Estos personajes los tomé prestados de Trinity Blood con todo respeto y admiración a su creador Yoshida Sunao (1964-2004) y De Vampire Knight (Matsuri Hino)
Este es un songfic editado. Los sucesos se llevaran a cabo en dos mundos distintos mas adelante intercalados. El cambio de mundos se distingue con estos signos xxx
Recomendación:
Mátame.
Autor: Antonio Lira.
Mátame
Por Tlacuilo
El encuentro entre Caín y él había sido devastador y mortal; ahora por su cuerpo corría la esencia de Lilith, si Caín lo supiera… estaría mas enfadado -si cabe-, pero eso no le importaba a Abel Nightroad no ahora que debía detenerlo aun si eso ocasionaba que ambos desaparecieran, lo suyo nunca pudo ser, entre los problemas de la colonización de Marte y el cambio de actitud de el mismo, Abel se preguntaba donde y en que momento dejó que ese lazo entre Caín y él se perdiera, es verdad lo extrañaba a pesar de lo que había hecho.
Viendo por la ventana de ese pequeño hotel el padre Abel reflexionaba, la AX le había pedido que regresara -específicamente la Cardenal Catherina Sforza-, pero sabía que el único que podía encontrar a Cain era él y ya no deseaba que nadie quedara en medio de su batalla, no quería exponer a nadie más, por ese motivo le había pedido al Conde de Memphis que regresara al Imperio pues a pesar de ser un Matusalen seguía siendo joven, suficiente había tenido con la muerte de Lilith por la constante pelea entre su hermano y él, recordó que esa relativa paz que vivió trabajando para el Vaticano ya no regresaría, si no acababa con Caín, sin embargo aun guardaba la esperanza de que Cain cambiara y se reformara. Sonrió tristemente -el trabajar para la iglesia lo había vuelto muy crédulo.
Ya llevaba tres años en esa búsqueda, pero cuando sentía que se acercaba a una pista esta desaparecía o era totalmente errada y se cuestionaba ¿Por qué Cain se escondía de él? Si nunca tuvo miedo de nada ni de nadie, al contrario era tal su confianza en si mismo que buscaba los enfrentamientos con entusiasmo.
Tocaron a la puerta y sin voltear Abel hizo pasar a quien estaba detrás. El padre tres entró y como todo lo que hacia, dijo el motivo de su visita de inmediato.
─Padre Abel, la Cardenal Catherina Sforza le comunica que se tiene información del paradero del Kresnik 01 en las afueras de Albión.- Abel recordó que ni siquiera había saludado al Padre tres y retomó su acostumbrada sonrisa.
─ ¡Padre tres que gusto verlo! –Tres como siempre se quedo impávido.
─La cardenal espera que este asunto sea resuelto de inmediato, me enviaran de nuevo en caso de que haya mas información me retiro.
─Adiós Padre tres.
La cardenal le ayudaba con lo que podía, en este caso información y Abel agradeció que no estaba solo en esa empresa; ahora debía apresurarse si quería evitar que el Kresnik 01 no intentara nada en contra de Albión, sobre todo cuando Esther hacia tan solo dos meses se había casado con el conde de Memphis contra toda expectativa, pero en el amor no hay barreras a menos que tu mismo las coloques, la paz entre todo los reinos aún no era palpable, pero no por eso imposible.
Acomodó sus cosas que eran pocas y salió del hotel para dirigirse a las coordenadas que le había proporcionado el Padre tres, tardaría un día y medio en llegar tiempo suficiente. En el puerto tomó un barco, pues ir en una nave le era imposible por no contar con los medios.
