PRÓLOGO:

La inspiración lo había invadido, en frente de los demás él era una persona diferente, en cambio, al agarrar su pincel y centrarse en su siguiente obra de arte, podías ver como cada trazo expresaba algo dentro de su ser. Sus ojos brillaban como estrellas mientras inspeccionaba alguno que otro detalle.

La mirada eléctrica en esos ojos color almendra, la sonrisa que podría derretir el polo norte, y un pequeño (pero sobresaliente) mechón rebelde en su cabello, es la persona a la que estoy presenciando, yo y mi hermano.

"Serían 0,73…Pero por ustedes podría hacer una excepción" dijo el joven entregando el retrato a mi hermano.

"¿Con que un descuento? ¿¡Escuchaste eso Ludwig?¡ esta pequeña ternurita nos da un descuento!" dijo mi hermano sonriendo mientras agarraba el retrato al joven.

"ve~, si mis clientes están felices, yo estaré feliz y podre seguir trabajando con gusto" sonrió el joven.

Mientras mi hermano y el chico conversaban, metí la mano a mi bolsillo y empecé a buscar el dinero para poder pagar al chico por sus servicios.

"¿Eres de por aquí? ¿O también estas de visita? "pregunto mi hermano.

"Soy de acá, vivo con mi abuelo y mi hermano mayor…tuvimos que empezar a trabajar para poder pagar un buen tratamiento a mi abuelo, usted verá, esta algo…delicado" dijo el chico mientras su expresión alegre cambiaba a una seria.

"Oh, ¡ojalá tu abuelo se reponga! ¡Tiene suerte de tener un nieto como tú!" respondió mi hermano dándole una pequeña palmada en la espalda del chico.

Agarré la cantidad de dinero y un poco más como propina para el italiano.

"Ten, gracias y ojalá tu abuelo mejore, lo demás puedes quedártelo como propina" dije mirándolo hacia abajo, su estatura es obviamente menor que la nuestra.

"¡Grazie!, a mi abuelo le encantará saber que conocí dos chicos interesantes, ve~" dijo el chico mostrando una sonrisa.

"¡Ay, Vamos!, este chico es tan bueno! dime … ¿cuál es tu nombre artista italiano?" preguntó mi hermano revolviéndole el cabello al chico.

"Me llamo Feliciano, Feliciano Vargas, mucho gusto…y ustedes ¿Cómo se llaman? "respondió para hacer otra pregunta mientras levantaba la mirada.

"Yo soy el ASOMBROSO (e increíble) Gilbert Beilschmidt, y el callado, cara dura de aquí es mi hermanito, preséntate bruder "dijo mi hermano y en acto seguido me acercó lentamente al chico italiano.

"Hmm, yo soy Ludwig, Ludwig Beilschmidt" dije bajando la mirada, para encontrarme con la mirada penetrante del italiano.

"OHHH!, ¡Ustedes son alemanes! "dijo Feliciano dando un pequeño aplauso.

"¿Como es que lo supiste?, no te lo hemos dicho siquiera" pregunto Gilbert mientras veía a Feliciano rebuscar algo entre sus lienzos.

"Es una larga historia, pero no importa, miren pinté el Palacio de Charlottenburg, es de cuando estuve en Alemania por un buen tiempo, era mucho más joven de lo que soy ahora, quedé impresionado y quise tenerlo grabado en una linda imagen" dijo Feliciano mostrando la magnífica pintura.

"¿Y por qué no le tomaste foto?, tenemos la tecnología suficiente para poder tener hermosos lugares en cámaras o celulares" dije remarcando, pues, lo obvio.

Feliciano me miro asombrado, guardo el lienzo, agarró una paleta que tenía cantidades pequeñas de diferentes colores de temperas y me miró.

"Mi primera impresión tuya me dice que eres alguien de pensar mucho, Ludwig, tu mirada tiene la misma potencia de las olas del mar, con un parpadeo penetras la mirada de cualquier persona." Dijo Feliciano para agarrar un pincel, empezar a combinar colores en su paleta. Y en acto seguido empezar a pintar en el lienzo.

"Sueles ser serio, no eres de hablar y sonreír mucho, pero al sonreír puedes agradarle hasta a la persona más cruel del mundo, Eres recto y fuerte, de personalidad difícil de tumbar, muy diferente a un cobarde como yo, por ejemplo." Sonrió Feliciano mientras seguía describiéndome, para dirigir su mirada a la mía y decir:

"Ahora, quédate totalmente quieto"


Mi propia mente me dejo quieto como una estatua, no me moví ni dije una palabra. Gilbert se acercó a Feliciano, vio el lienzo y yo solo presencié como sus ojos se abrían como platos y una sonrisa se formaba en su rostro.

Feliciano empezó a retratar cada detalle de Ludwig, estaba muy centrado en su retrato, algo tenía este alemán que hacía retumbar su corazón. Pinto y plasmo en ese blanco lienzo, la esencia alemana que acompañaba a Ludwig.

Su mirada se encontraba con los ojos de Ludwig una y otra vez, asegurándose de no perder ni un detalle importante de su rostro, una sonrisa llena de ternura se formó en el rostro del italiano al ver su retrato finalizado. Miro a Ludwig y le entregó el lienzo.

"Toma, este es gratis" dijo Feliciano, mostrando una amable sonrisa y dándome una palmadita en el hombro.

"D-Danke…" dije tartamudeando, mientras apartaba mi mirada buscando la mirada de mi hermano, el cual tenía una alegre y extraña sonrisa en su cara.

"Bueno, con esto me refiero, que hay cosas…como sentimientos, experiencias y emociones que una cámara no puede tener descritas en una sola imagen, porque son detalles muy pequeños, pero totalmente impresionantes." Dijo Feliciano limpiándose las manos con un trapo.

