Ninguno de los personajes mencionados me pertenecen, salvo los que no conocen... los demás son propiedad de J. K. Rowling. Espero que les guste... aquí va!!!
Capítulo 1
Harry había vuelto a casa de sus tíos luego de terminar las clases de su quinto año en Hogwarts. Estaba demasiado deprimido. No quería comer, ni siquiera se limitaba a molestar a Dudley. No, solo se estaba en su cuarto mirando la foto de sus padres en su casamiento donde se encontraba presente su padrino. Lo extrañaba demasiado y no sabía que podía hacer para dejar de pensar en que fue su culpa. en realidad sí fue mi culpa, si no fuera tan estúpidamente entrometido, nada de esto hubiera pasado sus pensamientos siempre eran los mismos. Y sus remordimientos cada vez más grandes. Sentía que se volvería loco de no hacer algo. Ya hacía dos semanas que había regresado a Privet Drive número cuatro, la única persona que había mantenido contacto con él había sido Luna Lovegood. Una muchacha un año menor que él, de Ravenclaw. Ella era la única persona que lo había entendido, por la falta de Sirius, y por eso era a la única que le escribía. Ron y Hermione no desistían de escribirle cartas y cartas, pero ninguna era respondida.
"Harry, por favor contesta mis cartas, me tienes preocupada... no puedo soportar que me ignores en verdad estoy preocupada por ti y tu estado de ánimo. No dejes de escribirme, me haría mal... con muchos cariños Hermione"
"Harry, ya no soporto más tus desplantes y silencios, te prometo que si no me contestas una carta al menos iré yo mismo a Privet Drive y te sacudiré tan fuerte que deberás contestar al menos con un grito... por favor es necesario que me hables, debes hablar con alguien... saludos Ron"
también había recibido cartas de Dumbledore, pero esas tampoco las contestaba, no le veía sentido alguno a responderle cartas a él, Dumbledore siempre le estuvo ocultando cosas a Harry y las últimas no se las podía perdonar todavía. Era demasiado, aún para Harry. En un momento había pensado hasta conseguirse en el callejón Diagon un pensadero para poder sacarse varios, por no decir todos, los pensamientos que en ese momento no quería ver ni en cromos. Definitivamente era demasiado para Harry y eso lo estaba volviendo loco.
A comer, muchacho – Se escuchó la voz grave y molesta de tío Vernon gritar desde el pie de la escalera. Era de suponer que no le gustaba que estuviera allí. Tanto tío Vernon como tía Petunia esperaban siempre el primero de septiembre para que Harry los dejara y volviera solo nueve meses después. Harry bajó las escaleras con desgano y se encaminó a la cocina donde un plato lleno por la mitad de verduras lo esperaba en la parte más cercana a la puerta. El joven de ojos verdes, se sentó y miró al palto con desgano pero no dijo nada, absolutamente nada. Tomó el tenedor para empezar a comer pero un golpe en la mesa por parte de tío Vernos lo hizo levantar la mirada y bajar el tenedor a donde estaba.
Debes esperar a que llegue Dudders, no podemos empezar a comer sin él – luego de este comentario tío Vernon volvió su vista a su periódico que había comenzado a leer no hacía más de un momento. Harry levantó la vista un poco más y observó el reloj, Las doce pensó y luego volvió a dirigir su mirada al plato no sin antes mandar una última mirada al periódico que tenía tío Vernon. Algo lo hizo sobre saltarse de su silla y provocó que tanto tío Vernon como tía Petunia saltaran con él. Harry se levantó de la silla y ésta calló de espaldas al suelo haciendo un gran ruido. Ruido que atrajo la atención de Dudley al instante.
¿Qué sucede aquí? – Preguntó asomando la cabeza por el orificio que dejaba la puerta del jardín entre abierta. Al notar que Harry semi corría hacia tío Vernon, éste entró de golpe sin importarle nada afuera.
Oye, ¿qué crees que haces? – Tía petunia había hablado por primer vez delante de Harry.
