Llegué aquella tarde a casa de Sebastian, llamando a la puerta. Seb me había llamado para hablar de algo, pero seguramente sería para echarme otro granizado. Aún así, fui.

Sebastian abrió la puerta, y no pude evitar fijaree en la marcada y dura polla que se notaba bajo su pantalón deportivo. Levanté la mirada hacia los ojos penetrantes de Sebastian, que me invitó a pasar.

-¿No me vas a tirar un granizado? -Le dije a Sebastian, entrando.

-No. -Me guió hasta la cocina, con media sonrisa, sacándome un vaso. No pude evitar acercarme por detrás y agarrarle la polla por encima del pantalón, acariciándola y haciendo presión con la mano, provocando que Sebastian cerrara los ojos y echara la cabeza hacia atrás.

Sebastian se dio la vuelta, y me puse de rodillas, comenzando a morder su polla completamente dura por encima del pantalón. Sebastian gemía bajo mis mordidas, haciendo que yo sonriera y le bajara el pantalón, estampando su polla completamente dura contra mi cara.

Le di un lametón haciendo que se moviera, succionando el glande y sacándolo, notando la mano de Sebastian en mi cabeza, apretándola contra su polla.

Cogí sus huevos con mis manos, amasándolos y haciendo presión. Eran grandes y estaban duros, sin poder evitar llevarlos a mi boca y succionar mientras le masturbaba la polla con rapidez.

-Así, chúpamela así.. -Murmuró Sebastian, comenzando a comer las caderas y clavándome la polla hasta el fondo, con la mano en mi cabeza mientras yo comenzaba a menearme la polla y agarrarme los huevos. -Uff... -Gruñó Sebastian follándome la boca, mientras yo cerraba los ojos sintiendo la punta de su polla tocar mi campanilla provocando leves arcadas. -Dios me encantaría correrme en tu boca.. -Murmuró gimiendo sin dejar de follarme la boca mientras yo cerraba los ojos.

Sebastian me puso de pie, me despojó de mi ropa y tiró de mi hacia su habitación.

-¿Quieres hacer un 69? -Dije tumbándome en la cama de lado, viendo cómo Sebastian lo hacia del lado contrario y se metía mi polla en la boca, haciendo que yo soltara un gemido contra su polla que ya se la estaba mamando.

Mis mamadas eran rápidas y profunda, tragándomela hasta el fondo y notando cómo los huevos de Sebastian tocaban mi nariz, cuando noté el dedo de Sebastian en mi culo mientras me la chupaba. Solté un grito de dolor, pero sabía que la polla de Sebastian iba a doler mucho más que eso.

Me tumbó en la cama y comenzó a pajearse mirándome a los ojos.

-¿Quieres que te ponga de espaldas o te follo de cara? -Ladeó la cabeza meneándose la polla.

-De cara. -Dije masturbándome mirándolo. Sebastian, sin pensar en que me estaba partiendo el culo y un dolor intenso subía por mi espalda me metió sus casi 25 cm de polla, haciendo que soltara un sonido ensordecedor de dolor. Sebastian me follaba fuerte y podía ver cómo su polla entraba y salía rápidamente de mí, haciendo que convulsionara de dolor en la cama mientras él se retorcía de placer al sentir mi culo tan apretado en su polla.

Comencé a pajearme débilmente, lo que el cuerpo me permitía mientras Sebastian me perforaba el culo. Sus caderas se movían fuertemente contra mí, haciendo que jadeara cerrando los ojos.

-Joder, joder. Voy a correrme. -Gimió Sebastian cerrando los ojos. -Joder Kurt me corro. -Salió de mí y comenzó a masturbarse de pie con la polla apuntando a mi cara, notando cómo su leche caía sobre mi cara y mi lengua, y él se quedaba con los ojos entrecerrados y la polla en estado semi erecto, con restos de semen en la punta. Me incliné y le chupé los restos de semen con la cara aún llena de su leche, mientras me masturbaba fuerte.

Sebastian se inclinó metiéndose mi polla en la boca, comenzando a mover la cabeza rápidamente comiéndome la polla, dándome mamadas rápido haciendo que gimiera.

No tardé mucho en correrme, y acabé echando toda la leche en su boca, que él tragó relamiéndome la polla.