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Aquí empiezo de nuevo otra historia en el Universo de Dragon Ball Z, que como todos saben no me pertenece a mí sinó al gran Akira Toriyama, el cual probablemente jamás lea este fic, pero de todos modos seamos respetuosos y agradecidos y reconozcamos su mérito al crear esta historia con la que nos divertimos tanto.
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La vida en Capsule Corporation según Mirai Trunks.
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Prólogo
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El vivir un tiempo en Capsule corporation en esa época de paz había sido toda una experiencia.
Ahora comprendía un poco más lo difícil que debía haber sido para su madre adaptarse a esa nueva vida de temor y el estarse ocultando para poder vivir algún tiempo más, tratando de encontrar una manera de vencer a los androides de su época.
Esos seres, a pesar de ser físicamente idénticos a los de este tiempo, en cuanto a personalidad habían resultado ser bastante diferentes.
Inclusive el androide numero 18 de esta época estaba empezando a salir con Krillin.
¡Quién hubiera adivinado!
Tenía que reconocer que inicialmente no le había parecido una buena idea, eran demasiadas las malas experiencias con aquella otra 18 como para no sentirse prejuiciado contra su contraparte de este tiempo, pero luego había tenido que recordar que los cambios en la línea temporal de alguna manera parecía haber cambiado también los sentimientos de algunas personas de manera que 18 ya no era tan mala.
Igual que su padre.
Vegeta era el ser orgulloso, fuerte y solitario que su madre había descrito, e inicialmente una vez que hubo pasado el impacto inicial de mirarlo por primera vez y ver en él tanto de si mismo, por lo menos físicamente, tuvo una época de desencanto en que ha pesar de tratar con todo su esfuerzo de conocerlo más a fondo y de darse a conocer Vegeta lo mantubo alejado.
Inclusive se sintió en algún momento furioso con él por no haber protegido a su bebé y a la Bulma de este tiempo contra el ataque de los androides.
Ahora, después de las cosas que habían sucedido no encontraba explicación para ello.
Luego al pasar tiempo con él tal parecía que le consideraba tan solo un estorbo y que contrario a lo que le había dicho su madre no le importaba nadie más que él mismo.
Durante ese tiempo insistió en conocerlo y estar con él porque de alguna manera tenía la esperanza de que su madre no estuviera tan horrorosamente equivocada en su valoración de Vegeta.
Después de todo, luego de vivir toda su vida con ella no la había visto cometer un error tan grande ni una sola vez.
Aunque a veces se había preguntado si no sería que su madre a pesar de su indiscutible inteligencia, era una mujer enamorada y podía estar cegada por ello.
Pero a pesar de esa duda, la confianza en su madre le hizo persistir en su empeño de conocer ese otro Vegeta que ella había descrito.
Curiosamente tuvo que morir asesinado por Cell para que su padre dejara el caparazón en que se había encerrado desde su llegada y se mostrara como el Vegeta que su madre recordaba.
Claro que él tuvo que enterarse por terceras personas luego de que fue revivido.
Pero eso no le importaba tanto con tal de que hubiera sucedido ese cambio, hubiera odiado regresar a su tiempo para decirle a su madre que el padre que había conocido era un bastardo egoísta y sanguinario que no sentía nada por nadie que no fuera él mismo y que no había demostrado ningún afecto por ella o por su hijo.
Los muchachos también le habían dado la camaradería que tanta falta le hacía desde que el Gohan de su tiempo había muerto.
En su mundo el ser el único guerrero poderoso que quedaba lo alejaba del resto de la gente, era una especie de última esperanza para esas personas y por ello lo trataban con demasiado respeto y se daba cuenta que tambíen con muchísimo temor.
No los culpaba.
Toda esa gente vivía en un mundo violento en que la vida no valía nada y solo los más fuertes sobrevivían.
Tenía la esperanza de que una vez que regresara y con el nuevo poder que había adquirido entrenando con su padre venciera a esos androides y demostrara que a pesar de su fuerza no era abusivo como ellos, podría tener una vida normal y sería aceptado como uno más.
Tal y como se sentía en este mundo.
Los demás guerreros eran fantásticos, Gohan en este tiempo todavía tenía un carácter alegre y podría ser el hombre de ciencia que debía haber sido y los demás vivirían vidas completas.
Ahora podría contarle a su madre que había estado viviendo en una Corporación Capsule todavía íntegra con Vegeta, la Bulma de esa época y él mismo siendo todavía un bebé, el cual se sentía más bien como un hermano menor y ella iba a sorprenderse.
Aunque a veces dudaba en contarle todo eso, pues no se le hacía muy compasivo de su parte decirle de la vida que se daba en este tiempo y que ella nunca pudo disfrutar.
Y que él sabía su madre desearía haber podido vivir.
Pero después de todo, para eso ella había construido la máquina del tiempo y contarle que efectivamente había logrado una diferencia inmensa en esta otra realidad le demostraría que su sacrificio no había sido en vano, que había logrado su objetivo y logró darle a ese otro hijo y a esa otra Bulma la oportunidad de vivir esa vida que siempre anheló.
Y más importante para ella que cualquier otro logro, que Vegeta había sobrevivido.
De hecho él mismo estaba viviendo su sueño también, vivir en una casa con sus dos padres, en un mundo en paz.
Y ahora además tenía a dos de sus abuelos, los cuales en su tiempo habían muerto cuando él era muy pequeño como para poder recordarlos.
Le gustaba mucho el tener esa abuela que su madre tantas veces le había descrito como una mujer tan atenta y encontrarla tal y como se la había imaginado, cariñosa y taan buena cocinera.
Cosa que significaba uno de los más grandes cambios en su vida cotidiana, pues aunque nunca se lo dijera, tenía que reconocer que su madre como cocinera era una magnífica científica.
Claro que en esta época además se encontraban ingredientes que en su mundo eran un lujo muy pocas veces posibles de conseguir, pero con todo y eso debía reconocer el talento de su abuela en el área culinaria y su buen caracter, ella estaba siempre muy alegre.
Aunque ahora la mayor parte de la gente tenía mejor ánimo que la gente atemorizada de su época.
¡ Si supieran lo afortunados que eran!
Y su abuelo realmente era el genio que su madre había descrito, su creatividad y curiosidad eran sorprendentes y el cuarto del bebé estaba lleno de juguetes increíbles creados por él.
Aunque a veces le incomodaba un poco que le preguntara tanto de su vida en su otro mundo y de las cosas que había inventado su madre en ese tiempo de necesidad, sabía que le enorgullecía esa otra hija suya y las cosas que había creado adecuadas a esa otra realidad de pesadilla y que en este mundo ideal ya no eran necesarias.
¡ Todo era tan perfecto ¡
O al menos eso había parecido inicialmente.
Luego de un tiempo empezó a preguntarse si no hubiese sido mejor marcharse antes, cuando todavía no había visto suficiente de la vida cotidiana de sus padres.
Y no era que se llevaran mal.
De hecho era que se llevaban demasiado bien.
A pesar de que siempre había sabido que su madre no era perfecta, la Bulma de este tiempo le había hecho cambiar un poco la imagen que tenía de su santa madre.
Había cosas que ningún hijo debería presenciar nunca si no quería traumatizarse por el resto de su vida...
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¡Hola!, espero que este fic les vaya a gustar, como ven cambié de personaje desde el cual se narra la historia, pero lo más probable es que también esté muy centrado en Vegeta y Bulma.
Aunque tal vez no.
Dejenme saber que opinan, prometo tomarlo muy en cuenta.
Besitos. XimeB.
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