La página principal del periódico... no, no es posible – Harry tomó el periódico de las manos de tío Vernon, este intentó a su vez quitárselas pero le fue imposible. Harry ya lo tenía sobre la mesa con la página totalmente Extendida. El muchacho tomó aire y comenzó a leer en voz alta y sin detenerse por las palabras de sus tíos. "Ayer a media noche, un edificio ha sido bombardeado y destruido completamente. No se sabe las causas ni acciones que tomaron los terroristas para hacerlo. No se han encontrado rastros de explosivos. Sin embargo se han encontrado algunos indicios que, según los expertos, pertenecen a los terroristas. Han descubierto en la terraza del edificio un trozo de tela negra opaca y una especie de máscara blanca con solo dos orificios que supone son para ver... luego de la declaración del ministro de defensa que asegura que fueron terroristas que pretenden iniciar una tercera guerra mundial como hace unos diez y seis años atrás, se declaró estado de alerta a la ciudad de Manchester, lugar del incidente... las pérdidas fueron del cien por ciento. Sesenta y tres chicos entre tres meses a doce años y cincuenta adultos de entre veinticinco a cuarenta. Todas pérdidas lamentables declaró el oficial a cargo de la investigación, Es en verdad lamentable, en este hotel había un grupo de veinte estudiantes que venían Birbimham de intercambio. En este momento los padres y parientes están llegando de allí, para reconocer los cuerpo. - MALDITO – gritó desesperado – No te pudiste aguantar ¿Verdad? un edificio entero, eres de lo que no hay... si quieres meterte con alguien hazlo conmigo no con ellos, son inocentes por Dios. – Harry se había sentado y su voz se había desvanecido durante su supuesta plática con el aire mismo. Tío Vernon miró a su esposa y luego a su hijo y volvió su mirada a Harry que ahora estaba mirando su plato como si fuera un vació completo.
Ya... ya podemos comer, Dudders ya esta aquí. Harry tomó su tenedor y comenzó a comer tan lento como si fuera un preso sentenciado a morir ese mismo día y estuviera disfrutando de su última cena. Tan despacio como había comido sus verduras se comenzó a levantar, cuando un fuerte brazo lo sostuvo y lo sentó de nuevo
A donde te crees que vas pequeña cosa. – Preguntó con aire de enfado y gruño tío Vernon.
No creo que tenga porque decirlo, pero en fin, voy a mi cuarto...
No te hemos dado permiso para levantarte ¿O si?
Esta es la cosa, si en este preciso momento no voy arriba van a llegar unas cuantas lechuzas – Harry fue un momento interrumpido por un gemido de Tía Petunia y de Tío Vernon, pero luego continuó como si solo fuera una brisa de aire – Que estarán aquí en unos... – Harry miró el reloj y volvió a hablar – En unos cuantos minutos, y te diré que no son una o dos. Estoy seguro que serán más de diez y como es de seguro que comenzarás a insultar y degradara a las lechuzas y hacerla pasar por la chimenea como siempre has hecho... te estoy haciendo el favor de evitarles a ustedes la molestia de verlas y a mi el fastidio tener que escabullirme para tomar las cartas. Así que si eres tan amable o al menos un poco, de soltarme me iré a mi cuarto y dejaré de verles los rostros a ustedes hasta mañana. Los tres Dursley se asombraron por la actitud del muchacho que se levantó luego de que la mano gigantesca de tío Vernon le soltara el brazo. Levantó sus trastos y se dirigió a su cuarto. No se había equivocado, sin duda ya tenía varias lechuzas esperando por él, entre ellas Hedwig, que traía mensaje de luna. Esa fue la primera que tomó y luego de un cajón de su mesa de noche tomó unas cuantas golosinas de lechuza y extendió la mano para su lechuza.
"Harry, ¿Has leído el periódico Muggle? Es realmente increíble que se arriesgara de tal manera ese maldito de Voldemort. Ciento trece personas han muerto, todos totalmente inocentes. Creo que debemos hacer algo, no me puedo quedar con los brazos cruzados y se que tu tampoco. Espero tu contestación, te envío un gran abrazo... espero que estés bien, dentro de lo que se puede estar Luna"
Harry tomó un trozo de pergamino que le había sobrado de uno de los trabajos de Historia de la Magia, y comenzó a escribir su rápida respuesta...