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En una base subterránea Caín tomaba un descanso a pesar de que su cuerpo se había recuperado del todo, aún se sentía débil Isaak hizo un gran trabajo restaurando su cuerpo con todo su poder, sin embargo a pesar de estar en plenas facultades no hacia el intento de empezar con la destrucción del mundo: la razón ni el mismo la sabia. Cuando era un niño Abel y él eran muy unidos, siguió sus ideas buscando que su hermano lo tomara en cuenta al fin y al cabo no eran iguales, pero desde que esa mujer se había interpuesto entre ellos, la distancia se hizo abismal y Caín buscó la manera de que se unieran de nuevo, pero ¿como le pago Abel su gesto cariñoso? tratando de matarlo; todos esos años lo que lo mantuvo con vida fue el deseo de venganza, pero realmente era eso o algo más, no lo sabia y nunca se había detenido a pensarlo, sin embargo desde que su cuerpo estuvo recuperado ese malestar se mantenía en él. Sus pensamientos se detuvieron pues Isaak llegó.
─Mi señor me han informado que el Kresnik 02 viene en camino, debemos recibirlo como se merece o nos retiraremos. –Caín se levantó en toda su esplendida desnudez e Isaak tuvo que retirar los ojos de esa figura, pues no se consideraba digno de admirar tal belleza, Caín era hermoso y letal en partes iguales.
─Está vez lo esperare, ya es hora de que esto llegue a su fin. ¿Tú que crees Isaak? Debo contarle a mi querido hermano el obsequio que nos dieron los que nos crearon, es algo inútil, pero se que eso afectara el desempeño de Abel.
─Mi señor eso seria interesante.
─Si tú no lo descubres nunca lo hubiésemos sabido, después de todo eres de ayuda.
─Gracias mi señor.
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Abel llegó al sitio que le habían indicado y vio una especie de puerta al nivel del suelo, se acercó y pudo constatar que para levantarla tenía que usar su fuerza, estaba por hacerlo cuando lo escuchó.
─No te esfuerzos querido Abel, yo estoy aquí.
─Caín ¿me esperabas?
─Si. Te ves algo débil ¿no te has alimentado bien últimamente?
─Eso no es de tu incumbencia.
─Tonto hermano gemelo, siempre pensando en no hacer daño a los demás aunque este en tu naturaleza, ¿cuando lo entenderás? ellos son nuestro alimento. Ellos no se detienen en alimentarse de los demás.
─ ¡Basta ya! no estoy aquí para discutir mi dieta contigo.
─Y entonces ¿Por qué estas aquí? ¿Para matarme?
─ ¿Tú que crees?
─ ¿Sigues con eso de tu venganza? Deberías de agradecerme que te haya quitado esa cadena que te ataba.
─Tú que sabes lo que es amar a alguien.
─Maldito engreído ¿de que sirve tener sentimientos? Si son debilidad te hacen vulnerable a que te lastimen.
─Vaya para no saber de ellos los describes como si ya los conocieras ¿dime Cain algunas ves has amado? ─decía burlón Abel.
─Tú entre todos no debería preguntar eso.
─ ¿Por qué no?
─No estas aquí para charlar ¿O si? –De esta afirmación Caín tomó una posición de ataque. – Nanomaquina Kresnik cero uno cuarenta por ciento de fuerza liberada –Su apariencia cambio y su arma se formó, esperó que Abel se transformara no deseaba tener ventaja disfrutaba las peleas con el de cabello gris en igualdad de condiciones.
─ ¡Nanomaquina Kresnik cero dos ochenta por ciento de fuerza liberada! –Abel sabía que no estaba en muy buena condición para pelear sin haberse alimentado bien en un tiempo, con menos de ochenta por ciento y más sabiendo que su hermano se veía totalmente recuperado.
Isaak Fernand von Kämpfer en contra de las ordenes de Caín observaba la pelea sabía que eso le acarrearía un castigo, pero estaba dispuesto a aceptarlo con tal de estar ahí, no podía perderse esa batalla entre dos colosos.
