Disclaimer: Los personajes de TWD no me pertenecen.
Bienvenidas! Esta es mi primera historia en FanFiction y estoy muy nerviosa!
Espero que sea de su agrado y bienvenidos sean comentarios, críticas, etc. Saludos!
Corrieron prácticamente por casi una hora. Ella paraba para tomar aire de tanto en tanto, pero Daryl tiraba de su mano, con fuerzas que no sabía de donde sacaba. Solo tenían las posesiones que vestían más la ballesta y tres flechas. Los pies de ella dolían, latían dentro de las apretadas botas militares negras, cubiertas en barro. No corrían sólo de los caminantes, del dolor y los gritos, sino también del mismísimo Gobernador, dejando atrás todo lo que alguna vez conocieron como hogar.
Maggie cayó al suelo y rechazó la mano de Daryl para reincorporarse con un manotazo. Tomaba grandes bocanadas de aire, divida en llorar o hablar.
- Tenemos que volver- Murmuró la mayor de los Greene, de ahora en más, como pudo.-
- No.-
- Al diablo! Ya se debe haber ido, tú viste como estaban las cosas, si no volvemos…-
- Debemos esperar. -
- Esperar a qué? Acaso te estas escuchando? Demonios!- Maggie se agarraba la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a fluir nuevamente. Con todo lo que había corrido, llorado, no entendía como su cuerpo deshidratado generaba lágrimas sin parar. Se acercó a Daryl y tomo su rostro con determinación pese al rechazo del cazador ante el tacto.- Daryl, escúchame, escúchame… Beth, Judith,… Glenn… Están todos en un bus, yo los puse allí, yo sé que están bien, pero nos estamos desviando del camino que debería haber tomado el bus… Si no fuera por Carl…- Maggie lloraba y el tono de su voz se había vuelvo fino y chillón. Durante la huida, ella dejo el bus cargado de la gente que amaba por buscar a Carl, que había escapado cuando ella dejo a Glenn recostado en una silla doble del transporte escolar. Esa era su misión en caso de problemas. Juntar a los más débiles y cuidarlos. Glenn estaba recuperándose aún de la epidemia, por ello contaba en ese grupo.
- Carl estaba con Rick.- Recordó Daryl sosteniendo el peso de su cuerpo apoyando ambas manos en sus rodillas y mirando de soslayo a Maggie.-
- Yo debería ir por ellos también, demonios!- Empujó al cazador, enojada.- Ahora no se dónde están! No puedo llorar a mi papá, no sé dónde está Glenn, Beth! todo se fue al demonio!- Gritó Maggie fuertemente. Daryl colocó una sucia mano sobre su boca y la calló mientras escuchaba alrededor del bosque. Maggie se zafó del agarre, molesta con el hombre. El remolino de sentimientos le hacía doler el pecho, sentía náuseas, dolor en cada fibra del cuerpo y estaba abatida mentalmente.-
Ese día se había levantado de buen humor. Glenn se mantenía fuerte y hacía dos días que no tenía fiebre. Tyresse en una de sus exploraciones, le había conseguido su café favorito y por primera vez en mucho tiempo, ella se dio el lujo de pensar en el futuro. Su futuro.
Miro el pabellón que habitaba con su familia y sonrió. Eso podía ser un hogar. Eso podía albergar amor, paz y poco a poco mejorar su fachada de "prisión".
Saludo a su padre distraídamente, que iba a buscar unas hierbas medicinales escoltado por Michonne, y siguió disfrutando su café.
Si supiera que esa era la última vez que lo vería sano y vivo le hubiera dicho el tan cariñoso "Cuídate, te quiero" que casi siempre se decían cuando alguno salía en una misión.
Pero no. Se confió que todo estaría bien.
- Ven.- Maggie se había dejado caer al suelo, con todo su rostro surcado en lágrimas. Daryl la arrastró contra un árbol y cacheteo levemente su rostro vencido.- Sabes que están a salvo. Son personas capaces, mierda.
