Nota de Autora:Esta obra es una adaptación de la historiaDeslices Imperdonablesde la autoraUNADE,quien me dio la autorización de adaptarla.

Pueden encontrarla esta historiaen la plataforma deFanfiction.

Aclaración: Esta obra pasaría en un mundo paralelo, así que tienes que tener un poco la mente abierta. También les recomiendo que vean la películaSky Highpara entender muchas cosas

Capítulo I: Gracias

Atravesó la puerta del instituto de Konoha con su típico caminar y la mirada fija en alguna imagen violenta que solo él veía, rumbo al autobús escolar.

Las conversaciones se detenían discretamente a su paso, incluso hubo algunas miradas disimuladas hacia él. Lo extraño era que no fuesen abiertas, muchos habían visto su último numerito y la noticia había corrido como la pólvora. La prueba de que aquello tendría consecuencias estaba arrugada en su bolsillo en formade una jodida y maldita amonestación. Sasuke sabía exactamente lo que significaba esto:"un solo desliz más y estás expulsado". La directora Tsunade se había hartado del fogoso carácter del Uchiha.

No había calculado la fuerza al momento de mandar a volar a Deidara, envuelto en llamadas, hasta el otro lado del pasillo, lo que hizo que este se llevará por delante varios pupitres. Al menos esa tarde tenía turno en el restaurante después de la escuela, así podría evitar lo inevitable un poco más: toparse con su hermano y darle explicaciones.

Al subir al autobús, las conversaciones en él no cesaron y Sasuke ya se estaba irritando. Hasta que se dio cuenta que las conversaciones empezaron a correr por otro curso, haciendo que internamente lo agradeciera.Se dejó caer en su asiento habitual y acomodó la mochila a su lado, el asiento del autobús junto a él solía estar vacío siempre, todo el mundo trataba de esquivar aquel asiento.

A través de la ventana pudo ver a un grupo de chicos riendo, mientras una figura en el centro del grupo hablaba animadamente, gestualizando con las manos: Naruto Uzumaki. El coro de admiradores que había surgido alrededor de él no lo ayudaba en lo más mínimo a ver la realidad. De haber estado atento, el incidente de aquella tarde no habría sucedido. Tras una mirada minuciosa no detectó cerca de él a la chica de cabello rosado que solía seguirlo por todos lados como un perrito faldero.

- Disculpa Sasuke, ¿puedo sentarme aquí?

Se volvió hacia la chica que se había osado a dirigirle la palabra. No se sorprendió verla parada alado suyo. Por supuesto, la única que se atrevía a abordarlo de aquella manera tan franca era nada más ni nada menos que Sakura Haruno. Para tratarse de un perrito faldero debía reconocer que tenía bastante más valor que la mayoría de sus compañeros.

- ¿No hay ningún otro asiento vacío?

-Te aseguro que no te hubiese molestado de no ser estrictamente necesario.

Sasuke dejó escapar un suspiro de fastidio y retiró la mochila. Sakura simplemente murmuró un "gracias" y se sentó. Él procedió de inmediato a hacer obvio que la ignoraba mirando por la ventana.

El grupito que rodeaba a Uzumaki, seguía charlando animadamente mientras subían al autobús y sus voces se unieron a las que ya volaban por dentro del vehículo. Lo que más molestaba a Sasuke era que no podía odiarlo, porque era alguien jodidamente bueno. Y eso era un fastidio porque si Naruto hubiese sido realmente un chico creído, podría haberlo mandado a la mierda hacía mucho tiempo. Pero no, Naruto insistía en ser amable con él a pesar de su mal carácter, en hablar con él por el pasillo y en incluirlo en las charlas con sus "amigos". Y parecía tener una tendencia insana a contarle sus asuntos privados...

- ¿Por qué no estás con Naruto? -preguntó a la chica a su lado sin volverse hacia ella.

- Porque quería hablar contigo.

Sasuke no preguntó de qué, sabía que ella le iba a explicar el motivo de todas maneras.¿Por qué demonios la gente tenía esa manía de hablar hasta por los codos?La imagen de Deidara catapultado en llamas a través del pasillo cruzó su mente y sonrió involuntariamente.

- Naruto se está comportando raro estos últimos días. Es como si nunca estuviésemos juntos, su mente está en otra cosa, nunca conmigo. La manera en que me habla, o la manera en que no me habla... Siento que no hay pasión.

Sasuke empezó a tantear los bolsillos de su chaqueta en busca de los auriculares.