Ambos Kresnik peleaban a la par, lo que divertía Caín ya que no tenia tanta fuerza liberada, los truenos se veían en el cielo cuando esos seres alados estrellaban el poder de sus armas, el lugar se electrificó con ambos Kresnik usando alto voltaje para sus ataques; un corte perfecto llegó a las costillas de Caín, eso lo desestabilizó provocando su caída, pero antes de tocar el suelo remontó el vuelo uniéndolo con un ataque que mando a Abel a varios Kilómetros a caer, apenas si tuvo tiempo de ponerse de pie antes de que otro golpe destrozara la parte de tierra donde había caído, haciendo un cráter, al parecer Caín estaba perdiendo la paciencia, Abel tenia que dar el todo por el todo si quería vencer a Caín y eso haría; libró el cien por ciento de su fuerza, un rayo se estampó en el rubio y este no alcanzó a esquivarlo cayendo desastrosamente aún sosteniendo su arma, Isaak corrió a ver a su señor sin medir consecuencias, se acercó para ayudarlo a levantarse, Caín estaba por matarlo por su atrevimiento, pero al ver los ojos negros llenos de adoración de su sirviente aceptó que no podía deshacerse de alguien que aún le era de utilidad, sonrió por la ironía, lo que no esperaba fue la reacción que provocó en Abel, ese gesto que el tuvo hacia su leal sirviente.
Cuando Abel vio la solicitud con que trataba el miembro de Rosen Kreuz a Caín, algo se removió dentro de su pecho, pero eso se transfiguró en una furia incontenible cuando el propio Contra mundi le sonrió a ese vampiro, si no mal recordaba esos gestos -su hermano- los tenia reservados solo para él ¿por que entonces se los otorgaba a ese ser?
─ ¡Caín! el poderoso Caín dependiendo de un simple vampiro. –El rubio se alzó en toda su altura y retó a su hermano con la mirada.
─Acabo de escuchar al Padre del Vaticano menospreciar a una criatura ─Negó con un dedo─ No, no eso esta mal Padre Nightroad, ¿que dirían sus superiores?
─Gracias a ti tuve que abandonar mi hábito.
─Y con eso tus votos también, según veo.
─Eso nunca, pero no cambies el tema ¿Por qué permites que él te toque?
─Eso es poco ─dijo descaradamente Caín, al fin y al cabo Isaak lo había -prácticamente- reconstruido.
─ ¡¿Le has permitido más?! – malinterpreto Abel de por si furioso, de tan solo pensar que ese vampiro hubiese profanado la piel de Caín se enervó mucho más. Sin medir consecuencias se lanzó hacia ellos, pero con toda la intención de asestarle un golpe a Isaak, el rubio entendiendo hacia quien iba dirigido el ataque aventó a Isaak y recibió a su hermano deteniéndolo retrocediendo por la fuerza que llevaba Abel, estaban cara a cara solo separados sosteniéndose con sus armas, el rubio creyó que era hora de hacer tambalear la razón de Abel.
─ ¿Sabes que es lo mas cerca que tú y yo estaremos si no aceptas fusionarte conmigo y ser uno?
─Si lo se, pero no dejare que destruyas el mundo por mero capricho.
─Hermanito ¿ya no me quieres? –Con esa frase logro impactar a Abel y viendo que este lo veía asombrado continuó─ Por que yo si te quiero y extraño dormir abrazado a ti, y que tus brazos rodeen mi cintura para apretarme mas a ti.
─Éramos niño y como hermanos convivíamos.
─Eso no te lo crees ni tú, tanto te cambio esa mujer que olvidaste que nos queríamos más allá de amor fraternal.
─Eso no estaba bien y lo sabes, es un pecado.
─Dime hermano ¿tu dios condena el amor?
─Condena el incesto.
─Esa palabra no la conocías antes de venir aquí, allá afuera éramos puros y limpios, pero aquí te han contaminado las mentes cerradas de los Terranos y los Matusalenes, y aún me culpas de querer recuperar ese lazo que nos unía.
─No tenías que asesinarla.
─ ¿La amabas?