- Familia.-
- Es lo mismo.-
- No lo es.- Susurró Maggie levantando la mirada. Daryl lucía asquerosamente cansado, sin embargo allí estaba, dándole ánimos a su manera.-
- Debemos buscar un lugar seguro, comida, agua. Los demás son inteligentes, evitarán la carretera en este instante, y si pueden dejaran algo, marca, algo que podamos entender y encontrarlos.- Daryl, probablemente habló más que nunca en ese momento; él sabía que la única esperanza de que Maggie continuara cuerda y con él era eso; ser estúpidamente comprensivo. Debemos admitir que no lo hacía muy bien.-
- Está bien.- Tenía cierta lógica lo que decía, y además, seguir caminando, avanzando hacía que no pensara que, hace unas horas atrás el Gobernador degolló a su papá con la katana de Michonne.- Sigamos.-
- Sigamos.-
Pese a dos o tres caminantes que se cruzaron, el camino fue tranquilo. Habían dejado de correr y el zumbido de sus cabezas se estaba apagando, y aunque caminaban por inercia, con hambre y sed, de vez en cuando se apretaban la mano entre sí, para demostrar que no estaban solos y que seguían despiertos.
Daryl no era estúpido, sabía que Maggie no lo tenía en sus planes, él no era parte de su "familia feliz", en su "prisión feliz". Ella fue la primera en protestar que Merle viviera en la cárcel con ellos, y la última en darle condolencias cuando su hermano murió. Lo entendía, eran simplemente conocidos, o familiares muy lejanos entre sí. Él siempre iba a ser el hermano del idiota que hizo que casi abusaran de ella. El tampoco estaría feliz de esa compañía.
Nunca coincidieron en nada, más que el día que Lori murió, cuando fueron en busca de fórmula para bebé. Ambos compartieron el dolor y el deseo de redención. Intentar hacer las cosas bien, luego de que el no encontrara a Sophia y que ella atravesara con un cuchillo mal afilado, el vientre de Lori.
Pero Daryl sabía, a su vez, que necesitaba de ella. Sólo, sin elementos de supervivencia, comida, abrigo, necesitaría de otra persona si quería vivir. Y el, era un sobreviviente ante todas las cosas.
Los mismos pensamientos se cruzaban por la mente de Maggie. Ella caminaba detrás de él, en un estrecho sendero, a sabiendas que sí, ese hombre no fuera delante de ella, entrelazando sus dedos con los de su mano, ella hubiera vuelto y sería comida de caminantes al instante. El la haría sobrevivir, para volver a Glenn. Para poder darle un abrazo a su hermana y llorar a Hersell.
En este maldito momento dependía al 100% de Daryl Dixon.
En este maldito momento dependía al 90% de Maggie Greene (N/A: Admitamos, Daryl nunca aceptaría depender al 100% de alguien xD).
Se hacía de noche y todo lo que habían podido cazar fue una serpiente, no venenosa según Dixon, y una liebre bebé.
Los animales aún estaban crudos cuando los comieron, habían sentido unos ruidos cerca de ellos y tuvieron que apagar el fuego rápido si querían pasar desapercibidos.
- Ahora qué?- Susurró Maggie del otro lado del humo, mirando al cielo con cierto disgusto. Daryl estaba apagado el fuego con un método poco ortodoxo.-
- No lo sé.- Admitió mientras se subía la cremallera. Observo que ella tiritaba del frío y lucía extremadamente pálida. Estaba con posible hipotermia y deshidratada, mucho no podían hacer.- Podemos quedarnos aquí, tenemos buena vista. – Se dejó caer con la espalda pegada a un roble, y quitaba unas manchas de sangre seca de su ballesta con la uña.-
- O…?- Sugirió Maggie con la mirada. Daryl tenía que admitir que admiraba la tenacidad de la muchacha por encontrar a sus seres amados. Apenas podía mantenerse en pie, pero ahí estaba, sugiriendo caminar en un bosque oscuro con caminantes, sin haber tomado agua ni descansado, por ir a buscarlos Hasta en un subconsciente envidiaba a Glenn y Beth.-
- O nada. Aquí, u otro árbol, pero no seguir avanzando.- Se acomodó, bajando la mirada a su ballesta.- No verías el amanecer si seguimos.- Sentenció Daryl siendo extremista, solo para que Maggie entendiera su situación.-
- Está bien.- Bufó Maggie bajando la cabeza. Sin ganas de levantarse del suelo, se acercó al menor de los Dixon, gateando, reduciendo la distancia entre ambos.-
- Qué…?-
- Necesito dormir - Murmuró Maggie sentándose a su lado, se acercó todo lo que pudo, y dejó caer la cabeza en un hueco del árbol.- Lo único que tengo para calentarme es tu calor corporal, es un beneficio para ambos.- Abrazo sus propias piernas y suspiro. Vestía una musculosa verde musgo sin mangas, tenía los brazos helados.-
Daryl parecía haber sido sacado de su zona de confort de un zapatillazo. Se quedó estático y tieso todo el tiempo que Maggie tardo en acomodarse, con los ojos fijos en el humo del fuego extinto, olvidando vigilar.
