Escuché a Kannon Wakeshima, dos tres canciones. Luego me di cuenta de que hay poco Nekotalia por aquí, por lo que decidí armar una mezcolanza de lo mas rara. Espeor la disfruten

Hetalia no es mio o entonces Polonia saldría cantando el tema de My little Ponny.

Sugerencia de uso: Escuchar la canción Kuroneko to pianist no tango mientras se lee.


Neko Prusia caminaba awesomemente por el tejado, disfrutando la vista (no tan grandiosa como él, por supuesto) cuando escuchó aquella melodía. Agitó sus bigotitos y maulló de disgusto: sin duda el amo del podrido Neko Austria estaba tocando el piano otra vez.
Bajó hacia la ventana, decidido a jugarle una broma para que dejara de arruinar una tarde tan awesome cuando vio algo.

La que tocaba era la chica de largos cabellos castaños que servia en esa casa. Sus costumbres habituales hacían que se viera increíble su ejecución en el piano, es decir ¿Quien adivinaría que era tan buena?
El gatito se quedó asombrado mirándola tocar, como si esa música lo hipnotizara.
Y permaneció así unas horas, hasta que notó que su grandioso estómago no había recibido comida y comenzó a Maullar.
Elizabeta escuchó eso y detuvo su lección. Volteó hacia la ventana y vió el gato blanco, sonrió y le abrió la ventana, lo cargó.
-Vaya, Funke ¿Tienes hambre?- por respuesta recibió un maullido- Ahorita te sirvo.

En la cocina, mientras cenaba su leche tibia con algo de pescado de la cena, Funke no dejaba de pensar en la muchacha al piano. Neko Hungría tambien llegó y en su propio plato comenzó a cenar, notando divertida la cara del albino.
-¿Que te pasa, gatito grandioso?
-Eclipse... ¿tú sabias que la señorita Hungría tocaba el piano?
-Sí, el Señor Austria le estuvo enseñando. ¿Porqué?
-Por nada, el grandioso yo seguirá cenando.

Todas las noches, el gatito estaba ahí en la sala del piano, mirando a la chica tocar, hasta que a Eclipse se le hizo extraño.
Y es que era demasiado ovio que Funke se había enamorado de la humana, que tocaba semiencorvada al piano, con habilidad. Disfrutando la música.
Alguna vez se paseó por los pies de ella, para darle cosquillas y que se riera.
-Funke... estás muy peludo- Elizabeta lo puso en su regazo, interrumpiendo su lección, acariciandole las orejitas. El gatito maulló de gusto, feliz.

Gilbert, que observaba todo desde detrás de la puerta, sonrió. Cuando el gato bajó del regazo de Elizabeta, él se inclinó hacia Funke y lo miró.
-¿Conque tampoco tú pudiste resistirte a ella, eh?


Los nombres de los gatos los saqué al azar, Funke es centella. Y pues Eclipse me gustó ^^

*espera que le manden gatos y perros rabiosos XD*