─… No, no como una mujer si no como una hermana.
─Si ella no te hubiera metido esas ideas en la cabeza tú y yo seguiríamos juntos.
El rubio se acercó al de cabellos plata y lo besó. Este se separa asustado, no por que le hubiera disgustado si no por que lo deseaba y anhelaba hacia tanto tiempo; a pesar de saber que no era correcto según el mundo en el que vivían, se asustó de sus deseos de tomar a Caín ahí mismo; escuchaba a todo su ser que gritaba necesitado a ese demonio rubio; el rubio regresó a su forma pacifica y extendió los brazos en una muda invitación a que Abel tomara el lugar que le pertenecía entre ellos.
─No debo –Abel sin darse cuenta también había regresado a su forma original.
─ ¿Por que?
─No es correcto.
─ ¿Tú me amas? –Vio esos ojos azules esperanzados como si fueran los mismos que de niños lo acompañaban en su incertidumbre y dolor, y no pudo mentir.
─-Si desde niños; ayer, hoy, mañana y siempre.
Se fundieron en un beso que les sabía a nostalgia a esperanza y a perdón. Isaak se retiró, pues eso era algo que definitivamente le costaría la vida si se quedaba a observar.
Abel tomó entre sus brazos a Caín y lo llevó a un pequeño prado, cerca de la sombra de un árbol lo recostó y empezó a besar esa piel de la que el mismo se había negado el placer de tocar por prejuicios que ni siquiera eran suyos, desabrochó la túnica blanca de su hermano mientras que este desataba su largo cabello plateado, colocó las prendas en el suelo e instaló ahí a su niño que estaba entretenido jugando con su sotana, cuando ambos quedaron desnudos, Abel admiró esa piel marfileña y pulcra Caín abrió las piernas y los brazos para que su amante disfrutara el espectáculo, Abel se lanzó a probar esas pequeñas protuberancias que resaltaban rosadas sobre todo ese blanco, las degustó hasta que adquirieron otro color mas subido, Caín atrajo su boca para besarlo y adentrarse en ese pasaje que anhelaba probar, mientras sentía las manos del rubio recorriendo su cuerpo hasta llegar a sus nalgas y masajearlas, lo que provocó que gimiera, Abel no se negó el placer de lamer cada centímetro de piel de su amante y en algunos lugares dejaba su marca de posesión, le dio tres dedos a Caín para que los ensalivara y este con toda la sensualidad que poseía lo hizo; abrió mas las piernas para que Abel se acomodara, el Kresnik cero dos metió un dedo y los movió, el rubio lo veía sin mover un musculo ¿que si dolía? a quien le importaba si ese momento era lo que esperó toda su larga vida, de ese primer dedo le siguieron otros dos y el mismo los retiró para hacerle ver a Abel que ya lo quería dentro, El de cabello plata tomó su miembro ya erecto y lo metió con cuidado ganando espacio con pequeñas embestidas, empuñó el miembro de su pareja y lo masajeó lo que hizo que ese lugar invadido por el se relajara y lo dejara entrar sin mucho problema, aún sintió algo que escurría entre sus cuerpo, pero no pudo mirar pues el rubio ya lo jalaba para abrazarse a el y pedirle que iniciara el movimiento, estos eran lentos y llenos de amor por parte de Abel, solo aumentó el ritmo cuando Caín le pidió que lo hiciera, el placer inundó sus sentidos y ambos supieron lo que era sentirse plenos y felices.
Las respiraciones se calmaron y los dos esperaba lo que ocurriría después, Caín sabía que no podía borrar todas sus pasadas acciones con eso y Abel buscaba la mejor opción con la mente libre de sentimientos para el bienestar del mundo.
-Abel ya no quiero pelear, si tú aceptas a este mundo tal cual… yo lo tolerare por ti. – Caín se abrazo a su gemelo.
─ ¿Eso no es un gran sacrificio para ti?