"Luna, estoy bien, me sorprendió notablemente lo que acabo de leer, son muchas personas. Estoy de acuerdo contigo, debemos hacer algo. Después de todo ya no tengo nada que perder. ¿Verdad? espero que tu te encuentres mejor que yo. Un gran saludo, Harry"
Tomó a su lechuza que estaba feliz de emprender otro viaje para su deprimido dueño y ululó contenta. Harry ató el trozo de papel a su para y le pidió que fuera lo antes posible a casa de Luna. Luego más tranquilo tomo las otras tres cartas una de ellas de Ron, otra de Hermione y la tercera de Dumbledore:
"Harry, espero que te encuentres bien, mi padre me acaba de contar lo que sucedió. Tuvo que estar allí desde las dos de la madrugada para encargarse de lo que podía, y acaba de llegar. Ya sabes, es parte es su trabajo. En fin, no puedo creer lo que acabó de ocurrir. Estoy realmente aturdido. Mi padre me dijo que fue terrible encontrar a todos esos cuerpos inertes todos quemados y... bueno, eso. Realmente espero que estés bien, Ron"
"Harry, espero que todo esté bien, y que tu te encuentres bien. Solo espero que no hagas ninguna de tus tonterías. Es sumamente necesario que no hagas nada estúpido. Solo espero que te quedes tranquilo Dumbledore se encargara de seguro del asunto. Te quiere Hermione"
"Harry, te ruego que por favor me respondas esta carta al menos, es de suma urgencia. Lo que acabó de pasar anoche no fue una coincidencia y estoy seguro que lo sabes bien, Voldemort volvió a tacar, y esta vez fue desastroso como hace unos veinte años. Espero que respondas contando lo que estas haciendo y lo que no, con suma sinceridad Albus Dumbledore"
Se sentó sobre la cama y miró el paisaje de la tarde, era realmente hermoso. Miró a la lechuzas que esperaban sus respuestas, entre ellas Pig, la lechuza de Ron. Se acercó a la tabla foja de debajo de su cama y sacó de allí tres trozos de pergamino, el tintero y una pluma. Tomó el primer trozo de pergamino. Y sin ganas escribió en el primero, luego el segundo y por ultimo el tercero, en todos el mismo mensaje "no se preocupen por mi, estoy bien" le entregó a cada lechuza uno de los pergaminos y las vio partir, para después recostarse sobre su cama. Después de eso no recibió carta de ninguno de los tres hasta el día de su cumpleaños.
Ese mismo día, 31 de julio, Harry tomó su varita y bajó a la cocina para desayunar. Colocó su varita en cintura del pantalón se sentó junto a tío Vernon. Harry notó que tenía en el plato un pomelo, que como siempre era menor al del resto. Ya estaba arto de lo mismo, siempre le daban lo peor, lo marginaban y además no podía hacer nada, hasta ahora. Ese día Harry tenía diez y seis años y a partir de ahora tenías la libertad de usar magia fuera del colegio. Así que tomó una decisión, a partir de ese momento iba a dejar de comer lo que ellos querían y comería lo que él, Harry, quisiera. Por lo tanto, sacó su varita y con un ligero toque cambió su pomelo por un buen desayuno, de esos que tenía en Hogwarts. Tanto tío Vernon, como tía Petunia se quedaron boquiabiertos, pero Dudley se había quedado con un tono de decepción y sobre todo receloso. No podía entender como Harry tenía un mejor desayuno que él y no era castigado por ello.
¿Qué crees que haces? No puedes hacer eso fuera de tu colegio.
Eso... nunca más. Ahora tengo diez y seis, y quedó anulado el Decreto para la Prudente Limitación de la Magia en Menores de Edad. Por lo que me da total libertad de utilizar mi varita en el momento que yo más desee. – En ese preciso momento dirigió su mirada a Dudley que había cambiado su expresión de celos a una de sumo terror. – Ahora si me permiten deseo continuar con mi desayuno. – Sin más que decir Harry tomó su tenedor y comenzó a comer sin prestar atención a los gestos y gemidos de sus tíos y primo. Cuando subió a su cuarto luego de terminar la cena del día de su cumpleaños, Harry encontró unas cuantas lechuzas en su alfeizar. Pig, entre ellas y su lechuza Hedwig. tomó el paquete de Luna que traía consigo Hedwig. Esta tenía un sobre junto al paquete.
