerle bajar la guardia pero con una última mirada a Elizabeth se rindió y asintió enfundando su navaja y volviéndola a guardar dentro de su jaquet.

Dalma, ahora satisfecha por la reacción de sus huéspedes murmuró:

De acuerdo- dijo - pero necesitarán un capitán que conozca esas hechizadas aguas como nadie ¿verdad?

Todos se miraron mutuamente y luego, volvieron la mirada hacia las escaleras que comunicaban los pisos tras oír los crujidos de unos pasos.

Y fue ahí, cuando Héctor Barbosa, con manzana en mano, entró al salón con su imponente presencia.

¿Y? díganme ¿que pasó con mi perla? – acotó con gran júbilo.

Anonadados y sorprendidos nadie podía creer que su peor pesadilla estuviera allí parado, vivo y real. Ellos lo habían matado, asesinado…mejor dicho Jack.. pero aún así, ¿Como diablos….

Pero Entonces se escuchó el estruendo de un banco al caer y a continuación se pudo apreciar al joven Turner rígido y manteniendo firmemente la empuñadura de su navaja parado solo a unos metros de Barbosa.

- ¿Qué haces aquí? – su pregunta fue directa pero brusca.

Oh! Joven Turner…. El destino nos volvió a juntar… - emitió Barbossa con desconocida amabilidad.

Cállate Barbosa! No puede ser…yo vi cuando Jack…yo estaba… ¡¡Me niego a seguir a este canalla!!- gruñó dirigiéndose a Tía Dalma con desdén.

Entonces será uno menos… - acotó Dalma con pura tranquilidad…

¡No! Will….- les interrumpió Elizabeth abandonando su defensiva postura y mostrándose comprensiva con su enemigo - Démosle una oportunidad. Esta puede ser tal vez nuestra única oportunidad. Debemos encontrar a Jack cueste lo que cueste –concluyó tratando de hacerle razonar.

Will no caía. ¿Elizabeth defendiendo a Barbosa? ¿A ese maldito descarriado que les hizo la vida imposible un año atrás? Decepcionado dejó caer su navaja y la miró. En sus ojos encontró un brillo extraño…era el colmo…era la gota que sin contención hubiera derramado el vaso pero, sin embargo, se mantuvo rígido y con indiferencia asintió.

Si, claro Elizabeth. Como no… ¿O debo decirte Lizzy como te decía Jack? Por allí, así te atraería más ¿no? – sus palabras fueron duras pero tristes a la vez. Estaba destruido, no solo por la infidelidad de ella sino por su fuerte interés.

Will- acotó Elizabeth con tristeza en su voz. - Will yo… - no sabía bien por qué aquella reacción de su parte pero su mente empezó a dar especulaciones. ¿la habría visto? ¿los habría visto a ella y a Jack? – Por favor..déjame expli….

Olvídalo, Elizabeth. De acuerdo Barbosa, iremos contigo. – dijo desviándole la mirada a Swann y clavándosela a Héctor con repugnancia.- De muy mala gana y a fuerza de mi voluntad, acepto – concluyó escéptico..

¡Vaya! Interesante y estupendo a la vez…. pero creo que deberíamos marcharnos ahora mismo y no retrasarnos más ¿no creen? – dijo mientras le daba los restos de su manzada a su fiel acompañante jack el mono y miraba de reojo a los dos jóvenes inquietantes evadirse mutuamente.

Pero ¿a dónde? – preguntaron los tripulantes restantes

Vaya, sí que están impacientes. Pues a ¿dónde más? ¡¡a Tortuga hombres!!

Ya en Tortuga...

Barbossa, Will y el increíble amigo de jack, Gibbs se encontraban sentados en una mesa con una gran cola de piratas en frente y un pergamino sobre su superficie. Tenían apuros, pero si querían tener chances de encontrar a su excéntrico capitán debían tener una numerosa tripulación y no solo cinco gatos locos. Era casi imposible.

Siguiente - dijo Barbossa agotado ya de aceptar y rechazar….

