Me doy pena.

Ese es el pensamiento que cruza por mi mente una y otra vez. Quisiera hasta acabar con mi vida, pero soy tan cobarde que no me he atrevido a hacerlo; sin embargo, cada vez le veo menos sentido a todo esto.

Sasuke...

Mi novio, lo amo tanto que duele-ttebayo. Sigo sin entender de dónde saco tanto amor, o cómo demonios hizo él para hipnotizarme de esta manera. ¿Por qué querer matarme si estoy con la persona que amo, dirán? La respuesta es tan fácil como lógica, la verdad.

Porque me estoy dando cuenta de que él ya no me ama como antes, me estoy dando cuenta que se está alejando de mi, que su sonrisa -la cual pocas veces deja ver- ya es de otros, y que su oscura mirada, está en cualquier cosa menos en mi, en mis mensajes, en mis imágenes...

Lo amo tanto que me estoy auto-destruyendo, porque no me imagino algo sin él, sin su calor. Lo amo tanto que ya me anticipo a la ruptura, donde tendré que recoger los pedazos de mi corazón.

Me doy pena.

No tengo a nadie a mi lado, todos aquellos a los que llamo amigos son solo conocidos. Nadie estará para mi cuando lo necesite, y lo sé. Mi familia me da la espalda, no saben ni lo que sueño llegar a ser. ¿Qué hago de mi vida?

Debí pensarlo mejor antes de aferrarme de esta manera a alguien, ahora sé que si Sasuke se va, moriré...en vida o no, pero moriré-ttebayo. Mis días no tienen sentido sin un mensaje suyo, las cosas me salen mal si discutí con él y el cielo llora conmigo cuando estamos tanto tiempo separados.

Me odio.

Todo tiene solución, excepto la muerte. Sé que no debo hacerme daño, pero me estoy volviendo loco en este laberinto de pensamientos. Sasuke, si ya no me amas como antes, si sabes que estás empezando a soltarme, ¿Por qué no lo haces de una buena vez? ¿Por qué no me destruyes y ya? Prefiero la verdad, a esta tortura.

¿Por qué hablas con otros y no conmigo? ¿Por qué con ellos ríes?

Por favor, es un llamado, un grito de mi corazón. Suéltame, déjame ir. Ya no me quedan más lágrimas, ni tengo más ganas de celarte, porque sé...que en algún momento, dejaste de ser mío.

Porque sé, que en algún momento, dejé de ser tu mundo.