Este drabble también ha sido publicado en Mundo SasuSaku.

Los personajes de Naruto no me pertenecen a mí; le pertenecen a Masashi Kishimoto.


Promesa.

Dos jóvenes, un chico y una chica, de aproximadamente trece años se encontraban entrenando arduamente en el claro del bosque. La muchacha, de cabellos azabaches y ojos negros como la noche pero cálidos como el día, se llamaba Mikoto Uchiha. Su acompañante, un pelinegro serio y de rasgos maduros para su edad, se llamaba Fugaku Uchiha. Ambos jóvenes eran los mejores amigos desde siempre. Fugaku conocía todos los sueños y deseos de su única amiga de género femenino mientras que ella lo conocía como la palma de su mano.

Pero, en esa amistad, había un pequeño problemita. Tanto la muchachita como el jovencito se querían en secreto. El miedo era un sentimientos que obstaculizaba la posibilidad de que esa amistad se convirtiera en algo más. La pequeña azabache, en su interior, temía con todo su corazón que su querido amigo se separara de ella al tener novia, por lo cual, mantenía a todas las fans del Uchiha lejos del mismo.

Fugaku-kun, ¿nunca te separarás de mí? —preguntó con miedo la chica.

Aquella pregunta sorprendió de sobremanera al pelinegro quien, luego de pensar durante varios segundos, sonrió de forma alentadora y tierna.

Nunca me separaré de ti, Mikoto —contestó sonriendo, algo que nunca se veía de manera cotidiana.

¿Es una promesa? —volvió a cuestionar la pequeña.

Es una promesa —aseguró el ojinegro para luego abrazar con suavidad a la dueña de su oscuro corazoncito logrando que esta se sonrojara y suspirara con alivio y alegría.

En ese momento, al abrazarla, Fugaku se dio cuenta de que nunca podría amar a alguien que no fuera su mejor amiga, por lo cual, si hacía falta, golpearía y encerraría en una ilusión a todos los chicos que se le acercaran.

Sin saber nada, el pequeño Fugaku lograría, en un futuro no muy lejano, cumplir su inocente promesa.


Muchas gracias por leer.