- Me di cuenta hace tiempo, pero supongo que no lo he querido ver hasta ahora-continuó ella.

Sasuke revisó los bolsillos de su pantalón.

- ¿Se lo has dicho a él?

- Por supuesto que no.

- Pues deberías hablar con él, no conmigo.

Sasuke agarro la mochila y empezó a buscar en los bolsillos laterales. Sakura le observó extrañada.

- ¿Qué buscas?

- Mis auriculares.

Ella permaneció un momento en silencio y luego alzó las cejas al percatarse de la implicación de esas palabras. Volvió el rostro hacia el pasillo del autobús y trató de ignorar a su compañero de viaje. Al menos eso creyó él hasta que ella volvió a hablar de nuevo. Había buscado las palabras muy cuidadosamente.

-No me he sentado aquí para hablarte de eso. En realidad, quería decirte que lamento las consecuencias que puedan derivarse del incidente de hoy.

Sasuke se volvió hacia ella con el ceño fruncido.

- ¡Por favor, no hables como la vieja Tsunade!

Ella enarcó las cejas en un gesto de disculpa.

- Lo siento, sólo quería que lo supieses y sé que no te gusta hablar. No sabía cómo decírtelo.

Sasuke se obligó a relajar su gesto. De la misma manera que no podía obligarse a odiar a Naruto, aún menos podía odiar a Sakura y después de todo, aquel había sido un mal día también para ella. No todos los días dos matones te cuelgan cabeza abajo del techo mientras vacían tu taquilla. Volvió su mirada hacia delante.

- Mi hermano me va a matar cuando vea la amonestación.

Sasuke se sorprendió de haber dicho esas palabras. No era exactamente lo que quería haberle dicho a Sakura para calmarla, pero funcionó. Ella usó un tono de genuina preocupación en la siguiente frase.

- ¿Es grave?

Con un gesto, Sasuke sacó la carta de su bolsillo y se la ofreció. Él la observó mientras ella la leía cuidadosamente.

- Esto es serio.

- No me digas.

Recuperó la nota y la metió en la mochila.

- A Itachi le va a dar algo.

- Puede que si se lo explicas...

- ¿Si le explico qué? ¿Qué prendí fuego a un compañero, que lo catapulté a través de dos tabiques, qué lo hice a propósito y que no me arrepiento?

- Bueno, si lo describes así...

Se sentaron en un silencio para nada incomodo por unos momentos, mientras los últimos estudiantes subían al autobús.

- Si te sirve de consuelo a mí me dieron ganas de aplaudirte, fue impresionante.

Sasuke entonces hizo algo que le sorprendió a sí mismo: sonreír abiertamente. Se volvió hacia Sakura mostrando una sonrisa de depredador.

- Estuvo bien, ¿verdad?

A ella pareció gustarle aquel cambio.

-Sí, Deidara merecía encontrarse con alguien que lo pusiera en su lugar.

- ¿Entonces por qué no aplaudiste?

Sakura desvió la mirada con una sonrisa nerviosa cuando la asaltó algo parecido a la vergüenza al recordar los hechos.

- Estaba muy ocupada tratando de recuperar mi dignidad. Creo que no voy a volver a llevar falda en bastante tiempo.

- Eso sería una lástima.

Ella se ruborizó levemente y Sasuke decidió volver a contemplar el exterior, antes de que la conversación se fuera por un rumbo extraño. Deidara estaba jodiendo a todo el mundo y alguien tenía que haber hecho algo hacía mucho.

- No pretendía empujarlo con tanta fuerza, sinceramente, supongo que perdí el control.

Sakura bajó la vista.

- Lo siento mucho, de veras, por la parte de responsabilidad que me toca.

- Tú no empezaste aquello. Fue Deidara.

- De todas maneras, creo que aún no te he dado las gracias por ayudarme. Te debo un favor, ven a pedírmelo cuando quieras.

Él se volvió hacia ella. De repente había sentido su negro humor esfumarse, como el rocío al sol. Deseó de repente poder contarle a ella todo, su miedo, el cansancio, los horribles e interminables turnos en el restaurante, en lo que se estaba convirtiendo la casa en la que vivía... Pero antes de llegar a tomar una decisión ella sonrió y se levantó de su lado.

- Ya no te molesto más. Cuídate.

Pensó en retenerla, pero no fue lo bastante rápido. Para cuando admitió su deseo y estaba a punto de seguirlo, Sakura ya se había ido. Vio el reflejo de su jersey verde sentarse en el asiento contiguo al de Uzumaki.

Continuará...