¿Y cómo lo iba a explicar? ¿Cómo explicar que sus conocimientos la hacían sentir importante? Que cada respuesta suspicaz la hacia sentir "atractiva" y no podía evitar sonreír con autosuficiencia en esos momentos. Porque sabía que, muy a pesar suyo, era una romántica empedernida y el mismo odio que sentía en momentos lo confundía con "atracción" (amor es demasiado, cursi, incluso para ella).

Así que ahora, que el furioso brillo de esos ojos grises relampaguea frente a ella, mientras las risas de sus dos mejores amigos apoyan a sus palabras, sonríe. El trío se aleja del rubio de Slytherin. Pero es ella, quién voltea una vez más sonriendo, y ve exactamente lo que desea, a Draco Malfoy observándola con algo más que odio.

A pesar de todo, es realista, Hermione sabe que él podrá notar ese interés mutuo, pero siguen siendo polos opuestos, así que no exige más, se conforma con la idea de volverlo loco, se lo imagina pensando en ella sin nada que hacer al respecto. Y eso aumenta su deseo de esos pequeños encuentros.

Pasea en la biblioteca, es sábado a mediodía, nadie más va a ese lugar ese día, el domingo estaría abarrotada con los alumnos que dejan la tarea para el último momento, por ahora Hermione pasea a sus anchas, buscaba en los últimos anaqueles de la obscura biblioteca disfrutando de la frescura del lugar en aquellos días calurosos.

¿Qué haces aquí?

Ahogo un grito cuando esa voz fría le habló en un susurro.

Aquí estudio, - respondió recuperándose rápidamente, - Igual que tu

No somos iguales, - replica Draco mientras la observa de pies a cabeza, observando sus largas piernas que salen de su falda primaveral.

Por suerte, - contesta ella igual de fría sin siquiera mirarlo

El comentario pareció molestarlo, la acorralo contra la pared.

¿Qué haces? – dijo mirándolo con furia. El sonrió ante su mirada desafiante, pero ella notó algo nuevo en aquella sonrisa, había ternura.

¿Qué hago? – repitió en un suspiro.

Ella sintió el suave roce de la tela de la camisa blanca de Malfoy en su brazo.

Dime más bien que haces tú…- bajo aún más la voz y un dulce tono llegó a su oído.

Nada, - respondió Hermione sintiendo como le robaba el aliento.

El momento pareció congelarse, su mente tan acostumbrada a pensar se congeló. Cerró los ojos y permaneció quita, Malfoy acarició su mejilla con el rostro también con los ojos cerrados, disfrutando al máximo de la sensación

¿Sabes lo que estas haciendo? – preguntó el último rastro de cordura en su mente.

No estoy haciendo nada…

Ten cuidado con lo que haces… - parecía una advertencia, pero ella sabía que le estaba suplicando, ella temía lo que podía pasar.

No hago nada… - habló con sus labios sobre los de ella. Presionó y le dio un suave beso que poco a poco fue exigiendo más espacio entrando en su boca.

Hermione se dejo llevar sus brazos rodearon su cuello y los de él su cintura, aumentando la presión entre ellos. Besándose como si lo hubieran deseado todos esos años. Como si fuera el único beso de sus vidas.