─Si tú desapareces me quedare solo, Seth ya no es como nosotros hace mucho que se convirtió en Emperatriz del Imperio y con eso le dio la espalda a su verdadera esencia, tú por lo menos de vez en cuando buscas como alimentarte, pero ella lo ha dejado por lealtad a su gente.
─Seremos tú y yo nada más.
─Si.
─Eso estaría bien ¿los dejaras tranquilos?
─Si ellos me dejan tranquilo a mí. Y entiendes que debo alimentarme.
─Lo entiendo y lo acepto.
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El cambio en Caín no fue fácil ni corto, pero se dio y con Abel a su lado ya no hizo intentos de seguir con la idea de destrucción mundial. Como se esperaba del Vaticano acepto que Caín no fuera molestado, pero nunca bajaron la guardia sobre todo la Cardenal, esta había perdido a un gran amigo y colaborador como era Abel Nightroad, pero se les dejo vivir en paz o eso creyeron los dos Kresnik.
XXX
Un chico de diecisiete años recordaba, la muerte de sus padres, el ser marcado por ese monstruo a la edad de doce años y la perdida de su hermano, dejaron una huella profunda en Zero, pero por si fuera poco había algo mas en su interior que lo abrigaba a buscar la sangre con desesperación, el sabía que ese deseo era más grande como si no fuera solo hambre, había algo más que no sabia identificar esa extraña necesidad y la sensación que despertaban antes lo compartía con Ichiru, temía que eso fuera lo que mantenía enfermo a su hermano y se culpo siempre por que según las historias él le robó la fuerza a su gemelo ¿quien lo sabia? solo estaba seguro de algo; ese deseo por la sangre iba mas allá de toda lógica.
Esperó como todos los días -haciendo guardia con Yuki- a que la clase diurna saliera esos momentos le desagradaban de sobremanera sobre todo teniendo que soportar al héroe de su compañera, a veces sentía que era una tortura estar ahí deseando desangrar a esos engreídos, pero sosteniéndose de su fuerza de voluntad y los comentarios de Kuran no ayudaban, cada vez soportaba menos los desplantes soberbios de Kuran de no ser por el amor que le profesaba a Yuki y la gratitud a Cross hace mucho que ese vampiro ególatra se hubiera llevado mas que palabras mal intencionadas de su parte, pero tenia que contenerse y en esa situación las pastillas ya no ayudaban y él no quería convertirse en un peligro para nadie, se prometió y le hizo prometer a Yuki que acabaría con su vida llegando el momento ¿pero ella tendría el valor? y ¿él?, como deseaba en esos momentos contar con el apoyo de sus padres aunque nunca los consideró muy cariñosos los echaba de menos.
Los gritos de las chicas y uno que otro chico lo trajeron a la realidad, ahí estaban los alumnos de la clase diurna saludando a todas las mujeres que los veían con corazones en los ojos, por delante como siempre ese chico rubio Aidou Hanabusa que competía con vanidad con su compañera Ruka Souen, harto de los gritos que estaban dejándolo sordo exclamó:
─ ¡Atrás y regresen a su salones ahora! ─Asustadas sus compañeras corrieron y Yuki le agradeció con un gesto ya que ella ya no las podía controlar, Kaname se acercó a Yuki para saludarla y lanzarle uno de los piropos acostumbrados, Zero se retiró ya bastante era soportar la presencia de Kaname, por eso no vio que unos ojos caobas los seguían disimuladamente.
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Esa noche salió con su inseparable Bloody Rose a realizar la vigilancia, observando la luna se preguntaba que haría Kaname cuando se enterara que Yuki para ayudarlo le había dado su sangre, ¿era despreciable por sentir que le gustaría restregarle en esa aristócrata cara?, sonrió ladinamente, pero algo le borró el gesto convirtiéndolo en uno de molestia. Recordó que ese pura sangre siempre iba un paso adelante y se lo demostró una vez más al saber antes que nadie que Ichiru estaba con Shizuka y que llegarían a la Academia Cross. Odiaba a Kuran, pero algo lo detenía, la cuestión es que una duda se había formado en su mente, se preguntaba si lo que lo detenía era Yuki o la sensación de que si Kuran desparecía ya no le parecía muy atractiva.
