Prologo

Y ahí estaba yo en medio del último suspiro de mi vida entre un callejón muy tétrico y una noche muy obscura, muchos me decían que vería toda mi vida ante mis ojos por las creencias mundanas que nos imponían desde chicos, sin embargo yo no siento nada solo un frio desgarrador atravesando mi corazón, he de admitir que al adentrarme en esto sabía que iba a morir.

-Pero no ahora, no ahora.

Así lo único que recuerdo son los sucesos desde que esta travesía comenzó, ojala hubiera podido encontrar el final del misterio del soliloquio del hombre muerto es de lo único que me arrepiento y sin más heme aquí a punto de morir, viendo como la vida se me escapa por una de las tantas heridas brotantes de líquido vital.

Supongo que mi misión ha acabado aquí con una herida del tamaño de dos manos abiertas y bañado en mi propia sangre y todo por un secreto cuyo valor es equiparable a un caos de proporciones mundiales y un montón de gente que se esmera en protegerlo.

Aun así mi vida no vale nada a comparación de muchas otras perdidas aquí y supongo que me es grato alegrarme por poder casi descubrir el secreto.

(De pronto se escuchaba una tonada tétrica equiparable con el estilo de Chopin)

-Vaya el buen Frederick me ha venido a tocar la última pieza a mi lecho de muerte.

(Se escucha un hombre detrás de él)

-No este tan seguro.

(Así el joven de la herida se desmallo)