"Harry, te deseo un feliz cumpleaños. Lamento no habértelo mandado antes es solo que recién hoy pude comprarlo. Espero que sea de tu agrado, Luna." Harry tomó el paquete y lo abrió, allí se encontró con un libro muy extraño con la tapa negra y no tenía título en ella, sin embargo en el lomo tenía escrito en letras doradas muy brillantes El libro de lo fantástico, descubra lo que puede pasar mañana
Era de esperar que Luna me obsequiara algo así. – Se dijo Harry al mirar el libro y luego dejándolo de lado tomó la carta de Ron:
"Harry, amigo que bueno que me vuelves a escribir. Feliz cumpleaños. Espero que te gusto el regalo, le pedí a Charlie que lo enviara de Egipto, ha llegado de vacaciones hace una semana. Se que te gustará a mi me ha encantado. Bueno, mi madre te envía una caja de chocolates y unos pastelitos. Y Ginny te envía un pastel hecho por ella, en verdad que cocina muy bien come con confianza Saludos Ron" Tomó el paquete que traía Pig, al soltarla esta salió disparada para la ventana de vuelta a casa. La carta la dejó junto a la Luna y tomo el paquete que venía junto a esta. Tomó primero los pastelitos y los chocolates de la señora Weasley, luego estaba el pastel de Ginny que tenía una pinta deliciosa según Harry y por último estaba el regalo de Ron, era otro libro, Harry observó la tapa, algo rara. Con cobertura de terciopelo verde oscuro no parecía tener más de cien hojas. En la tapa estaba escrito con letras escarlatas el título Observatorio, de aquí al otro lado del mundo, Tomo uno hojeó el libro pero no había nada, solo páginas en blanco. Por un momento se le pasó por la cabeza que era como el diario de Tom Riddle, pero una nota al comienzo del libro lo hizo detenerse. Eran una especie de instrucciones. Cierre el libro y diga el lugar que desea ver, no importa donde se encuentre el lugar o usted. Solo diga fuerte y claro la ubicación y el observatorio se lo mostrará al instante. Harry volvió a leer lo que decía. Su experiencia le había demostrado que no todo es como parece. Así que cerró el libro y dejo en voz fuerte y clara, La cocina de Privet Drive número 4 al instante el libro se abrió sobro la cama y en las hojas se podía ver con suma claridad lo que estaba pasando allí abajo. Luego cerró el libro nuevamente y dijo otro lugar. Cuarto de Ron Weasley, La madriguera al instante el libro volvió a abrirse, pero en lugar de mostrar la cocina de su casa mostraba el cuarto de Ron y a este escribiendo sobre un pergamino viejo.
Genial – Se dijo para si mismo, - Gracias Ron. – La siguiente carta era de Hermione. Mientras comía uno de los pastelitos de la Señora Weasley tomó el sobre y comenzó a leerlo. "Querido Harry, me alegra que estés bien, Feliz cumpleaños por cierto. Te envió un pequeño regalo de mi parte. Un fuerte abrazo, Herms."
El regalo de Hermione consistía en un libro el doble de grosor que el de Luna, Porqué todos se empeñan en regalarme libros este año tomó el libro y leyó la tapa La verdad de todas las cosas. Abrió el libro y la primera página que vio fue la de las capas invisibles "Que son y como pueden verse"
También recibió un par de cartas de Hagrid, Remus Lupin y para su sorpresa del mismo Ojoloco Moody. Luego de terminar de comerse todos los pastelitos de la Señora Weasley, y sus chocolates, y después de haber reservado el pastel para la mañana siguiente, Harry se encaminó al espejo. Hacía demasiado tiempo que no se veía en el espejo. Al acercarse pudo notar a un joven bastante delgado, pero con un cuerpo ahora más desarrollado según Harry por el Quidditch, un cabello azabache totalmente despeinado, y que inconscientemente el mismo Harry solía despeinarlo aún más, unos brillosos y resplandecientes ojos verde esmeralda que solían estar cubiertos por algunos mechones de cabello despeinado y sus redondas gafas, su altura era, seguramente muy parecida a la de Ron. Pero también tenía en su frente una desagradable y perfecta cicatriz en forma de rayo, recuerdo único que le quedaba de su vida con sus padres gracias a Lord Voldemort.
Notas de la Autora:
espero que les guste, es la primer vez que escribo sobre Harry Potter así que no se molesten mucho conmigo, en verdad hago lo que puedo, el priximo cap, será un poco más interesante lo prometo...
saludos IVI