- Relájate, estoy comprometida.- Dijo Maggie dejando escapar un intento de sonrisa irónica. El simple gesto hizo que le dolieran todos los músculos de la cara y su semblante se tornó serio nuevamente. Tocó su anillo, con dolor en el alma. ¿Seguía comprometida? ¿Dónde demonios estaba Glenn?- Tú solo eres mi salvavidas en el mar, Dixon.- Admitió Maggie cerrando los ojos.-
Se quedaron en silencio. El bosque parecía ponerse de acuerdo con ellos y no se escuchaba absolutamente nada. Daryl bajo la vista, y de reojo, vio que Maggie seguía llorando, pero sin hacer ningún tipo de ruido. Puede que haya sido un poco severo con ella antes, pero no había tiempo de sosas explicaciones o pésames cuando huían de la prisión.
- Lamento lo de Hers… Mierda. Levántate- Maggie que estaba casi conciliando el sueño, olvidando el dolor, cayó abruptamente de costado cuando Daryl se reincorporo.-
- Daryl!-
- Shhhh…- Daryl se llevó el dedo a los labios en señal de silencio mientras Maggie se levantaba del suelo, mareada del cansancio.- Escucha…-
Maggie abrió los ojos asustada. A lo lejos, a la distancia se oía, como una marea que comienza a tomar fuerza, el gruñir y jadeo de cientos de caminantes, pisando hojas secas que cubrían el bosque. Con lo quieto que se habían quedado, sentían el temblar leve del suelo.
- Horda.- Susurraron al unísono. Sin hacer ruido, Daryl tomó su ballesta y preparó una flecha. Maggie sentía correr una energía renovada en su cuerpo, obligándola a mantenerse alerta y dar un último esfuerzo de su parte. Bendita adrenalina. Daryl, sin hablar, señaló colina arriba para que comenzaran a caminar.
Con suerte los caminantes confundirían el ruido de pisadas con las propias, dándoles ventaja. Maggie asintió confundida, estaban volviendo a la carretera, hacía el "Gobernador", pero confió en el instinto del hombre. Luego de caminar cinco minutos con sumo cuidado, apareció el primer podrido frente a ellos y el forcejeo de Maggie más el flechazo de Daryl alerto a todos los que estaban cerca.
- Corre.- Ordeno Daryl dándole ventaja a la muchacha. Maggie gemía del dolor ante el esfuerzo físico que debía hacer, sentía como los músculos de los muslos se le rompían ante la sobrexigencia física y deshidratación, pero siguió corriendo.
"Glenn" "Beth" "Glenn" "Beth" "Glenn" "Beth".
Cada paso que daba resonaba sus nombres en su cabeza, ellos la motivaban a seguir. Llegó a la carretera asombrada de su fuerza. Volteó pero no había rastros del cazador. Miro desesperada, buscando un arma, cuchillo, algo con lo que defenderse, hasta que se prendió la luz en su cabeza. Sostenía un destornillador y con mucha determinación logró quitar el cerrojo al baúl de un auto. Quitó todo el contenido, donde había una llanta, cajas y botellas vacías y se metió. Dejo el baúl semi abierto, mirando por una rendija, esperándolo a él.
Nada. "Glenn" "Beth"… "Daryl".
Comenzó a llorar nuevamente, ahora si estaba jodida.
- Maggie? – Daryl salió del linde del bosque, y susurró su nombre con acento sureño, haciendo aliviarse a la muchacha.-
- Aquí- Dijo bajito como una niña escondida. Daryl bufó levemente frustrado antes de meterse al baúl con ella y cerrarlo. Rápidamente tomo su apreciado pañuelo rojo y cerró artesanalmente el baúl para protegerse.-
Tenía miedo.
Estaban solos.
Espero que les haya gustado!
MéridaMad