Siguiente- repitió will tras darle la bienvenida a un nuevo camarada

Sig…..- iba a continuar Gibbs pero…

Valerie Elizabeth Sparrow….- dije entonces.

Si, era mi turno. Eché a un lado mi gran cabellera castaña oscura que, tapada por un sombrero muy parecido al de Jack, no dejaba que relucieran mis ojos cafés y observé a mi jurado con frialdad.

¡¡Qué??- saltó Will

Lo que oíste joven. Soy Valerie Elizabeth…..

Si oímos- dijo Barbossa

Giré bruscamente mi cara hacia aquel hombre y lo reconocí al instante. Casi escupo por la repugnancia que me daba verlo pero… - ¿Que haces aquí asqueroso?….

Últimamente creo que todos están felices de verme nuevamente – comentó este irónicamente

Hey!- gritó Gibbs- señorita Sparrow todos sabemos que usted y el señor Héctor no se han llevado muy bien en el pasado pero… ¿podríamos dejar de lado este tema por un momento y dedicarnos a lo que venimos a reunirnos hoy aquí? Ehhhhh… ¿A que vienes hoy aquí señorita? ¿Cuáles son los honores que la traen nuevamente aquí, a Tortuga?

Gibbs, por favor, sabes muy bien que me llamo Valerie y que he vivido aquí prácticamente por años. Estamos en confianza y me conoces desde pequeña…pero en fin, para ti, ¿Cuál crees que es el propósito de que yo deje algo tan importante como el ron para venir hasta aquí?

Pues…

Gibbs!!- grité ya un poco enojada- ¡¡tu sabes muy bien que he venido aquí por mi hermano Jack!!

En ese momento Will, que antes miraba con mucha expectativa, saltó nuevamente de su incómodo asiento.

¡¡Hermano?! ¡¡Cómo?! ¿Tu… tu eres...su…su hermana? Jack nunca os mencionó...

- Es de esperar- y me volví hacia él- y este joven tan apuesto ¿es?...

William, William Turner. – contestó aún confundido.

Oh ¡wow! ¿Turner? ¿William Turner? ¿ El hijo de Boostrap's Bill Turner? Vaya! Debía darme cuenta… – acoté con falsa alegría - Apuesto que muchos te lo han dicho pero eres la viva imagen de el.

Si…me… me lo han dicho- comentó tristemente.

Oh…

En ese momento me di cuenta que hubiera sido mejor dejar el tema donde estaba

Entonces…- retrocedí en la conversación - ¿estoy dentro o no?

Pues….- dijo Gibbs

Jamás!- añadió Barbossa

Es de esperar de ti- lo fulminé

Esperen- comentó Will enfocándome una sonrisa- no podemos negarle la entrada a la mismísima hermana de Jack o ¿no?

Entonces comenzó un breve cuchicheo entre Barbosa y Gibbs.

Este ya le echó el ojo – dijo Héctor

No lo creo, conozco al muchacho, es imposible… – le contradijo Gibbs

Pero míralo…

Cof, Cof…- emití y el cuchicheo cesó- ¿Y Bien? ¿Alguien me va a decir?

Y Will sin pensarlo…

Claro!

Hey! yo soy el que da las ordenes Turner. De acuerdo, en mis mas sentidos rincones de mi ser, acepto. – añadió Barbossa.

Había conseguido lo que quería.

Huy! gracias Capitán, es un honor que largue toda esa amabilidad contra mi- añadó sarcásticamente.

Jaja- rió con tono irónico Barbossa- Elijamos algunos más y larguémonos de aquí que aun hay que ir a Singapur. Recuerden que la canción de la Hermandad ya fue cantada y debemos apurarnos.

¿Ya fue cantada?- pregunté asombrada. Imposible…había oído de esa canción, y de la Tal Hermandad….pero ¡¡wow!! esto parecía ser prometedor….

Si, ya lo fue- acotó el trío con preocupación en el rostro, algo que me fue mas que suficiente para convencerme a realizar este viaje y a cumplir mi cometido, el recuperar a mi hermano….