En esas noches como extrañaba a su gemelo Ichiru. El chico de cabellos plata caminó llevando esos pensamientos guardándolos bajó llave junto con esos extraños sueños de un pasado que no recordaba, pero que sin embargo añoraba. El calor de unos brazos rodeándolo a Ichiru y a él, una sonrisa bondadosa que le infundía seguridad, el viento en su cara y con las nubes como compañeras de juego, eran destellos de sueños de infancia que aseguraba, compartía con su hermano por lo unidos que eran, hacia mucho se obligó a olvidarlos, desde la muerte de sus padres fueron remplazados por sueños de venganza.
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Kaname Kuran aprendió desde pequeño a defenderse e infundir respeto siempre solo, por eso anhelaba que Yuki estuviera con él para sentirse acompañado, pero no para ser obedecido si no para ser comprendido, ella era la clave para desterrar su soledad, pero esa idea lo hacia feliz por momentos hasta que pensaba en ese chico Zero, él y su presencia habían sido un obstáculo para conseguir sus metas; a veces se preguntaba si no había dejado que Zero se tomara más atribuciones de las que se merecía con Yuki; ella convivía mucho con él y esa situación le dejaban una espinita de celos al príncipe, quien no sabia que hacer con el chico, pero la solución de deshacerse de él no le agradaba y se preguntaba por que, la falta de presencia de Zero lo descolocaba, y terminaba por culpar a la convivencia con Cross y sus ideas pacifistas. Kaname Kuran heredero de una estirpe real de vampiros se preocupaba por la posible ausencia de un simple humano un casi Nivel E se burlaba de si mismo, pero se engañaba al asegurar que solo lo usaba para protección de Yuki. Miraba por la ventana y así lo distinguió, la silueta de su peor pesadilla parado sobre uno de los pilares de la azotea, lo observó abriendo lo brazos. Sintiendo el viento sobre su cuerpo, estaba tan ensimismado que Kaname no dejó pasar la oportunidad de molestarlo; salió de su habitación caminando hacia la figura y pensando que el otro no había notado su presencia se acercó.
─ ¿Que haces fuera de tu habitación? no deberías andar a estas horas aquí y lo sabes, son las reglas.
─ ¿Y que harás al respecto? ─Zero le habló sin de bajarse de el lugar ni dirigirle la vista, siempre fue algo raro, pero el chico de negro olía la presencia de Kuran y de todos los vampiros, un secreto que compartía con su hermano, de ese modo habían sentido la presencia de Shizuka, pero siendo niños no le dieron importancia.
─Esta noche nada, tengo cosas mas importantes que hacer que discutir con un ser como tú –Zero saltó y cayó parado en el pasto con elegancia, caminó y se adentró en el bosque. Kaname se acercó y su temple siempre frio y controlado tuvo un pequeño momento de ira, molesto con la actitud arrogante de ese estúpido se debatió entre seguirlo para cobrarle caro su desplante o quedarse ahí sin darle importancia.
Yuki llegó a la azotea para descubrir que Kaname iba hacia el bosque.
─Buenas noches Kaname sempai. ─Esa voz lo regresó a la realidad.
─Hola Yuki, sé que no debería estar aquí, pero me apeteció salir un rato. ─dijo inocentemente.
─Está bien Kaname sempai no hay ningún problema.
Y eso quiso creer Kaname, pero sabia que no era verdad, el problema es el que tenía con la actitud de Zero Kiryu. Ese ignorándolo y no solo eso si no las emociones que esa actitud creaba en él.
Continuará
Espero que le den una oportunidad es una edición.
