Esto es algo que le pedí a alguien

Esto es algo que le pedí a alguien. Es casi como la actividad pasada, Proyecto Lemonada, son cinco escritos, cada uno basado en una palabra diferente. De igual manera, una persona me pidió que pusiera estos escritos acá. Estoy pensando seriamente en hacerme independiente de él.

¡Disfruten la lectura!

Creo que este es el segundo Fire&Ice que escribo en la vida, razón por la cuál les pido no sean tan crueles, a penas y comienzo a explorar estar pareja que cada vez me gusta más. Desde que leí la palabra solicitada supe que sería Draco&Ginny y de inmediato imagine la situación aunque debo decir que no quedo como yo lo hubiese querido. Obviamente el complemento del fuego sería el hielo.

Fuego…

COMPLEMENTO

Las miradas se cruzan y todo esta dicho. Los ojos grises reflejan el frío de su alma y ella sabe lo que tiene que hacer: derretirlo. Y para fortuna de ambos ella sabe cuál es la mejor manera. Una sonrisa sensual adorna sus labios al tiempo que él levanta una ceja. Las cartas están sobre la mesa, las jugadas por verse.

Y es cuando él decide hacer la primera jugada…

Y ella acepta el reto, después de todo…

Siempre gana.

Los besos son largos, profundos, desesperados. Él quiere llevarla al cielo, ella quiere derretirlo, ambos buscan amarse. Las manos desesperadas recorren ambos cuerpos, él quiere sentirla, ella quiere entregarse. Los gemidos comienzan a llegar y la excitación les da la bienvenida.

Una sonrisa lasciva curva los labios masculinos, una atrevida se posa sobre los femeninos. Es un reto, una invitación, una determinación. Y de nuevo se dejan llevar por la lluvia de besos que llevará a mucho más que eso transportándolos a un lugar mejor que ese y todo eso por la simple razón de que se aman.

– No provoques, Malfoy...

– No me tientes, Weasley…

Los senos son atacados en caricias al tiempo que ella se arquea dulcemente, las respiraciones se convierten en suspiros que mueren en sus labios y la razón es suplantada por lujuria, por deseo.

Y la sonrisa picara que él tanto conoce vuelve a posarse sobre los labios femeninos. Y entonces ella introduce su mano en el pantalón de él y busca lo que tanto anhela…

– Ginny… por favor…

– ¿Por favor qué?

La caricia es intensa, rítmica, deliciosa. Los interiores hace tiempo que han sido apartados y su mano sigue generando reacciones que tendrán sus consecuencias. Ella esta muy entretenida, satisfecha y a la expectativa y él esta simplemente apunto de determinar sin haber comenzado.

– Detente… no quiero… todavía no…

Y por supuesto ella no hace caso a sus suplicas. Lo quiere así, tenso y preparado para lo que sigue y es cuando apoya su delicada mano sobre su pierna y se arrodilla frente a él cuando se da cuenta de sus intensiones.

– Ni se te ocurra… ¡Ginny, no!

Demasiado tarde. Ella ya ha sacado su trofeo y lo saborea como si fuese un helado. Aunque el sabor es extraño su fascinación no ha sido olvidada y su excitación va en aumento. Y él… se aferra con todas sus fuerzas en la silla sobre la que se encuentra. La sensación se increíble y es cuando Ginny se centra en la base cuando decide darle su merecido.
La chica aún tiene el sabor extraño sobre sus labios cuando él esta de pie, frente a ella y con expresión de triunfo. Y es cuando se pone a su altura y la besa sin control cuando se da cuenta de las intenciones del rubio.

En un minuto se encontraba tumbada en la hierba y sin sus prendas de vestir, únicamente con las bragas que de un momento a otro pasarían a la historia. ¡Es que ese hombre destruía todo lo que tocaba! Pero ni siquiera esto le importaba al pensar en lo que estaba por venirse…

Él la besaba largo, pausadamente y ella le respondía con urgencia, como si fuese algo indispensable para vivir. Sus senos fueron devorados sin piedad, los pezones fueron mordidos y succionados incontables veces y su alma fue arrancada sin remedio, pero con la certeza de que no había nada mejor.

– Eres mía…

– Desde siempre…

Y su última prenda fue arrancada quedando totalmente expuesta a su depredador. Los besos bajaron hasta abdomen, pasando por su ombligo, llegando a partes más sagradas y cuando la caricia comenzó ella se sintió desfallecer.

– ¡Oh! Draco… para…

Él sonrió entre sus muslos. La haría sufrir, era lo menos por la tortura que ella le brindo. Y cuando ella se arqueo murmurando su nombre fue cuando él decidió dejar el calentamiento y entrar a la acción. Y cuando alzo sin vista se quedo sin habla.

Ella estaba con los ojos cerrados y con los labios entreabiertos. La beso con pasión, con deseo y amor y ella le correspondió de la misma manera. La suplica de sus gestos fue descifrada y entre en ella con la misma urgencia que siempre lo hacia.

Las embestidas eran lentas, como lo son siempre que dos amantes enamorados se entregan, entregándose con más fervor en alma que en cuerpo. Las temperaturas llagaban a límites insospechados, quemando todo a su paso, derritiendo sus cuerpos bañados en el sudor de sus pasiones.

Las convulsiones llegaron a ella pronto, dejándola extasiada y con la única idea de llevarlo a él hasta el mismo trance. Las caricias se volvieron más intensas, la necesidad de tocarse llego a sus límites.

De repente él se quedo quieto, admirado por la entrega de su amante, amando cada parte de cuerpo, deseando cada parte de ser.

– Por favor… no te detengas…

– Solo quiero amarte…

– Luego… yo… te necesito.

"Te necesito"

Dos palabras, una frase, un mensaje. Lo necesario para continuar con el ritual. Y todo se volvió frenético.

Y el fuego derritió al hielo…

Y ambos llegaron juntos a la cumbre…

Y bajaron del cielo para luego caer sobre el rastro de sus pasiones.

Se miraron de nuevo. El castaño reflejado en el frió gris. Sus labios se unieron y las caricias se hicieron presentes. Y eso era lo mejor del mundo: amarse, buscarse, encontrarse… complementarse.

¡Muchas gracias por haber llegado hasta aquí!

Mañana pongo el siguiente escrito.