"OH WOW BRUDER! ¡ES TOTALMENTE INDENTICO A TI! ¡ES UN RETRATO PERFECTO! "gritó Gilbert con un pequeño brillo en sus ojos para luego sacudirme como a una maraca.

"Bueno, ¿por cuanto tiempo estarán aquí en Italia?" preguntó Feliciano mientras se servía una pequeña porción de uva.

"Estaremos por unos 15 días, recién llegamos ayer" dijo Gilbert.

"Estarás aquí siempre, ¿no?" pregunté de repente. Al darme cuenta, sentí como mis mejillas se calentaban y empezaban a tener un color carmesí.

"¡Oh, he he sí!, siempre estoy aquí pueden venir cuando quieran~, ve~" empezó a reír Feliciano al igual que mi hermano por presenciar mi repentina reacción.

"¡Bueno, tenemos que irnos! ¡Hay muchos tours y lugares que conocer, pero muy poco tiempo…Adiós Feli!" Dijo Gilbert sonriendo, para despedirse del italiano, agarrarme del brazo y jalarme lejos del lugar.

Yo solo volteé mi mirada a Feliciano, el cual se despidió de nosotros moviendo su mano, para luego regresar a sus actividades normales.

No sé por qué, pero tengo la necesidad de volverlo a ver.


"Ha, son totalmente interesantes" dije mientras ordenaba mis cosas y empezaba a centrarme devuelta a mi trabajo.

"Olle! Feliciano!" escuché y al darme la vuelta, me percaté que era mi hermano el que trataba de llamar mi atención.

"Fratello! ¡ya regresaste del campo! "grité para lanzarme a los brazos de mi hermano mayor.

"Ajá, si, regresé y quiero que me digas algo, ¿quiénes eran esos dos chicos que charlaban TAN amigable contigo? "dijo mi hermano separándome de él y cruzando sus brazos, para empezar a mirarme con una mirada seria, pero llena de curiosidad.

"Oh!, ellos son dos turistas alemanes que vinieron de visita a Italia, debo admitir que son muy divertidos o al menos uno de ellos, el otro es algo serio, pero no le quita lo agradable" sonreí mientras miraba a mi hermano.

"Oh, ok…Pero igual te estaré viendo Feliciano, no soportaría ver que cualquier alemán haga llorar a mi hermanito "Dijo mi hermano sentándose en una silla con una mirada seria e incómoda.

"Aww, Lovino! "dije riendo mientras agarraba otra silla y me sentaba a su costado "Nadie me hará llorar, ¡Igual me alegra que te preocupes por mí! "agregué para luego apoyarme en el hombro de Lovino.

"¡NO ME ESTOY PREOCUPANDO POR TI, BASTARDO! Solo eres mi familia, y ya." Dijo Lovino, despistando su mirada de la mía.

No, Lovino no es malvado o ignorante, solo es algo "tímido" a su manera, pero aun así…yo lo quiero, y sé que en el fondo me quiere el también.

"En fin, deberíamos ir entrando, Nuestro abuelo necesita cuidado" dijo Lovino parándose y entrando a la casa.

"¡Ok, voy contigo! Déjame guardar el negocio "dije empezando a guardar los lienzos y pinturas.

"Te vas a demorar, cazzo…AGH, déjame que te ayude" dijo Lovino ayudándome a guardar las cosas.

Terminamos, y los dos subimos al segundo piso, en donde se encuentra nuestro abuelo, Romulus. Él ya es un hombre viejo, pero…a pesar de su edad, es la persona más alegre más loca que he visto en mi vida, además que tiene muchas lindas e interesantes anécdotas de cuando era un joven fuerte y lleno de energía.

Tiene una enfermedad grave, pero… ¡yo y fratello estamos trabajando duro para poder ver su pronta recuperación!

"Abuelo Romu! Romu! "grité para lanzarme hacia mi abuelo, claro sin hacerle daño.

"Cuidado, que me lo matas Feli" dijo Lovino acercándose a nosotros.

"¡Ha ha, no voy a morir! ¡Soy muy joven! ¡Aún tengo 15!" recalcó Romulus, abrazándome y sacudiendo a Lovino.

"15 al revés y unos MUCHOS años más" dijo Lovino riendo.

"Como sea, ¡¿cómo les fue hoy?! ¿Algo interesante? ¿Algunas buenas nuevas?" preguntó Romulus mientras sonreía y se arreglaba su cabello.

"Yo me encontré con ese bastardo español de Antonio, siempre viene a visitar, me alegra que no sabe dónde vivo." Dijo Lovino echándose en la cama de nuestro abuelo.

"Yo sé que lo quieres, él te ha visto crecer, ¡solo es unos años mayor que tú! "dijo Romulus riendo.

"¡¿E-EH?! ¿¡DE QUE HABLAS VIEJO LOCO!?" gritó Lovino mientras tartamudeaba y su rostro se ponía como un tomate bien maduro.

"Pues este viejo "loco" es un viejo sabio… ¿Y tú querido Feli? ¿Como te fue hoy? "preguntó Romulus removiendo mi cabello.

"¡Bien!, conocí dos alemanes, ¡eran muy amigables!" sonreí mientras dirigía mi mirada a Romulus.

"Ah, ¿sí? ...Y qué piensas hacer Feli? "preguntó Romulus empezando a sonreír.

"Pues, quiero verlos otra vez…" dije apoyando mi cabeza en la cama de nuestro abuelo.

Si, Ahora mi más grande deseo, es ver al alemán de ojos profundos como el mar, una vez más…